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¿Eres demasiado soñador, y tu entusiasmo te impulsa por caminos sin destino? ¿Tu realismo te impide ver más allá? ¿Demasiada actitud critica te esta impidiendo hacer realidad tus sueños? Todo ello esta impidiendo que tu talento brille.

La mayor parte de nosotros actuamos interpretando uno solo de los tres papeles, bien porque hace muchos años nos lo adjudicaron y lo creímos, bien porque nos reporta un beneficio al que no queremos renunciar, bien porque llevamos tanto tiempo haciéndolo que creemos que es parte de nuestra identidad. Sin embargo el éxito de cualquier idea, proyecto, empresa, negocio, tarea o decisión requiere saber bailar con los tres.

El logro de tus metas pasa por desarrollar  el talento de combinar equilibradamente al soñador, al realista y al crítico:

-El Soñador es necesario para crear, para imaginar, para idear, para ir más allá de lo que ya existe, de lo obvio, de lo que todo el mundo ve. Se   sitúa en lo alto y en el futuro, vislumbrando la meta.

-El Realista es el que baja de las nubes y pisa el terreno, disecciona  la realidad, y analiza las posibilidades que esa realidad ofrece para realizar el sueño, ajustando éste a lo que puede ser en el presente. Transforma las ideas en productos concretos.

-El Crítico es el que anticipa los problemas, el que ve lo que puede fallar o salir mal, lo que falta, es el que hace aflorar a la realidad lo que muchas veces nos negamos a ver.

Walt Disney tenía una estrategia, que el llamaba imaginería, para convertir sus sueños en realidades, de la que surgieron muchos de sus personajes, películas y productos creativos. Esa estrategia consistía en tener un lugar o habitación distintos para hacer trabajar al soñador, al realista y al crítico. Nunca los dejaba trabajar juntos, cada uno trabajaba en un lugar distinto y especialmente reservado para él y en un momento específico del proceso estratégico.

Te invito a adentrarte en el mundo de Disney, y que me acompañes en este pequeño paseo por sus habitaciones, juntos descubriremos la magia para convertir tus sueños en realidad.  Para ello necesito que pienses en una situación de tu vida que tengas que abordar, un proyecto que quieras llevar a cabo, una tarea a realizar para la que necesites buscar ideas y/o soluciones. Es importante que la visualices bien, que la sientas y la oigas.

Ahora piensa en tres lugares distintos, o tres espacios distintos en un mismo lugar donde colocar al soñador, al realista y al crítico, sin que se estorben, se pisen o se encuentren. Tienen que ser espacios donde cada uno de ellos se sienta más cómodo para ejercer su función. Esos lugares los llamaremos simbólicamente habitaciones.

Casi lo tenemos todo para iniciar nuestro paseo. Una cosa más, e imprescindible en cualquier camino a realizar: nuestra mochila llena de recursos para ayudarnos en el proceso de llegar a nuestro destino. Cómo vamos a visitar lugares muy diferentes debemos buscar recursos en sitios distintos para ir bien preparados. Comencemos.

Un soñador, un realista y un crítico son tu mejor equipo

Un soñador, un realista y un crítico son tu mejor equipo

– Primero vamos a llenar la mochila del soñador. Piensa en una situación de tu vida en la que se te ocurrieron muchas y muy buenas ideas, en la que tus ideas solucionaron un problema, ayudaron a alguien, o bien creaste algo nuevo o diferente. Un momento en el que fuiste y te sentiste creativo.

Cuando tengas claro ese momento y su imagen sea nítida, dirígete a tu habitación del soñador con tu mochila, entra en ella y experimenta ese momento creativo de tu pasado. Identifica lo que hiciste y cómo lo hiciste, qué recursos empleaste, qué habilidades desarrollaste.

– Cuando tengas a tu soñador seguro de lo que hizo, es el momento de continuar viaje y visitar la habitación del realista. Aquí toca pensar en una situación en la que hayas sido reflexivo, analítico, hayas trazado un minucioso plan para llevar a cabo una idea o proyecto en base a la realidad que tenías. Recréate en ella y recuerda con precisión lo que hiciste y cómo, qué capacidades demostraste, qué estrategias empleaste.

