Dentro de la sección que la Escuela de Mentoring tiene en la Revista ORH, en la edición de Mayo-Junio 2024, nuestra Directora Ejecutiva, Mª Luisa de Miguel publica un artículo  bajo el título «Artes Existenciales para potenciar la tecnología del yo.»

Las “tecnologías del yo”, término acuñado por Foucault se refieren al autoconocimiento, el autocuidado, la automonitorización, el autofeedback, la autocrítica, la autorregulación y la autodirección. Se trata de tecnologías que aportan una autonomía funcional al ser humano.  Realmente, Foucault, al hablar ellas, recupera una tradición filosófica muy antigua: cultivar el hábito de preguntarnos y reflexionar sobre nuestro estar en el mundo, a partir de lo que hacemos y experimentamos, lo que se conoce como “las artes de la existencia” cuyo fin es crear un modo de vivir propio y no dirigido o manipulado desde afuera. 

La tecnología está moldeando nuestra vida centímetro a centímetro porque estamos cediéndole el poder de dirigirla. Según Nicholas Carr, está alterando nuestros procesos neuronales y afectando a nuestra mente: pérdida de concentración, de pensamiento profundo y de reflexión.

Mientras “la tecnología progresa, el pensamiento retrocede”, como decía hace pocas semanas Edgar Morin, por lo que, frente al poder de la tecnología para dirigir nuestra vida, definir nuestra identidad e imponernos hábitos y costumbres, creo necesario reivindicar las “tecnologías del yo”.

En este artículo, se aborda como la era digital está erosionando nuestras mejores capacidades y cómo podemos hacerle frente a ello utilizando las «tecnologías del yo», que son liberadoras, empoderantes y terapéuticas, además de la clave para no quedar hipnotizados por la tecnología. Para ello se incluyen 10 medidas que las empresas pueden aplicar para potenciar esas «tecnologías del yo» en sus empleados.

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Desde hace algunos años experimento una sensación que por momentos me inquieta, otros me dibuja una sonrisa, otros me sorprende y otras me llena de plenitud. Le podría poner muchos nombres y adjetivos a esa sensación, al final se concreta en un sentimiento, una emoción de ser parte de algo más grande que tu,  de participar en la creación de algo que transciende más allá de ti y del momento que compartes con las personas.

Sólo se me ocurre expresarlo como «sentir que soy parte del cambio», que con mi trabajo estoy formando parte del cambio que inician y logran otras personas y otras organizaciones. A veces me pregunto ¿qué hago? o ¿cómo lo hago?, porque no tengo la intención de provocar nada en concreto, no persigo un resultado, solo tengo la intención de escuchar y observar a quien o quienes tengo delante, conocer cómo son, saber qué necesitan y ver cómo puedo ayudarlos a través de las palabras, de las conversaciones, de la capacidad de crear interacciones, conexiones, oportunidades y posibilidades. No busco el cambio, decido entrar a formar parte de él cuando lo veo surgir y va en la dirección de lo que he decidido ser y hacer.

La esperanza no es la convicción de que las cosas saldrán bien, sino la certidumbre de que algo tiene sentido sin importar el resultado final. Václav Havel

Si tuviera que explicar lo que hago, lo resumiría en despertar, despertar la posibilidad de ser y de poder crear y cambiar algo con lo que se es. Desde el momento en que una persona se da cuenta que tiene, al menos, una mínima posibilidad de hacer algo sobre lo que pasa a su alrededor, de intervenir para cambiar algo en su entorno o en ellos mismos, ya no hay marcha atrás: se ha abierto la puerta del cambio, ya no es posible mirar para otro lado, buscar culpables de la situación, no asumir la responsabilidad. La única opción es iniciar el camino del cambio. Un camino que se abre a través de 4 preguntas:

-¿Quién sientes que eres?

-¿Que puede dar esa persona que sientes que eres?

-¿Cómo puede cambiar las cosas lo que tu puedes dar?

-¿A qué estas esperando para hacerlo?

 

Estas preguntas me surgen tras una frase que compartió conmigo una de las personas que he acompañado  en un proceso de mentoring, tras finalizar el mismo: «Tantos años dandole vueltas a mostrar lo que pensaba y lo que quería, a expresar lo que creía que debía ser mi profesión, a mostrar una manera diferente de llevarla a cabo, y el día que me lanzo todo empieza a cambiar a mi alrededor, la gente me para por la calle para felicitarme por lo que escribo, me escriben en redes, por mail, y no me paran de llover clientes porque les gusta mi enfoque, mi manera de hacer las cosas, lo que muestro en mis palabras»

No puedo dejar de reconocerme en estas palabras, yo misma tuve en el cajón durante un año mi primer libro. El día que lo publique todo comenzó a cambiar a mi alrededor. Si ahora estoy escribiendo este post, es por ese primer paso de mostrar lo que soy y lo que quiero dar al mundo: palabras que transforman.

Cuando la meta es cambiar el mundo, el primer paso se hace difícil y la meta se ve muy lejos. Cuando la meta es cambiar el mundo a tu alrededor, ya no hay excusa porque todos somos agentes de cambio y todos podemos cambiar algo en nuestro entorno más inmediato. Cuando lo hacemos empezamos realmente a sentir que estamos vivos, que vivimos, porque al intervenir en nuestro entorno estamos creando, estamos dando a luz, estamos siendo parte del cambio.

Yo siento que cambio el mundo cuando con una pregunta, en una sesión de mentoring, veo despertar a una persona, veo que toma conciencia de quien es, que atisba posibilidades para ser quien es, lo intenta y empiezan a moverse cosas a su alrededor. Yo siento que cambio el mundo cuando alguien a través de la conversación que mantenemos se perdona, se acepta, se comprende, se reconoce, se entusiasma, porque desde ese instante empieza a comprender a los demás de otra forma, empieza a perdonar y contagia su entusiasmo. Y este cambio suyo desencadena cambios en otros, y el cambio va creciendo, y sin darnos cuenta estamos cambiando más cosas: nuestras relaciones, nuestra familia, nuestra empresa, nuestra ciudad.

Yo siento que soy parte del cambio cuando un equipo, tras varias sesiones formativas expresa: has logrado  que nos sentemos todas juntas a conversar, a escucharnos, a conocernos, a comprendernos y a comunicarnos y convivir. Hasta ahora trabajábamos juntas pero no conversábamos ni nos comunicábamos. Yo siento que soy parte del cambio cuando a partir de esta reflexión estas personas comienzan a implantar en su empresa herramientas, prácticas y hábitos para propiciar encuentros en los que crear en común.

Yo siento que soy parte del cambio cuando las personas que leen mis publicaciones me escriben, desde muy diferentes lugares, para decirme que he conectado con ellas, que llevan mucho tiempo sintiendo que necesitan dar un paso en su vida, cambiar la dirección y que, al leer alguno de mis post, lo han visto claro y quieren que les acompañe en este camino. Confieso que a veces me siento abrumada, por el poder transformador que pueden tener las palabras que deslizo desde las ventanas de mis publicaciones, esa es la parte que a veces inquieta. La inquietud se disipa con la aceptación, y se convierte en plenitud. He decidido no resistirme al cambio que provoco al mi alrededor y fluir con él, cuando él también fluye conmigo.

Yo siento que cambio el mundo cuando cada participante de la Certificación Internacional en Mentoring comparte que le ha transformado, que ya no es la misma persona, ni el mismo profesional, que ha cambiado su manera de ver las relaciones, de conversar, de trabajar con las personas.  Que conocer nuestra manera de hacer mentoring les ha conectado con su propósito.

 

 

María Montessori decía que «Educar es agitar la vida»,  siento que siendo parte del cambio estoy agitando la vida, estoy contribuyendo a agitar las ganas de ser parte del cambio de otros, de vivir conectados a la vida. Tú también puedes ser parte del cambio y contribuir a agitar la vida de otros, solo necesitas:

-Preguntarte acerca de quien sientes que eres.

-Decidir elegir vivir desde quien eres verdaderamente.

-Demostrar quién eres en cada una de tus decisiones, elecciones y actos.

-Encontrar tu tribu y unirte a ella para hacer más grande ese cambio, o crearla y buscar quien se una a ella.

Cuando verdaderamente sientas quien eres, ten el coraje de ser imperfecto, se amable contigo mismo, no gastes tus esfuerzos en cambiar lo que no eres, lo que no haces bien, o no tienes, y céntrate en potenciar aquello en lo que aportas.

 

Olvídate de ser todo, de hacerlo todo, olvídate de ser perfecto, de esconder lo que no sabes, lo que no quieres ser. La vergüenza de mostrar nuestras debilidades, nuestras imperfecciones nos aleja de los demás, y nos hace más débiles. Necesitamos toda nuestra fuerza para ser parte del cambio, no la malgastes en resistirte a lo que no eres, acepta lo que eres y ofréceselo al mundo. Vivir continuamente queriendo hacerlo todo bien, es vivir sintiendo que nunca eres suficiente, y eso no es vivir.

Decide dejar de pensar en lo que deberías ser y, simplemente, se quien eres, el mundo te lo agradecerá.

Déjate abrazar por el cambio, por todo lo que mueve y genera a su alrededor. «Cuando tú te mueves el mundo se mueve contigo»

Está de moda ser creativo, pero ¿cómo conseguirlo? ¿Se nace creativo o la creatividad se desarrolla? ¿Qué nos impide ser creativos? ¿Qué favorece la creatividad?

Estas preguntas han dirigido mis pasos al libro de Manuela Romo “Psicología de la Creatividad”, en el que se incluyen las tesis sobre la creatividad de Maslow, Carl Rogers y otros psicólogos humanistas. Todos ellos defienden que “ser creativo es una forma especial de estar en el mundo” que se da en las personas autorrealizadas.

