LA RUEDA DEL CAMBIO

El cambio es ya una de las principales competencias personales y organizacionales. Quien no sepa gestionar adecuadamente el cambio quedará fuera del mercado, sea como profesional o como empresa. Hoy en día el cambio es una constante a la que ya no nos podemos resistir.

Es habitual que cuando pronunciamos la palabra cambio se desaten dos corrientes opuestas. Una que se resiste al cambio y quiere mantener el estatus quo, y otra que se lanza ávida de nuevas experiencias a la oleada del cambio.

El cambio desata emociones contrapuestas. Para unos la curiosidad, el entusiasmo, la esperanza y la ilusión. Para otros, el recelo, la desconfianza, el miedo e incluso el enojo. La tensión emocional desgasta nuestra energía y hace los cambios más difíciles. El cambio nos mueve en los extremos de lo viejo y lo nuevo, y a veces por situarnos en uno solo de los lados del cambio, este no se gestiona adecuadamente: desechamos lo bueno que ya tenemos, que funciona, por el cambio total, o nos aferramos a lo que ya conocemos, desatendiendo oportunidades de mejora.

A veces ponemos demasiado el foco en lo que cambia y poco en lo que no cambia. Pocas personas antes nuevos retos, oportunidades, o procesos de cambio se hace la pregunta ¿qué es lo que no cambia? ¿qué es lo que no debería cambiar? ¿qué funciona que debemos mantener?. De tanto repetir la necesidad de cambiar generamos más estrés y ansiedad de la que las personas y las organizaciones pueden soportar, y la resistencia o el bloqueo hacen imposibles los cambios.  La insistencia sobre el cambio nos ocasiona un sentimiento de falta de valía, porque cuando nos repiten una y otra que vez que hay que cambiar nos dan a entender que lo que hay, lo que ya existe no vale. Todo ello se traduce en un rechazo al cambio, que unas veces supone que estos no se inicien y otras que no se sostengan.

El cambio pone a prueba nuestra autoestima y nuestro sentimiento de competencia y valía, por eso no podemos iniciar procesos de cambio desoyendo estas necesidades.

Desde hace años vengo trabajando un modelo de cambio apreciativo que tiene en cuenta tanto lo que  hay que cambiar como lo que hay que mantener. Un modelo de cambio que construye puentes entre el pasado, el presente y el futuro, que permite a la vez la continuidad, la innovación y la transformación.

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A partir de aquí podemos comenzar a soñar, a generar ideas sobre lo mejor que puede ser a partir de nuestro núcleo positivo. Se trata de innovar, de buscar mejoras, nuevas posibilidades, de crear, de construir, pero siempre apoyándonos en lo que ya funciona bien. El cambio sostenible se logra cuando somos capaces de transitar desde lo mejor que ya tenemos hasta lo mejor que puede ser.  Si logramos conectar nuestros sueños, nuestro yo ideal, con nuestro núcleo positivo y nuestro yo real, el cambio fluye, se impulsa y se afianza.

Siguiendo esta misma filosofia, he introducido recientemente en este modelo de gestionar el cambio tanto en las organizaciones, como a nivel de procesos individuales de coaching y mentoring, una nueva herramienta que refuerza el ciclo apreciativo del cambio. Esta herramienta es la Rueda del Cambio, ideada por Marshall Goldsmith.

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En todo proceso de cambio hay que tener en cuenta lo que hay que conservar y lo que hay que cambiar. Los elementos positivos del cambio y los negativos, y sobre todo asentar el cambio sobre cuatro pilares:

  • PRESERVAR = Mantener y mejorar lo que funciona bien, la esencia.
  • CREAR =  Todo aquello que podemos inventar o añadir a lo que ya existe para lograr el cambio deseado o nuestro yo ideal. Innovar
  • ELIMINAR = Erradicar o reducir los elementos negativos, lo que no funciona, nos perjudica o no aporta. Eliminar tiene que ver con dejar de hacer, liberarse, limpiar.
  • ACEPTAR = La parte más dura pero más realista del cambio, aquello que no podemos cambiar y que por tanto tenemos que aceptar y no resistirnos ni apegarnos a ello.  Aceptar implica hacer las paces o bien retrasar el cambio de ciertos factores que en este momento no podemos cambiar.

Se trata de una herramienta muy sencilla y fácil de utilizar. Unicamente hay que tener visualmente la rueda para ir realizando preguntas sobre cada uno de los ítems, comenzando por lo que hay que “Mantener”, y continuando por el resto siguiendo el sentido de las agujas del reloj, hasta llegar al ítem “Hacer la paces”. Recomiendo realizarla en papel visualizando las respuestas. Cuando se trabaja en equipo se hace a través de herramientas de Visual Thinking con post it.

Una vez completadas las respuestas a cada ítem, es importante dejar fijado un compromiso de acción para lograr cada uno de ellos, asegurándose que la acción está bajo el control directo del equipo o la persona que ha realizado la Rueda del Cambio. Sin acción no hay cambio.

Esta herramienta nos ayuda a tener una visión mucho más profunda y extensa del cambio, contemplando todos los focos del cambio, y eliminado resistencias inconscientes del cambio.

Si te estas planteando realizar algún cambio en tu vida, en tu carrera profesional, en tu organización. Si hay algún cambio que se te resiste desde hace tiempo, te invito a probar esta herramienta a través de un proceso de coaching individual u organizacional. ¿Te atreves?

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