– Si tú yo realista ya esta seguro, es hora de avanzar un poco más y adentrarse en la habitación del crítico. Busca en tu mochila de pensador crítico una experiencia pasada en la que realizaste un juicio constructivo, valorando los puntos fuertes y débiles de una decisión o proyecto, anticipando los problemas y los peros, aunque no te gustara verlos. Escucha lo que decías, las preguntas que hacías, las objeciones, siente ese momento, visualízalo, atrápalo en tu mente.

Después de este pequeño paseo ya tienes tu mochila llena de recursos para ser soñador, realista y crítico. Ahora es el momento de emplearlos en tu próximo reto. Busca un objetivo, un proyecto que quieras sacar adelante, una decisión a tomar y pon a prueba tu capacidad de hacer convivir a tus tres grandes aliados. Vamos a por ello:

1.- Entra con tu proyecto en la habitación del soñador y da rienda suelta a tu imaginación, tu fantasía, tus ideas y tu creatividad. Sin límites y sin censuras, sin juicio, ni análisis. Sueña, libérate. Cuando ya no tengas más que expresar, sal y pasa a la siguiente habitación. Si te quedas aquí vivirás de fantasías pero no alcanzaras tus metas.

2.- Ahora estas en la habitación del realista, aquí tienes que bajar a tierra, observar atentamente el presente y la realidad que tienes y pensar en cómo puedes hacer factibles tus ideas, planes y sueños en ella. Aquí las preguntas son muy importantes ¿con qué recursos cuento realmente? ¿Qué necesitaría para hacer realidad mi idea?  ¿Puedo conseguirlo? ¿Qué circunstancias tendrían que cambiar para poder llevar a la práctica mi proyecto? ¿Qué indicadores hay que me confirmen que es viable mi idea? ¿Qué tengo que hacer, cuándo, cómo? ¿Qué obtendré?

Esta visita tiene que terminar con un plan realista y detallado.

3.- Lleva tu plan a la habitación del crítico, te esta esperando para someterte al tercer grado. ¿Qué es lo que falta o falla en este plan?  ¿Qué problemas pueden surgir? ¿Qué no has tenido en cuenta?  ¿Qué puntos débiles tiene? ¿Puedes conseguirlo solo? ¿Si necesitas contar con alguien estarán dispuestos?  ¿En qué condiciones? ¿Qué efectos secundarios y/o a largo plazo puede haber?

Si tras visitar las estancias del realista y el crítico has descubierto cosas de las que no eras consciente, y que pueden hacer inviable tu proyecto, puedes volver a la habitación del soñador para generar ideas que puedan contrarrestarlas, y someterlas de nuevo al implacable examen del realista y el crítico, hasta que tu plan no tenga fisuras y realmente te permita alcanzar tus metas.

«Siempre me gusta ver el lado optimista de la vida, pero soy lo suficientemente realista para saber que la vida es un asunto complejo» Walt Disney

Autora: Mª Luisa de Miguel

Directora Ejecutiva Escuela de Mentoring

“En nuestro banco tenemos personas trabajando como robots. Mañana tendremos robots comportándose como personas», esta frase de John Cryan, CEO de Deutsche Bank revela la existencia de un mundo al revés. La revolución que ha supuesto la irrupción de las nuevas tecnologías, la era de la digitalización, la internetlizacion, la robótica, el big data, y su corte de algoritmos, nos ha cogido a contrapié. La reacción humana antes estos cambios tan disruptivos suele ser la clásica de paralización, huida o ataque.

Hay personas y empresas que todavía están paralizadas, que no se han adaptado a los cambios, que no saben qué hacer, por donde empezar. Otras huyen, como si fuera posible escapar a la marea de este cambio, se esconden, se agazapan en sus trincheras de lo tradicional, rehuyendo el uso de las nuevas tecnologías que han invadido su controlado mundo. Otros optan por el ataque, la visión apocalíptica, el empeño por demostrar que los humanos somos superiores, ocupándose de tareas que harían y hacen mucho mejor las máquinas, sin darse cuenta que, no sólo tienen la batalla perdida, sino que el desgaste de la lucha los dejara fuera de juego.

