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Las palabras y acciones de un líder provocan un gran impacto emocional. Diversos autores señalan que el clima emocional de las empresas depende entre un 50 y un 70% de las acciones del líder y que hasta un 30% de los resultados y rendimiento de un equipo se pueden ver afectados por el clima emocional. Esto supone una gran responsabilidad para el liderazgo y, por tanto, un ejercicio diario de consciencia, autorregulación emocional y reflexión para evitar proyectar malestar en las personas y procurar contagiar bienestar. La gran pregunta que tenemos que hacernos es ¿somos conscientes de cómo impactan nuestros gestos, palabras y comportamientos en nuestros colaboradores? ¿Cuántas veces reímos o sonreímos al día? ¿Cuántas miramos a los ojos en las conversaciones y cómo miramos?

Las emociones se propagan y se contagian cuando las personas están cerca las unas de las otras, cuando interactúan. Los psicólogos Howard Friedman y Ronald Riggio señalaron, hace ya más de 40 años, que incluso el lenguaje no verbal y los gestos puede afectar emocionalmente a otras personas: cuando tres extraños se sientan uno frente al otro en silencio durante un minuto o dos, el que es emocionalmente más expresivo de ellos transmite su estado de ánimo a los otros dos, sin que se hable una sola palabra. Y lo mismo ocurre en el día a día en la oficina, el lugar de trabajo, las salas de reuniones o las sesiones virtuales: de forma consciente o inconsciente todos percibimos y nos vemos afectados por el estado emocional de los otros. Caroline Bartel de la Universidad de Nueva York y Richard Saavedra de la Universidad de Michigan realizaron en el año 2000 una investigación con 70 equipos de trabajo en diversas industrias, descubriendo que las personas que se reúnen juntas por más de una hora terminan compartiendo estados de ánimo, tanto buenos como malos. Por tanto, es importante tomar conciencia de cuál es nuestro estado y  el del grupo y como líderes contribuir a crear estados emocionales que sean acordes a la situación y al objetivo a lograr respecto de la misma.

En definitiva, las personas resonamos emocionalmente, emitimos vibración emocional y está se extiende más allá del encuentro físico o virtual. Resonar es prolongar nuestro impacto más allá del momento en que se produce, es estar de forma permanente en la mente y los corazones de nuestros colaboradores. Si queremos crear climas emocionales expansivos del talento necesitaremos despertar en los demás sentimientos adecuados para ello, resonando en dicha frecuencia. Todo esto no es posible si nuestros mensajes, nuestras interacciones, nuestros gestos, nuestras conversaciones y nuestros comportamientos transmiten una emocionalidad inadecuada: apatía, frustración, enfado, vergüenza, irritabilidad, ansiedad o en disonancia con la que están experimentando los demás.

Las emociones positivas contribuyen a incrementar la conciencia de los recursos de los que disponemos para alcanzar un determinado objetivo, favorecen la creatividad y la toma de decisiones y nos disponen a la acción. Las emociones negativas nos ponen a la defensiva, nos bloquean, hacen salir a escena a nuestro ego, porque están evolutivamente pensadas para defender, proteger y sobrevivir. El ego es nuestro escudo, nuestra armadura de protección frente a las amenazas externas, es la que nos ayuda a resistir y defendernos de los golpes de la vida. Las emociones negativas secuestran nuestra atención y disminuyen nuestra capacidad de empatía y nuestra habilidades sociales.

Imaginate por un momento en una sala acristalada llena de gente amenamente conversando. De repente, se rompe uno de los cristales de la sala, formando un gran estruendo. ¿A donde se dirige nuestra atención? Hacia el lugar de donde viene el estruendo, ¿qué emoción se activa ante el caos, los cristales rotos, el tremendo ruido? El miedo, porque entramos en modo supervivencia, tememos por nuestra vida y toda nuestra atención se concentra en salir ilesos de la situación. ¿Qué probabilidades hay de que nos paremos a analizar serenamente la situación para determinar la realidad exacta del peligro? Muy pocas, si todo a nuestro alrededor es confusión, algún que otro grito, nerviosismo, personas quizás heridas. ¿Alguien será capaz de ser empático y pensar en los demás, ayudándolos a salir, a tranquilizarse?

Esa misma agresión y esa misma reacción experimenta nuestro ego cuando se ve atacado, por ejemplo, cuando alguien nos cuestiona, o no nos presta atención. Entramos en modo defensivo, porque el miedo se apodera de nosotros aunque no haya una situación de peligro real para nuestra vida. Nuestro ego se siente en peligro y reacciona ante una emoción negativa como el miedo, la vergüenza, o el enojo. Al defendernos cerramos puertas, instalamos barreras, nos atrincheramos en nuestra realidad y no dejamos entrar nada del exterior, neutralizamos cualquier entrada externa (ideas, emociones, sensaciones) porque las percibimos como amenazas. Con ello dejamos de escuchar, nos enfrascamos en un diálogo interno, dejamos de contemplar e incluso de sentir, perdiéndonos valiosísimas informaciones, puntos de vista, intercambios, experiencias. 

La resonancia negativa suele desconectarnos de los demás, porque nos atrincheramos en defender nuestro ego y nos limita la visión, y con ello la creatividad o la amplitud de mirada. Las emociones positivas, siempre que sean equilibradas y no excesivas como la euforia, por ejemplo, nos conectan, nos vinculan a los demás, generan relaciones e intercambios. Son expansivas y creativas. Pensemos en la risa o la sonrisa, que son el efecto de la alegría, y en como atrapan nuestra atención positivamente. Si llegamos a un mostrador para que nos atiendan una petición, y tenemos cuatro personas disponibles, dos de ellas con cara muy sería y otras dos sonriendo ¿a cuál nos dirigimos? ¿Cuál creemos que nos va a atender mejor?

Las emociones se mueven por una organización como los datos a través de la fibra óptica o la electricidad a través del cableado eléctrico. El liderazgo resonante no significa estar sonriendo todo el día, alegre y entusiasta, tiene más que ver con darnos cuenta del impacto de nuestro estado de ánimo en los demás y saber ajustar el mismo en consecuencia. Quien ejerce el liderazgo debe ser consciente de su emocionalidad, transitar hacia emociones más expansivas y ser muy preciso en su expresividad emocional, porque cuanto más abierto es un líder más resonante es. Esto implica que cuanto más expresa las emociones más rápidamente se producirá su contagio, tanto para las positivas como para las negativas. Un líder no puede gestionar adecuadamente la emocionalidad de la organización o del equipo si antes no lo hace con la suya.