Me entra el primer escalofrío, si la creatividad depende de que haya personas autorrealizadas, miro a mí alrededor y no veo a muchas. Hay ciertos atisbos de esperanza, pues últimamente aparecen por aquí y por allá alguna que otra persona que se está atreviendo a ser ella misma y desafiar los marcos formales e institucionales de pensamiento y comportamiento.

En defensa del ser humano hay que decir que no nos educan para realizar nuestras aspiraciones, ideales y propósitos en la vida, ni siquiera nos permiten contemplar que esto es una posibilidad. Nos educan para cumplir una función productiva en el mercado. Si las empresas necesitan perfiles tecnológicos nos incentiva a estudiar estas materias. Lo llaman promover vocaciones, yo más bien lo veo «dirigir destinos».

El segundo escalofrío surge cuando profundizo en lo que es una persona autorrealizada. Se trata de “una forma especial de carácter” donde se da ese difícil equilibrio entre “autoafirmación y altruismo”, “instinto y razón”, “placer y deber”. Estas características conforman una PERSONALIDAD LIBERADA, abierta a la experiencia, segura de sí misma y feliz. Supongo que personas de este tipo deben levantar ampollas y producir sudores a quienes se empeñan en homogeneizar al ser humano, en generar dependencias de todo tipo para mantenerlo controlado (marcas, moda, juego, amor, sexo, etc.) y dirigirnos al logro de eso que llaman interés general y bien común, que en muchas ocasiones menos común es cualquier otra cosa.

Sólo pensar que el mundo esté mayoritariamente conformado por personas liberadas, seguras de sí mismas y felices debe plantear serios problemas para quienes detentan el poder a través del control del miedo y las debilidades humanas. Dejarían de funcionar los discursos vacíos de contenido, los lenguajes codificados y excluyentes, la información sesgada, las teorías universales, el culto al dinero y al status y el poder, tal y como lo conocemos. El miedo es uno de los mayores enemigos de la creatividad como relata la escritora Elisabeth Gilbert en este video sobre el genio de la creatividad.

Sin todas estas ataduras las personas cuestionarían más, existiría más diversidad en todos los ámbitos (política, empresa, educación, ciencia) y sería visible, habría más conexiones entre personas totalmente diferentes y desaparecerían las clasificaciones y categorizaciones. Con personas liberadas la opinión pública sería eso, pública, de las personas y no mediática.

La creatividad sólo puede nacer de la libertad y la conexión entre ideas, saberes y experiencias diferentes. Todas ellas surgen de las personas. Si queremos cambiar el modelo productivo y económico y, basarlo en la creatividad vamos a tener que cambiar primero el modelo educativo y social. Ken Robinson nos alerta, en sus charlas TED y sus libros, del peligro de una educación que mata la creatividad.

Debemos empezar a cuestionar, “la pregunta es la más creativa de todas las conductas” (A.F. Osborn). Comenzar por preguntarnos a nosotros mismos ¿qué estamos haciendo? ¿Estamos desarrollando toda nuestra creatividad? Fomentar la curiosidad y empezar también por curiosear dentro de nosotros mismos, en un ejercicio de autodescubrimiento personal y transformación para lograr ser más creativos.
Esto requiere más reflexión y menos información, requiere espacio y tiempo para pensar. Momentos de encuentro con nosotros mismos, momentos en los que dejamos a la mente errante, para que se pierda y encuentre por el cambio esas ideas que están dispersas por distintos lugares de nuestro cerebro, esperando a ser rescatadas por alguien que vaya a su encuentro y sepa contemplarlas.

En mi experiencia como mentora me he encontrado en numerosas ocasiones con el despertar de la creatividad de muchos de mis clientes, gracias a haberles proporcionado un espacio para reflexionar, para ver las cosas de otra forma. A través de las preguntas adecuadas se despiertan en las personas capacidades dormidas y bloqueadas como la creatividad.

Despertar a la creatividad es renacer, y esto es solo el principio. El mentoring favorece las 5 actitudes necesarias para desarrollar y mantener la creatividad en nuestras vidas:

  • Fomenta el compromiso con la actividad creativa, la persistencia en el día a día del trabajo necesario para desarrollar la idea.
  • Permite descubrir el para qué estamos en este mundo, que es eso en lo que somos únicos y nos hará trascender.
  • Nos ayuda a resistir las críticas, las miradas desaprobadoras, la sensación de locura que experimentamos al crear.
  • Saca a la luz nuestra verdadera pasión, eso que nos motiva por encima de todo, que nos arrastra a actuar, a crear.
  • Alienta el deseo de experimentar, de probar, de intentar, de explorar, en definitiva de jugar creando.

Desbloquear eso que está impidiendo hacer fluir tu creatividad te permitirá iniciar un camino de transformación y realización que te llevará a hacer posible tu mundo ideal en el mundo real.

Autora: Maria Luisa de Miguel

Directora de la Escuela de Mentoring

¿Es legítimo el crecimiento a toda costa? ¿Dónde están los límites? ¿Puede el bienestar económico acabar con el bienestar personal y social?

Despidos masivos despiadados, horas extras sin límites, cambios delirantes continuos, corrupción, privilegios, abusos, desigualdades, ¿hasta donde va a soportar el ser humano? Necesitamos una revolución humanista que ponga en el centro de verdad a las personas, a sus necesidades vitales, a vivir de una forma más ecológica y sostenible. Necesitamos poner el valor los valores, ponerlos en el centro de cada una de nuestras acciones y decisiones. 

Es hora de que cada uno de nosotros nos armemos de coraje y nos convirtamos en activistas del cambio, en activistas de un nuevo modelo de generar negocio, riqueza, bienestar, progreso y desarrollo. Las organizaciones con valor necesitan personas con valor, talento con valor, personas que sepan decir «basta ya», cuestionar, confrontar, no dejar pasar, proponer otras miradas, otras formas de hacer, para generar esperanza, para transmitir el mensaje «si es posible», «si se pueden cambiar cosas», «si hay otros caminos», aunque sea difícil,  para lograr resultados sin deshumanizar el talento. Para ello, tenemos que empezar por dejar de medir el valor de una persona,  de un profesional o de una organización únicamente por los números: números de like, números de seguidores, número de empleados, números de facturación, números de la cuenta bancaria, números de coches, etc. Y comenzar a medir el valor por cada día que logramos vivir de acuerdo a nuestros valores, sin traicionarlos, sin romper la confianza del otro, sin defraudar nuestra propia confianza, por cada día que impactamos positivamente en alguien, por cada día que contribuimos al bien común, por cada día que realmente nos vamos satisfechos y plenos a la cama.

La primera auditoria que una empresa debería realizar a su colaboradores es una auditoría de valores, y cada uno de nosotros deberíamos revisarla cada día que permanecemos en ella, sea como empleados, directivos/as, colaboradores externos, clientes, proveedores, etc. Te propongo una guía de 9 preguntas para que las practiques en tu día a día, tanto si eres directivo/a de la organización, empleado o colaborador, cada ver que te proponen algo, cada vez que tomas una decisión o la tienes que ejecutar:

Enfrentar las sombras

1.- Establecer los límites ¿A que no estás dispuesto? ¿Qué no podrías dejar pasar? ¿Cuales son los límites de tu dignidad? ¿Cuáles son los valores que no podrías trasgredir? ¿Con qué no podría vivir?

2.- Estar atento a las señales ¿Cómo me hace sentir esta situación? ¿Qué está pasando en mi cuerpo? ¿Qué señales de rechazo estoy experimentando en él? ¿Qué mensajes me está enviando mi conciencia?

3.- Poner en valor ¿Qué valores están siendo transgredidos? ¿Qué significan para mi? ¿Cómo me afectan? ¿Qué consecuencias puede tener desatenderlos? ¿Y no hacerlo?

4.-Empatizar ¿Quiénes se van a ver afectados por esta decisión o situación? ¿Como les repercute? ¿Qué puedo hacer para evitarlo o minimizarlo?

5.- Elevarse ¿Cómo valorarían y abordarían esta situación mis referentes, las personas que me inspiran, que me importan? ¿Qué dirían de mi decisión?

6.- Ampliar la mirada ¿Existen otras posibilidades u opciones para contemplar o abordar la situación? ¿Qué me impide verlas, abordarlas, tenerlas en cuenta?

7.- Actuar con consistencia ¿Cuáles son las opciones más acordes con mis valores, los valores del resto de afectados y los de la organización? ¿Si no es posible alinearlos que voy a hacer? ¿Como lo voy a justificar?

8.- La prueba del algodón ¿Si tus decisiones o acciones fueran públicas seguirías defendiéndolas, te sentirías orgulloso de ellas? ¿Si se conocieran por todos tus verdaderas razones para tomarlas que imagen darías, que dirían de ti? ¿Cómo lo encajarías?

9.- Practicar la flexibilidad ¿Que podría hacer que cambiara de opinión o decisión? ¿Cómo encajaría con mis valores y los del resto de los afectados? ¿Qué provocaría el cambio? ¿Cómo me sentiría con ello?

No hacernos estas preguntas nos convierte en adictos al hacer sin pensar, al ejecutar sin más, al seguir sin mirar atrás. Cada día se trata de hacer más, de ser más, de tener más, de acumular más, de lograr más, y más, y más. Nos estamos volviendo dependientes del «más sin límites» y con ello estamos perdiendo más que ganando. Acumulamos proyectos, relaciones, logros, publicaciones, seguidores, pero perdemos vida y humanidad. Por experiencia personal, compartida con algunos otros que me voy encontrando en el camino, creo que el gran aprendizaje de este siglo será aprender a vivir con menos, a soltar, a desapegarnos, a dejar, para tener más horas de vida realmente vivida, saboreada y disfrutada.