La antigua frase «Si caminas sólo irás rápido, si caminas acompañado llegarás más lejos» ha cobrado plena actualidad en palabras de  Erik Brynjolfsson, coautor del libro The Race Against Machine, cuando afirma que aprendiendo a correr con las máquinas llegaremos más lejos que corriendo contra ellas.

El futuro no pasa por competir con las máquinas, con la tecnología, con la revolución digital, el futuro para por la Inteligencia Híbrida (artificial +  humana), uniendo lo mejor de los dos mundos. Quizás no hemos sabido ver que la irrupción de los robots sea la oportunidad perfecta para ser más humanos, para dejar de trabajar como máquinas y comenzar a trabajar como personas. Quizás estamos ante el mayor reto del liderazgo y el trabajo en equipo, el mayor reto de la gestión de la diversidad.

¿Alguién había pensado que tendría que liderar y gestionar equipos compuestos por máquinas y personas?, ¿alguien habia pensado en tener que gestionar organizaciones en las que, a la diversidad de sexos, generaciones, culturas, se una la diversidad maquinas-humanos? El gran reto del talento será ¿cómo hacerse humanamente imprescindible en la era de la robótica? La respuesta la dió hace meses Silvia Leal en una de sus conferencias.

[box type=»warning»] «Cuanto más humanos seamos más difíciles de sustituir.” @slealm[/box]

Las empresas inteligentes serán las que sean capaces de hacer frente a todos estos retos, combinando a la perfección las aportaciones de la tecnología y las aportaciones del talento humano. Desarrollar la Inteligencia Híbrida es el futuro de las organizaciones, y todo ello pasa, por impulsar la diferenciación estratégica, la formulación de preguntas, el desarrollo de la intuición, el aprendizaje a través de modelos de experiencia, la conversación, la reflexión, la interacción y la creatividad.

 

1.- Diferenciación estratégica: Las máquinas tienen capacidad de análisis y de predicción al igual que las personas, la clave está en asignar a cada uno la parte de tarea en las que es más estratégico. Las máquinas se pueden ocupar de aquello que hacen mejor: análisis predictivos y modelos de pronóstico basados en algoritmos, big data, y uso de la inteligencia artificial. Las personas se ocuparán de aquello que las máquinas no puede hacer, como la creatividad, el uso de reglas heurísticas, la imaginación, las dinámicas grupales para intercambios de ideas, la observación participante para extraer las señales débiles del cambio. Y cómo estos otros muchos ejemplos, la estrategia ganadora será la diferenciación y asignación de tareas según la mayor aportación de valor.

2.- Las máquinas saben dar respuestas, las personas saben hacer preguntas: esta diferencia, que puede parecer simple, es altamente diferenciadora. Una máquina con todo su software de análisis datos, estadística, predicción, etc puede resolver problemas estructurados, que se repiten. Una persona está más capacitada para los problemas complejos, aquellos en los que no hay información estable, son totalmente nuevos y aglutinan multitud de variables y factores no conectados y estructurados, y ello es así porque las personas pueden  imaginar, puede anticipar el futuro y con ello plantearse preguntas para ir generando hipótesis y respuestas, para anticipar cambios y crear las condiciones y herramientas necesarias para adaptarse a ellos.

3.- Las personas utilizan la intuición para simplificar la complejidad mediante el mecanismo cognitivo de la búsqueda de patrones, su interpretación, creación de significado y soluciones rápidas que integran la diversidad, la complejidad y la globalidad. La inteligencia artificial, las máquinas y los robots no pueden intuir, y para la toma de determinadas decisiones, como las estratégicas, las que impliquen valores, cuestiones éticas, entre otras, la intuición es una herramienta imprescindible.

4.- El aprendizaje a través de la experiencia, típicamente humano, favorece el desarrollo de modelos basados en expertos que son clave para el desarrollo de habilidades e inteligencia contextual, mucho más efectiva y rápida en la adaptación al cambio, la transmisión cultural, el aprendizaje organizacional, la gestión del conocimiento tácito y experiencial, entre otros.