Cuando el líder no sabe sintonizar, empatizar ni interpretar adecuadamente las emociones ajenas genera disonancia lo que es fuente de malestar. La disonancia es discordancia, falta de armonía, lo que da lugar a la desconexión. El liderazgo resonante sabe sintonizar con las emociones de sus colaboradores y encauzarlas en la dirección adecuada. Los líderes que son incoherentes porque sus actos no reflejan sus palabras y son incongruentes con los valores que predican generan disonancia, lo mismo que los que se revisten de una amabilidad fingida o los que vibran en una emocionalidad positiva cuando su entorno está vibrando en una negativa. Si el equipo está triste porque se siente derrotado ante la no consecución de un proyecto, no es aconsejable que el líder vibre en optimismo y entusiasmo. Deberá comenzar por acoger esa emocionalidad, dejar que se exprese, sostenerla y respetarla y desde ahí comenzar a transitar hacia otras emociones como la esperanza y la confianza.

Para resonar con la energía que necesita la otra persona, el equipo o la organización e inyectarla el líder necesitará estar conectado a sus fuentes de inspiración: propósito, valores, referentes, fortalezas. Gracias a todos ellos es como el liderazgo resonante ayuda a crear sentido en medio del caos y la incertidumbre y puede actuar como moderador emocional de los integrantes del grupo. Además de la energía de la pasión por aquello que nos inspira y nos motiva, para resonar hace falta también emoción y convicción. A la hora de comunicar es importante que el líder no lo haga solo desde el plano racional, utilizando hechos y datos, sino también emociones, palabras con carga emocional, historias y vivencias. Sin convicción, el mensaje no cala, no resuene. La emoción activa, mueve, capta la atención pero no perdura, por eso es importante hablar desde aquello en lo que creemos porque los sentimos y hemos reflexionado con profundidad sobre ello. Si no estamos convencidos de lo que expresamos no vamos a resultar creíbles y esto desconecta a las personas y rompe la resonancia. 

La resonancia amplifica y prolonga el impacto de las palabras, las acciones, las sensaciones, y los aprendizajes. La resonancia hace que dejes huella positiva en la mente, el corazón y el alma de las personas. Hacen que tus mensajes se mantengan presentes a pesar de la distancia, que su impronta permanezca viva a pesar del tiempo, que los aprendizajes que hayan podido provocar resuenen una y otra vez, como si estuvieran flotando en el aire. Es un sonido que vibra, que impulsa, que engrandece a las personas. Es un sonido que les penetra tan profundamente que se mantiene vivo dentro de ellas, transformándose en un aprendizaje propio y significativo, y eso es lo que hace que aflore en los momentos vitales y decisivos, convirtiéndolo en uno de sus mejores recursos para el cambio y el logro de metas.

Gestionar el cambio significa gestionar la emoción, lograr objetivos y acompañar a otros en su desarrollo para ello implica gestionar las emociones porque estas son energía que pide movimiento, son impulsoras de la acción. Las palabras, las instrucciones, los planes, las directrices no son suficientes. Si queremos lograr metas y cambios harán falta acciones y estas necesitan de las emociones adecuadas. La resonancia emocional del liderazgo es una pieza clave para acompañar el cambio en la dirección de los objetivos a lograr. Un ambiente de resonancia positiva fomenta la eficiencia mental y conductual de las personas. La resonancia de un líder es vital para hacer efectiva la responsabilidad emocional corporativa y construir organizaciones antifrágiles

¿Y tú, qué quieres como líder, sonar o resonar?  

 

Desde Octubre estamos implementando un Programa de Desarrollo del Liderazgo para la cooperativa LagunAro, del Grupo Mondragon, en colaboración con Otalora, entidad perteneciente al Centro de Desarrollo Corporativo de la corporación.

El programa esta basado en el modelo de Liderazgo de la Escuela de Mentoring dirigido a descubrir, impulsar y desarrollar  el potencial gerencial y de liderazgo en las organizaciones, en la idea de que cultivar un liderazgo consistente favorece no solo los resultados presentes de la organización, sino que garantiza su sostenibilidad futura.

Invertir en el desarrollo del liderazgo de la actual generación de líderes es asegurar la calidad del liderazgo de las siguientes generaciones.

Desarrollar y mantener a los colaboradores no solo es más barato que buscar nuevos profesionales en el mercado, sino que permite a las organizaciones fortalecer su cultura, mantener sus valores, crear un sentido de pertenencia, impregnar su saber hacer y diferenciación y aumentar su resonancia organizacional. 

El programa se ha iniciado con la definición del perfil óptimo de liderazgo en la organización, en base a un modelo de competencias y estilos motivacionales que forman parte de de la metodología de la Escuela de Mentoring. Todo ello servirá de base para acompañar a la organización en el desarrollo de su capital de liderazgo, con el foco puesto en el objetivo de crear «Contextos Enriquecidos de Trabajo” (CET), que son el verdadero impulsor del compromiso de las personas.

Un artículo publicado en el 2021 en la Revista McKinsey señala que invertir en el desarrollo del liderazgo en toda la organización, para todos los puestos de liderazgo, es un método efectivo para cultivar comportamientos de liderazgo que mejoran la seguridad psicológica de los colaboradores, siendo esta la condición clave para fortalecer el compromiso organizacional y obtener buenos resultados. El problema es que no siempre se diseñan adecuadamente estos programas, pues la tendencia es a trabajar muchas competencias y no siempre las más adecuadas. Entre las principales habilidades a trabajar señalan todas las relacionadas con la creación de diálogos abiertos, la capacidad de saber empoderar a los colaboradores, catalizar los cambios, desarrollar un liderazgo de tipo consultivo y de apoyo, creación de climas emocionales positivos, ser un líder desarrollativo y saber crear relaciones de mutuo crecimiento.

Otra de las claves, que identifica el citado artículo, consiste en comenzar por la definición de una estrategia clara alineada con la aspiración general de la organización y un conjunto integral de capacidades que se requieren para lograrlo. Es fundamental desarrollar una taxonomía de habilidades, que no solo apoye la realización de la identidad general de la organización, sino que también fomente el aprendizaje y el crecimiento y se aplique directamente al trabajo diario de las personas.

Esto es lo que hemos realizado en primer lugar con la definición del perfil óptimo de liderazgo en la organización. La misma se ha llevado a cabo a través de un diálogo abierto entre diferentes partes de la organización y la Escuela de Mentoring hasta llegar a definir las 12 competencias clave, los comportamientos en los que se traducen y el nivel de desarrollo a alcanzar. Todo ello combinado con la identificación del perfil motivacional más adecuado para la organización. Para todo ello partimos de varias preguntas: ¿cuales son las dimensiones del liderazgo más valiosas para la organización en base a los retos a los que se enfrenta? ¿por qué son tan valiosas? ¿qué deberían hacer los participantes de manera diferente en su trabajo diario para desarrollar esas dimensiones?