Hace ya varios años Richard Easterlin realizó diversas investigaciones sobre la relación entre el incremento de la riqueza y la felicidad, dando lugar a lo que se conoce como la «paradoja de Easterlin» según la cual, a largo plazo más riqueza no supone un incremento en nuestra satisfacción vital y felicidad. Ahora bien, a corto plazo si existe esa correlación y de esto es de lo que se aprovecha el sistema, de mantenernos apegados a la satisfacción inmediata, al sumar una adquisición más, una medalla más, un reconocimiento más, un placer más. Absortos en el más a corto plazo, no levantamos la vista para contemplar a donde nos lleva todo eso y un día más acaba siendo un día menos de verdadera satisfacción.

Una organización y una persona con valor es la que se hace preguntas antes de tomar cualquier decisión, por mínima que parezca (incluso contestar una llamada o un mail), es la que crea un espacio para reflexionar antes de actuar. Hacernos preguntas requiere valor pero también aporta mucho. Las preguntas son el cortafuegos que impide invadir nuestra vida del virus del «más y más», «de no pasa nada que luego lo soluciono o lo compenso»«del si no lo hago yo, lo hará otro», del «el sistema funciona así, sino te quedas fuera» y otras muchas excusas para justificar lo injustificable. Las preguntas nos permiten parar para mirar más a fondo, más allá y no comprometer nuestro futuro por el seudo placer del presente.

En los últimos 5 años he trabajado con muy diferentes organizaciones en programas de mentoringprogramas de liderazgo y gestión de equiposprogramas de gestión del cambioprogramas de desarrollo del talento, motivación, y lo que me encuentro son ambientes cargados de pesimismo, frustración, desmotivación y desesperanza. En la raíz de todo ello está una pérdida de valores, una falta de preguntas. Cuándo te detienes a reflexionar y te formulas buenas preguntas el gran descubrimiento es que sin ella no hay buenas respuestas, no hay vida buena.  

Hace poco publicaba en Diario Responsable un artículo sobre «Los excesos generan déficits», un exceso de hacer sin pensar, sin preguntas, sin reflexión, genera muchos déficits en nuestra vida. En las organizaciones los excesos de productividad, de cambios, de innovaciones están generando déficits de sentido y de compromiso.

Si quieres recuperar todo tu valor, como persona o como organización, en la Escuela de Mentoring te podemos ayudar, somos «Rescatadores de Valor y Esperanza».

Mientras recorría la exposición fotográfica de Tim Parchikov, llego a mi mente una idea, que ya hace tiempo me ronda por la cabeza: ¿qué relación existe entre el mentoring y la fotografía?

Desde que me dedico al mentoring ha nacido en mi un verdadero interés e inquietud por la fotografía. Acudo con frecuencia a exposiciones fotográficas buscando desarrollar otra forma de mirar, un ir más allá del simple ver, para poder llegar a contemplar a la vez la esencia y el universo de detalles, que encierran los objetos y las personas.

Una fotografía no debe mirarse, sino que debe contemplarse desde distintos enfoques, porque encierra muchos matices, expresiones y significados. A través de una fotografía el fotógrafo hace visible lo invisible, muestra una realidad que a menudo no vemos, o la muestra de una forma que no vemos.

Por eso contemplar fotografías nos ayuda a desarrollar esa capacidad de ver más allá, de hacer visible lo invisible. Porque al darle un espacio y un tiempo le estamos preguntando qué más hay en ella, qué nos quiere decir, qué no muestra, a donde nos lleva… Este proceso es muy similar al que lleva a cabo un mentor con su cliente, ayudándole a hacer consciente lo inconsciente, ampliando su mirada.

Una fotografía explica cosas, pero no las cuenta todas, solo aquellas que es capaz de captar quien la mira. El significado que le damos a una fotografía depende de nuestros más profundos deseos, necesidades, sentimientos, recuerdos y  experiencias. Es esa parte de nosotros, de la que no somos conscientes, la que interpreta la fotografía y le da un significado.

Contemplar fotografías nos pone en contactos con nuestro inconsciente, y lo hace aflorar a través de la intuición, de ahí que sea una práctica muy recomendable para incrementar la consciencia, el autoconocimiento y el desarrollo de la intuición.

Como mentores, ante una fotografía podemos reflexionar acerca de ¿Qué tipo de observador estoy siendo frente a ella? ¿En qué estoy fijando mi atención? ¿Qué busco? ¿qué interpretación hago de lo que veo? ¿De donde viene esa interpretación y qué me dice? Las respuestas a estas preguntas pueden ayudarnos a construir mejores relaciones de mentoring.

Minor White hablaba de la teoría de la equivalencia, expresando que lo que sucede en la mente del espectador cuando mira una fotografía se corresponde con algo que él sabe de sí mismo. La fotografía nos adentra en un juego de revelación-ocultación que activa nuestra imaginación, nuestra intuición y nuestra empatía, para lograr integrar el contenido que no explica.

Nuestro cerebro piensa en imágenes, representa en su interior a través de imágenes la realidad exterior que captan nuestros sentidos. Esas imágenes quedan grabadas en nuestra mente y condicionan nuestra manera de pensar y actuar, son una foto fija a la que a veces no le hemos dado el tiempo necesario de contemplación. La imagen mental es una representación codificada de la realidad.

Al entrar en contacto con una fotografía debemos darle un tiempo y un espacio para que se manifieste, para que se abra a nosotros y nos hable. Nuestra única función como espectadores es estar presentes, esperando ese momento de conexión en el que nos revela algo que puede generar un dialogo significativo entre ambos.

Esta misma actitud de espera, presencia y apertura a lo que llegue, es la que debe tener un mentor con su cliente. El mentoring no es solo el arte de preguntar, es también el arte de saber estar presente y saber esperar el momento adecuado para iniciar la conversación con nuestro cliente. Además, con ello, el mentor le esta dando a su cliente la oportunidad de contemplar esas fotos fijas de su mente, para extraer su significado, para descodificarlas, observando otros matices y aplicando otros filtros.

En un proceso de mentoring ayudamos a nuestro cliente a contemplar la imagen que tiene de la realidad de otra forma diferente, que le aporte mayor riqueza y expanda su potencial. Le ayuda a ampliar su imagen mental de la experiencia para contemplar más opciones, y con ello tener más capacidad de acción para generar cambios.

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Tim Parchikov | Suspense | Paris 4e. Maison européenne de la photo

En esta foto puedo ver solo una silla en el medio de un bosque de noche. Puedo mirar que es una silla simple, incluso pobre, abandonada en un bosque lleno de maleza. Si la escucho, quizás pueda sentir e intuir la soledad, la sensación de estar en el centro de un abismo lleno de miedos e incertidumbres, esperando que algo salte desde lo oscuro de la noche sobre mi. O puedo sentir el placer de un momento de silencio en medio del todo, un momento de estar sentado solo conmigo mismo y en comunión con la naturaleza.

Cuando un mentor logra crear una relación con su cliente como la que se puede llegar a crear con una fotografía, pasa de ver y mirar, a contemplar.

VER es simplemente registrar lo que pasa delante de nuestros ojos.

MIRAR requiere intención, elección y selección. Escogemos donde mirar, qué mirar, cuándo y por cuanto tiempo. Lo que queda fuera de nuestra mirada no existe para nosotros. Hay siempre una motivación de búsqueda, e incluso de posesión en el mirar. Por eso lo que miramos revela mucho de lo que pensamos, valoramos, sentimos, y de nuestro ego.

CONTEMPLAR es vaciarse de ego, de nuestros pensamientos y emociones, y abrirse a lo que llegue del entorno por la vía de la intuición. Cuando contemplamos estamos viendo y sintiendo desde nuestra esencia, y por eso somos capaces de ver la esencia de los demás.

Solo desde el contemplar podemos llegar a la consideración empática de nuestro cliente y comprender exactamente lo que sus experiencias significan para él. Solo así lograremos que el cliente se exprese y revele totalmente, y pueda llegar también a contemplarse en su singularidad y totalidad.

Aprender a contemplar fotografías y dejar que nos hablen e, incluso, escribir lo que nos dicen, puede ser para un mentor un trabajo muy valioso de desarrollo de la intuición, la empatía, la escucha reflexiva, la creatividad y la formulación de preguntas.

Al contemplar una fotografía no tratamos sólo de interpretar lo representado, sino más bien lo reprimido en esa representación. En una sesión de mentoring no se trabaja solo con lo que el cliente expresa explícitamente, sino también con lo que implícitamente expresa a través del lenguaje no verbal, al que solo se llega por la intuición

Además, las fotografías son una herramienta muy potente para usar en las sesiones de mentoring. Yo utilizo con frecuencia el uso de collages de imágenes creados por mis clientes con diversos objetivos: visualizar situaciones actuales, construir proyectos futuros, definir objetivos, visualizar cambios y sueños, entre otros.

Las reacciones del cliente hacia las fotos incluidas en su collages,revelan mucho acerca de si mismos, si el mentor sabe formular las preguntas adecuadas. Esas fotos elegidas simbolizan aspectos concretos de sí mismos, que silenciosamente ofrecen respuestas que son más difíciles de expresar verbalmente.

Asimismo, al contemplar una fotografía podemos favorecer el trabajo emocional, pues al interactuar con ella el cliente entra a participar en un mundo que no es real, sino imaginario. Este distanciamiento emocional de la realidad le permite ser más libre para sentir e imaginar acciones, relaciones, e incluso confrontar situaciones, favoreciendo una mayor apertura a la experiencia.

