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Hay una gran muestra de humildad en escuchar, porque al hacerlo te abres a la vida y la sabiduría del otro, te enfocas en comprenderle, en lugar de inundarle con toda tu sabiduría e ingenio; hay una gran muestra de generosidad en escuchar, porque significa regalar tu atención y tu tiempo de forma ininterrumpida al otro para que lo tome, lo ocupe y se exprese. Por eso la parte más difícil de escuchar es no hablar, con uno mismo a través del diálogo interno, o interrumpiendo continuamente al otro. Nuestra forma de escuchar dice mucho de nuestra humildad, nuestra generosidad y nuestra forma de estar en el mundo.

Se habla mucho de los buenos oradores y comunicadores, pero poco de los «buenos escuchantes».  El liderazgo, por ejemplo, es una función donde la escucha es una competencia crucial, que no se trabaja con la necesaria profundidad. Quizás aprender a escuchar bien puede que se la mejor fuente de aprendizaje y desarrollo del liderazgo. En 1977, Carl Rogers, el maestro de la escucha empática, pronunció una conferencia en el Instituto Tecnológico de Monterrey sobre lo mucho que le había ayudado en su vida saber escuchar y sentirse escuchado, afirmando que todo lo que sabía sobre las personas, la personalidad y las relaciones interpersonales había sido a través del arte de escuchar y no de la lectura de libros. Casi podría afirmar lo mismo sobre mi práctica como mentora: escuchar de forma empática y profunda ha sido para mí todo un descubrimiento y un regalo. Algo que también comparten todos los líderes a los que he formado como mentores corporativos puesto que la competencia que más valoran haber aprendido, desarrollado y mejorado es la escucha empática.

Por todo ello creo necesario hablar en este artículo del oficio de un «buen escuchante» y desgranar algunas de las actitudes y comportamientos que lo definen:

1.- Conectados con el propósito y la motivación para escuchar. 

Antes de cada conversación, de cada reunión, un buen escuchante se recuerda ¿para qué escucha? y se pregunta ¿por qué es importante que escuche a esta persona? ¿qué le puede aportar mi escucha? ¿qué me va a aportar a mí? ¿a qué va a contribuir todo ello? ¿qué debe tener en cuenta en mi forma de escuchar para lograrlo? ¿cómo debo prepararme? 

Oír es un acto biológico, involuntario, inconsciente y pasivo, salvo que por cuestiones físicas tengamos limitado o anulado este sentido o nos tapemos los oídos, todo el tiempo estamos oyendo. Sin embargo, escuchar no es algo tan automático, requiere voluntad, consciencia, intención, interés y motivación. La escucha comienza como un proceso fisiológico, pero enseguida se convierte en psicológico, puesto que nuestras necesidades, deseos, motivaciones, percepciones y experiencias pasadas dirigen y priorizan nuestra atención eligiendo, sin saberlo muchas veces, cuáles, de todos los estímulos recibidos, serán los escuchados.

La escucha no solo requiere atención, sino también una intención consciente con la que podamos conectarnos para no caer en la escucha egocéntrica, cuando durante la conversación nos atrapen nuestros pensamientos, nos perturben nuestros prejuicios, nos asalte el aburrimiento, la impaciencia, el miedo o nos distraigamos con interrupciones, ruidos u otros estímulos.

2.- Conscientes del “estado escuchante”.

Tanto antes, como durante, como al finalizar la conversación un buen escuchante toma consciencia del estado (emocional, físico, mental) en el que va a escuchar, está escuchando o ha escuchado.  Cuida mucho de que sea el adecuado para poder estar presente plenamente, atento, concentrado y relajado. Sabe que si está cansado, estresado o con hambre no está en las mejores condiciones para escuchar, porque su energía se concentrará en la supervivencia y no en la trascendencia que requiere el acto de escuchar a otro. Evita, por tanto, saltar de una conversación a otra sin un tiempo de desconexión y reconexión; estar escuchando sin descanso o en determinadas condiciones que hacen más dificultosa la escucha: ruidos, iluminación, elementos distractores, interrupciones de otras personas.

Tiene muy presente cómo su estado emocional puede jugarle malas pasadas. Si está preocupado por una llamada que acaba de tener, si está de mal humor porque se ha frustrado un plan o si está demasiado eufórico por una nueva noticia puede verse comprometida su calidad de escucha, porque el estado emocional absorberá una gran parte de la energía que debería estar poniendo en escuchar al otro. Lo mismo puede ocurrir cuando en la conversación aparecen el miedo, la contrariedad, la frustración o la culpa ante alguna palabra, gesto o reacción del interlocutor. Sabe pedir una pausa cuando esto ocurre, para serenarse y  reemprende la conversación en un estado adecuado para escuchar a consciencia y sin interrupción. 

Se vacía mentalmente de prejuicios, preocupaciones, tareas pendientes y recordatorios varios para no llevarlos a la conversación y evita anticipar respuestas desconectándose de su interlocutor. Tras cada conversación hace examen de conciencia sobre cómo ha escuchado y el tiempo que ha ocupado en la misma. Cuando su discurso ha representado más del 50% de la interacción sabe que ha hablado más que escuchado y, por tanto, no ha sido un buen escuchante. 

3.- Deja hablar al otro primero.

El buen escuchante deja hablar primero a su interlocutor, favorece que se desahogue, especialmente, cuando viene con carga emocional que liberar. Acompaña en la emoción y no solo en las opiniones, datos, hechos o argumentos, usando frases como “entiendo tu frustración” o “siento que esto te preocupa mucho”.

Sabe que hasta que la persona no descarga su emocionalidad no está en buenas condiciones para pensar, para ver las cosas de otra forma, para escuchar, para generar nuevas soluciones o tomar decisiones. Cuando las personas están emocionalmente inquietas solo pueden prestar atención a sus sentimientos, por eso mientras se produce el desahogo no interrumpe, no da consejos, no opina, solo está presente, acompañando y escuchando.  

4.-Suspende y trasciende los juicios para superar la escucha egocéntrica y poder escuchar en otros niveles más profundos.

Un «buen escuchante» conoce sus creencias, sus valores, sus prejuicios y cómo pueden asaltarle en cualquier momento. Está atento a ello y los suspende, los pone en cuarentena cuando aparecen, elevándose por encima de ellos para poder ver más allá de su mirada y entrar en el mundo del otro, en su forma de mirar el mundo. Por ejemplo, cuando escucha «no tengo porque hacerme cargo de como se sienten en mi equipo, aquí se viene a trabajar y los problemas personales se dejan en casa», aunque pueda no estar de acuerdo con ello y considerar que es una actitud muy poco empática, se eleva por encima de sus juicios y opiniones utilizando como estrategia preguntas del tipo: ¿qué puede estar llevando a estar persona a pensar así? Este tipo de preguntas ayudan a superar la escucha egocéntrica y pasar a la escucha empática, actúan como cortafuegos de los juicios evitando opinar, argumentar en contra, realizar preguntas o intervenciones llevadas por el juicio. Así podría preguntar ¿cómo te sientes cuando alguien de tu equipo te cuenta sus problemas personales? ¿qué sueles hacer? ¿que provoca lo que haces?

Si nos quedamos en la escucha egocéntrica nuestro diálogo interior ocupará toda la conversación. Mientras lo mantenemos nos escuchamos a nosotros y no a la persona que nos habla. En su TED Talk, el músico y presentador del podcast «Song Exploder», Hrishikesh Hirway, compara esta situación con «intentar escuchar una canción mientras cantas otra diferente en tu cabeza»: “ no puedes hacerlo, o no puedes hacerlo bien”, “lo mismo que no puedes apreciar completamente lo que alguien más dice si estás pensando en otra cosa”.

5.- Escucha de forma multidimensional.

Escuchar requiere mucho más que usar los oídos, escuchamos con los ojos observando, con la mente contextualizando e interpretando, con el corazón comprendiendo, con el cuerpo conectando con el flujo de energía de la conversación y hasta con el alma conectando con la esencia humana. Cuando escuchamos así podemos elevarnos sobre la escucha egocéntrica y la meramente intelectual para pasar a una escucha emocional y trascendente.  En este nivel de escucha la persona se siente mucho más que entendida, atendida, respetada y confiada, se siente cercana y conectada, hermanada. 

Cuando podemos llegar a escuchar al nivel transcendente, sin juzgar y sin interrumpir, descubriremos que las personas se abren, se muestran, se expresan mucho más allá de lo que ellas mismas hubieran pensado, porque al ser plenamente escuchadas, ahondan dentro de sí y descubren mucho más de lo que habitualmente encontraban.  Esto les hace contemplar nuevas posibilidades, se expanden. 

