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A lo largo de los meses de Enero a Julio del 2025, dentro del Plan de Intervención Especial para Jóvenes en Valencia, promovido y liderado por la Fundación Princesa de Girona, hemos diseñado e implementado un modelo de mentoring vocacional en 10 centros educativos de poblaciones afectadas por la DANA. El objetivo a lograr por parte de la Fundación con este programa era  acompañar a los jóvenes afectados por la DANA en su desarrollo académico y vocacional, fortaleciendo su 𝗰𝗮𝗽𝗶𝘁𝗮𝗹 𝗽𝘀𝗶𝗰𝗼𝗹𝗼́𝗴𝗶𝗰𝗼  𝗲 impulsando en ellos 𝘂𝗻𝗮 𝗺𝗲𝗻𝘁𝗮𝗹𝗶𝗱𝗮𝗱 𝗱𝗲 𝗰𝗿𝗲𝗰𝗶𝗺𝗶𝗲𝗻𝘁𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝗹𝗲𝘀 permitiera seguir avanzando 𝗲𝗻 𝗹𝗮 𝗱𝗶𝗿𝗲𝗰𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗱𝗲 𝘀𝘂𝘀 𝗮𝘀𝗽𝗶𝗿𝗮𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀 𝘃𝗼𝗰𝗮𝗰𝗶𝗼𝗻𝗮𝗹𝗲𝘀

Contexto de intervención

El patronato de la Fundación, tras los sucesos acaecidos a finales de Octubre en Valencia como consecuencia de la DANA, pone en marcha un Plan Especial de Intervención para apoyar a los jóvenes afectados y mejorar su situación, aprovechando la experiencia de las empresas del patronato, su red de expertos y el know how acumulado a través de sus diversos programas, entre ellos los programas de mentoring, que desde el 2017 vienen siendo desarrollados en colaboración con la Escuela de Mentoring.

Tras un proceso de escucha en el territorio llevado a cabo en Diciembre, se decide intervenir a través del mentoring para trabajar el bienestar de los jóvenes y su desarrollo vocacional, en la franja de edad de los 16 a 18 años.  El objetivo último es que los jóvenes se sientan apoyados y acompañados en su desarrollo, compensar las posibles dificultades académicas experimentadas como consecuencia de los efectos de la  DANA, mantener su motivación para seguir invirtiendo en su futuro académico y profesional y ayudarles a tomar decisiones acerca de los itinerarios formativos a cursar, que sean más adecuados para desarrollar en el futuro la profesión o trabajo que desean.

Para ello se seleccionaron, en colaboración con las instituciones educativas de la Generalitat Valenciana, y diversos agentes locales, 10 centros educativos, de diferentes poblaciones afectadas por la DANA: IES 25. abril de  Alfafar, IES de #Sedavi, IES Joanot Martorell de #Valencia, Colegio San Antonio de Padua I de #Catarroja, IES Andreu Alfaro de Paiporta, Colegio Maristas Nuestra señora de la Salud de #Algemesí, IES Alameda e IES Miguel Ballesteros de Utiel  IES Salvador Gadea de Aldaia e IES de Albal.

La orientación vocacional a través de mentores de empresa aporta un plus al acompañar al estudiante propiciando un proceso madurativo permanente, a través del cual consigue obtener y procesar información correcta sobre si mismo y de su entorno, dentro de planteamientos intencionales de toma de decisiones razonadas; integrar la constelación de factores que configuran su trayectoria vital; afianzar su autoconcepto a través de experiencias vitales; desplegar las habilidades y actitudes precisas, para conseguir integrar sus decisiones académicas dentro de un proyecto de vida global. Con todo ello se trata de potenciar los procesos de aprendizaje, cambio y desarrollo del estudiante, como persona y como estudiante teniendo en cuenta  su proyección social y profesional.