Autora: María Luisa de Miguel

Directora Ejecutiva Escuela de Mentoring

El recurso más valioso que tiene cualquier sociedad es la creatividad, es el motor del cambio, la transformación y la evolución que ha estado presente a lo largo de todas las transformaciones sociales y económicas de la historia: la era agrícola, la era del comercio, la era industrial y la actual era del conocimiento y la creatividad.

El valor de la creatividad no hemos de verlo solo en los productos que mejoran nuestra vida, o en los avances científicos. El valor de la creatividad está en las propias características del acto creativo: asunción de riesgo, compromiso, decisión, acción, cambio, desafío, reto, aportación de valor, contribución social e impulso de mejora.

La sociedad no debe apoyar únicamente un tipo de creatividad, asociada generalmente a la producción de bienes y servicios y, por tanto ,de beneficio económico. La sociedad debe apoyar todos los tipos de creatividad, pues con ello estará impulsando el tipo de actitudes que nos llevan a emprender, mejorar, progresar y crecer. Además favorecer todos los tipos de creatividad contribuirá a la autorrealizacion de las personas y la mejora del bienestar social en su conjunto.

Según las investigaciones de Teresa Amabile, y su equipo, ser creativo fortalece el carácter, las emociones y el intelecto, lo que permite construir una mejor calidad de vida.

Una sociedad que no crea, que no se expresa, que no produce originalidad, que no inventa nuevas realidades, que no innova y no revoluciona es una sociedad enferma. La creatividad es el camino más fácil hacia la felicidad. 

De la misma forma que Howard Gardner nos hizo ver que no hay una sola inteligencia, sino que son múltiples y  cada persona tiene distintos tipos de inteligencia, la creatividad no se manifiesta en una forma única. Alfred Edward Taylor distingue 5 tipos de creatividad, que son las distintas caras que nos muestra el talento creativo:

1.-Expresiva:  Asociada a la espontaneidad y la improvisación. Busca crear formas de expresar el mundo interior, las emociones y los sentimientos. Está vinculada, principalmente, a las distintas manifestaciones artísticas: pintura, escritura, danza, escultura… Es una fuerza creadora de formas diversas  de comunicar y expresar un mensaje, una vivencia. Responde a la necesidad de autoidentificación y de comunicación con el entorno.

La cara expresiva de la creatividad es la más auténtica pues la relación entre el sujeto, el objeto y el entorno es directa, es la expresión del yo auténtico sin límites. Satisface una necesidad de expresión y busca comunicar el yo.

La noche estrellada de Vincent Van Gogh

La noche estrellada de Vincent Van Gogh

2.-Productiva: la improvisación y la espontaneidad son sustituidas por la aplicación de técnicas y estrategias adquiridas a través de conocimientos y experiencias con el objetivo de obtener un resultado concreto. Busca la originalidad y tiene un fundamento más técnico. Satisface una necesidad de diferenciación e identificación y busca atraer la atención y crear necesidad. Tiene un sentido practico, de solucionar algo, de mejorar algo, de satisfacer una necesidad del entorno.

Alguien que miró el mar, activo su creatividad, y produjo un beneficio.

Alguien que miró el mar, activo su creatividad y produjo un beneficio.

En 1882, Maria Beasely pensó que era momento de que las personas dejaran de morir trágicamente en accidentes marítimos e inventó las balsas salvavidas.

Es el tipo de creatividad que está de tras de la mayor parte de los productos que utilizamos.

3.-Inventiva: es la capacidad para descubrir nuevas realidades, de superar los presupuestos lógicos. Esta asociada a una gran flexibilidad perceptiva, que permite detectar nuevas relaciones entre los elementos existentes. Es el tipo de creatividad asociada a los descubrimientos científicos.  Es un tipo de creatividad que satisface la necesidad de ir más allá, de desafiar el estado de cosas.

Un ejemplo de este tipo de creatividad es Gertrude Belle Elion  bioquímica y farmacóloga estadounidense,  a quien se le debe el primer tratamiento contra la leucemia, el descubrimiento de medicamentos para tratar la malaria, la gota, la meningitis, el herpes y que en 1988 recibió el Premio Nobel de Fisiología y Medicina.

4.-Innovadora: Altera y transforma la realidad.  Una característica de este tipo de creatividad es una elevada capacidad de empatia e intuición hacia el entorno, que permite captar su esencia, sus posibilidades, las oportunidades y necesidades, y crear algo totalmente nuevo que transforma esa realidad.  Esta impulsada por un fuerte deseo de cambio, de superación del entorno.

Un ejemplo de este tipo de creatividad sería la invención de la imprenta.

La imprenta expandió la creatividad

La imprenta expandió la creatividad

5.-Emergente: Es la más revolucionaria de las caras de la creatividad, va más allá de modificar lo existente o de transformarlo, aquí se genera y crea un nuevo orden, unos nuevos principios. Es la que se asocia a los genios y tiene una clara necesidad de revolucionar y transgredir.

Un ejemplo de este tipo de creatividad es internet, que ha revolucionado muchos mercados, industrias, la economía y la sociedad en su conjunto, la forma de comunicarnos y relacionarnos, de comprar, los hábitos, etc,

 

Internet la revolución creativa

Internet la revolución creativa

Hay muchos perfiles de personas creativas, muchos campos en los que desarrollar la creatividad y muchas formas de hacerlo. Lo que es común e identifica a la clase creativa es una profunda necesidad y deseo de crear y poder desarrollar su creatividad, una búsqueda de entornos que les brinden recursos y oportunidades para hacerlo, un anhelo de que sus creaciones sean valoradas y una especial atracción por los retos y los desafíos.

Como dijo Maslow la persona creativa es una clase especial de ser humano a la que hay que dar libertad y tenerle paciencia.

Si las ciudades, los países, la sociedad y las organizaciones no entienden cómo es la clase creativa, y qué necesita, se encontrarán en un plazo no muy lejano con un nuevo éxodo en la historia: el éxodo creativo.

Las personas creativas se moverán y concentrarán en aquellas ciudades que les permitan convertir su talento creativo en una actividad económica que les reporte beneficios, que les permitan interactuar con todo tipo de perfiles creativos y acceder a todo tipo de recursos y manifestaciones creativas. En definitiva se desplazaran y concentrarán en espacios que les permitan crear y estar en permanente contacto con la diversidad creativa.

El futuro será de aquellos territorios y organizaciones que sepan atraer a los distintos perfiles creativos y darles las condiciones que necesitan para crear.

 

Autora: María Luisa de Miguel

Directora de la Escuela de Mentoring

Uno de nuestros mantras es: «el mentoring transforma conversaciones en decisiones, decisiones en acciones y acciones en resultados». La evaluación del impacto socioeconómico del Programa de Mentoring para el apoyo al emprendimiento de Youth Business Spain. desarrollado durante los años 2018 a 2022, parece corroborarlo.

34.926 horas de conversaciones de mentoring, llevadas a cabo por los 1204 mentores y mentoras del programa, en los 5 años evaluados, con los 2541 emprendedores y emprendedoras que lideran 2242 negocios, han logrado que el 98% de todos ellos crezcan en términos de facturación, creación de empleo y ampliación de mercados, accediendo a fases de consolidación y expansión.

De ello hablamos este mes de Junio en la Revista de la Asociación Centro de Aedipe, con la publicación del artículo «Mentoring, conversaciones que hacen crecer empresas», escrito por nuestra Directora Ejecutiva, María Luisa de Miguel.

En este artículo se abordan algunos de los principales resultados del estudio de evaluación de impacto socio-económico del mentoring en el emprendimiento, arriba citado, dando algunas claves del valor diferencial del mentoring respecto a otros servicios, como pueden ser la consultoría o el asesoramiento técnico. Puedes consultar el artículo completo en la web de AEDIPE CENTRHO en este enlace.

Estamos muy contentos de esta nueva colaboración, que se une a la de las Revistas Capital Humano, Sintetia, Observatorio Recursos Humanos y Diario Responsable, con las que llevamos años colaborando aportando contenidos de calidad en torno al mentoring, talento, liderazgo, diversidad, aprendizaje, desarrollo humano, ética, desarrollo sostenible y responsabilidad social corporativa.

Si quieres consultar el estudio completo sobre mentoring y emprendimiento elaborado por la Escuela de Mentoring y el Observatorio Mundial del Emprendimiento en España (GEM-España) para la Fundación Youth Business Spain, te dejamos abajo los datos del mismo y el acceso al documento complento.

Referencias:

De Miguel, et al (2024). Evaluación del impacto socioeconómico del programa de mentoring de Youth Business Spain. Periodo 2018-2022. Ed. Escuela de Mentoring y Observatorio del Emprendimiento de España. © 2024 Youth Business Spain. Todos los derechos reservados. ISBN: 978-84-09-59784-0.  ACCESO AL DOCUMENTO

 

Somos seres comunicativos, posiblemente el lenguajes sea lo que más nos define como humanos, mucho más que la mente, la inteligencia o las emociones. Tenemos una esencia comunicativa, pero ¿sabemos, realmente, cual es?

El lenguaje, la comunicación tiene una fuerza creadora muy grande, no sólo crea discursos y mensajes, crea realidades, relaciones, proyectos y mundos. Con nuestra forma de comunicarnos podemos crear o destruir, podemos elevar o hundir, podemos engrandecer o empequeñecer, en definitiva, podemos transformar. Me dedico al Mentoring porque me ofrece la posibilidad de transformar conversaciones en decisiones, decisiones en acciones y acciones en resultados, gracias a la comunicación, o casi mejor, diría gracias a la comunión entre dos personas que dialogan.