A partir de aquí, se ha explorado en qué áreas trabajar para propiciar los cambios de comportamientos necesarios y desarrollar diferentes habilidades a un mayor nivel. Con todo ello se ha diseñado el plan de aprendizaje que combina 6 talleres presenciales, donde se trabajan las 6 dimensiones del liderazgo que ejemplifican dichos comportamientos y habilidades, y un proceso conversacional a nivel individual con cada uno de los participantes para acompañarles de forma más personalizada en el desarrollo de los aspectos que para ellos sean más necesarios, prioritarios o clave.

                 6 DIMENSIONES DEL. LIDERAZGO QUE CREAN CONTEXTOS ENRIQUECIDOS DE TRABAJO 

Los talleres están diseñados de tal forma que crean experiencias reales de liderazgo, situaciones en las que la carga emocional está presente y se genera el efecto sorpresa. El liderazgo es situacional, no hay fórmulas mágicas que sirvan para todas las personas y las situaciones. Es en el día a día, en el que surgen conflictos, problemas, demandas y retos, donde un o una líder se entrena y se forja. Situaciones en las que la vivencia emocional está presente, porque nos enfrentan ante lo nuevo e inesperado y porque ponen a prueba muchas de nuestras capacidades (empatía, autodominio, resiliencia, asertividad…). Por ello es necesario generar ese tipo de vivencias en el aula para poder trabajar adecuadamente el desarrollo del liderazgo. Las experiencias de aprendizaje que son inmersivas y atractivas se recuerdan con mayor claridad y durante más tiempo.

En nuestros talleres apenas hay contenido teórico, teorías o conceptos. Por lo general no es la falta de conocimiento lo que impide que los líderes alcancen todo su potencial. Por ello están diseñados para que los participantes  se involucren personal y activamente, se exponga, se muestren y afloren sus creencias, suposiciones y emociones subyacentes para lograr cambios de mentalidad duraderos. Favorecemos la introspección personal a través de preguntas que invitan a reflexiones profundas y un «darse cuenta de», un mirar hacia otro lado para ver más allá del día a día, de uno mismo, de mi visión del liderazgo.

Cada taller finaliza con un compromiso de acción articulado bajo la metodología de aprendizaje 70-20-10, lo que favorece que se puedan trasladar de manera inmediata lo aprendido en el aula al trabajo diario.  Ayudamos a los participantes a identificar acciones concretas a llevar a cabo en su trabajo en las que puedan poner en práctica cada una de las dimensiones trabajadas en los talleres. Asimismo el siguiente taller comienza con una reflexión sobre la experiencia en la aplicación de las acciones surgidas del anterior, para conocer como están cambiando comportamientos, donde están teniendo más dificultades y más éxitos, identificar más oportunidades de aplicación, encontrar nuevas formas de hacerlo mejor, para convertir la experiencia en una fuente de aprendizaje. Todo ello se ve reforzado a través de las conversaciones sobre liderazgo que se mantienen de manera individual con cada participante a lo largo de todo el programa. Dichas conversaciones se llevan a cabo bajo el modelo de conversación inteligente y desarrollativa que forma parte de la metodología Integral Generative Mentoring.
Estaremos hasta Julio acompañando a la organización y a sus líderes en esta experiencia de aprendizaje.

 

El 13 de Enero comenzamos una nueva edición del Programa #RescatadoresDeTalento con la Fundacion Princesa de Girona para acompañar a través del mentoring grupal a jóvenes de toda España que quieren mejorar su desarrollo profesional y empleabilidad. El Programa constará de 6 sesiones de mentoring grupal dinamizadas por 4 mentores del talento, y dirigidas a un grupo de 25 jóvenes con estudios universitarios y de formación profesional superior que quieren aportar todo su talento al mercado.

Comenzamos la 1º edición del 2022 con 3 talleres virtuales para los días 13, 20 y 27 de Enero que serán facilitados por nuestra Directora Ejecutiva, Mª Luisa de Miguel.Durante los talleres trabajaremos:

-Autoconocimiento e Indagación Apreciativa del Talento con el objetivo de activar su motivación en la búsqueda de un mejor empleo, reforzar su autoeficacia a través del descubrimiento de su núcleo positivo y mejorar sus estrategias de acceso al mercado a través del diseño de su mapa del talento.

-Diseño de perfiles creativos y plan de acción para poner en valor el talento. Para ello aplicaremos técnicas de creatividad, pensamiento divergente, asociaciones de ideas, bisociación, etc. para crear perfiles profesionales que vayan más allá del curriculum del joven, de sus estudios, y que tengan en cuenta su talento, las opciones profesionales y la situación del mercado.

-Definición de un proyecto personal y desarrollo de competencias: orientación a objetivos, emprendimiento, trabajo colaborativo, creatividad, mentalidad ágil

 

Mentoring Grupal. VER VIDEO en https://vimeo.com/237593711

Los siguientes talleres serán desarrollados por los mentores del Programa Rescatadores del Talento de la FPdGi, que la Escuela de Mentoring ha tenido el gusto de formar en diversas ocasiones, que les ayudarán a diseñar la puesta en marcha del plan de acción para lograr su empleo deseado, a revisar su CV y a preparar la entrevista de trabajo, y pasar el test del mercado. Para ello, contaran con la posibilidad de compartir inquietudes, preguntas, y dudas con varios mentores, directivos de empresas, para conocer qué demanda el mercado, evaluar sus opciones laborales y profesionales, las diferentes oportunidades, las claves para su desarrollo profesional. El objetivo es que conozcan la realidad del mercado de primera mano, para adaptar el diseño de su plan de desarrollo profesional y su modelo de negocio de talento a lo que realmente están demandando las empresas y el mercado del talento.  Desde inicios de este año se ha incorporado un taller adicional de mentoring grupal sobre marca personal guiado por Neus Arqués.

A través del itinerario previsto en el Mentoring Grupal queremos seguir descubriendo talentos y darles la plataforma para que sean visibles al mercado y puedan aportar a las empresas todo su valor como profesionales. Sin duda un trabajo apasionante, lleno de aprendizajes, sorpresas, descubrimientos y mucha pasión y amor por lo que hacemos y por las personas, especialmente, por los jóvenes que en un futuro serán los referentes de nuestro país y el mundo en muy diferentes áreas de conocimiento y práctica. Te dejamos un video testimonial de los resultados y experiencias de la primera edición del programa este año.