6.- Retiene lo relevante

Una cosa es escuchar con atención todo lo que comunica mi interlocutor y otra captarlo y retenerlo todo. Nuestra capacidad en este punto es limitada, por lo tanto conviene usarla bien. Un «buen escuchante» lo sabe y se concentra en retener mentalmente los aspectos más relevantes para comprender el mundo interno del otro, desde donde mira y enfoca las situaciones, cómo se siente, qué es lo verdaderamente importante para el o ella y que necesita para encontrar una salida, tomar una decisión, cambiar aquello que quiero o lograr lo que desea. 

Presta atención a las ideas que se repiten, enunciadas en forma diferente pero expresando el mismo sentir o significado, a la carga emocional con la que se expresan algunas palabras o contenidos. En ocasiones se lo devuelve a su interlocutor para ver como reacciona, pues su lenguaje no verbal y verbal le será muy útil para confirmar si era importante o no para él. 

7.- Interviene sólo para facilitar procesos mentales

Un «buen escuchante» no se limita solo a simplemente escucha, la escucha de calidad es «mentalizante», es decir, ayuda al otro a pensar mejor, a reflexionar, a ver las cosas desde diferentes perspectivas, a tener en cuenta su contexto interno, pero también el externo, cómo se siente él y cómo se sienten otras personas, a convertirse en observador de su propio comportamiento y pensamiento, todo ello con el objetivo de que pueda tener más amplitud, más claridad, más alternativas de pensamiento, tomar decisiones sabias y obtener resultados satisfactorios.

Un «buen escuchante», escucha de forma empática, profunda y reflexiva, para saber cuándo intervenir y cómo para facilitar que su interlocutor avance hacia su objetivo. 

-Sabe cuándo preguntar, qué tipo de preguntas realizar, que serán sobre todo abiertas y al hilo para que pueda seguir profundizando en su pensamiento, autorregularse emocionalmente y explorar caminos en los que no habían pensado anteriormente. 

-Sabe cuándo parafrasear, cuándo resumir y recapitular para ordenar la información compartida, centrar lo relevante y seguir avanzando en la conversación de forma satisfactoria.

-Sabe cuándo reconocer y reforzar al otro para hacer que se sienta valioso, hacerle consciente de la importancia de su descubrimiento, de su aportación, de sus ideas.

-Sabe cuándo reflejar para transmitir al otro que lo está escuchando con atención y lo comprende, para que sea consciente de lo que ha expresado y lo pueda reelaborar o reevaluar si así lo considera.

-Sabe cuándo intervenir para validar si ha escuchado bien, si ha entendido bien, si ha comprendido o si están hablando de lo mismo o en la misma forma.  En muchos casos validará significados con su interlocutor para evitar imponer los suyos. Por ejemplo, cuando alguien le habla de que «algo no es nada motivador» preguntará ¿qué es motivador para ti? ¿qué hace que no sea motivador?

En definitiva, un «buen escuchante» resiste la tentación de intervenir para hablar de su libro, a cada paso en que el otro le cuenta su historia, su situación, cómo se siente o lo que le pasa. Sabe que no se trata de él, sino del otro y se mantiene comprometido con descubrir su libro, en lugar de revelarle el suyo propio. 

El «buen escuchante» está más preocupado por estar presente que por ser brillante. 

 

Autora: Maria Luisa de Miguel

Directora Escuela de Mentoring

Dentro de la sección que la Escuela de Mentoring tiene en la Revista ORH, en la edición de Mayo-Junio, nuestra Directora Ejecutiva, Mª Luisa de Miguel publica un artículo  bajo el título «Inteligencia Moral. La competencia olvidada en el liderazgo».

Cuando se contratan personas directivas y se promocionan líderes en las organizaciones no se considera la inteligencia moral de estos como un factor de evaluación. Se trata de un error que viene de largo: considerar que desarrollar y ejercer una profesión, un rol o puesto es solo una cuestión de conocimientos, de habilidades técnicas o de competencias. Sin embargo, ¿cuántos desastres, crisis y estafas nos ahorraríamos si evaluamos la competencia moral de los líderes?

La Inteligencia Moral es el arte de la diplomacia para conciliar lo deseado y lo deseable. Un arte que hemos dejado de cultivar en una sociedad movida en exclusiva por el deseo, que  cada vez se parece más a lo que describe Saramago en su “Ensayo sobre la ceguera”. Todos los días aparecen noticias de casos que revelan déficits morales: “las abejas obreras del Chat GPT, el fraude de las criptomonedas, jornadas maratonianas en las “Big Four”, el fenómeno del sexting, el “Caso Mediador” o los “Pandora Papers de la madera”. La maximización del beneficio económico, del placer, del ego y el individualismo nos ha llevado a desconectarnos de nuestra dimensión moral.

El liderazgo requiere una “Revolución Moral”, como la que postula Jacqueline Novogratz, donde el comportamiento ético y moral sea el motor y el ideal a seguir en cualquier decisión y actuación. Tom Peters, habla de “humanismo extremo”: los negocios deben tener como meta ofrecer bienestar humano y producir felicidad para las personas. 

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Los conflictos son parte de nuestra vida, son inevitables y nos retan, por eso pueden ser una gran fuente de aprendizaje si sabemos gestionarlos ecológicamente. Aunque muchos desearían una vida sin ello, tener conflictos significa estar vivo porque nos mantienen en evolución.

Quizás nuestra cultura occidental, caracterizada por un pensamiento binario y dicotómico (blanco o negro, bien o mal, a o b), no  ha ayudado mucho a desarrollar la habilidad de gestionar la diferencia. Nuestra forma de abordar el conflicto suele tender a eliminar las diferencias, escogiendo una alternativa y excluyendo la otra. No estamos acostumbrados a pensar en opciones más orgánicas, holísticas o sistémicas, que nos permitan construir nuevas realidades y soluciones a partir, precisamente, de las diferencias, buscando alternativas integradoras en lugar de excluyentes.

En un mundo VUCA, como el actual, gestionar la diferencia será una competencia clave para el éxito. Gestionar  los conflictos atendiendo a las diferencias, viendo en ellas una fuente de valor, lograremos incrementar la creatividad , ser más flexibles y con mayor capacidad de adaptación, estaremos más preparados para el cambio, aprenderemos más rápido, fomentaremos la responsabilidad y lograremos con ello una mayor madurez profesional y organizacional.

Cuando pensamos en conflictos, la mayoría ponemos el foco en los conflictos externos y, sin embargo, la mayor parte de ellos están generados por los conflictos internos no resueltos con nosotros mismos. Esos  son una de nuestras principales disfunciones para el desarrollo de nuestro talento y el logro de nuestras metas. Los conflictos internos son partes de nosotros que no están alineadas (emoción y razón, metas y creencias, nuestros distintos yo, esencia y roles, necesidades y emociones, expectativas y realidad…..).

Antes de asumir nuevas funciones, retos, marcarte objetivos, iniciar un proceso de cambio, aprender o desarrollar una nueva habilidad o cuando tengas un problema o dificultad con otra persona, mira hacia adentro, pregúntate qué conflicto provoca en ti esa situación, qué tienes que resolver contigo mismo.  Comienza a a apreciar los conflictos como una ventana que se abre hacia una nueva oportunidad de crecimiento y superación.

Cada persona tiene una actitud ante los conflictos, internos y externos, que se refleja en nuestro comportamiento hacia ellos, la forma en que los abordamos y sus resultados.  El modelo planteado por Rahim y Bonoma puede ayudar a incrementar nuestro autoconocimiento, a partir de cómo respondemos a los conflictos, así como a mejorar nuestras habilidades para gestionarlos mejor.

Dicho modelo plantea 4 actitudes que se suelen dar a la hora de acometer los conflictos, según la orientación de la persona se incline más hacia los propios intereses o los del otro.

 

 

 

  • DOMINAR: Querer ganar a toda costa, imponer nuestra posición, nuestra argumentación
  • EVITAR: Evitar el conflicto, mirar para otro lado, dejarlo pasar a ver si se soluciona solo
  • COMPLACER: Ceder siempre ante las demandas de los demás, complacer y no dar valor e importancia a nuestros intereses
  • ARMONIZAR: Ser igualmente consciente de mis intereses y necesidades, así como de su importancia y valor, y de los demás, buscando una solución que integre ambos de forma satisfactoria para todas las partes implicadas.