Humberto Maturana dijo que  el lenguaje no es sólo un medio de comunicación, pues crea espacios de interacción, donde las personas se van mutuamente creando o modificando en relación a otro. Es, precisamente, ese poder creador y transformador de la comunicación lo que hace que sea tan importante plantearnos ¿para qué comunicamos? La manida frase «es imposible no comunicar» no revela, en absoluto, la gran importancia y poder de la comunicación, lo verdaderamente relevante es que «es imposible no influir».

Es imposible no causar, propiciar o provocar un impacto o reacción a nuestro alrededor con cada acto que llevamos a cabo: una palabra, un silencio, un gesto, una frase escrita, un movimiento, una acción. Cada uno de ellos es un acto comunicativo con el que generamos una reacción o impacto, consciente o inconsciente, en los demás. Eso es influir, lo hagamos conscientemente o no. De ahí la gran responsabilidad que supone comunicar, porque cada vez que comunicamos, y no podemos dejar de hacerlo, estamos influyendo en nuestro entorno. Hay que tener una gran consciencia y responsabilidad al comunicar. Para ello no basta con ser un buen comunicador, hace falta ser un comunicador consciente y responsable, que no son la misma cosa. Hace falta crear y ayudar a crear sentido al comunicar.

Todos tenemos algo que aportar, que transmitir y que comunicar. Descubrirlo es nuestra misión porque solo desde ahí seremos comunicadores auténticos e inspiradores. Descubrir nuestra esencia comunicativa es conectar con nuestro propósito. 

No te voy a hablar de técnicas comunicativas, ni de recursos comunicativos, ni de estrategias para conectar con las emociones, los intereses, los valores o la motivación de tu público. No te voy a hablar de storytelling, marca personal, de presentaciones impactantes, de lo que quiere tu audiencia o tus lectores. Te voy a hablar de algo que esta mucho antes que todo eso: tu esencia comunicativa.

 

Para qué comunicas es el faro de la comunicación

¿Para qué hablas cuando hablas? ¿Para qué escribes cuando escribes? ¿Alguna vez te has planteado estas preguntas? A mi siempre me ha gustado comunicar, nunca me ha dado miedo hablar en público, al contrario siempre me he lanzado a ello. Cuando comencé mi andadura empresarial, hace ya 29 años, enseguida empece a dar conferencias y charlas. He llegado a hablar de temas muy distintos, en actos y congresos muy diversos, y era algo que me gustaba. En un momento de mi vida sentí que ya hablaba por hablar, que pesaba más el deseo por estar presente que el de realmente comunicar o transmitir. En una conferencia que impartí en el 2011 llegue a aburrirme tanto que pensé «Dios mío si yo me aburro, como estarán los que me escuchan». Y ese día decidí que dejaba de dar conferencias, que ya no tenía sentido para mi hacerlo y que necesitaba reconectar con el para qué comunicar.

Creo que estuve dos años en el desierto, aproximadamente, ese tiempo me sirvió para ir reencontrándome cada vez más con mi esencia comunicativa, explorando diversos territorios, midiéndome, retándome. No es un camino finalizado pero siento que he hecho grandes avances. El más importante de ellos responder a la pregunta ¿para que hablas cuando hablas? y tener muy presente y consciente la respuesta. Porque lo importante no es hablar de talento, mentoring, diversidad o liderazgo. Lo importante no es cuantas conferencias das, o lo brillante que eres, o cuantos te siguen, o lo bien que hablas, lo divertido o emocionante que eres. Lo importante es que cuando comuniques lo hagas desde tu esencia, con tu propósito y con el sentido que quieres aportar a este mundo. El mio es despertar consciencia, abrir las puertas de la mente, descubrir lugares dónde no habíamos mirado,  hacer que surja lo impensado, generar nuevas perspectivas, crear sentido y, todo ello, para ayudar a otros a crecer, a conectar con su propósito, a hacer realidad sus aspiraciones, a que se sienta realizados y felices.

La comunicación, como el liderazgo, el mentoring o el coaching es un medio, no un fin. Cuando convertimos el medio en el fin nos pervertimos y la comunicación deja de estar al servicio de los demás para estar al servicio de nuestro ego, de nuestros intereses, nuestras frustraciones y nuestras necesidades.

Pregúntate si cuando hablas lo haces para acallar o tapar a otros, ocultando tu inseguridad. Si lo haces para demostrar cuanto sabes, intentando tapar lo poco que sientes que eres. Si lo haces escondido tras palabras rebuscadas, grandilocuentes, exaltadas de emoción, que solo tratan de emborrachar para impedir ver una realidad mucho menos impactante. Si buscas con ellas atraer un afecto que no tienes. Si lo haces para convencer a otros, sin tener en cuenta sus intereses, como forma de obtener una relevancia que no tienes. Si buscas brillar o impresionar para disfrutar de la luz de los focos que no hayas en tu interior. Si lo haces para dar pena y conseguir que otros logren para ti lo que tu no eres capaz.

Pregúntate si comunicas para llenar un vacío, para resarcirte de tu pasado, para tapar tus complejos. Si lo haces para crear un mundo de sueños futuros o de fantasías que te permitan huir de un presente que no te gusta. Pregúntate que necesidad emocional no satisfecha puede estar oculta en tu discurso: atención, autoestima, orgullo, resentimiento…. Toma consciencia de ella, libérate y busca el verdadero propósito por el que tú quieres comunicar, cuál es tu verdadero mensaje, tu verdadera voz, y qué quieres crear con lo que comunicas.

Conecta de verdad con tu esencia, saca a la luz tu propósito comunicativo y comunica sólo desde ahí. Olvídate de los focos, los impactos, los brillos, los aplausos y los números. Enfócate solo en el para qué y sé muy consciente de cómo pueden influir tus mensajes en los demás, si realmente le estas aportando algo significativo para sus vidas, que perduré y resuene más allá de vuestro encuentro.

Hace años que acompaño a muchas personas a descubrir su esencia comunicativa a través del mentoring y es un camino realmente enriquecedor porque cuando la descubren es como renacer.

Autora: María Luisa de Miguel

Directora de la Escuela de Mentoring.

«El Camino del Artista» es uno de los libros que más han influido en mi vida. Encontrarlo, en una de mis visitas a los «templos libreros», fue un descubrimiento lleno de sorpresas, que llego en el momento preciso, en ese momento en que mi alma artista estaba pidiendo a gritos que la escucharán.

Julia Cameron, su autora, es guionista de cine y televisión en Hollywood, productora y directora, escritora, periodista en el Whashintong Post, New York Times y muchos más, pero sobre todo es una artista dedicada a ayudar a recuperar el alma creativa que todos tenemos, rompiendo los bloqueos que la impiden respirar.

Si sientes que en ti vive un artista que suspira por salir, te invito a que hagas el «Camino del Artista» y a que te des la oportunidad de recuperar tu naturaleza creativa, esa con la que todos nacemos y que la educación y la sociedad se empeña en anular. Y como dice Julia Cameron, «lo primero que necesitas para rescatar tu creatividad es saber donde encontrarla».

La creatividad vive en nosotros, a veces de forma inconsciente y acallada por nuestra mente lógica, calculadora y racional, que muchas veces se convierte en un censor crítico implacable de nuestrsa ideas, ocurrencias, inventos y sueños, hasta el punto de no creer en ellos. Para qué esto no ocurra Julia Cameron dice que hay que «enviar al cerebro lógico al banquillo para que entre en juego nuestro cerebro artístico». Y para ello propone escribir todos los días 3 páginas matutinas y tener una cita semanal con nuestro artista interior.

Las páginas matutinas serán nuestra primera acción al despertar, donde dejamos total libertad a nuestra mente creativa e inconsciente, volcando al papel todo lo que surja sin ningún tipo de censura y no volverlo a leer. En estas páginas plasmaremos todo nuestro flujo de conciencia, sin pensar, escribiendo todo lo que sale sin mas, sin buscar escribir bien, ni darle forma, pura naturaleza sin aditivos. Probablemente en esas páginas se alojen muchas quejas, emociones reprimidas, miedos, enfados, que son precisamente la maleza que se interpone entre nosotros y nuestra creatividad. Son pura actividad expresiva.

Las páginas matutinas son la liberación del artista.

La cita semanal con nuestra artista interior supone planear un momento a la semana solo para ti, donde estés completamente solo contigo mismo durante al menos una hora. Se trata de una hora dedicada al placer, al disfrute en soledad buscando hacer cosas que puedan nutrir a tu artista: dar un paseo al lado del mar, sentarte en un parque, visitar un museo, ir al teatro, visitar un mercadillo, ir a la playa, a la montaña, al cine. Las opciones pueden ser múltiples, la única condición es que las hagas solo y que sea un regalo de tiempo propio y disfrute  que te das solo para ti.

Las citas con el artista son el reencuentro con tu alma creativa.

Ahora que ya sabes como liberar a tu artista y como reencontrarte con tu creatividad, es el momento de emprender el camino para rehabilitar a tu artista interior. Este camino es un trabajo de 12 semanas en el que tendrás que comprometerte por completo y sin fisuras a realizar todas las pruebas necesarias para lograr tu recuperación y vivir todas las sensaciones que necesita un artista para dar rienda suelta a su creatividad:

El camino del artista

 

Primera semana: Recuperar una sensación de seguridad

El miedo a nuestro yo creativo es el miedo a lo desconocido, a lo diferente, a lo que se sale de la norma. Es el miedo a perder el control. La primera semana del camino estará dedicada a perder ese miedo y a confiar en tu creatividad.