El objetivo fundamental del mentoring dirigido a  la orientación vocacional es potenciar el desarrollo de las competencias necesarias para identificar, elegir y/o reconducir alternativas personales, académicas y profesionales de acuerdo con su potencial y proyecto vital, contrastadas con las ofrecidas por los entornos formativos, laborales y sociales. 

El reto

Diseñar un Modelo de Mentoring Educativo enfocado en la Orientación Vocacional que cubriera las necesidades y objetivos expuestos, que tuviera en cuenta la situación de los centros educativos y el alumnado en las poblaciones afectadas por la DANA y que incluyera la participación de mentores de las empresas que colaboran con la Fundación.

Dicho modelo debía facilitar al alumnado las herramientas para que puedan afrontar de forma satisfactoria su proceso formativo, así como la toma de decisiones relacionadas con su transición académica y la vida sociolaboral activa futura de una manera autónoma y responsable, además de permitirles realizarse como personas en sociedad de una forma sana y satisfactoria.

La solución. 

Se artículo un «voluntariado corporativo educativo» con la participación de 12 empresas: BMW GroupPowerCoEnagás BBVA Ferrovial Zurich Insurance ACCIONA ATREVIA Russula Bankinter Banco Sabadell HP, cada una de las cuales aportaba entre 5 y 10 mentores, que participaron en las acciones de mentoring individual y grupal, diseñadas por la Escuela de Mentoring. En paralelo se llevaron a cabo las siguientes acciones por parte de la Escuela de Mentoring.

  • Diseño de un modelo de mentoring vocacional basado en el desarrollo de las 8 metacompetencias clave para el logro de metas, que combina el mentoring grupal e individual, y ha tenido en cuenta las necesidades de jóvenes de 16 a 18 años que han vivido una experiencia traumática.
  • Formación en la metodología de mentoring vocacional, grupal e individual,  a los mentores de empresa participantes en el programa.
  • Facilitación, junto a los mentores de empresa, de las sesiones de mentoring grupal presenciales en los 10 centros educativos seleccionados.
  • Elaboración de la «Guía Mentoring Vocacional» basada en 8 metacompetencias, que sirvió de guía a los mentores en el desarrollo de sus procesos de mentoring individual con los jóvenes.
  • Acompañamiento y supervisión de los procesos de mentoring llevados a cabo por los mentores y mentoras con los alumnos y alumnas de cada centro.
  • Desarrollo de 2 Comunidades de Aprendizaje con los mentores participantes en el programa y para compartir experiencias y mejorar el desarrollo de los procesos de mentoring.
  • Acompañamiento durante todo el programa a la Fundación, las empresas, los mentores y los centros educativos participantes en el mismo.
  • Sesión de cierre y conclusiones con los mentores y las empresas para fijar aprendizajes, áreas de mejora e identificación de buenas prácticas a transferir dentro del ecosistema educativo.

El trabajo se ejecutó desde Enero hasta Julio del 2025:

Fase 1.- Actividades previas: 

Durante los meses de enero y febrero se realizó el diseño del modelo y la formación en la metodología de la Escuela de Mentoring que se completó con sesiones en Marzo, Abril, Mayo y Junio.

También se elaboró la Guía de Mentoring Vocacional y se llevo a cabo la información a los centros, así como la inscripción de los participantes.