Para lograr esa integración, es preciso tener en cuenta las posiciones, los intereses, las expectativas, las emociones, las necesidades, las creencias y los valores de todas las partes. A veces se llega a un acuerdo en la resolución de un conflicto pero no a su resolución porque cuando alguna de las partes no se siente satisfecha con el acuerdo adoptado el conflicto sigue vivo, latente y, probablemente, se enquiste y explote en cualquier otro momento con más fuerza aún. Esto ocurre porque no buceamos por debajo de la superficie, intentado conocer lo que la otra parte realmente quiere, lo que verdaderamente le importa y valora. La razón de ello está en nuestra actitud de dominación, servilismo o evitación, que nos impide darle espacio al diálogo, a la pregunta y a la escucha profunda, que son las herramientas más importantes en la gestión de los conflictos, junto con unas buenas dosis de consciencia, empatía e intuición. Cuando preguntamos y escuchamos empáticamente podemos comprender la intención positiva y el mapa del mundo desde el que actúa el otro. Este es el primer paso para el acercamiento de las partes.

William Ury, experto en negociación de Harvard, explica muy bien la diferencia entre posiciones e interés con la historia de dos hermanas que se peleaban por una naranja: «Solo hay una naranja y cada una de las hermanas está aferrada a su posición de quedarse con ella. Finalmente, después de mucha discusión, decidieron cortarla a la mitad y quedarse cada una con una mitad de naranja.»

El conflicto aparentemente quedó resuelto porque llegaron a un acuerdo y una solución, pero ambas quedaron disconformes e insatisfechas ya que cada una obtuvo la mitad de lo que le interesaba. El problema fue que su negociación se centro en sus posiciones «quiero la naranja» y no se preocuparon por indagar y descubrir cuél era realmente el interés de la otra parte en la naranja. Si hubieran preguntado ¿para qué quieres la naranja? hubieran descubierto que una de ellas la quería para comer, mientras que la otra deseaba usar la peladura para preparar una tarta. Si en vez de intercambiar solo sus posiciones, hubieran preguntado y escuchado hasta descubrir cuál era el interés de cada una en el conflicto, habrían llegado a un acuerdo del todo satisfactorio para las dos. Una habría comido toda la fruta y la otra habría podido usar toda la peladura.

Los intereses son aquello que nos motiva y se relacionan con nuestras necesidades, deseos, aspiraciones, preocupaciones y miedos. En cambio, una posición consiste en una demanda concreta que realizamos ante los demás para asegurarnos de que nuestros intereses quedarán satisfechos.

Pirámide de los Conflictos

Pirámide de los Conflictos

Si realmente quieres aprender, crecer y superarte tras los conflictos que irán apareciendo en tu vida, no dejes de sumergirte en sus profundidades, en ellas habitan las verdaderas llaves para resolverlos satisfactoriamente: intereses, emociones, necesidades, motivaciones y valores. ¿Estas preparado para la inmersión? ¿Estas preparado para el aprendizaje?

 

Autora: Mª Luisa de Miguel

Directora Escuela de Mentoring

Un año más, Youth Business Spain ha depositado su confianza en la Escuela de Mentoring para llevar a cabo la formación de los Mentoring Managers pertenecientes a la red de entidades que conforman Youth Business Spain, encargadas de desarrollar los programas de mentoring en los diferentes territorios en los que actuan (Castilla La Mancha, Madrid, Cataluña, País Vasco, Galicia, Málaga, Salamanca ).

Durante los días 18 y 19 de abril, 24 personas han participado en la formación llevada a cabo en la sede de Fundación Secretariado Gitano, que es una de las entidades de la red.

 

En esta ocasión trabajemos aspectos relacionados con gestión emocional, motivación, gestión del tiempo, y la diferencia entre orientar vs dirigir. El objetivo de estas sesiones es que los mentoring managers adquieran los conocimientos y habilidades necesarias en los temas trabajados para luego formar en ellos a sus respectivas redes de mentores en su territorio de actuación. Todo ello con el propósito de mejorar su desempeño como mentores para prestar una ayuda más efectiva a los emprendedores con los que trabajan. Las sesiones de entrenamiento de los Mentoring Managers se diseñan a la carta, en base a las necesidades detectadas durante el año en los procesos de mentoring llevados a cabo por los mentores de la red con cada emprendedor/a.

El programa formativo diseñado para esta ocasión consta de los siguientes contenidos:

1.-Agilidad Emocional aplicada al mentoring

2.- La Alquimia de la motivación en el mentoring

3.- La gestión del tiempo en el proceso de mentoring

4.- Orientar Vs Dirigir

5.- Reflexiones, aprendizaje y feedback

 

Ser mentor es una experiencia de aprendizaje apasionante, que comporta una gran responsabilidad. Los mentores y mentoras de la Red Youth Business Spain están comprometidos con su mejora continua, su aprendizaje y una práctica del mentoring excelente. Para la Escuela de Mentoring es un lujo y una satisfacción acompañarles en este camino.

Si has llegado a este artículo seguramente estás esperando una respuesta a la pregunta ¿Qué es una vida plena? Ya te adelanto que no es una respuesta fácil, pues llevar una vida plena no es algo que se sabe, es algo que se siente.  Además, que sea más o menos plena depende del número de momentos a lo largo del día, la semana, el mes, el año y los años en que lo sientes.

No hay un ideal universal de vida plena, cada persona define qué es lo que le hace sentirse pleno, que es mucho más que sentirse bien. No tiene que ver con el placer sino con una sensación más profunda y más duradera. Se puede sentir plenitud incluso en los momentos más difíciles de tu vida, créeme, yo lo he vivido y lo cuento en uno de los capítulos de mi libro «Vine a ser Felíz, no me distraigas. Bitácora de la Felicidad».

La plenitud se relaciona con sentir, en el aquí y ahora, que estás exactamente donde quieres estar, haciendo lo que quieres hacer, o lo que sientes que es importante hacer para lograr aquello que para ti tiene sentido y significado. Sentir que estas en el camino que has elegido con total consciencia, libertad y responsabilidad y, además, que estas caminando como tu quieres caminar, no como otros lo han decidido por ti o para ti, como otros te recomiendan o aconsejan, como otros aprueban, o como otros opinan. Y en ese camino están las personas que has elegido que te acompañen, las personas con las que quieres caminar.

Quizás tener una vida plena, sea algo parecido a lo que hace unas semanas Marta Tamargo, me apuntaba como comentario a mi post sobre la “vida nómade”, como «tener una vida de autor”.

En mi trabajo como Coach y Mentora, tengo la oportunidad de acompañar a muchas personas en ese camino, algo que va muchos más allá de lograr sus metas y objetivos, y que tiene más que ver con aprender a tener una vida plena. Para mí una vida plena es contribuir a que toda persona, que lo desee, pueda escribir, dirigir y escenificar el guión de su vida. Ese es mi  propósito vital y mi misión, y desde luego comienza por mi misma, como escribo en el aparatado «mi historia» en mi blog: yo he elegido vivir “by my way”, a mi manera, con una vida de autor, eso sí, aceptando de antemano las consecuencias de esta elección, entre ellas que a muchas personas no les guste mi guión.

Si tu también quieres una “vida de autor”, te invito a comenzar a practicar una serie de hábitos que te ayudarán a lograrlo. ¡¡¡Si, hábitos!!!, acciones continuadas en el tiempo, ejercidas con consciencia, que requieren repetición, constancia, esfuerzo y férreo control de nuestra voluntad. Llevar una vida plena, no es tener una vida cómoda, exenta de dificultades, de riesgos, de sinsabores. A partir de aquí,  abstenerse de seguir leyendo los “adictos a la perfección”, los del “y si….”, los del “es que…”“los alérgicos al esfuerzo”, los de “la culpa es siempre de los demás”, o “no me entienden”, o “los que tienen muchas y muy buenas intenciones pero que nunca llegan a convertirse en acciones”“los que se comprometen y no cumplen y viven excusándose y disculpándose” , y otras enfermedades varias, pues aquí no van a encontrar la medicina que buscan.

Hábitos

Un proceso de coaching o mentoring es un aprendizaje consciente e inteligente de hábitos, precedido del desaprendizaje de otros tantos que nos están perjudicando. En eso consiste llevar una vida plena, en incorporar a la misma una serie de conductas que nos ayudan a hacer realidad esa vida que queremos. Como dice José Antonio Marina, “los hábitos son un mecanismo de la inteligencia para ampliar su eficiencia”. Hoy me gustaría compartir contigo cuales son los 9 hábitos que puedas comenzar a practicar e iniciar el camino hacia una vida plena.

