⚠️ 𝗖𝗮𝗱𝗮 𝘃𝗲𝘇 𝗺𝗮́𝘀 𝗽𝗲𝗿𝘀𝗼𝗻𝗮𝘀 𝘀𝗲 𝘀𝗶𝗲𝗻𝘁𝗲 𝘀𝗼𝗹𝗮𝘀, 𝗱𝗲𝘀𝗰𝗼𝗻𝗲𝗰𝘁𝗮𝗱𝗮𝘀 𝘀𝗼𝗰𝗶𝗮𝗹𝗺𝗲𝗻𝘁𝗲, 𝗻𝗼 𝗲𝗻𝗰𝘂𝗲𝗻𝘁𝗿𝗮𝗻 𝗲𝗻 𝘀𝘂 𝗲𝗻𝘁𝗼𝗿𝗻𝗼 𝘃í𝗻𝗰𝘂𝗹𝗼𝘀 𝘀𝗶𝗴𝗻𝗶𝗳𝗶𝗰𝗮𝘁𝗶𝘃𝗼𝘀.
Cada vez más personas tienen dificultades para satisfacer la necesidad humana fundamental de pertenencia y 𝗲l 𝗽𝗲𝗹𝗶𝗴𝗿𝗼 𝗱𝗲 𝗾𝘂𝗲 𝗹𝗼𝘀 𝘀𝗲𝗻𝘁𝗶𝗺𝗶𝗲𝗻𝘁𝗼𝘀 𝗱𝗲 «𝗽𝗲𝗿𝘁𝗲𝗻𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮 𝗳𝗿𝘂𝘀𝘁𝗿𝗮𝗱𝗮» (sensación de desconexión social y la falta de apoyo emocional) 𝘀𝗲 𝗲𝘅𝘁𝗶𝗲𝗻𝗱𝗮𝗻 𝗮𝘂𝗺𝗲𝗻𝘁𝗮.
⚠️ Los indicadores están por todas partes:
➡️ Las «𝗿𝗲𝗹𝗮𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀 𝗹í𝗾𝘂𝗶𝗱𝗮𝘀», que Zygmunt Bauman describe como superficiales, fugaces, que solo buscan la gratificación instantánea del «yo» y eluden todo compromiso a largo plazo, y considera son predominantes en este siglo.
➡️ La «𝗱𝗲𝘀𝗿𝗲𝗴𝘂𝗹𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗱𝗲 𝗹𝗮𝘀 𝗳𝘂𝗲𝗿𝘇𝗮𝘀 𝘀𝗼𝗰𝗶𝗮𝗹𝗲𝘀» caracterizada por, «supuestamente» dar más libertad a la autonomía individual, pero tras la que se esconde una falta de protección de las instituciones y el estado, que deja a la persona abandonada a su suerte y capacidad, en la que muchas veces se siente desamparada y desprotegida en un mundo de competencia feroz.
Una dinámica que, ya Durkheim advirtió, hace más de un siglo, podría producir desintegración social, generando sentimientos de vacío social en las personas.
➡️ La «𝘀𝗼𝗰𝗶𝗮𝗯𝗶𝗹𝗶𝗱𝗮𝗱 𝗻𝗲𝗴𝗮𝘁𝗶𝘃𝗮» de la que habla Eva Illouz en su 📗 «El fin del amor», como característica de la modernidad, debido al individualismo y competitividad que promueve el capitalismo.
La vida se ha mercantilizado y esto impacta negativamente en la estabilidad de las relaciones, porque lo que se promueve es el cambio constante, elegir relaciones y desecharlas o cambiarlas por otras, como lo hacemos con cualquier producto. Ahora quiero esta, pero mañana aparece alguien mejor y lo cambio. Relaciones a golpe de click, a través de las apps de citas, conexiones superficiales a traves de redes sociales.
Estas dinámicas generan mucha inseguridad e incertidumbre emocional en las relaciones y las personas acaban huyendo de ellas u optando por relaciones superficiales y efímeras.
➡️ La «𝗳𝗮𝗹𝘁𝗮 𝗱𝗲 𝗿𝗲𝘀𝗼𝗻𝗮𝗻𝗰𝗶𝗮» que las personas experimentan en un mundo acelerado, en constante cambio, que deja espacio para apropiarse de las experiencias de una forma significativa y que da sentido a nuestra vida, como describe Hartmut Rosa en su 📗 «Resonancia». Las personas sienten que el mundo va a un ritmo más rápido del que pueden y quieren soportar.