Fase 2: Mentoring Grupal

En Marzo y Abril se realizaron las 30 sesiones de mentoring grupal presenciales en los 10 centros educativos  con 120 mentores y 500 jóvenes.  Su objetivo se centró en 𝗳𝗼𝗿𝘁𝗮𝗹𝗲𝗰𝗲𝗿 𝗲𝗹 𝗰𝗮𝗽𝗶𝘁𝗮𝗹 𝗽𝘀𝗶𝗰𝗼𝗹𝗼́𝗴𝗶𝗰𝗼 𝗱𝗲 𝗹𝗼𝘀 𝗷𝗼́𝘃𝗲𝗻𝗲𝘀 𝗲 𝗶𝗺𝗽𝘂𝗹𝘀𝗮𝗿 𝘂𝗻𝗮 𝗺𝗲𝗻𝘁𝗮𝗹𝗶𝗱𝗮𝗱 𝗱𝗲 𝗰𝗿𝗲𝗰𝗶𝗺𝗶𝗲𝗻𝘁𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝗹𝗲𝘀 𝗽𝗲𝗿𝗺𝗶𝘁𝗮 𝗮𝘃𝗮𝗻𝘇𝗮𝗿 𝗲𝗻 𝗹𝗮 𝗱𝗶𝗿𝗲𝗰𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗱𝗲 𝘀𝘂𝘀 𝗮𝘀𝗽𝗶𝗿𝗮𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀 𝘃𝗼𝗰𝗮𝗰𝗶𝗼𝗻𝗮𝗹𝗲𝘀.

✅ Fortalecer sus creencias de autoeficacia
✅ Activar su motivación
✅ Crear una visión de futuro clara y esperanzadora
✅ Ayudarles a identificar sus fortalezas y aplicarlas en su entorno inmediato como herramienta de aprendizaje y desarrollo para el futuro.
✅ Desarrollar una mentalidad resiliente
✅ Estimular su creatividad y su proactividad

Fase 3.- Mentoring vocacional individual basado en metacompetencias.

Tras las sesiones de mentoring grupal, a finales de Abril, se iniciaron 110 procesos de mentoring individual, que se llevaron a cabo hasta Julio, para trabajar las 8 metacompetencias incluidas en la «Guía de Mentoring Vocacional» citada.

El modelo se estructura en 6 sesiones de mentoring individuales de Abril a Julio, a razón de una sesión cada quince días, aproximadamente,  de una hora de duración con cada uno de los 110 alumnos y alumnas, seleccionados,  en los 10 centros educativos.  Además, gira en torno a un objetivo individual y personal del mentee, un proyecto personal relacionado con su orientación vocacional que quiere lograr al finalizar el curso. Este punto es esencial para trabajar desde el inicio la orientación al logro y las funciones ejecutivas.

 

 

Además, en cada sesión y alrededor del objetivo del proceso, se trabajan 8 metacompetencias que forman parte de la metodología Integral Generative Mentoring, y que la Escuela de Mentoring considera clave para cualquier desempeño personal y profesional exitosos, así como para cualquier proceso de cambio, aprendizaje y desarrollo efectivo. Estas metacompetencias cuyo desarrollo promueve el mentor, son las siguientes:

 

 

 

  1. Autoconocimiento como germen y pilar de la confianza en uno mismo
  2. Formulación de metas auto-concordantes y objetivos con encaje conectadas con nuestro propósito
  3. Empatía contextual para convertir al entorno en un aliado de nuestro aprendizaje y desarrollo
  4. Creatividad como medio para ampliar nuestras perspectivas y posibilidades de acción
  5. Toma de decisiones a través del uso del pensamiento crítico y la creatividad para seleccionar los mejores cursos de acción
  6. Autodominio. Capacidad de autorregularnos para lograr nuestras metas mediante nuestras acciones
  7. Aprendizaje de la experiencia. Creación del hábito diario de la práctica reflexiva para aprender de nuestras acciones, nuestros resultados y sus efectos para mejorar y seguir avanzando
  8. Gestión de las relaciones. Sin buenas relaciones es muy difícil lograr nuestros objetivos y tener éxito en la vida

Dentro del modelo, que se incluye en la «Guía Mentoring Vocacional» y se explica a los mentores en su formación, se facilitan los conceptos, claves, habilidades y dinámicas, técnicas y herramientas necesarias para trabajar cada una de estas competencias en las diferentes sesiones de mentoring con el alumnado, de forma adaptada a las edades de los estudiantes.