1.- Practicar la introspección o exploración interior.

¿Quién soy verdaderamente? No quien quiero ser porque lo son otros o como quieren que sea, ¿quién siento que soy?, ¿cómo es realmente el ser que habita dentro de mi?, ¿qué voz está deseando salir desde dentro de mi para ser escuchada?. ¿Qué necesita mi ser? No mi ego. Todo esto tiene que ver con nuestros valores personales (no los socialmente impuestos), con nuestras verdaderas motivaciones (nuestro perfil motivacional), nuestro temperamento (esa tendencia a ser que no ha venido dada), y con nuestro potencial, esa capacidad de ser y de llegar a ser que todos queremos aportar al mundo, y que sea reconocida como valiosa.

2.- Establecer metas y objetivos con encaje

¿Qué es lo que el ser que me habita quiere hacer en la vida? ¿Qué le apasiona? ¿Qué le hace vibrar? ¿Qué hace encender su ira cuando no ve en el mundo aquello que quiere contemplar? ¿Por qué quiero luchar? ¿Para qué quiero hacerlo? Detrás de estas preguntas se esconde la respuesta a nuestro propósito vital, aquello que es verdaderamente importante y significativo para nuestra vida y para nuestro ser. Vivir cada día en nuestro propósito supone tener el hábito de fijar objetivos que encaje con él. Aquí te dejo una herramienta que te puede servir para fijarlos.  Lograr nuestros objetivos y en la forma que encaja con nosotros es la fuente de satisfacción que día a día construye una vida plena.

3.- Amaestrar nuestra atención y nuestra voluntad

Una vez hemos conectado con nuestro verdadero ser, con nuestro propósito y con nuestro objetivo, no debemos distraernos, ni apartar el foco de él. Las tentaciones, distracciones, dudas y nuevas oportunidades serán constantes. El maremagnum de informaciones y estímulos a los que estamos sometidos hace peligrar constantemente nuestra atención y nuestra voluntad.

Escucha y observa, pero mantén vivas en tu cabeza siempre estas preguntas: esto nuevo que me llega ¿me acerca o me aleja de mi objetivo? Esto que me proponen, que me dicen, ¿me mantiene en mi camino o me aparta de é? Esto que voy a hacer ¿encaja con quien soy? No desperdicies tu energía en temas, acciones, oportunidades, personas, relaciones, o proyectos, que te aparten de tu propósito.

4.- Apostar por nuestro potencial y ponerlo en valor

Olvídate de hacerlo todo tú, de querer hacerlo todo bien, de ser perfecto, de demostrar que puedes con todo. Concéntrate en hacer aquello en lo que realmente eres bueno, poténcialo y llévalo al máximo nivel. Lo demás, busca en quien delegarlo, busca quien te complemente, o gestiónalo hasta el nivel necesario para que no te genere problemas.

El tiempo que dedicas a ser perfecto, infalible e imprescindible lo estas quitando de ser realmente único y hacerlo ver. Comienza por preguntarte ¿en qué eres bueno? ¿Donde eso aporta valor? Y dirige tus esfuerzos a ese campo de juego, no te empeñes en querer jugar en todos sitios, todos tenemos nuestro lugar, la clave de la plenitud en la vida es encontrarlo. Como dice Ken Robinson, «vivir en nuestro elemento»

5.- Practicar el arte del equilibrio

Somos un conjunto de necesidades que están luchando de forma constante por imponerse unas a otras. Necesitamos estar solos y tener nuestro margen de independencia y libertad, pero también necesitamos sentirnos queridos, acompañados, y comprendidos por otros. Tenemos diferentes roles que demandas diferentes comportamientos. Hay diferentes facetas en nuestra vida que requieren ser atendidas. El punto de equilibrio entre nuestros distintos roles, áreas de la vida y necesidades varía, pero somos nosotros el que lo establecemos y luego tenemos que mantenerlo. Sin equilibrio la vida se resquebraja.

¿En qué punto de mi vida estoy en este momento? ¿Dónde quiero que esté mi punto de equilibrio? ¿Cómo voy a lograrlo? Al final se trata de un tema de asignación de tiempos y, por tanto, de establecimiento de prioridades. Decide tu orden de prioridades y el tiempo que le asignas para hacer realidad tu punto de equilibrio. Esta herramienta te puede ayudar a reflexionar sobre donde quieres situar tu punto de equilibrio.

6.-Mantener una buena ecología emocional y relacional

Nadie es emocionalmente autosuficiente, todos necesitamos rodearnos de un círculo de relaciones que nos proporcionen un afecto sano, que nos aporten y en las que aportemos. La mayor parte de nuestra energía se genera o destruye en las relaciones con los demás. Las relaciones que construimos deben estar basadas en una generosidad inteligente, yo te doy lo que tengo que te aporta y valoras, y tu me das lo que tienes que me aporta y valoro. Si no hay enriquecimiento y crecimiento mutuo en una relación no es sana, porque sería una relación desequilibrada. Si yo soy el medio para que tu consigas tus deseos o satisfagas tus necesidades, sin tener en cuenta las mías, no es una relación ecológica, y nuestra emocionalidad se verá resentida. No se trata de dar lo mismo, precisamente las relaciones existen porque nos aportamos mutuamente cosas diferentes, pero en ese intercambio tiene que haber un equilibrio y un beneficio mutuo, sino nuestra ecología emocional se pone en riesgo.

Practica la limpieza emocional y relacional de forma habitual. Aléjate de las relaciones que son ficticias, interesadas, insanas y que no te hacen crecer. Las reconocerás por las emociones que se despiertan de forma continua cada vez que estas con esa persona. Con quién te relaciones también dice quien eres. 

7.- Practicar la autonomía de elección y la libertad de expresión

No dejes que elijan por ti, que decidan por ti, ni con buena ni con mala intención. No dejes que te solucionen tus problemas, ni que te ayuden cuando no lo pides. Tu eres quien está al mando de tu vida, quien realmente sabe lo que necesitas. Eres responsable de tu vida, eso implica elegir y asumir las consecuencias de la elección. Di NO cuando quieras decir NO, di SI cuando quieras decir SI, no calles cuando no estas de acuerdo, no permitas cuando no quieras permitir. Elegir sabiamente es elegir de acuerdo a lo que nuestro ser necesita,  a lo que nos ayuda a lograr nuestro propósito en la vida y a alcanzar los objetivos que nos marcamos. Este tipo de elección sabia solo la puedes hacer tu, no hay nadie más capacitado para ello. Cuando decides en base a lo que otros quieren, piensan, u opinan o para agradarles o satisfacerles, estás renunciando a ti.

No te calles, expresa lo que sientes, lo que quieres, lo que necesitas y lo que opinas. Es la única forma de llevar la vida que queremos. Eso sí con empatía, respeto y asertividad, pero no te calles, no ahogues tu voz, porque con ello estas ahogando tu ser. Estoy convencida de que la mayor parte de dolores físicos y enfermedades tienen mucho que ver con acallar nuestra voz. “El cuerpo grita lo que la boca calla”.

Si estas enfadado/a, decepcionado/a, molesto/a…. exprésalo con razones y asumiendo que es tu enfado, tu decepción y tu molestia. No esperes que te lo solucionen otros, ni incluso que lo compartan, pero tu exprésalo.

8.- Actuar con consciencia y responsabilidad

Sin acción no hay cambio, ni logros, ni  plenitud. La mayor parte de las frustraciones e insatisfacciones derivan de vivir en las intenciones, quejas y deseos, en vez de hacerlos realidad o cambiarlos a través de la acción. Actúa en base a decisiones sabiamente elegidas, se consciente de lo que eliges, para qué y por qué, sé consciente de lo que haces y de sus efectos, resultados o las consecuencias que genera. Asume con responsabilidad todo ello porque están derivados de tus elecciones y acciones y, al final, eso es lo que somos y la vida que tenemos. Somos el resultado de nuestras elecciones y de nuestras acciones.

Concéntrate en hacer aquello que depende de ti y que está bajo tu control directo.  Los demás no entran en tu área de influencia, pretender que hagan algo para lograr lo que nosotros queremos implica esperar sentado a que las cosas pasen cuando las decidan o hagan otros. Y ya se sabe que «el que espera, desespera». Pon el foco en lo que puedes hacer y hazlo, y olvídate de lo que no puedes, salvo que lo puedas cambiar y, entonces, ya sabes: actúa, cámbialo.