 

A través del itinerario previsto en el Mentoring Grupal queremos seguir descubriendo talentos y darles la plataforma para que sean visibles al mercado y puedan aportar a las empresas todo su valor como profesionales. Sin duda un trabajo apasionante, lleno de aprendizajes, sorpresas, descubrimientos y mucha pasión y amor por lo que hacemos y por las personas, especialmente, por los jóvenes que en un futuro serán los referentes de nuestro país y el mundo en muy diferentes áreas de conocimiento y práctica.

El próximo 12 de Noviembre Escuelas Católicas desarrolla la XIX Jornada para Orientadores Escolares bajo el título «Educar alumnos emocionalmente competentes» que se desarrollará en modalidad virtual a través de su plataforma EC durante toda la mañana  y hasta las 18:30 de la tarde.

 

El objetivo de la jornada  es crear un espacio de colaboración dentro de escuelas católicas en el que conocer y difundir nuevas experiencias de innovación para la orientación educativa. En esta XIX edición se profundizará en la importancia de educar y orientar en el cuidado emocional para lograr el desarrollo de cada persona en plenitud tanto para los docentes y orientadores, como para su trabajo con los alumnos. El cuidado emocional forma parte de la identidad de Escuelas Católicas, pero las secuelas de la crisis sanitaria que todavía estamos viviendo, y los datos preocupantes sobre el aumento de casos de ansiedad, duelo, violencia, incluso de suicidios, nos indican que todavía tenemos un camino importante que recorrer.

Para todo ello se ha diseñado este espacio de aprendizaje y reflexión colectiva, donde se trabajará cómo educar las competencias sociales y emocionales que contribuyen a la mejora de las relaciones interpersonales; y cómo lograr el bienestar personal y social de todos los integrantes de la comunidad educativa.

La Escuela de Mentoring participará en estas jornadas, a través de nuestra Mentora Acreditada Experta en Inteligencia Emocional y Responsable del Área de Mentoring Educativo, Ana Sanjuan, quien impartirá una conferencia a las 11:00 de la mañana bajo el título «Agilidad Emocional: Claves y Herramientas para orientadores escolares».

Estamos encantados de seguir contribuyendo a la mejora de la educación de nuestros jóvenes participando en proyectos tan interesantes como estas jornadas organizadas por Escuelas Católicas.

Se trata de una jornada dirigida a miembros del Departamento de Orientación, profesores y equipos directivos de centros vinculados a Escuelas Católicas.

La jornada cuenta con el reconocimiento y certificación del Ministerio de Educación y Formación Profesional.

Desde el 22 de Septiembre hasta finales de Febrero estaremos formando y acompañando al equipo de mentores del Colegio St. Nicholas School, en Barcelona.

St. Nicholas School nace con el propósito de educar a sus estudiantes en los valores, actitudes, competencias y habilidades intelectuales que les permitan ser felices y conocer y desarrollar su máximo potencial como personas, promoviendo un proceso de formación y desarrollo de personas felices, situando al estudiante como auténtico protagonista de su proceso de aprendizaje mediante un seguimiento personalizado con el fin de prepararlo para la vida.

Esta formación se enmarca dentro del proyecto de mentoring educativo que estamos desarrollando desde Junio de este año con el colegio dirigido al diseño, implementación y validación de un modelo de mentoring para la orientación académica y vocacional del alumnado de 4º de la ESO y 1º y 2º de Bachillerato.  Su objetivo es ofrecer a los estudiantes los recursos y herramientas necesarios para que afronten de forma adecuada y satisfactoria su procesos formativos y la toma de decisiones relacionada con sus transiciones académicas y la vida sociolaboral activa futura de manera autónoma y responsable.

Para ello el mentor educativo acompaña al estudiante propiciando un proceso madurativo permanente, a través del cual consigue obtener y procesar información correcta sobre si mismo y de su entorno, dentro de planteamientos intencionales de toma de decisiones razonadas; integrar la constelación de factores que configuran su trayectoria vital; afianzar su autoconcepto a través de experiencias vitales; desplegar las habilidades y actitudes precisas, para conseguir integrar sus decisiones académicas dentro de un proyecto de vida global. Con todo ello se trata de potenciar los procesos de aprendizaje, cambio y desarrollo del estudiante, como persona y como estudiante teniendo en cuenta  su proyección social y profesional. El objetivo fundamental del mentoring dirigido a  la orientación vocacional es potenciar el desarrollo de las competencias necesarias para identificar, elegir y/o reconducir alternativas personales, académicas y profesionales de acuerdo con su potencial y proyecto vital, contrastadas con las ofrecidas por los entornos formativos, laborales y sociales. 

libro mentoring

Los procesos de mentoring con el alumnado se llevarán a cabo bajo los parámetros de la metodología Integral Generative Mentoring, propiedad de la Escuela de Mentoring, centrada en el desarrollo de metacompetencias: autoconocimiento, formulación de metas auto-concordantes y objetivos con encaje, empatía contextual, creatividad, toma de decisiones, autodominio, aprendizaje de la experiencia, gestión de las relaciones. De esta forma en el desarrollo es multidimensional: emocional, intelectual, social e inteligencia ejecutiva y la persona está más preparada para aprender a aprender de forma ágil y efectiva de forma autónoma en el futuro.

El modelo incluye un listado de comportamientos de las 8 metacompetencias y un sistema de evaluación cuantitativa y cualitativa, que permite, tanto al alumnado como a los mentores, comprobar el grado de avance en el desarrollo de las mismas a lo largo de los 3 años que los alumnos/as estarán implicados en procesos de mentoring.  Asimismo hemos diseñado herramientas específicas para desarrollar cada metacompetencia en las sesiones de mentoring, adaptadas al perfil de los mentees y del contexto en el que se enmarca el mentoring.

Los mentores serán formados en  nuestra metodología y la aplicación del modelo de mentoring educativo para la orientación vocacional que se ha diseñado específicamente para el Colegio, a fin de que pueda acompañar de forma efectiva a sus mentees a lo largo de los 3 años en los que se llevarán a cabo los procesos de mentoring.

Estamos muy ilusionados con la puesta en marcha de este proyecto, que nos permite impulsar un modelo de educativo centrado en la persona y en su papel dentro de la sociedad.  Leer más

Desde primeros de Junio estamos trabajando en el diseño de un Modelo de Mentoring Educativo centrado en la orientación académica y vocacional del alumnado de 4º de la ESO y 1º y 2º de Bachillerato con el equipo directivo del Colegio St. Nicholas School, en Barcelona.