5.- Las personas median en el aprendizaje de otras a través de su capacidad narrativa porque es más emocional y se fija mejor en la memoria a largo plazo. Además, la comunicación, la conversación, las historias conectan nuestros mundos, y generan nuevas conexiones neuronales que regeneran el conocimiento. La transmisión del conocimiento tácito (basado en la experiencia), la transmisión cultural, el relevo generacional, no sería posible sin los relatos, las historias, y las experiencias compartidas que permiten la comunicación e interacción humanas.

6.- Reflexión + Análisis: los humanos somos capaces de analizar y de reflexionar, las máquinas solo de analizar. Si bien, en nuestra capacidad de análisis estamos limitados por el número de variables que podemos analizar y la rapidez de dicho análisis. Los algoritmos y el big data superarán nuestra capacidad de análisis pero nunca podrán competir con nuestra capacidad de reflexión. La reflexión nos permitirá aprender de la experiencia, comprender lo que está pasando, extraer conclusiones, se basa en la asimilación del todo y sus relaciones, de identificar las conexiones y darles significado. El análisis descompone en partes, y de forma lineal va examinando cada una de ellas para luego unirlas de nuevo, tiende a la búsqueda de soluciones y respuestas. Se analizan datos, hechos, lo cual pueden hacer las máquinas, se reflexiona sobre conceptos más abstractos o globalidades más complejas. Un buen trabajo en equipo robots-humanos dejará a los primeros el análisis y a las personas la reflexión. De esta simbiosis surgirán productos y servicios con mayor valor añadido.

5- Automatización + Interacción: Los robots serán idóneos para realizar todas aquellas tareas que sean repetitivas, rutinarias, que consistan en procesos de ejecución lineal, con factores predecibles y estructurados. Sin embargo, cuanto intervienen personas y son necesarias las relaciones y la comunicación, en tareas como la atención, la resolución de conflictos, la educación, la negociación, el desarrollo y aprendizaje, las habilidades interpersonales que requieren todas ellas son propiedad exclusiva de las personas. Es más, liberar a las personas de todas estas tareas automáticas y rutinarias, les permitirá liberar una ingente cantidad de tiempo y energía para dedicársela a estar con las personas, prestarles toda la atención, practicar una escucha global y profunda, realizar preguntas provocadoras, conversar, compartir ideas y generar innovación, entre otras.

6.- Creatividad e imaginación: ambas son cualidades humanas dificilmente sustituibles por las máquinas. Ambas son los recursos más poderosos de los que dispondrán las organizaciones para anticipar el futuro y darle respuestas antes de que nos arrastre, anticipar los cambios que van a suponer la entrada de los robots en las empresas y crear soluciones para que dichos cambios sean lo más ecológicos posibles y permitan una armónica convivencia robots-humanos. De momento las máquinas no tienen el don de la inspiración, la abstracción la asociación libre, la espiritualidad, que sí tienen las personas, aprovechémoslos y dotemos a las organizaciones de los cimientos necesarios para crear una arquitectura de la creatividad. 

Los robots, las máquinas, los algoritmos nos va a permitir dedicar todo nuestro tiempo a las actividades y tareas que nos hacen más humanos: pensar, imaginar, crear, idear, reflexionar, dialogar, conversar, comunicar, interactuar, relacionarnos, negociar, intercambiar conocimientos, ideas, experiencias, investigar, descubrir, cuestionar, intuir, estar con las personas y disfrutar de los momentos que la vida nos regala. Desarrollar la Inteligencia Híbrida en las organizaciones será la oportunidad para humanizar el talento, para que las personas centren sus esfuerzos en las actividades que nos diferencian y son esencialmente humanas y que, por tanto, nos hacen sentir más realizados y felices.

 

El mundo que yo veo en el futuro me gusta, y me gusta más ser parte del cambio que lo traerá, porque a través del mentoring estoy contribuyendo a hacer que el talento sea cada vez más humano.

 

¿Te apuntas a la revolución de la humanización del talento? Te espero en Escuela de Mentoring para acompañarte.