Segunda semana: Recuperar una sensación de identidad

A menudo por complacer, por seguir a los demás o por miedo a quedarnos solos,nos plegamos a las demandas y necesidades de otros y olvidamos nuestra propia identidad. Durante esta semana recuperas tu identidad creativa prestando atención plena a lo que tu eres, tu quieres y tu necesitas, rodeándote de personas que te dan eso que necesitas y huyendo de todas las que anulan, desprecian o reprimen tus necesidades creativas.

Tercera semana: Recuperar una sensación de poder

Muchas veces reprimimos nuestro enfado y nuestra rabia por no poder hacer lo que queremos, por aguantar lo que no toleramos o por estar en sitios ajenos. La ira es un mensajero al que debemos escuchar porque nos indica qué nos esta robando nuestro poder personal y a qué parte de nosotros estamos traicionando.

En esta semana recuperarás tu poder creativo y aprenderás a buscar y crear espacios de protección para mantenerlo a salvo.

Cuarta semana: Recuperar una sensación de integridad

A partir de esta semana dejarás de ser políticamente correcto, abandonarás las frases hechas, la expresión de emociones socialmente aceptables o convenientes y empezaras a sentir y expresar lo que es auténticamente tuyo de forma asertiva y responsable. Dejarás de negarte a ti mismo para reafirmarte.

Quinta semana: Recuperar una sensación de posibilidad

¿A cuantas cosas renuncias porque te dices que no pueden ser? ¿Cuanto tiempo llevas aplazando tus sueños porque no es el momento? ¿Cuantas cosas has dejado de probar o de intentar porque te dices no son para ti o piensas en lo que puedes perder?

Se acabaron las negaciones, las privaciones y los no puedo, empiezas a enfocarte en las posibilidades y a darte permisos.

Sexta semana: Recuperar una sensación de abundancia

A menudo somos tacaños con nosotros mismos, en tiempo, en cuidados, en regalos, en espacios de disfrute y todo eso anula nuestra creatividad. Crear exige generosidad: para dar también hay que recibir. La creatividad es dar a luz, pero antes del alumbramiento hay todo un periodo de gestación en el que es necesario darnos cuidados, descansos, nutrirnos bien, etc.

En esta semana aprenderás a darte con abundancia para poder crear en igual medida.

Séptima semana: Recuperar una sensación de conexión

Julia Cameron dice que «Crear no es idear, es escuchar lo que ya hay dentro» Por eso esta semana estará dedicada a conectar nuestro mundo interno con el mundo externo. De esa conexion surgirán nuestras mejores creaciones.

Octava semana: Recuperar una sensación de fortaleza

Ahora debes prepararte para asumir las pérdidas y fracasos que se dan en toda carrera artística, pues no todo son éxitos. Afrontar la pérdida de tu orgullo por un trabajo no valorado, la pérdida de dinero por tener tiempo expresivo y «no productivo» en términos económicos, la pérdida de esperanza cuando no encuentras la inspiración y la pérdida de fe en ti mismo cuando te bloqueas te hará más fuerte y evitara que dejes de crear. Para salir reforzado de una pérdida debes experimentarla abiertamente, expresarla y lamentarla sin censuras.

Novena semana: Recuperar una sensación de compasión

Si te bloqueas, si sientes miedo, si te da vergüenza, si dudas de ti, si te sientes culpable, deja de machacarte y emplea toda tu energía en ser amable y compasivo contigo mismo, y si no es suficiente pide ayuda. Todos necesitamos una mano amiga que nos sostenga cuando flaqueamos.

Décima semana: Recuperar una sensación de autoprotección

El proceso creativo tiene peligros que lo acechan: el exceso de trabajo, los malos hábitos, la comida sin control, el alcohol, las malas relaciones y otros muchos excesos, cuyo único objetivo es llenar un vacío interior. En esta semana aprenderás a descubrir cuales son tus devoradores creativos y a auto protegerte de ellos para estar libre y poder crear.

Undécima semana: Recuperar una sensación de autonomía

Y llegó el momento del camino en que te dices SOY ARTISTA. Y lo soy porque creo, y porque pongo todo mi ser en todo lo que hago. Eso es ser artista, y no tiene nada que ver con ser reconocido, tener éxito o ganar dinero. Tu autonomía como artista te la da lo que creas y el hecho de que nace de ti, no lo que ganas con ello, ni los resultados que obtienes de ello. Crea para crear y para nada más, esa será la fuente de tu autonomía artística.

Duodécima semana: Recuperar una sensación de fe

Y llegados al final del camino lo que te queda a partir de ahora es tener fe en ti mismo y comprometerte a ser fiel contigo. Confía en ti y ten presente en cada momento todo lo aprendido y recuperado en el camino de tu rehabilitación artística. Este camino es el que te recordara que si una vez pudiste hacerlo, nada te impedirá volverlo a hacer.

Este post es un tributo a un libro que me ha permitido recuperar a mi artista interior, por eso he querido compartirlo y despertar en ti las ganas de hacer ese camino. Si lo he conseguido no dejes de leer el libro y de hacer todos los ejercicios y prácticas que plantea. Lo he utilizado acompañando a muchas personas, como mentora, que quería también recorrer este camino y los resultados son sorprendentes.

 

Autora: Maria Luisa de Miguel

Directora Ejecutiva Escuela de Mentoring

Ya lo dijo Platón “El arte debe ser la base de la educación.” Y más recientemente Eisner Elliot, en su libro, “Educar la visión artística”, afirma que el arte es una herramienta educativa que puede desarrollar la capacidad general de funcionamiento creativo.

Desarrollo emocional, social y creativo a través del arte

En las conclusiones del proyecto REAP de Harvard (Reviewing Education and the Arts Project), se señala que cuando una asignatura adquiere un sesgo artístico, se aumenta la disposición del alumnado hacia ella, que se traducen en una mayor confianza, una mayor motivación y un mayor esfuerzo, todo lo cual supone una mejora en el rendimiento académico. Lo artístico contribuye al desarrollo emocional, sociocultural y cognoscitivo de las personas, tanto en la edad temprana, como en la juventud y la edad adulta.

Otro aspecto, que revelan las investigaciones, es que la enseñanza del arte no sólo desarrolla capacidades estéticas sino también creativas, intuitivas, imaginativas o expresivas, además de proporcionar un mayor autoconocimiento y otro modo de relacionarnos con el entorno.

El reto actual no es introducir asignaturas o actividades artísticas en la educación, sino contemplar el arte como un eje transversal dentro de la educación, que impregne todo el sistema. No se trata tampoco de convertir a todos en artistas, sino de acercar los lenguajes de las disciplinas artísticas a los alumnos, para explorar y desarrollar nuevos modos de comunicación y expresión, y desarrollar las competencias sociales y emocionales, a través de la sensibilización, la experimentación, la imaginación, y la creatividad.

El nuevo paradigma del Arte Educativo

Estamos hablando de un nuevo paradigma: El Arte Educativo. Una tendencia surgida de la influencia de las ideas de Herbert Read, con su teoría de la “educación por medio del arte”. El método propuesto por Read está dirigido a desarrollar la capacidad de sentir, de experimentar sensaciones y emociones al contemplar obras de arte, de aprender a través del sentir y no solo del saber, de ser capaces de expresar emociones, intuiciones, visiones propias a través de la creación artística, contribuyendo con ello a afianzar la personalidad y el sentido de libertad personal.

El arte atrapa nuestra atención y desconecta nuestro lado racional, debido al uso de las formas, los colores, los ritmos, las melodías, y las disonancias. Esto aviva nuestra imaginación, nuestra capacidad de sentir y percibir y nuestro entusiasmo. Esto invita a la participación, a la exploración a través del juego, a la expresión individual y a la creación.

La actividad creativa se relaciona directamente con la variedad y la riqueza de la experiencia acumulada, por lo que la mejor manera de fomentar la creatividad es ampliando la gama de experiencias de las personas. La intervención de los docentes debería centrarse en brindar a sus alumnos el mayor número de experiencias creativas posibles, para lo cual es necesario que en todas las asignaturas esté presente el arte como método, como herramienta, como recurso y como práctica. Y el arte en todas sus manifestaciones: dibujo, escultura, música, danza, escritura, etc.

El Arte Educativo propone, por tanto, proveer a los alumnos del conocimiento de las técnicas, los recursos, y los materiales artísticos, así como la posibilidad de expresarse y comunicarse a través de ellos. Todo ello llevado a cabo de una manera activa, mediante actividades prácticas creativas, desarrollando su experiencia. Por tanto, el docente debe convertirse en un mediador del aprendizaje de sus alumnos, a través del arte. Esto le va a requerir hacer de puente entre el mundo educativo y el artístico, siendo capaz de usar e interpretar los lenguajes y códigos de diferentes contextos disciplinarios y culturales. El docente pasa a ser un mediador artístico.

La mediación artística exige cambiar el contexto de las relaciones y los roles. Los docentes dejaran de ser meros “transmisores de conocimientos cognitivos” para pasar a ser mediadores artísticos, formándose y experimentando con artistas para conocer toda la experiencia del proceso artístico y creativo. Los artistas tendrán que ir un paso más allá de ser meramente creadores para convertirse en transmisores de sus vivencias hacia los docentes y los alumnos. El artista se convierte así en un mentor artístico para los docentes y éstos en un mediador artístico para sus alumnos.

En el nuevo paradigma del Arte Educativo la actividad artística actúa como mediadora, es decir, el objetivo fundamental no es que las personas que participan aprendan arte, sino que la actividad artística es una herramienta educativa que permite a los educadores desarrollar la inteligencia emocional y social de los alumnos, sus competencias relacionales, sus habilidades expresivas, su autonomía, autoconcepto y autoeficacia, actitudes de tolerancia y convivencia y, por su puesto, el desarrollo de la creatividad. Para ello las actividades programadas por los docentes no pueden ser solamente un mero entretenimiento, de ahí la necesidad de que se formen previamente como mediadores artísticos.