St. Nicholas School nace con el propósito de educar a sus estudiantes en los valores, actitudes, competencias y habilidades intelectuales que les permitan ser felices y conocer y desarrollar su máximo potencial como personas, promoviendo un proceso de formación y desarrollo de personas felices, situando al estudiante como auténtico protagonista de su proceso de aprendizaje mediante un seguimiento personalizado con el fin de prepararlo para la vida.

 

Para la Escuela de Mentoring es un placer desarrollar este proyecto junto a St. Nicholas School y formar parte de su red de entidades colaboradoras, apoyando una educación para la vida y en valores.

El propósito del mentoring educativo, centrado en la orientación vocacional, es ofrecer a los estudiantes los recursos y herramientas necesarios para que afronten de forma adecuada y satisfactoria su procesos formativos y, la toma de decisiones relacionada con sus transiciones académicas y la vida sociolaboral activa futura de manera autónoma y responsable.

Para ello el mentor educativo acompaña al estudiante propiciando un proceso madurativo permanente, a través del cual consigue obtener y procesar información correcta sobre si mismo y de su entorno, dentro de planteamientos intencionales de toma de decisiones razonadas; integrar la constelación de factores que configuran su trayectoria vital; afianzar su autoconcepto a través de experiencias vitales; desplegar las habilidades y actitudes precisas, para conseguir integrar sus decisiones académicas dentro de un proyecto de vida global. Con todo ello se trata de potenciar los procesos de aprendizaje, cambio y desarrollo del estudiante, como persona y como estudiante teniendo en cuenta  su proyección social y profesional. El objetivo fundamental del mentoring dirigido a  la orientación vocacional es potenciar el desarrollo de las competencias necesarias para identificar, elegir y/o reconducir alternativas personales, académicas y profesionales de acuerdo con su potencial y proyecto vital, contrastadas con las ofrecidas por los entornos formativos, laborales y sociales. 

libro mentoring

 

El proyecto que estamos desarrollando con el Colegio St. Nicholas School incluye el diseño de todo el modelo a implementar durante los 3 años de recorrido desde 4º de la ESO a 2º de Bachillerato: diseño de actividades, ruta de aprendizaje, programa de mentoring, elaboración de herramientas y documentos, coordinación y alineación con el resto de intervenciones pedagógicas del centro, definición contenido de las sesiones de mentoring para cada uno de los 3 años en los que el alumnado va a disfrutar del acompañamiento de un mentor/a educativo. Asimismo formaremos en la metodología Integral Generative Mentoring a todo el equipo del centro para que puedan desempeñar su rol como mentores educativos y los acompañaremos durante el primer año de ejercicio de dicho rol, supervisando todos los procesos. 

Los procesos de mentoring con el alumnado se llevarán a cabo bajo los parámetros de la metodología Integral Generative Mentoring, propiedad de la Escuela de Mentoring, centrada en el desarrollo de metacompetencias: autoconocimiento, formulación de metas auto-concordantes y objetivos con encaje, empatía contextual, creatividad, toma de decisiones, autodominio, aprendizaje de la experiencia, gestión de las relaciones. De esta forma en el desarrollo es multidimensional: emocional, intelectual, social e inteligencia ejecutiva y la persona está más preparada para aprender a aprender de forma ágil y efectiva de forma autónoma en el futuro.

Estamos muy ilusionados con la puesta en marcha de este proyecto, que hemos iniciado en Junio de este año y en el que estaremos involucrados hasta Junio del 2022 y desde el que aportaremos nuestro granito de arena para impulsar un modelo de educativo centrado en la persona y en su papel dentro de la sociedad. 

Continuamos con la colaboración en la Revista Capital Humano, a través del espacio cedido a EMCC SPAIN, con un artículo de nuestra Directora Ejecutiva, Mª Luisa de Miguel, bajo el título «Activando las Mentes del Futuro». 

El artículo aparece publicado en la edición de Julio, Nº 366, Sección Crecimiento profesional y aborda la temática y objetivos del 1º Congreso sobre Coaching y Mentoring para España y Latam, organizado por EMCC SPAIN.

«En tiempos convulsos y de crisis surgen las mejores oportunidades para reinventarnos juntos. Necesitamos activar nuestra responsabilidad colectiva e individual y esforzarnos por comprender qué está pasando a nuestro alrededor para tomar decisiones que nos ayuden a construir un mayor bienestar para todos.

Cuando las demandas y expectativas del entorno exceden de las capacidades de sus ciudadanos para abordarlas es necesario construir puentes para facilitar el tránsito de mentalidad necesario para adaptarnos. Las relaciones de coaching y mentoring son el contexto en que se puede operar este tránsito de forma fluida, desde la seguridad, la confianza, el aprecio, la consideración empática, la aceptación incondicional positiva, el reconocimiento mutuo y la significatividad.

La asignatura pendiente, la materia clave de nuestro cv vital y social, en la era que nos toca vivir, es construir el sentido de la experiencia diaria para aprender de forma inteligente, ágil y efectiva, lo que guarda relación con la capacidad selectiva, interpretativa, ejecutiva y constructiva. Las mentes del futuro necesitan sincronizar e integrar en la experiencia diaria el sentir, pensar y actuar, necesitan comprenderse mejor, comprender a los demás, al mundo que les rodea y las relaciones de interdependencia que se dan entre todo ello, necesitan saber armonizar propósitos, capacidades, expectativas, conocimientos y roles.»

Si quieres leer el artículo completo puedes consultar en este enlace .

Muy agradecidos a EMCC SPAIN y la Revista Capital Humano por esta colaboración, que nos permite seguir difundiendo y compartiendo los beneficios del coaching y el mentoring. Si quieres ahondar sobre la aportación de estas dos prácticas y metodologías para afrontar los cambios y retos futuros, te invitamos a que nos acompañes en el 1º Congreso EMCC SPAIN que se celebrará los días 14 y 15 de Octubre del 2021 y en el que participará como ponente nuestra Directora Ejecutiva, Mª Luisa de Miguel, junto a David Clutterbuck, Julio Olalla, Damian Goldvarg y Beatríz Valderrama. Puedes realizar tu inscripción en el siguiente enlace. 

El pasado 24 de Junio, nuestra Directora Ejecutiva, Mª Luisa de Miguel compartió con más de 40 personas de diversos países el encuentro organizado por EMCC Spain para la presentación de su libro  “Mentoring, un modelo de aprendizaje para la excelencia personal y organizacional .