No pierdas de vista esta secuencia: objetivo-elección alternativas-decisión-acción-reflexión y, vuelta a empezar. Si te saltas algún paso o la interrumpes te impide llevar una vida plena.

9.- Parar y contemplar

Parar para coger aliento, para oxigenarnos, para contemplar cómo estamos, cómo nos sentimos, por donde vamos. Si vamos bien o vamos mal, si nos estamos apartando del camino o si hay algo que no está encajando. Parar para practicar la introspección, para conectar con nuestro propósito, para escuchar nuestra voz, para elegir sabiamente, para expresarnos asertivamente, para focalizarnos, para equilibrarnos.

No te abalances de un mail a otro, de una llamada a otra, de una reunión a otra, de una tarea a otra. Para, maneja los tránsitos, concédete un tiempo para observarte, para ser consciente, para elegir bien el próximo paso, por muy pequeño e insignificante que este te parezca.

Para varias veces al día, para varias veces a la semana, al mes y al año. Las paradas serán de menos o más larga duración, según la intensidad de la velocidad de la que vienes, del nivel de desorden en el que te encuentras y de la magnitud del próximo paso a dar. Para y obsérvate en el pasado inmediato, en el presente y en el futuro. ¿Esto que he hecho es lo mejor que podría haber hecho? ¿Cómo estoy aquí y ahora? ¿Esto qué voy a hacer es lo mejor que podría hacer ahora? ¿Cómo encaja y contribuye todo ello con mi ser y con mi propósito?

 

 

Parar te conecta a la vida, no hacerlo te permitirá existir pero no vivir.  Si quieres recorrer el camino de la vida plena, estaré encantada de ayudarte. Puedes comenzar por adentrarte en la lectura de mi último libro «La Alquimia de la Motivación: cómo motivar la voluntad para vivir conectado a tu propósito». Ediciones Pirámide 2022.

Autora: Maria Luisa de Miguel

Directora de la Escuela de Mentoring.

 

El portal Infolibros.com, cuya misión es poner a tu alcance los mejores libros para fomentar la lectura y el autoaprendizaje, ha incluido en su catálogo de libros recomendados,  el ultimo libro de nuestra Directora Ejecutiva, Mª Luisa de Miguel, «La Alquimia de la Motivación: cómo motivar la voluntad para vivir conectado a tu propósito» Ediciones Pirámide 2022.

 

La complejidad de nuestra sociedad actual requiere, cada vez más, una voluntad fuertemente motivada en un propósito que sea capaz de ejercer el autocontrol para resistirnos a una vida de inconsciencia e impulsos descontrolados. El estrés, el cansancio, la falta de sueño, las múltiples distracciones y el cambio constante debilitan nuestra voluntad y nos impiden ejercer nuestra libertad para realizarnos y ser felices. En cada uno de nosotros habitan dos versiones de ser humano: el yo controlado que actúa con impulsividad y busca la gratificación inmediata y el yo que controla que domina sus impulsos y sabe postergar la gratificación para proteger sus aspiraciones a largo plazo y el cumplimiento de su propósito. De nosotros depende cuál queremos cultivar y de esa decisión depende nuestra felicidad.

Debemos poner en jaque nuestro pensamiento y nuestro comportamiento y reflexionar acerca de cómo estamos abordando el tema de la motivación, porque su exceso y mal uso nos está volviendo personas adictas a ella y a todos los incentivos que se utilizan para activarla. La ciencia de la motivación no puede estar al servicio de mejorar la productividad y el rendimiento, porque el ser humano no es una máquina a la que se pueda programar, cambiar las piezas, amortizar y desechar por el cumplimiento de su vida útil. Somos seres sociales que existimos para la realización personal, la felicidad y la convivencia en sociedad. Ese debe ser el norte de cualquier conocimiento, incluido el nacido en torno a la motivación. Este libro es una invitación a reflexionar sobre cómo estamos viviendo, cómo estamos ejerciendo el control sobre nuestras vidas y qué influencia tiene en ello una hipermotivación extrínseca excesiva en detrimento de una voluntad más fuerte y reflexiva.

Tomarnos tiempo para parar, reflexionar y decidir con conocimiento de causa, con propósito, es ganar tiempo para vivir más felices.

 

La motivación es un fenómeno que despierta gran interés y preocupación en personas y organizaciones, en este libro puedes descubrir los perjuicios de no gestionarla adecuadamente, así como los beneficios de convertirte en un alquimista motivacional.

El libro está disponible a la venta en Amazon ;  Ediciones Pirámide; El Corte InglesCasa del Libro; FNAC y todostuslibros.com

El pasado 23 de Junio se llevó a cabo la primera presentación del libro, organizada por EMCC SPAIN, en la que acompañaron a la autora, Beatriz Valderrama, Doctora en Psicología y Presidenta de EMCC SPAIN y Vanessa Leal Lugo, Ejecutiva Primera de Capital Humano en el Banco de Desarrollo de América Latina. Puedes leer un resumen de la misma en la Edición de Noviembre-Diciembre de la Revista Observatorio Recursos Humanos, que publica un artículo sobre «Conversaciones en torno a la Alquimia de la Motivación», que puedes encontrar en este enlace.

 

Dentro de la sección que la Escuela de Mentoring tiene en la Revista ORH, en el mes de Diciembre, nuestra Directora Ejecutiva, Mª Luisa de Miguel publica un artículo sobre  bajo el título «Conversaciones entorno a La Alquimia de la Motivación».

 

El propósito es el motor principal de nuestras vidas, es el leitmotiv para nuestra motivación, esa acción que, impulsada por nuestra voluntad, nos hace actuar y conseguir nuestros sueños y alcanzar la felicidad, y dejar de ser un “yo controlado” por un “yo que controla”. Pero para lograrlo, los seres humanos necesitamos trabajar profundamente el autoconocimiento, aprender a gestionar nuestras habilidades y emociones y tener recursos y herramientas para afrontarlo. A través de una charla entre tres expertas en psicología, motivación y gestión de personas, María Luisa de Miguel, Beatriz Valderrama y Vanessa Leal, aportan una serie de útiles consejos sobre la alquimia motivacional y los procesos de mejora y aprendizaje que nos lleven a una vida completa y alineada con nuestro propósito.

 

Este artículo surge a raíz de la presentación del Libro «La Alquimia de la Motivación: cómo motivar la voluntad para vivir conectado a tu propósito», de nuestra Directora Mª Luisa de Miguel, organizada por EMCC Spain.  Durante la misma, Mª Luisa de Miguel mantuvo una interesante conversación con Beatriz Valderrama, Doctora en Psicología y Presidenta de EMCC Spain, y Vanessa Leal Lugo, Ejecutiva Principal Capital Humano en el Banco de Desarrollo para América Latina, en torno al libro.

En ella hablaron sobre el propósito como motor principal de nuestra motivación, de la relación entre voluntad, propósito, motivación y felicidad y de la necesidad de entrenar y fortalecer una voluntad bien motivada para dejar de ser un “yo controlado” y comenzar a ser un “yo que controla”. También de la importancia del autoconocimiento, la autorregulación motivacional y la práctica reflexiva para pasar de “buscadores” a “productores» de felicidad  y disfrutar de una vida significativa.

Si quieres leer el artículo completo puedes consultarlo en el número publicado en el nº 182 de la Revista ORH Diciembre 2022.  Te invitamos a suscribirte a la misma a través de este enlace y disfrutar de una amplia gama de contenido experto para la gestión del talento.

 

Si quieres conocer más sobre «La Alquimia de la Motivación», te invitamos a leer el libro de María Luisa de Miguel que puedes adquirir en diversos portales de compra online y librerías. 

A través de su páginas descubrirás cómo trabajar la voluntad, en conexión con tu perfil motivacional, te ayudará a ser más efectivo en el logro de tus metas y experimentar una vida más plena y significativa. En él encontrarás las claves para sacar el máximo partido a tus funciones ejecutivas, que son las que nos permiten ser un «yo que controla», en lugar de ser un «yo controlado» por los mercados.

En este video, grabado con ocasión del lanzamiento de la 2º Edición del Programa de Mentoring «Impulsando el Talento» promovido por la multinacional minera Gold Fields en Latam y desarrollado por la Escuela de Mentoring, te compartimos las experiencias de mentores y mentees participantes en la primera edición, así como de la Subgerenta de la gestión del Talento, Paloma Sierralta, que además este año participa como mentora.