Mediación artística y Sistema del Aula Invertida

El concepto de mediación artística concibe el arte como herramienta mediadora para el desarrollo emocional, social e intelectual y al docente como un mediador o facilitador del desarrollo, en la concepción de Lev Vygotsky, que es la concepción del mentoring que trabajamos en la Escuela de Mentoring. Lo importante en la mediación artística no es el resultado creativo sino el proceso creativo, la experiencia que se vive, los aprendizajes que se adquieren a través de ella, los cambios que se producen y las posibilidades que se abren.

Este modelo requiere diseñar e implantar formas de colaboración concreta entre artistas, docentes, y alumnos, y convertir esas formas de colaboración en métodos didácticos, creando un entorno de aprendizaje atractivo y motivador para las personas involucradas. Para ello se puede complementar con una idea ampliada del Sistema del Aula Invertida (Flipped classroom), término acuñado por Jonathan Bergmann y Aaron Sams, dos profesores de química en Woodland Park Colorado. La idea básica de este sistema es que no solo se aprende en el aula, que el alumno puede adquirir conocimientos muy valiosos fuera del aula sin la instrucción del profesor. El aula debe convertirse en un espacio para compartir los conocimientos de cada uno adquiridos en distintos contextos, y para consolidar el aprendizaje a través del feedback proporcionado por el docente y el resto de los alumnos.

En el modelo que propongo de Aula Invertida, se trata de convertir las instituciones artísticas y culturales (museos, conservatorios, platos de teatro, talleres de artistas, estudios de grabación, etc.) en aulas educativas, y a las escuelas en centros artísticos. De esta forma los alumnos aprenderían conocimientos, técnicas, posibilidades, podrían acceder a recursos y materiales fuera de las aulas en lugares donde se encuentran los artistas y sus obras, interactuar con ellos y conocer de primera mano sus experiencias. Podrían incluso crear sus propias obras acompañados por los artistas y sus docentes. Todo ello sería luego trasladado a la escuela, que se convertiría en un escaparate de las obras creadas y en un espacio de reflexión sobre todo lo aprendido durante el proceso creativo y la vivencia con los artistas.

Mentoring para la mediación artística

Soy consciente de que este modelo no está exento de dificultades, no olvido que se trata de unir dos mundos muy distintos, con normas, lenguajes, y objetivos distintos. Por ello este modelo solo puede tener existo a través del diseño pormenorizado de un Programa de Mentoring para la Mediación Artística. Un programa donde se definirán los objetivos, las normas, los perfiles, los indicadores de resultados, se formara a todas las partes intervinientes para trabajar juntas en post del objetivo común, se diseñaran las actividades más idóneas para lograr los resultados y se realizará una labor de coordinación, apoyo, asesoramiento, seguimiento y evaluación continua para garantizar el éxito del programa.

Este Programa de Mentoring debe adoptar la forma de Mentoring en Red®, que es la metodología propia que lleva desarrollando años la Escuela de Mentoring. Se trata de crear alrededor del programa una comunidad de relaciones a nivel macro y micro entre todas las partes intervinientes y afectadas (entidad organizadora o promotora, comunidad artística, artistas, educadores, docentes, alumnos, escuelas, comunidad educativa, sociedad).

No se trata de convertir a los artistas en docentes, ni a los docentes en artistas, se trata de que ambos sean capaces de experimentar y vivir el mundo de los otros para generar una relación constructiva y de aprendizaje que haga de puente entre ambos mundos y por la que puedan transitar los alumnos de una forma fluida y enriquecedora.

Docentes y artistas serán también aprendices, experimentado todo el proceso emocional, social e intelectivo que implica acceder a un nuevo rol. Este desarrollo se basa en una relación de ayuda en la que el mentor artista transmite su experiencia como tal al docente, para que este pueda comprenderla y vivirla, incluso en primera persona a través de experiencias de dominio y experiencias vicarias. De esta forma el docente se coloca en la posición de mentee, de aprendiz del proceso artístico, empatizando con todo el proceso y con el rol, de forma que estará luego más preparado para poder entablar la relación inversa con su alumno.

El director de orquesta Simon Rattle dijo que “el artista del siglo XXI será también un educador”, bajo el modelo que propongo de Mentoring para la mediación artística en el arte educativo, también el educador del siglo XXI será un artista.

Autora: María Luisa de Miguel

Directora de la Escuela de Mentoring

Dentro de la sección que la Escuela de Mentoring tiene en la Revista ORH, en la edición de Marzo-Abril 2024, nuestra Directora Ejecutiva, Mª Luisa de Miguel, publica un artículo  bajo el título «Mentoring Corporativo en la práctica. Estado del Arte en España.»

Se habla mucho de los beneficios de implementar el mentoring en las empresas, pero poco de cómo lo están haciendo realmente. En este artículo se analizan 18 programas de mentoring de grandes empresas llevados a cabo en España, en distintos sectores de actividad y con diferentes objetivos, para mostrar una visión panorámica del mentoring corporativo en España y compararlo con los resultados de otras experiencias e investigaciones a nivel internacional, mostrando el estado del arte del mentoring en nuestro país. 

En el artículo se abordan aspectos como para qué se está aplicando el mentoring, los tipos de mentoring más utilizados, el alcance geográfico de los programas de mentoring corporativo, cuál es el perfil de los mentores y los mentees y como se les selecciona, como se realiza el matching, qué formación y entrenamiento reciben los participantes en un programa de mentoring, la duración de los procesos de mentoring y cómo se evalúan los resultados de los programas. Todo ello complementado con otras experiencias a nivel internacional a fin de generar un debate y reflexión sobre cómo seguir mejorando la implementación del mentoring en las organizaciones para potenciar aún más sus beneficios.

Puedes leer el artículo completo puedes hacerlo en este enlace.  Te invitamos a suscribirte a la misma a través de este enlace y disfrutar de una amplia gama de contenido experto para la gestión del talento.

 

Si quieres conocer en que consiste nuestra metodología INTEGRAL GENERATIVE MENTORING y como aplicarla en tus procesos de mentoring o llevarla a tu organización, te recomendamos la lectura del libro de nuestra Directora Ejecutiva, Mª Luisa de Miguel: «Mentoring, un modelo de aprendizaje para la excelencia personal y organizacional». Ediciones Pirámide 2019.

Adquirir aquí. 

El pasado 7 de Mayo tuve la ocasión de compartir, con las 100 personas asistentes a la Jornada sobre Mentoring organizada por la Fundación Princesa de Girona en el marco del Tour del Talento en Madrid, una mirada al mentoring como instrumento para mejorar la calidad del pensamiento.

La charla que impartí durante la jornada giró en torno al «Mentoring: Ampliando Miradas, Expandiendo Fronteras» con el propósito de transmitir la importancia de desarrollar «buenos pensadores» a través de las conversaciones de mentoring.  A través de estas líneas comparto los contenidos de la charla en formato artículo. Como todo buen pensamiento se estimula con una pregunta, así comenzó mi intervención:

¿Qué relación puede haber entre un Tábano, una Comadrona y un Pez Torpedo?

Son las tres características con las que la filósofa Hanna Arendt definió a Sócrates, el paradigma de un buen pensador y un buen facilitador del pensamiento. 

Un Tábano, porque Sócrates sabía aguijonear la mente de sus discípulos con preguntas que les hacían cuestionarse y repensar sus ideas para no reproducirlas sin pensar, repetirlas sin valorar su coherencia y su aplicabilidad y comprobar su certeza, poniendo en cuarentena las opiniones propias y las de otros, purgando los prejuicios.

Una Comadrona, porque ayudaba a alumbrar nuevas ideas, nuevas respuestas, esas que hay que buscar, elaborar y fabricar porque no existen o se desconocen.  Así estimulaba la creatividad, la originalidad y la autenticidad, para impulsar a sus interlocutores a ir más allá de las ideas preconcebidas y las respuestas manidas, creando nuevo saber. 

Un Pez Torpedo, porque era capaz de mantener la calma y la firmeza en entornos movedizos, sabiendo vivir en la profundidad y en la superficie de las cosas, cuestionarse y dudar sin perder la confianza en sí mismo y tomar la decisión adecuada al momento.

Un mentor, como Sócrates, es un facilitador del pensamiento, una persona que piensa bien y ayuda a otros a ser “buenos pensadores”, a través de preguntas que hacen reflexionar, repensar, conocerse mejor, estimular la creatividad; a través de historias y  ejemplos que nos sirven para aprender más rápido. 

Un mentor es nuestro socio pensante. En cada sesión de mentoring crea un espacio para aprender a pensar mejor, a través del diálogo y la conversación. 

¿Por qué es importante ser “buenos pensadores”?

1.- Porque como dijo Norbert Wiener, el padre de la cibernética, para “vivir eficazmente es necesario vivir con información adecuada” y esta no la genera Chat GPT,  Google o las redes sociales. La genera nuestra mente cuando la ponemos en acción, cuando la ponemos a pensar. 

La calidad de nuestra vida depende de la calidad de nuestras decisiones, y estas son fruto de la información que manejamos:  a qué prestamos atención y a qué no, cómo analizamos esa información, cómo la cuestionamos y como la usamos. En definitiva, nuestra vida es un reflejo de cómo pensamos.  

2.- Porque el funcionamiento del mundo cada vez se está volviendo más complejo como consecuencia de los avances tecnológicos y científicos, la globalización, el cambio constante, la diversidad, lo cual exige más sofisticación cognitiva para gestionarlo. 