 Actividades complementarias para reforzar el impacto del mentoring a lo largo de los procesos individuales se han llevado a cabo diversas acciones con los mentores y los centros educativos.

El resultado

En el programa participaron más de 500 alumnos de primero y segundo de Bachillerato, principalmente, de los 10 centros educativos en  las 30 sesiones de mentoring grupal. Los jovenes agradecieron tener 𝘂𝗻 𝗲𝘀𝗽𝗮𝗰𝗶𝗼 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝘀𝗲𝗿 𝗲𝘀𝗰𝘂𝗰𝗵𝗮𝗱𝗼𝘀, 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝗲𝘅𝗽𝗿𝗲𝘀𝗮𝗿 𝘆 𝗰𝗼𝗺𝗽𝗮𝗿𝘁𝗶𝗿 𝗹𝗮𝘀 𝗲𝗺𝗼𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀 𝘃𝗶𝘃𝗶𝗱𝗮𝘀 𝗱𝘂𝗿𝗮𝗻𝘁𝗲 𝘆 𝘁𝗿𝗮𝘀 𝗹𝗮 𝗗𝗔𝗡𝗔 𝘆 𝗽𝗼𝗱𝗲𝗿 𝗰𝗮𝗻𝗮𝗹𝗶𝘇𝗮𝗿𝗹𝗮𝘀 𝗱𝗲 𝗳𝗼𝗿𝗺𝗮 𝗽𝗼𝘀𝗶𝘁𝗶𝘃𝗮 𝗰𝗼𝗻𝘃𝗶𝗿𝘁𝗶𝗲́𝗻𝗱𝗼𝗹𝗮𝘀 𝗲𝗻 𝗮𝗽𝗿𝗲𝗻𝗱𝗶𝘇𝗮𝗷𝗲𝘀 𝘃𝗮𝗹𝗶𝗼𝘀𝗼𝘀 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝘀𝘂 𝗳𝘂𝘁𝘂𝗿𝗼.

En el mentoring individual han participado más de 90 alumnos y alumnas. En total se han llevado a cabo 552 horas de mentoría vocacional 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝘁𝗿𝗮𝗯𝗮𝗷𝗮𝗿 el 𝗱𝗲𝘀𝗮𝗿𝗿𝗼𝗹𝗹𝗼 𝘃𝗼𝗰𝗮𝗰𝗶𝗼𝗻𝗮𝗹 de los jóvenes, que les han aportado 𝗰𝗹𝗮𝗿𝗶𝗱𝗮𝗱, 𝘀𝗲𝗴𝘂𝗿𝗶𝗱𝗮𝗱, 𝗺𝗼𝘁𝗶𝘃𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝘆 𝗰𝗼𝗻𝗳𝗶𝗮𝗻𝘇𝗮 𝗿𝗲𝘀𝗽𝗲𝗰𝘁𝗼 𝗮 𝘀𝘂 𝗳𝘂𝘁𝘂𝗿𝗼.

Se han formado a 110 mentores de 12 empresas en la metodología del mentoring vocacional creada para el programa.

La publicación de la «𝗚𝘂í𝗮 𝗱𝗲 𝗠𝗲𝗻𝘁𝗼𝗿𝗶𝗻𝗴 𝗩𝗼𝗰𝗮𝗰𝗶𝗼𝗻𝗮𝗹», basado en el 𝗱𝗲𝘀𝗮𝗿𝗿𝗼𝗹𝗹𝗼 de 𝟴 𝗺𝗲𝘁𝗮𝗰𝗼𝗺𝗽𝗲𝘁𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮𝘀 ya se está utilizando por parte de la Fundación en otros programas de mentoring vocacional y se preve transferir su know how a futuros proyectos.