Queremos aprovechar para dar las gracias a todos los asistentes y en especial a Joan Clotet Sulé, Humanismo Digital, por dinamizar la sesión con una magnifica entrevista acerca del libro, y la moderación del ameno debate con los asistentes, así como a Pablo Cardona Soriano, Presidente de #emccspain, por abrir la sesión compartiendo un magnífico resumen del libro.

También agradecer a Beatriz Valderrama, Vicepresidenta de EMCC Spain, por presentar la jornada y a Olivia Verhulst, representante de EMCC Global por toda la ayuda en la organización de este encuentor.

En este enlace puedes ver el vídeo completo de la jornada. 

 

Si quieres conocer en que consiste la labor de un mentor, que es clave para acompañar efectivamente a otros a través del mentoring, sus aportaciones y beneficios, algunas claves sobre  la metodología Integral Generative Mentoring, que describo en el libro e impulso desde la Escuela de Mentoring.no te pierdas la entrevista.

 

Aprendizaje y Mentoring

 

 El mundo líquido en el que estamos inmersos demanda nuevas formas de aprender y adaptarse a los cambios. El mentoring proporciona a personas y organizaciones una fórmula para aprender de una forma ágil, inteligente y estratégica. Este libro te proporcionará la ruta para navegar en la era del aprendizaje. En él descubrirás un modelo para construir relaciones y mantener conversaciones transformadoras. 

         Una conversación de calidad transforma nuestro cerebro, lo expande. El mentoring facilita los procesos de cambio  personales y organizacionales a través de conversaciones que se transforman en decisiones, decisiones que se convierten en acciones, y acciones que producen resultados. Gestionar personas y organizaciones a través de conversaciones tiene un efecto multiplicador del talento.

 

Puedes adquirir el libro  en los siguientes puntos de venta.

Aprovecho esta ocasión para invitaros a participar en el 1º Congreso sobre Mentoring y Coaching que organiza EMCC Spain y que se celebrará los próximos 14 y 15 de Octubre de este año bajo el título «Activando las mentes del futuro».

 

Te esperamos para seguir conversando y compartiendo sobre mentoring y coaching.

La religión ha tenido el papel de dar sentido, guía, soporte, seguridad e, incluso, esperanza e ideales nobles a la vida del ser humano. Ha tenido la misión de ser un sistema de creencias al que acudir en momentos de adversidad, sufrimiento, desestabilización y desesperanza.  Muchos han sido los autores (William James,  Freud, Jung, Gordon Allport, Erich Fromm, Viktor Frankl) que han sostenido que la religión cumple funciones fundamentales en la vida de las personas, como dar cobijo, esperanza, orientación y sentido existencial.

La palabra religión procede del latín «religare» que significar religar, es decir, volver a unir a conectar. La religión ha sido el vehículo para unir al ser humano con una divinidad, entendida esta como el símbolo de lo que trasciende al ser humano y, a la vez, forma parte de su esencia. Es una vía de conexión humana que transciende lo individual pero a la vez es universal. La necesidad de conexión, de vínculo es un instinto natural, innato. Erich Fromm nos recuerda, en «El Arte de Amar», que el ser humano tiene la necesidad de evitar el aislamiento y la soledad, la necesidad relacionarse con el mundo exterior, estar conectado con él.  Las personas tiene terror a la soledad, pero no a una soledad física, sino a una soledad existencial, es decir, a una existencia desconectada de los otros, del mundo, del significado último de la vida. Una persona puede estar sola físicamente hablando durante mucho tiempo y, sin embargo, estar conectada, vinculada con ideas, valores, principios o incluso normas o ritos sociales que le proporcionan un sentimiento de comunión y pertenencia. También puede vivir entre la multitud, rodeada constantemente de personas y, no obstante, sentirse sola, aislada, desconectada. Creo que lo que todos hemos vivido durante estos meses de cuarentena por el COVID-19 lo refleja perfectamente y explica rituales como salir a aplaudir en los balcones todos los días a las 20:00 horas.

Los efectos del aislamiento son tan devastadores, a nivel mental y emocional, que las personas huimos de la soledad. El problema es que esa huída es hacia afuera y no hacia dentro. Y cuanto más buscamos fuera compensar esa soledad (televisión, relaciones superficiales, rrss, adicción al trabajo) más nos vamos desconectando de nosotros, desligando de nosotros y más vacío y soledad sentimos. Y lo peor es que acabamos cayendo en manos de fanatismos, extremismos, populismos, radicalismos, nacionalismos porque todos ellos se basan en explotar la necesidad humana de estar conectados a algo, de ser parte de algo que nos da sentido e identidad. Necesitamos objetos de devoción porque ser devoto implica inclinarse con fuerza hacia algo, algo que nos hace sentir vivos, conectados, pertenecientes a, vinculados a. Hace no tanto la devoción se traducia en una vocación y una vocación era mucho más que realizar un trabajo era amarlo, era sentirnos unidos a él porque al hacerlo nos realizabamos, nos sentíamos parte del mundo, transcendíamos, sentíamos que estabamos dando lo que queríamos para encontrar nuestro lugar en ese mundo.

Con los años la devoción a un ideal, a una vocación, a una profesión, a unos valores se han ido transformando en la devoción al dinero, al estatus, al placer, a la imagen. Todos estos objetos de devoción son efímeros, caprichosos, cambiantes y lo que es peor cuanto más devotos somos a ellos más nos consumen y menos nos realizan. Hemos cambiado la fe por el apego, la creencia en ideales por la sumisión a las novedades o las modas. Nos hemos vuelto una sociedad descreída, sin creencias en las que confiar y sin confianza el ser humano se vuelve pasivo, dependiente, replegado en sí, se cierra y no se expande. No creemos en la religión, no creemos en la democracia, no creemos en las instituciones, no creemos en la ciencia (el recelo a las vacunas para el COVID es una muestra más de este descreimiento:la última encuesta del CIS nos cuenta que un 48,3% de los encuestados recela de la vacuna), no creemos en la sociedad civil como motor de cambio, no creemos ya en nuestros vecinos y no creemos en nosotros mismos. Pero como necesitamos creer, porque sin creencias, sin certezas el ser humano vive en la angustia, en la inseguridad pues acabamos creyendo en lo último que llega, lo que más nos impacta emocionalmente, en lo que creen los famosos influencers. El fenómeno de las fake news tiene bastante que ver con la falta de creencias sólidas, de criterios a los que agarrarnos para valorar, para decidir, para actuar. Esta falta de creencias, está pérdida de confianza en nuestros pilares tradicionales (linaje, religión, democracia , ciencia) nos ha dejado huérfanos de asideros  y la orfandad, el abandono, el desamparo se agudiza en situaciones de crisis en las que sentimos que además de la pérdida inmaterial nos enfrentamos a la pérdida material que nos ha estado sosteniendo (el puesto de trabajo, la posición social, el poder adquisitivo, la casa, el coche…) y ahora lo más importante la salud y la vida.