3.- Porque  para ello cada vez es más necesario hacer uso del pensamiento crítico, una de las 10 competencias clave del futuro, según el World Economic Forum. De hecho en las entrevistas de trabajo se realizan cada vez más preguntas y pruebas para valorar esta competencia en los candidatos. 

4.- Porque según diversos estudios científicos el ser humano está perdiendo capacidad intelectual. Las nuevas tecnologías, los hábitos sedentarios y el aislamiento social, que provoca la virtualidad,  son algunos de los factores que están contribuyendo a mermar la actividad de nuestro cerebro: menos concentración, más déficit de atención, menos pensamiento profundo, más pensamiento acelerado, menos ejercicio de la memoria. 

El promedio de tiempo que las personas se concentran en una tarea, antes de distraerse y apartarse de ella, se ha reducido en dos tercios en los últimos 20 años. La atención está alterada y eso nos lleva a cometer errores como abrir correos electrónicos maliciosos que contienen virus, a caer en estafas a través de mensajes de whatsapp o teléfono y a que aumenten en un 74% más de probabilidades de estar involucrado en accidentes de tráfico.

El psiquiatra Augusto Cury considera que el «síndrome del pensamiento acelerado» es el mal de este siglo . Se produce por el exceso de información, de hiperactividad, multitarea, preocupaciones y presiones sociales, que vuelven ansiosa y aceleran nuestra mente, sin dejar espacio para pensar con tranquilidad. Afecta al 70 y 80% de la población y genera déficit de memoria, lagunas e impulsividad. 

Cuando no pensamos bien tomamos decisiones aceleradas y adoptamos soluciones precipitadas, que no siempre son las más efectivas y sostenibles en el tiempo. 

5.- Porque una mente expandida es el mejor recurso que tenemos para ampliar nuestras posibilidades de lograr lo que queremos en la vida. Una mente ampliada aumenta nuestro autocontrol y disminuye el poder y la influencia de las circunstancias externas. 

En la Escuela de Mentoring llevamos 3 años desarrollando un programa de mentoring científico con jóvenes investigadores en periodo de preparación de su tesis doctoral con el objetivo de impulsar su carrera profesional una vez finalicen esta. El primer año del programa el 100% de los participantes planteaban  continuar su carrera investigadora en el ámbito académico o en institutos de investigación, desconocían por completo la posibilidad de desarrollarse como investigadores en la empresa. Gracias al trabajo con sus mentores, que les hablaron de esta posibilidad y les contactaron con investigadores que trabajan en la empresa,  un 30% decidió optar por esta vía, que hasta entonces desconocía. Después de 3 años de programa el porcentaje se ha invertido y casi el 80% quieren desde el inicio desarrollar su carrera profesional en el mundo de la empresa, porque han podido conversar con los compañeros que les precedieron y que muchos ya han logrado su primer trabajo en una empresa.  

Cuando vemos todas las oportunidades que tenemos, sentimos mayor control sobre nuestra vida y esto nos hace estar más seguros, más motivados y ser más proactivos. Nuestras posibilidades de éxito se amplían y se expanden.

¿Cómo convertirnos en «buenos pensadores»?

Aunque todos pensamos, no todos lo hacemos bien. El pensamiento es como el viento, está ahí pero no se ve, sin embargo, padecemos sus efectos. No le damos la importancia debida porque es invisible, pero es el responsable de nuestras acciones y de nuestros resultados. 

“Hace muchos años, el dueño de una gran fábrica de zapatos en Inglaterra decidió ampliar su negocio y abrir nuevos mercados. Con este fin, envió a dos de sus más altos ejecutivos a investigar el mercado asiático, dándole a cada uno la tarea de recopilar datos y todo tipo de información de cada parte diferente del continente. Después de semanas de viaje, el primer ejecutivo llegó a su destino, desembarcó y quedó sorprendido por lo que encontró; ninguno de los nativos usaba zapatos, de hecho, nunca habían oído hablar de ellos. El hombre envió un cable urgente a su jefe: “He llegado y comprobado que aquí nadie conoce los zapatos. No vamos a ser capaces de vender ni un solo par. Vuelvo inmediatamente…” El segundo de los ejecutivos llegó a un lugar distinto y tampoco daba crédito a lo que encontró: ni una sola persona usaba zapatos y tampoco sabían lo que era, los habías visto u oído hablar de ellos. Rápidamente le envió un telegrama urgente a su jefe: “He llegado. Las personas de aquí no usan zapatos y no saben nada de su existencia. El potencial de negocio es enorme y el mercado inmenso. Podemos llegar a vender millones de pares al año. Ya he empezado a hacer contactos”. 

Si no pensamos bien, si no analizamos las circunstancias desde diferentes ópticas, si no contextualizamos los hechos, corremos el peligro de perder muchas oportunidades, como le ocurre en esta historia a uno de los ejecutivos.

Un «buen pensador» es alguien que se pregunta y se responde, que mantiene un diálogo con su experiencia interna y externa, con sus pensamientos y emociones para crear nuevo conocimiento. La IA razona, gestiona conocimiento, da respuestas, pero no piensa, porque no no experimenta, no siente y no se pregunta. 

Un «buen pensador» practica las 3 técnicas que propuso la filósofa Susan Sontag para refutar argumentos y que sirven para estimular el pensamiento crítico. 

1.- Buscar la inconsistencia para no dejarnos llevar por nuestras creencias, nuestro punto de vista, la presión externa o los influencers. Esto evitará desestimar hechos, datos o afirmaciones que no concuerdan con nuestras ideas, así como confiar ciegamente en ellos sin ponerlos a prueba para encontrar la inconsistencia entre la causa y la consecuencia, entre la premisa y la conclusión.

Ejemplo: No vamos a vender ningún zapato porque esta gente no los usa. ¿Por que no los usa? ¿Saben lo que son los zapatos? ¿Qué pasaría si los probaran?

2.-Encontrar el contraargumento porque, al menos en teoría, todo argumento puede tener su contraargumento. Para toda idea es posible encontrar otra que la refuta, por lo que hay que esforzarse por hallarla para ampliar nuestra mirada.

Argumento: No vamos a vender ningún zapato porque esta gente anda descalza.

Contraargumento: Si bien es cierto que puede que no usen zapatos porque no saben lo que son, nunca los han probado, por lo que si los prueban puede que los quieran comprar. 

Introducir un simple «por otra parte», «en otro sentido», «por el contrario», «si bien es cierto», «pero» o «afortunadamente» en las afirmaciones, los pensamientos o las opiniones puede ayudarnos a ponerlos en cuarentena, hacernos mirar hacia otro lado y ampliar mucho nuestra mente. 

3.-Contextualizar, salir de nuestra cápsula y ampliar la visión. 

En la historia de los zapatos es importante ser capaz de situarse en las circunstancias que rodean a los habitantes de esos lugares asiáticos para entender los hechos: “no usan zapatos”. Hay que saber ver que estamos hablando de dos continentes distintos, muy alejados entre sí geográficamente, que no conocen las costumbres mutuas. Además, no es lo mismo la vida en ciudades de la Inglaterra Industrial, que en territorios no urbanos en Asia en aquella época. 

Contextualizar implica salir de tu mundo para entrar en otro y ver las cosas desde ahí, desde las circunstancias de esas otras personas. 

Ser un «buen pensador» requiere superar el perspectivismo, como dirá otro de nuestros grandes filósofos: Ortega y Gasset: dejar de ver las cosas solo desde nuestro punto de vista, que es lo que ejemplifica el primero de los ejecutivos de la historia de los zapatos, y enriquecer nuestra visión para ampliar nuestras posibilidades en el mundo. Para ello ayuda mucho preguntar, conversar con personas diferentes a nosotros, que nos ayudan a mirar al otro lado. 

También contribuye a ello, encarar la vida como espíritu de antropólogo, que se acerca a una civilización desconocida dispuesto a observar, involucrándose en sus costumbres y modos de hacer pero con distancia y perspectiva, dejándose sorprender para descubrir nuevas formas de hacer, nuevas posibilidades, otros puntos de vista diferentes al suyo. Así evitaremos el famoso sesgo de confirmación que tanto reduce y estrecha nuestra mente y nuestras posibilidades de acción en el mundo. 

El pensamiento, como el viento, mueve nuestra nubes cerebrales y despeja el cielo de nuestra mente para tener mayor claridad, ver más allá y llegar más lejos. Los mentores, con sus preguntas, las historias que pueden trasladarnos, los ejemplos, las hipótesis, una perspectiva diferente, tiene el efecto de ese viento que nos despierta, nos azuza y nos hace ser más agudos y claros.

Una mente ampliada requiere salir de nuestra pecera, ver otros mundos, escuchar otros puntos de vista, cruzar la acera, mirando a la izquierda y a la derecha. Una mente expandida requiere movilidad mental, emocional y social.

El pensamiento de calidad se estimula a través de preguntas, de las conversaciones con otros, como las que se propician en las sesiones de mentoring. Es a través de los otros que nos expandimos, nos ampliamos. Cada vez que sustituimos una conversación con un ser humano por una conversación con CHAT GPT estamos limitando nuestro pensamiento y nuestra inteligencia.

Si quieres ser un «buen pensador» pon en tu vida más filosofía y menos tecnología, más conversación y menos infoxicación.

La filosofía nos enseña el arte de pensar bien. Sócrates es el paradigma del «buen pensador» porque enseñaba a pensar conversando.

Y si pensamos que la filosofía es cosa de gente mayor, algo antiguo y obsoleto o pasado de moda, la prueba de que no es así son estas dos jóvenes, Inés García y Paula Ducay, autoras del podcast «Punzadas Sonoras», que ha sido noticia recientemente en el periódico El País, por el éxito que están teniendo acercando la filosofía a los problemas diarios y actuales.