En el vídeo se recogen los testimonios de diversos participantes en la primera y segunda edición de este programa de mentoring dirigido a desarrollar el liderazgo:

-Paloma Sierralta, que se encarga de dirigir al equipo que lleva la coordinación interna del programa y este año participa además como mentora y se está cursando el Programa de Acreditación de Mentores Organizacionales, que la Escuela de Mentoring desarrolla en paralelo al programa de mentoring.

-Ronald Díaz, Vicepresidente de Operaciones y mentor organizacional acreditado en la 1º edición del programa

– Diego Torres, Superintendente de Operaciones y procesos, mentee en la 1º edición.

 

También nuestra Directora, Maria Luisa de Miguel, participa en el vídeo aportando las claves del mentoring para las organizaciones. Si quieres conocer más acerca de nuestra metodología «Integral Generative Mentoring» y todo el valor que puede aportar a tu organización, puedes descubrirla en el libro «Mentoring, un modelo de aprendizaje para la excelencia personal y organizacional» Ediciones Pirámide 2019.

Nuevos testimonios sobre los beneficios del mentoring para las organizaciones, que se unen a todos los recogidos en «Las Voces del Mentoring», un espacio donde damos voz a los protagonistas de los programas de mentoring que hemos venido desarrollando a lo largo de más de 20 años de experiencia.

Te invitamos a escuchar el vídeo completo con los testimonios en el siguiente enlace.

 

El próximo 21 de Octubre iniciamos una 2º Edición del Programa de Acreditación de Mentores Organizacionales dentro de la multinacional minera Gold Fields.

En el año 2020-2021 acreditamos los primeros 8 mentores y en esta 2º edición (2022-2023) participarán en el programa, para su acreditación como mentores organizacionales, 10 nuevos directivos y directivas de la compañía. El pasado 28 de Septiembre tuvimos la sesión de presentación del programa con los participantes y la expectación y ganas de comenzar en máxima dado el éxito de la anterior edición.

Gold Fields es una compañía líder mundial de extracción de oro que ha sabido construir una compañía de referencia a nivel mundial en el sector minero. Desde sus origines en Sudáfrica ha ido incorporando a sus explotaciones nuevos países, contando en la actualidad con ocho operaciones mineras líderes en tres continentes. Cuenta con una larga historia que se remonta a 1887 y está plagada de premios y reconocimientos a nivel mundial ,muchos de ellos ligados a la Sostenibilidad y la Responsabilidad Social.

Sin lugar a dudas apostar por implementar un segundo Programa de Acreditación de Mentores Organizacionales es un gesto que revela su alto compromiso con la responsabilidad social. El mentoring es una de las prácticas identificadas como socialmente responsables en el desarrollo del talento y en las políticas de gestión de personas. Además, el mentoring desarrolla un modelo de liderazgo de servicio que es sensible a las necesidades y demandas de la comunidad en la que se ejerce y permite entablar un diálogo abierto, transparente y colaborativo con los agentes que intervienen en ellas. 

El mentoring es un multiplicador del talento y Gold Fields Perú con esta decisión hace una fuerte apuesta por convertirse en un referente de buenas prácticas en la atracción, desarrollo y retención del talento, fortaleciendo su marca como empleador, innovando, y sirviendo de ejemplo y motor para otras compañías. Su Vicepresidenta Veronica Valderrama Garibaldi, Vicepresidenta de Recursos Humanos para Latinoamérica lo deja claro en este vídeo testimonial sobre el impacto del mentoring en su organización.

 

Libro Mentoring

 

El compromiso es fuerte dado que el Programa de Acreditación de Mentores Organizacionales se extenderá desde Octubre 2022 hasta Septiembre 2023, combinando sesiones formativas virtuales y presenciales y actividades síncronas y asíncronas a través de nuestra aula virtual. Entre ellas la realización de sesiones prácticas de mentoring reales supervisadas por el equipo de mentores profesionales acreditados de la Escuela de Mentoring.

En Febrero estaremos en Lima realizando una parte de la formación en la modalidad presencial, además de iniciar la formación con los mentores de la anterior edición, que de nuevo en el 2023 quiere seguir reforzando sus habilidades como mentores organizacionales. Todo el contenido del programa está diseñado para que los participantes puedan ejercer su rol como mentores organizacionales bajo la metodología Integral Generative Mentoring que es un modelo que optimiza los procesos de aprendizaje, cambio y desarrollo para multiplicar el talento. 

 

 

Estamos entusiasmados de seguir acompañando a Gold Fields en este camino de ser un referente en la gestión del talento en las organizaciones.

Hace algunas años estuve en la Universidad de Vigo para trabajar la Resiliencia con los alumnos de primer año de carrera. Había finalizado el primer cuatrimestre de exámenes, el primer choque con la realidad universitaria para estos alumnos noveles. Los ánimos se encontraban revueltos, para algunos las cosas habían ido mejor que para otros, pero para todos había sido una prueba y un esfuerzo muy grande, que quizás no había respondido a sus expectativas.

Aprender a tolerar la frustración, no perder la motivación, prepararse para los siguientes asaltos sin que decaiga el optimismo, aprender de los errores, incrementar el esfuerzo si cabe. En definitiva aprender a crecer en la adversidad, fue el tema  tema de la conferencia que compartí con ellos.

«Cuando mi sufrimiento se incrementó, pronto me dí cuenta de que había dos maneras con las que podía responder a la situación: reaccionar con amargura o transformar el sufrimiento en una fuerza creativa. Elegí esta última»  Martin Luther King

La Resiliencia es una decisión. Cuando elegimos sobreponernos a la adversidad, transformar el sufrimiento en un aprendizaje de vida, valorar lo que tenemos y apoyarnos en ello para crecer, y aferrarnos a nuestras convicciones, propósitos y sentido vital, estamos construyendo y apuntalando nuestra resiliencia.

La resiliencia es una de las cuatro competencias que conforman el capital psicológico de las personasEs una fortaleza que se desarrolla ante las circunstancias adversas con las que nos sorprende la vida. Es la capacidad de afrontar la incertidumbre y los cambios de una forma positiva y sana, de superar los fracasos, el daño emocional, y de saber manejar los riesgos, de forma tal, que tras ellos la persona sale fortalecida, reforzada, con nuevos recursos y más aprendizajes.

Este fortalecimiento y crecimiento personal que va unido al fenómeno de la resiliencia se apoya en cuatro pilares:

  • Aceptación de la realidad con un optimismo realista. Lo que es, es y sobre ello tengo que actuar, pero puedo verlo de una forma positiva o negativa y puedo entenderlo como algo pasajero o permanente.
  • Fuertes convicciones personales sobre lo que es verdaderamente importante, relevante, significativo y dota de sentido a nuestra vida. Tener sueños y metas alineados con nuestras convicciones.
  • Creencia en las capacidades personales y confianza en los recursos internos para afrontar las situaciones difíciles (autoeficacia)
  • Creatividad e ingenio para improvisar y adaptarse a cambios significativos, buscar alternativas nuevas, ver oportunidades en los problemas, salirse de la caja.

La resiliencia implica reestructurar nuestros recursos psicológicos, es un reseteo de nuestro sistema operativo, que nos permite crecer y desarrollar al máximo nuestro potencial. La resiliencia implica una salida de nuestra zona de confort, retar a nuestras capacidades, poner a prueba nuestra fortaleza y resistencia. La resiliencia es esa capacidad que te permite seguir adelante reconstruyéndote a partir de lo que verdaderamente eres, que es aquello que conecta con el sentido de tu existencia.

Desarrollar nuestra resiliencia requiere trabajar nuestra actitud ante la vida, las circunstancias, las situaciones, y la realidad. Si quieres conocer como esta tu nivel de actitud resiliente, comienza por observarte durante un mes para adquirir consciencia de tus reacciones ante contratiempos, problemas, errores, circunstancias adversas, etc. Pregúntate cual de los siguientes 16 tipos de personas no resilientes eres, descubrirás por donde empezar a trabajar tu plan de mejora. Si necesitas ayuda extra el Coaching es una metodología muy efectiva para trabajar la resiliencia.

Actitudes a cambiar para desarrollar nuestra resiliencia

Actitudes a cambiar para desarrollar nuestra resiliencia

Además de trabajar nuestra actitud, hay 7 estrategias que nos ayudarán a desarrollar y fortalecer nuestra resiliencia:

1.- Tener una visión optimista de la vida, con realismo pero buscando siempre el lado positivo. Seligman nos recuerda que el pesimismo es un estilo de pensamiento, caracterizado por la explicación que la persona se hace de la adversidad como algo permanente universal y personal. Esta forma de pensamiento nos mantiene en la queja, el problema y la inanición.  Sin embargo el estilo optimista de pensamiento explica la adversidad como transitoria, específica y externa a la persona. Esto nos permite sentir que el cambio es posible, de ahí viene la primera motivación para iniciarlo, para buscar alternativas que nos hagan superar la adversidad.