Creación de un 𝗺𝗼𝗱𝗲𝗹𝗼 𝗱𝗲 𝘃𝗼𝗹𝘂𝗻𝘁𝗮𝗿𝗶𝗮𝗱𝗼 corporativo 𝗲𝗱𝘂𝗰𝗮𝘁𝗶𝘃𝗼, a través del mentoring, que atiende una necesidad vital para los jóvenes, no cubierta por el sistema educativo: la orientación vocacional desde una visión práctica y pegada a la realidad, que aportan los mentores de las empresas de Fundación Princesa de Girona.

Un modelo que puede ser transferido y aplicado en otros centros educativos de toda España, creando puentes entre educación y empresa, que son necesarios para conectar dos realidades y mundos diferentes, que necesitan dialogar, escucharse, comprenderse y unir fuerzas para que los profesionales del futuro, los jóvenes alumnos del presente, puedan desarrollarse plenamente, realizar su vocación y aportar todo el valor de su talento a la sociedad.

«Muévete X Valencia» ha sido un proyecto apasionante para la Escuela de Mentoring, en el que hemos vivido la realización de nuestro propósito y la esencia de la filosofía de nuestra metodología Integral Generative Mentoring: Juntos hacemos crecer el talento. Además, hemos tenido el inmenso orgullo de presentar los resultados de este programa a SS.AA.RR. la Princesa de Asturias y de Girona y la Infanta Sofía el pasado 24 de Julio en Sant Martí Vells, en Girona. 

 

El 24 Julio, nuestra Directora Ejecutiva, María Luisa de Miguel, estuvo en Sant Martí Vells, en Girona, para presentar a  𝗦𝗦.𝗔𝗔.𝗥𝗥. 𝗹𝗮 𝗣𝗿𝗶𝗻𝗰𝗲𝘀𝗮 𝗱𝗲 𝗔𝘀𝘁𝘂𝗿𝗶𝗮𝘀 𝘆 𝗱𝗲 𝗚𝗶𝗿𝗼𝗻𝗮 𝘆 𝗹𝗮 𝗜𝗻𝗳𝗮𝗻𝘁𝗮 𝗦𝗼𝗳í𝗮 𝗹𝗼𝘀 𝗿𝗲𝘀𝘂𝗹𝘁𝗮𝗱𝗼𝘀 de las actividades de 𝗺𝗲𝗻𝘁𝗼𝗿𝗶𝗻𝗴 𝗹𝗹𝗲𝘃𝗮𝗱as 𝗮 𝗰𝗮𝗯𝗼 𝗰𝗼𝗻 𝗷𝗼́𝘃𝗲𝗻𝗲𝘀 𝘃𝗮𝗹𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮𝗻𝗼𝘀 𝗮𝗳𝗲𝗰𝘁𝗮𝗱𝗼𝘀  por la 𝗗𝗔𝗡𝗔, dentro 𝗣𝗹𝗮𝗻 𝗘𝘀𝗽𝗲𝗰𝗶𝗮𝗹 𝗱𝗲 𝗜𝗻𝘁𝗲𝗿𝘃𝗲𝗻𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝗝𝗼́𝘃𝗲𝗻𝗲𝘀 en 𝗩𝗮𝗹𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮, promovido por la Fundación Princesa de Girona, en el que la Escuela de Mentoring ha participado coordinando y desarrollando las mismas, junto a los mentores 𝗱𝗲  las 𝟭𝟮 𝗲𝗺𝗽𝗿𝗲𝘀𝗮𝘀 vinculadas a la fundación, que han intervenido también en este proyecto: BMW Group PowerCo Enagás Ferrovial Russula Banco Sabadell HP BBVA ATREVIA Zurich Insurance Bankinter ACCIONA

Concluimos un nuevo proyecto de mentoring con la satisfacción de 𝗵𝗮𝗯𝗲𝗿 𝗶𝗺𝗽𝗮𝗰𝘁𝗮𝗱𝗼 𝗽𝗼𝘀𝗶𝘁𝗶𝘃𝗮𝗺𝗲𝗻𝘁𝗲 𝗲𝗻 más de 500 𝗷𝗼́𝘃𝗲𝗻𝗲𝘀 de 𝟭𝟲 𝗮 𝟭𝟴 𝗮ñ𝗼𝘀, contribuyendo a mejorar su bienestar emocional y su desarrollo vocacional, como le traslado nuestra Directora Ejecutiva a SS.AA.RR. la Princesa de Asturias y de Girona y la Infanta Sofía, durante su intervención en Sant Martí Vells.