El agotamiento emocional, la ansiedad y el estrés son una respuesta del organismo a una aceleración insoportable.
La falta de resonancia produce indiferencia ante el mundo, ante las experiencias, las cosas, la vida.
➡️ Los datos sobre «𝗱𝗶𝘀𝗺𝗶𝗻𝘂𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗱𝗲𝗹 𝗰𝗼𝗺𝗽𝗿𝗼𝗺𝗶𝘀𝗼 𝗹𝗮𝗯𝗼𝗿𝗮𝗹» van en aumento cada año. El Employee Experience Report 2025, muestran un entorno laboral marcado por el estrés, la falta de propósito y la desconexión emocional.
El compromiso laboral a nivel global cayó al 21% según El informe «Estado del lugar de trabajo global 2025 «de Gallup, señala que el compromiso laboral a nivel global cayó al 21%, registrando el número más bajo desde el año 2021.
Las personas no se sientes conectadas con su trabajo.
➡️ La «𝗲𝗽𝗶𝗱𝗲𝗺𝗶𝗮 𝗱𝗲 𝘀𝗼𝗹𝗲𝗱𝗮𝗱» va en aumento, según diferentes estudios. La OMS sostiene que la «soledad no deseada» afecta a una de cada seis personas a nivel mundial. La soledad está relacionada con unas 100 muertes cada hora, es decir, más de 871.000 muertes al año.
En muchos de los procesos de mentoring que acompañamos, en muchas de las personas a las que entrevistamos para participar en nuestra certificación en mentoring, aparece este sentimiento en la conversación. Muchos buscan un mentor para experimentar esta conexión significativa, otros quieren ser mentores para contribuir a recuperar la resonancia y la significatividad en las relaciones.
⚠️ 𝗟𝗮 𝘀𝗼𝗹𝗲𝗱𝗮𝗱, 𝗹𝗮 𝗱𝗲𝘀𝗰𝗼𝗻𝗲𝘅𝗶𝗼́𝗻 𝘀𝗼𝗰𝗶𝗮𝗹, 𝗲𝗹 𝘀𝗲𝗻𝘁𝗶𝗺𝗶𝗲𝗻𝘁𝗼 𝗱𝗲 «𝗽𝗲𝗿𝘁𝗲𝗻𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮 𝗳𝗿𝘂𝘀𝘁𝗿𝗮𝗱𝗮» 𝗮𝗳𝗲𝗰𝘁𝗮𝗻 𝗮 𝗻𝘂𝗲𝘀𝘁𝗿𝗮 𝗰𝗮𝗹𝗶𝗱𝗮𝗱 𝗱𝗲 𝘃𝗶𝗱𝗮 𝘆 𝗻𝘂𝗲𝘀𝘁𝗿𝗮 𝘀𝗮𝗹𝘂𝗱. Quienes las padecen tienen un mayor riesgo de sufrir depresión, ansiedad, deterioro cognitivo y de recurrir al suicidio.
Apostar por cuidar las relaciones, por dedicarles tiempo y espacio, por tener conversaciones de calidad y construir lazos y vínculos sociales fuertes es el camino para construir una sociedad más sana y mejor.
Desde cada una de nuestros roles debemos comprometernos, a través del ejemplo, a 𝗱𝗲𝘀𝗮𝗿𝗿𝗼𝗹𝗹𝗮𝗿 𝘂𝗻𝗮 𝘀𝗼𝗰𝗶𝗮𝗯𝗶𝗹𝗶𝗱𝗮𝗱 𝗽𝗼𝘀𝗶𝘁𝗶𝘃𝗮 𝘆 𝗿𝗲𝘀𝗼𝗻𝗮𝗻𝘁𝗲.
Ser mentor es uno de los caminos porque fomenta el comportamiento prosocial y ejemplifica un humanismo relacional, por eso en nuestra formación de mentores le damos tanta importancia al desarrollo de la inteligencia relacional.
El mentoring es una herramienta excelente para trabajar la «pertenencia frustrada» porque aporta a la persona acompañada un modelo de relación resonante y significativa que puede replicar en su entorno. Muchas organizaciones deberían tomar nota sobre esta potencialidad del mentoring porque muchos de sus problemas con el compromiso de sus trabajadores podrían abordarse a través del mentoring.