2.- Cultivar el sentido del humor y vivir en el lado positivo de la vida.  Ante las situaciones difíciles, los contratiempos, intenta tomar distancia y verlo como una película y sácale la puntilla, dale una visión humorística.  Una sencilla estrategia que te puede funcionar es «Afortunadamente».  Si te han denegado un proyecto por el que llevabas mucho tiempo luchando y era muy importante para ti, en vez de quejarte y malhumorarte (puedes hacerlo unos minutos para desahogarte pero nada más) dite a ti mismo «Afortunadamente…… tendré más tiempo para mejorarlo,  o tendré más tiempo para idear nuevos proyectos.»   Afortunadamente te abre oportunidades, nuevas perspectivas y una puerta al lado positivo de la vida.

3.- Construir relaciones de calidad en las que encontremos espacio para desahogarnos, compartir experiencias, conversar, apoyarnos mutuamente, aprender de otros. Busca tu tribu de apoyo y si no créala.

4.- Tener metas ilusionantes, que nos motiven, nos enganchen y concentren nuestra energía en lograrlas, perseverando, siendo creativos para buscar soluciones.

5.- Revisar nuestros logros pasados, cada vez que nos asalten los miedos, las dudas o una visión negativa de nosotros mismos. Haz una lista de tus logros pasados, piensa todos los obstáculos que has superado para llegar a donde estas. Identifica las fortalezas, recursos, habilidades y estrategias en las que te has apoyado para lograrlo y busca como usarlas en tus nuevos retos.

6.- Aprender de los que ya han conseguido metas como las que tu quieres lograr, de los que han hecho cosas como las que tu te planteas. Observales, escuchales, pregúntales, utilízalos como modelos y adapta lo que ves en ellos a tu forma de ser, tu situación y tus objetivos. Búscate un buen mentor o mentora que te sirva de apoyo, guía y modelo de resiliencia.

7.- Convertir el problema, el obstáculo, el error o el fracaso en un reto y una oportunidad de aprendizaje. Focalizarnos en la solución y no en el problema nos permitirá tener una visión más positiva y de futuro. La búsqueda de una solución pone a prueba nuestras capacidades,las reta y esto hará aumentar nuestra motivación y  despertar nuestra creatividad.

“Mi grandeza no reside en no haberme caído nunca, sino en haberme levantado siempre.” Napoleon Bonaparte

Levantarse una y otra vez, volver a intentarlo después de cada caída, es la característica fundamental de una persona resiliente, y en este video puedes ver un ejemplo real de resiliencia, donde aparecen reflejadas las 7 estrategias que te acabo de relatar, y que es todo un ejemplo de superación personal.

Y ahora dime, si los protagonistas del video han podido superar todos sus obstáculos y lograr su sueño ¿a ti que te lo impide?

Autora: Mª Luisa de Miguel

Directora Ejecutiva de la Escuela de Mentoring

La plataforma TEA EDICIONES, perteneciente al grupo HOGREFE, Líder mundial en evaluación psicológica en lengua española, ha incluido en su catálogo de libros recomendados, en la sección de Recursos Humanos,  el ultimo libro de nuestra Directora Ejecutiva, Mª Luisa de Miguel, «La Alquimia de la Motivación: cómo motivar la voluntad para vivir conectado a tu propósito» Ediciones Pirámide 2022.

 

La complejidad de nuestra sociedad actual requiere, cada vez más, una voluntad fuertemente motivada en un propósito que sea capaz de ejercer el autocontrol para resistirnos a una vida de inconsciencia e impulsos descontrolados. El estrés, el cansancio, la falta de sueño, las múltiples distracciones y el cambio constante debilitan nuestra voluntad y nos impiden ejercer nuestra libertad para realizarnos y ser felices. En cada uno de nosotros habitan dos versiones de ser humano: el yo controlado que actúa con impulsividad y busca la gratificación inmediata y el yo que controla que domina sus impulsos y sabe postergar la gratificación para proteger sus aspiraciones a largo plazo y el cumplimiento de su propósito. De nosotros depende cuál queremos cultivar y de esa decisión depende nuestra felicidad.

Debemos poner en jaque nuestro pensamiento y nuestro comportamiento y reflexionar acerca de cómo estamos abordando el tema de la motivación, porque su exceso y mal uso nos está volviendo personas adictas a ella y a todos los incentivos que se utilizan para activarla. La ciencia de la motivación no puede estar al servicio de mejorar la productividad y el rendimiento, porque el ser humano no es una máquina a la que se pueda programar, cambiar las piezas, amortizar y desechar por el cumplimiento de su vida útil. Somos seres sociales que existimos para la realización personal, la felicidad y la convivencia en sociedad. Ese debe ser el norte de cualquier conocimiento, incluido el nacido en torno a la motivación. Este libro es una invitación a reflexionar sobre cómo estamos viviendo, cómo estamos ejerciendo el control sobre nuestras vidas y qué influencia tiene en ello una hipermotivación extrínseca excesiva en detrimento de una voluntad más fuerte y reflexiva.

Tomarnos tiempo para parar, reflexionar y decidir con conocimiento de causa, con propósito, es ganar tiempo para vivir más felices.

 

 

La motivación es un fenómeno que despierta gran interés y preocupación en personas y organizaciones, en este libro puedes descubrir los perjuicios de no gestionarla adecuadamente, así como los beneficios de convertirte en un alquimista motivacional.

El libro está disponible a la venta en Amazon ;  Ediciones Pirámide; El Corte InglesCasa del Libro; FNAC y todostuslibros.com

El pasado 23 de Junio se llevó a cabo la primera presentación del libro, organizada por EMCC SPAIN, en la que acompañaron a la autora, Beatriz Valderrama, Doctora en Psicología y Presidenta de EMCC SPAIN y Vanessa Leal Lugo, Ejecutiva Primera de Capital Humano en el Banco de Desarrollo de América Latina.

 

 

¿Sientes que te falta energía al acabar el día? ¿No entiendes por qué trabajas tantas horas y no tienes los resultados deseados? ¿Te sientes a veces confuso, alborotado, sin claridad de ideas, con dificultades de memoria o concentración? ¿Te cuesta recordar conversaciones recientes? ¿Sufres de mal entendidos?

Lo más probable es que estés siendo prisionero diario de tu diálogo interno y que no seas consciente de cuanto tiempo y energía te roba y cuanto te limita en la consecución de tus objetivos.

Hace aproximadamente un año impartiendo una formación en mentoring, una de las asistentes se lamentaba de que le costaba aprender más que a los demás y que le llevaba mucho tiempo leer los contenidos del curso, de lo cual concluía que era torpe, lenta y poco inteligente. Allí mismo le rebatí esa creencia, utilizando una de las herramientas más poderosas del mentoring: las preguntas.

Después de varias preguntas dirigidas a que adquiriera consciencia de como era todo el proceso que seguía cuando se ponía a leer, qué pasaba, qué escuchaba, llego a la conclusión de que realmente más del 50% del tiempo que pasaba delante de los contenidos del curso no lo empleaba en leerlos sino en generar un arduo debate con ella misma. Debate que no la llevaba a ninguna conclusión y que era una absoluta pérdida de tiempo y de energía, pues su contenido versaba sobre «no me va a dar tiempo a leerlo todo», «no voy a poder terminar el curso a tiempo», «seguro que mis compañeros ya lo tienen todo leído y se lo saben», «soy demasiado lenta», «me cuesta mucho estudiar», «siempre tardo más que los demás», y un largo etc. de similares características.

Lógicamente con este tipo de diálogo, además de tener ocupada la mente de forma inútil, estamos gastando energía y tiempo. Y lo que es peor, estamos generando un estado de ánimo negativo y una mala imagen de nosotros mismos, que nos va a llevar a quedarnos parados y no pasar a la acción.

¿Recuerdas la última conversación que has tenido? Cierra los ojos, respira e intenta recordar si estabas escuchando al que tenias enfrente o te estabas escuchando a ti mismo.