Tantos años mirando y buscando fuera nos ha hecho olvidar que, el ser humano, como señala Viktor Frankl, tiene la capacidad de crear sus propios fundamentales, es decir, crear supuestos últimos capaces de guiar y subordinar nuestra conducta a unos valores últimos, que pueden estar vinculado o no a una religión. Así, para una persona, su fundamental puede ser la religión católica o la budista, pero para otra puede ser la familia, los hijos, el amor, la libertad, la justifica, la protección medioambiental, la ayuda a los más necesitados, etc. Esos valores fundamentales últimos responden a preferencias esenciales que nos orientan en la vida y a la necesidad universal del ser humano de tener una orientación, un fin al que dirigir su vida, que le da sentido a la misma. Ese fin se convierte en un  objeto de devoción, y lo relevante no es cual sea ese objeto o que sea uno un otro, sino si el mismo  contribuye al desarrollo del hombre, de sus potencias específicamente humanas  o si, por el contrario, las paraliza y las anula.

También Gordon Allport  decía que toda persona, esté o no religiosamente orientada, tiene sus propios supuestos últimos. Unos supuestos sin los que no puede vivir porque para él o ella son verdaderos, en el sentido de que son la verdad que quiere ver en el mundo y por eso le aportan certeza, seguridad y un sentido de conexión y de no aislamiento. A lo largo de la historia esos supuestos han sido proporcionados por el linaje (la familia, la pertenencia a un estamento social), la religión, la democracia. Esos supuestos nos aportan confianzafe, creer en algo estable y fuerte que nos ayuda a comprender el mundo, a vivir en él y nos proporciona la energía (lease motivación, voluntad) para actuar conforme a él. Esos supuestos son nuestras convicciones, que Carl Jung afirmaba necesitaba el ser humano para dar  un significado a su vida y encontrar un lugar en el universo, porque todo ello le aportan paz, tranquilidad, bienestar y felicidad a la persona.

Creer en algo nos da fuerza y nos da seguridad, si en lo que creemos nace de nuestra esencia, de nuestros valores, de nuestro yo ideal y lo concretamos en algo que es realizable en el mundo exterior y aporta a otros, esa creencia se transforma en confianza, en energía creadora que nos impulsa a mejorar, a superarnos, a retarnos, a luchar y entramos en una dinámica de realización crecimiento y bienestar. El propósito personal es nuestra religión, es la causa de nuestra fe y nuestra confianza y, como desde muy pequeña me enseñó mi madre, «la fe mueve montañas».  Arquímedes dijo «dadme un apoyo y moveré el mundo» quizás ese apoyo trasladado al mundo existencial de la persona sea el propósito, porque toda persona con un propósito claro y conectada a él es capaz de movilizar lo mejor de sí misma y de los demás para conseguirlo.

La fuerza del propósito nace de su conexión con nuestros valores fundamentales, con la creencia de que el mundo debe ser justo, libre, compasivo, generoso, creativo y la forma que encontramos de hacer realidad ese valor: enseñando, siendo padres o madres, innovando, sirviendo en el ejercito, en las misiones, comunicando, haciendo reér, bailando, investigando, diseñando edificios. Cuando lo conectamos amamos lo que hacemos y hacemos lo que amamos y eso genera un compromiso que va más allá de la motivación, el placer, la satisfacción, el reconocimiento, el dinero que ganamos, etc. Actuar de acuerdo a nuestro propósito, con devoción a nuestra vocación, nos permite sentir que estamos ligados a él en cada acto que lo revivimos. La promesa de recompensa eterna, que antaño proporcionaba la religión, se sustituye ahora por la de transcendencia y legado.

Como cuenta Viktor Frank en su libro «El hombre en busca de sentido» los que demostraron tener mayor capacidad para sobrevivir en los campos de concentración, incluso en aquellas situaciones límite, eran los que estaban orientados hacia un futuro, hacia una tarea que les esperaba, hacia un sentido que querían cumplir. Eso es el propósito, nos hace resistir, nos hace ser fuertes, comprometidos, ligados a una causa movilizadora y estimulante.

En un momento en que nos sentimos desbordados, desmoralizados, desorientados es importante recuperar conceptos como el propósito y ponerlos en el centro de nuestra recuperación, nuestro fortalecimiento, nuestro desarrollo. Por ello, está emergiendo una idea de religión personalizada, en el sentido de capaz de dar respuesta a cada persona del significado último de su vida, teniendo en cuenta sus especiales características, condiciones genéticas, contextuales y sus propias categorías fundamentales. Esa religión personalizada es el propósito que se traduce en vocación y se materializa en visiones, misiones, metas, objetivos, acciones y resultados, y que puede a su vez conectarse con otros propósitos individuales a través de diversos mecanismos de organización social: movimientos activistas, organizaciones empresariales, benéficas, el servicio público.

Esta religión personalizada lejos de acrecentar el individualismo, la separación, el enfrentamiento puede ser un lazo de unión, una especie de ligazón entre necesidades personales y sociales, un mecanismo para autorrealizarnos y contribuir al bien común a la vez. El propósito puede ser la vía hacia un humanismo social.  Estaríamos hablando de construir una sociedad basada en las diferencias personales, con diferentes propósitos y religiones personales pero a la vez conectadas por lo que nos une como humanos, el deseo de realizar un propósito que da sentido a nuestras vidas y que a la vez nos permite conectar valores y fortalezas humanas. Sería una religión fraternal porque no nace de la imposición de una institución, un comité de representantes de la divinidad, sino de la libre elección de la persona que no solo la funda sino que la conecta con otras y lo hace en base a un conocimiento de causa, es decir, en base a un conocimiento de propósitos y su capacidad de unirse para lograr algo más grande: unir propósitos para crear lazos, para construir confianza y ganar seguridad sin perder libertad. Esta nueva idea de religión, esta nueva forma de unirse y conectarse será la fuente de un funcionamiento humano óptimo, de nuestra resiliencia y una antifragilidad, a nivel individual y social.

 

Hace ya unos meses publique un post sobre la importancia de estar atento a las oportunidades y saber aprovecharlas. En el señalaba la necesidad de estar atento y abierto al entorno, a todo lo que pasa a nuestro alrededor. Cada oportunidad tiene un impacto importante en el desarrollo de nuestra carrera profesional.

