Mentoring, Lego Serius Play y Compromiso Organizacional

Una de las acciones más importantes dentro de un programa de mentoring es la fase de integración, donde todos los mentores y mentees del programa se encuentran por primera vez y comparten objetivos, expectativas, emociones, y mucho más. Este encuentro supone el pistoletazo de salida para los procesos individuales de mentoring, que llevarán a cabo cada mentor con su mentee, pero sobre todo supone el momento en el que todos toman conciencia de la potencialidad del mentoring, de sus beneficios mucho más allá de las partes implicadas, y de cómo cada uno de ellos está contriubyendo a través del mentoring a construir algo más grande para su organización.

Desde hace algunos años, para esta jornada de integración trabajamos con la metodología Lego Serius Play (LSP), que es perfecta para generar procesos desde lo individual a lo organizacional: Pensar juntos, construir juntos, compartir y crear el cambio organizacional juntos.

Tanto mentores como mentees llegan al proceso de mentoring con una visión muy individual de esta metodología y de lo que van a vivir durante el programa. Esto se plasma claramente en la primera parte del taller de integración, donde les pido que construyan con LSP lo que quieren conseguir con el proceso de mentoring y lo compartan con el grupo. Es habitual que los mentores focalicen su objetivo en desarrollar lo mejor posible su rol como mentores para ayudar de la forma más efectiva a sus mentees. Estos otros, por su parte, suelen focalizarse en los logros que quieren alcanzar con el proceso de mentoring.

 

Tras esta primera parte de la jornada resulta una imagen de diversos elementos individuales desconectados entre sí, y con la organización a la que pertenecen.

Son un conjunto de objetivos individuales, que pueden llegar a contribuir o no al logro conjunto de la organización. Ello dependerá en buena medida del azar, del empeño de algunos, de la presión de arriba, de las circunstancias, etc, pero desde luego no de la consciencia de todos ellos como grupo humano organizacional.

Después de varias dinámicas totalmente activas en las que les hacemos reflexionar sobre la necesidad de trabajar en el conocimiento mutuo, la confianza, y la gestión consciente del cambio, les proponemos un nuevo reto. Esta vez les pedimos que construyan con LSP lo que cada uno de ellos puede aportar a la organización a través del programa de mentoring, y del proceso individual de mentoring que van a experimentar como mentores y como mentees. Una vez lo construyen les vamos pidiendo que lo compartan en diferentes niveles. Se trata de que a medida que van compartiendo, primero por parejas, luego por grupos de 4, y así sucesivamente, vayan construyendo en común el resultado organizacional que van a crear a través del mentoring.

 

De esta forma llegan de una forma activa, creativa, comunicativa y constructiva a un resultado común, que integra las aportaciones individuales de todos de una forma conectada e integrada. La toma de conciencia que se produce tras este proceso, y especialmente, al contemplar la imagen del cambio organizacional conjunto en forma de piezas de lego diferentes, unidas, ensambladas, combinadas y conectadas, es algo que merece la pena vivir. Cuando las personas son conscientes que con sus aportaciones individuales pueden crear algo más grande que ellos, las comparten con los demas y las hacen mejores y más grandes, se nutren de las aportaciones de los demás, y viven todo el proceso como una experiencia transformadora, el resultado natural es el compromiso organizacional. Todos ellos sienten que forman parte de la organización y sus objetivos, que merece la pena formar parte de ello, y ponen toda su energía en ser parte de todo ello.

 

Si a todo esto le añadimos, que en un programa de mentoring, y por tanto, en estas jornadas de integración, participan el primer nivel directivo de la organización y la linea llamada a suceder en el futuro a estos directivos, te puedes imaginar lo que estamos moviendo y construyendo a través de un programa de mentoring: puro engagement organizacional.

Las energías que se crean, movilizan y generan en estas jornadas de integración nos hacen renovar una y otra vez nuestra creencia en que el cambio organizacional se construyen desde el cambio individual, y que cuando las organizaciones crean espacios para compartir desde la diferencia, en confianza y libertad, se produce la alquimia de la transformación. Este tipo de jornadas son sin lugar a dudas uno de esos encuentros con alquimia que tanto nos gusta propiciar. Cada año vivimos unas cuantas experiencias de este tipo en los diversos programas de mentoring que desarrollamos para distintas organizaciones, y nunca nos dejamos de sorprender con lo que pasa.

La directora de la Escuela, Maria Luisa de Miguel, acaba de regresar de Tarragona y ha vuelto a vivir una de ellas, y os podemos asegurar que es algo transformador para todos. Dos partes muy diferentes de una empresa con más de 2000 trabajadores se unen para trabajar juntos, y ellos mismos se sorprenden del resultado, y lo que es más importante, descubren la potencialidad que tienen juntos a pesar de las diferencias. A partir de aquí ya nada es los mismo, se empiezan a mover cosas en cuanto a liderazgo, motivación, desarrollo, innovación, trabajo en equipo. La transformación ya está en marcha, y ella tendré un lugar privilegiado en el próximo año para observarla, acompañarla, facilitarla y transmitirla.

Os iremos contando a través de esta página.

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