En muchas conversaciones de dos, realmente hay tres, cuatro o más  hablando. Cuando alguien nos habla a veces no escuchamos plenamente lo que nos dice, porque a la primera palabra, a la primera frase, se desata nuestro dialogo interior en el que está implicado todo un elenco de personajes que actúan en nuestra cabeza, que nos recuerdan cosas, y nos dicen lo que viene en su papel. Por eso cuando conversamos realmente no estamos escuchando al otro, practicamos una escucha egocéntrica donde nos escuchamos a nosotros mismos y a toda nuestra pandilla, formada por nuestros padres, la monja o fraile del colegio, el profesor/a del instituto, nuestros hermanos, la abuela, aquel compañero/a que nos sacaba de quicio, un novio o novia que nos marco, el jefa o jefa y muchos más. Y claro con toda esta verbena no hay quién se aclaré.  Además de no escuchar al que nos habla, es difícil distinguir entre tantas voces nuestra propia voz, por eso cuando respondemos o reaccionamos, quien lo está  haciendo realmente es un miembro de nuestra pandilla. Luego viene lo de «no me entiendes», «yo no dije eso», «no se porque te lo tomas así», «no se porque he actuado de esa forma», «me siento atacado», etc, etc, etc.

Si no quieres que tus conversaciones y encuentros se transformen en debates televisivos, donde todos hablan a la vez, y desde no se sabe donde, aprende a acallar tu dialogo interior, empieza a identificar cómo es de grande tu pandilla, quiénes la forman, qué papel juegan y para qué los necesitas realmente. Ponla en orden, a lo mejor alguno ya no tiene que estar en la pandilla, o no debe  tener tanto que decir, reparte tú los papeles y los diálogos. Tu eres el director y el guionista de tu vida, tu creas los personajes, repartes los diálogos y diriges las intervenciones.

El diálogo interior nos priva de consciencia y por tanto de la capacidad de aprendizaje, de acción y de disfrute, además de ser la causa de la falta de energía, de tiempo y de buenos resultados. Por tanto, empieza a indagar sobre el modo en que te hablas a ti mismo, y piensa si eres consciente de cuantas horas al día estas atrapado en tu diálogo interno. Si realmente quieres gestionar satisfactoriamente tu diálogo interno este es el camino:

1.-Registro: Saber realmente cuánto tiempo al día nos ocupa.

Hasta que no tengas la prueba evidente del tiempo exacto que pierdes con tus diálogos internos, no encontrarás la motivación suficiente para empezar a deshacerte de ellos. Seguirás creyendo que es algo que te pasa a veces y poco tiempo, cuando a lo mejor en total te come 2 y 4 horas al día. ¿Cómo averiguarlo? Llevando un registro durante al menos 2 semanas para tener una buena referencia temporal.

Lleva contigo una libreta apunta la fecha de cada día y vete registrando debajo de ella cada ve que aparezca el diálogo, la hora a la que empieza  y la que termina y el total de los minutos. Al final de cada día suma el total minutos, pásalos a horas, y haz lo mismo al final de la semana.

Y ahora, piensa en todas esas cosas que quieres y te apetece hacer, y que no realizas por falta d tiempo. Y piensa que podrías hacer con todo ese tiempo que durante la semana ocupa tu diálogo interior.

Como es posible que se te olvide o te de pereza lo de registrar, ponte cada 2 horas una alarma en el móvil. Cuando la oigas detente y toma conciencia de qué estás pensando en ese momento, y si ha habido algún diálogo interno hasta ese momento del día, cuánto ha podido durar, y regístralo.

2.- Consciencia: Saber quién habla y de qué nos habla, cuáles son los pensamientos que se repiten y a dónde nos llevan.

En la libreta que ya has empezado a usar, empieza a registrar ahora cada día durante 15 días, el contenido de tus diálogos, utilizado el modelo ABC de Albert Ellis:  Acontecimiento-Pensamientos-Consecuencias

– Acontecimiento: Escribe qué pasa, cuál es la situación o el acontecimiento que desata el diálogo interior, qué lo desencadeno.

– Pensamientos: Registra cuales son lo pensamientos que se desencadenan, que te dices a ti mismo. Si te suena a algo o alguien del pasado o del presente.  Si son tuyos o de quién son.

– Consecuencias: Escribe como te sientes tras ese diálogo, qué emociones experimentas, y qué actitud y comportamiento desarrollas.

Con este ejercicio podrás comprobar que situaciones se repiten cuando aparece tu diálogo interior, que pensamientos son los que están más presentes y que acaba pasando la mayor parte de las veces. Con todo esto podrás empezar a tomar medidas para liberarte de tu diálogo interior.

3.- Cuestionamiento: Pon en duda esos pensamientos que registras, cuestiónalos, desafiálos como si fueran de otro  ¿y si las cosas no fueran realmente como creo? ¿Qué pasaría si fueran de otra forma? ¿De qué otra forma pueden ser? ¿Cómo me sentiría si fueran de esa otra forma?

Si esto no es suficiente, y generas un diálogo pesimista puedes probar a usar la técnica del rebatimiento que plantea Martin Seligmam en su método ACCRR.

Si eres de los que vives en un diálogo interior que genera un mundo de fantasía, aunque las sensaciones puedan ser positivas es probable que tus resultados no sean satisfactorios y no logres tus metas. En este caso te puede venir bien trabajar la técnica de Walt Disney.

En todos los casos hazlo por escrito porque liberas más material inconsciente, y porque te haces más responsable de tus pensamientos, elecciones y decisiones.

4.-Externalizar las voces: Si quieres ser más contundente, pídele a una persona de mucha confianza que te lance esos pensamientos y creencias que se repiten y tienes registrados. Dile que haga de ti, que exagere. Y tú discútela todas esas ideas, pensamientos. Aporta argumentos en contra, evidencias, pruebas, ironiza, no tengas piedad.

Acaba con tu diálogo interior y terminara el combate

Acaba con tu diálogo interior y terminara el combate

«Las creencias que se discuten a conciencia tienen menos probabilidades de volver cuando una situación igual se presenté» Martín Seligman.

5.- Anclaje: Si tienes que actuar ya, y no tienes tiempo para realizar el proceso de cuestionamiento, utiliza un anclaje para detener tus pensamientos nada más aparezcan. Puede ser la imagen de un semáforo en rojo, o de un fuego, una señal de stop, decir una palabra como «basta», «fuera», «vete», «stop», o darte un pequeño golpe en la cabeza, la pierna, la mano, toques con un boli, chasquear los dedos, agarrar un objeto. Elige lo que mejor te funcione, será tu señal de «detente diálogo».

Para qué funcione tienes que practicar primero el anclaje para que luego salga instantáneamente.

-Busca una idea que te preocupe y que desata tu diálogo interior, y dale rienda suelta.

-Concéntrate en tus pensamientos rumiantes y siente como te molestan, te agotan, te ofuscan.

-Ahora elige la imagen, palabra o gesto que vas a usar como anclaje y úsalo, ponlo en práctica para detener tu diálogo hasta que lo consigas. Repite el proceso al menos 3 veces para dejar bien fijado el anclaje.

6.- Distracción: Otra estrategia, cuando no puedes cuestionar los pensamientos en el momento que aparecen, es distraer tu mente, dirigir la atención a otro sitio. Aquí te pueden ayudar varias opciones: fijar la vista en un objeto y concentrarte en él, tararear una canción, o escuchar una canción, escribir los pensamientos en una hoja y guárdala para discutirlos más tarde.

Concentrarte en tu respiración también puede ser una buena técnica de distracción. Intenta irte a un lugar tranquilo, cierra los ojos y toma lentamente el aire por la nariz, reténlo y luego expúlsalo aún más lentamente por la boca. Focalízate en la manera en que se mueve tu cuerpo con cada inspiración y expiración. Esfuérzate por hacer que cada inspiración y expiración sean siempre más largas. Con unos 10 minutos tendrás suficiente para despejar tu mente y recuperar la tranquilidad.

7.- Medidas preventivas: Todas las mañanas, nada más despertar escribe 3 páginas matutinas de pura inconsciencia ( no llevan más de 15 minutos) para liberar pensamientos que sino te asaltarán a lo largo del día.  Haz una hora de ejercicio diario, el que sea, vale caminar, libera la mente.  Al final del día termina con una meditación, Busca un momento para estar en paz contigo mismo, para tener silencio interior.  Puedes usar alguna meditación guiada para que te resulté más fácil.

Cuéntanos si estas estrategias te sirven para lidiar con tipo diálogo interior, comparte tus comentarios con nosotros.

 

Autora: Mª Luisa de Miguel

Directora Ejecutiva Escuela de Mentoring