La atención no es sólo importante para detectar las oportunidades, lo es aún más para saber evaluarlas, seleccionarlas y dejarlas pasar, porque no todo lo que aparece ante nuestros ojos con sus mejores galas es una oportunidad. No todos los proyectos que nos ofrecen son una oportunidad, no todas las colaboraciones van a derivar en una alianza de crecimiento, no todas las ideas son viables, no todas las propuestas encajan en el momento en el que estoy ahora.

Ver en todo oportunidades es una ceguera tan grande como no ver ninguna.

A veces detrás de esta compulsión a aprovecharlo todo esta la trampa mental de la actividad, que nos lleva  a hacer y hacer, sin pararnos a pensar en las prioridades, y en sí lo que hacemos nos acerca o aleja de nuestro  objetivo. No tener definida una estrategia, y bien clarificadas nuestras prioridades, también nos puede llevar a involucrarnos en todo lo que llega «por sí estuviera ahí» «por sí se me escapa el tren y ya no vuelve» o simplemente «por sí acaso».

Otras veces el impulsor de la personalidad «date prisa» revolotea por nuestra mente con mensajes del tipo: “siempre andas el último”, “el que da primero, da dos veces”, “si no eres rápido se te van a adelantar”, “si no eres rápido nunca conseguirás nada en esta vida”, y nos lleva a pensar que si no me abalanzo sobre todo lo que llega perderé la oportunidad.

La parálisis por el análisis es tan nefasta, como la inercia sin rumbo por falta de él.

¿Te atreves a poner a prueba tu nivel de consciencia sobre tu relación con las oportunidades?

Te reto a realizar una Auditoría de Oportunidades:

1.-¿Qué proceso seguiste para escoger las oportunidades que te han llevado a estar donde estas hoy o a los proyectos en los que estas involucrado? Descríbelo bien, cómo, cuándo, dónde y de quien surgió la oportunidad. ¿Qué valoraste para tomar la decisión? ¿Tuviste en cuenta los pros y los contras? ¿lo que ganabas y lo que perdías?  ¿Si la oportunidad te acercaba o alejaba a tu meta?

2.- ¿Si pudieras volver atrás qué harías? ¿qué oportunidades escogerías y cuales dejarías pasar? ¿Cuales crees que combinadamente de forma estratégica hubieran logrado resultados más satisfactorios o más rápidos?

No te dejes atrapar por la trampa de la disonancia cognitiva, no caigas en la ilusión de creer que tu decisión fue tomada cuidadosamente o que fue una intuición acertada. No te aferres a justificar que fue una decisión para no asumir que quizás te equivocaste. No obvies que quizás no quisiste ver los contra y tomaste la decisión en base solo a los pros. No culpes a las circunstancias externas de las consecuencias no deseadas de tu decisión. No racionalices ahora lo que no racionalizaste en su momento.

Las personas tendemos a comprometernos con el error cuando nos sentimos responsable de él, y nos mantenemos en él justificándolo en vez de asumir que tenemos que cambiar de direccion, aprender de él y dejarlo pasar. No caigas en la trampa de la persistencia, que no es lo mismo que la perseverancia.

3.-¿Cuales son los resultados que has obtenido con las oportunidades que elegiste? ¿Estas realmente satisfecho con ellos? ¿son los que habías visualizado o deseado cuando elegiste la oportunidad? Si los resultados no te convencen, ¿a que se debe? ¿en cuantas de tus respuestas están factores externos? ¿Qué responsabilidad tienes tu en todo ello?

4.– En el aquí y ahora, ¿qué oportunidad que elegiste en el pasado mantendrías y cual dejarías de lado?

Si estas sintiendo una ligera o profunda sensación de incomodidad, cierto enfado y rigidez corporal, tranquilo no pasa nada, estas saliendo de tu zona de confort. Ya estas preparado para aprender nuevas estrategias y nuevos hábitos en la identificación y selección de oportunidades.

Las oportunidades deben estar alineadas con nuestra razón y nuestra emocion

Las oportunidades deben estar alineadas con nuestra razón y nuestra emocion

Para mi el saber detectar y elegir las oportunidades adecuadas tiene dos principios fundamentales:

– un profundo autoconocimiento personal y una clara focalización y definición de la meta que quiero alcanzar. Estos son los dos faros que nos guían a la hora de priorizar las oportunidades para decidir cual nos aleja o nos acerca a nuestra meta y cual encaja o no encaja con nuestra esencia.

– una férrea disciplina en la evaluación de las oportunidades, que pasa por indagar, diría incluso hasta diseccionar la naturaleza de la oportunidad (de donde o de quién viene, que carga lleva, a donde lleva, que oculta) y su vinculación con otras oportunidades, con la meta, y con el momento.

Además de estos principios puedes poner en práctica los consejos, preguntas y herramientas que te propongo a continuación:

1.- Resiste con todas tus fuerzas la tentación de entregarte en brazos de la primera oportunidad que te corteja.

2.- Pon el foco en el largo plazo, y no en el corto plazo, para valorar las mejores oportunidades

3.- Ata tu entusiasmo a la hora de decidir y pide ayuda a «tu yo realista» y «tu yo crítico». Aplica la estrategia de Walt Disney.

4.- La oportunidad ¿me acerca o me aleja de mi meta? ¿Cuanto? ¿Cómo? ¿Cómo lo se?

5.- ¿El esfuerzo que supone compensa lo que voy a obtener?

6.- ¿Lo que voy a ganar compensa lo que voy a perder o dejar atrás?

7.- ¿Esta oportunidad me posiciona estratégicamente para captar otra que me acerca más a mi meta?

8.– ¿Puedo considerarla una inversión de futuro? ¿Como lo he medido?

9.– ¿Tengo en este momento los recursos necesarios para poder aprovechar adecuadamente esta oportunidad? Si no los tengo, ¿puedo conseguirlos en un tiempo que no haga inviable la oportunidad?

10.-¿Es el momento para mi de esta oportunidad?

Confieso que estoy en un momento en el que tengo ante mi probablemente una de las grandes oportunidades de mi vida, y que estas reflexiones que comparto me ayudan a no paralizarme y a no precipitarme. Por eso me gusta compartirlas, porque creo que si me ayudan a mi, también pueden ayudar a otros. Son las mismas que muchas veces trabajo en los procesos de Coaching y Mentoring con mis clientes, y también confieso que cuando le tocan a uno mismo no resultan tan sencillas.

Autora: Mª Luisa de Miguel

Directora Ejecutiva de la Escuela de Mentoring