Los principales resultados de este programa han sido:

➡️ Formación de 110 mentores en la metodología del mentoring grupal y el mentoring individual vocacional.

➡️ Realización de 𝟯𝟬 𝘀𝗲𝘀𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀 de 𝗺𝗲𝗻𝘁𝗼𝗿𝗶𝗻𝗴 𝗴𝗿𝘂𝗽𝗮𝗹, 𝗰𝗼𝗻 más de 𝟱𝟬𝟬 𝗷𝗼́𝘃𝗲𝗻𝗲𝘀, en 𝟭𝟬 𝗰𝗲𝗻𝘁𝗿𝗼𝘀 𝗲𝗱𝘂𝗰𝗮𝘁𝗶𝘃𝗼𝘀 de diferentes poblaciones valencianas afectadas por la DANA: Paiporta, Catarroja , Alfafar , Sedaví , Algemensí , Utiel , Albal , Aldaia  y Valencia acompañados por 𝟭𝟭𝟬 𝗺𝗲𝗻𝘁𝗼𝗿𝗲𝘀 𝗱𝗲 las 𝟭𝟮 𝗲𝗺𝗽𝗿𝗲𝘀𝗮𝘀 que han participado en el proyecto.

Los jovenes agradecieron tener 𝘂𝗻 𝗲𝘀𝗽𝗮𝗰𝗶𝗼 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝘀𝗲𝗿 𝗲𝘀𝗰𝘂𝗰𝗵𝗮𝗱𝗼𝘀, 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝗲𝘅𝗽𝗿𝗲𝘀𝗮𝗿 𝘆 𝗰𝗼𝗺𝗽𝗮𝗿𝘁𝗶𝗿 𝗹𝗮𝘀 𝗲𝗺𝗼𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀 𝘃𝗶𝘃𝗶𝗱𝗮𝘀 𝗱𝘂𝗿𝗮𝗻𝘁𝗲 𝘆 𝘁𝗿𝗮𝘀 𝗹𝗮 𝗗𝗔𝗡𝗔 𝘆 𝗽𝗼𝗱𝗲𝗿 𝗰𝗮𝗻𝗮𝗹𝗶𝘇𝗮𝗿𝗹𝗮𝘀 𝗱𝗲 𝗳𝗼𝗿𝗺𝗮 𝗽𝗼𝘀𝗶𝘁𝗶𝘃𝗮 𝗰𝗼𝗻𝘃𝗶𝗿𝘁𝗶𝗲́𝗻𝗱𝗼𝗹𝗮𝘀 𝗲𝗻 𝗮𝗽𝗿𝗲𝗻𝗱𝗶𝘇𝗮𝗷𝗲𝘀 𝘃𝗮𝗹𝗶𝗼𝘀𝗼𝘀 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝘀𝘂 𝗳𝘂𝘁𝘂𝗿𝗼.

➡️ Realización de más de 𝟵𝟮 𝗽𝗿𝗼𝗰𝗲𝘀𝗼𝘀 𝗺𝗲𝗻𝘁𝗼𝗿𝗶𝗻𝗴 𝗶𝗻𝗱𝗶𝘃𝗶𝗱𝘂𝗮𝗹 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝘁𝗿𝗮𝗯𝗮𝗷𝗮𝗿 el 𝗱𝗲𝘀𝗮𝗿𝗿𝗼𝗹𝗹𝗼 𝘃𝗼𝗰𝗮𝗰𝗶𝗼𝗻𝗮𝗹 de los jóvenes, que les han aportado 𝗰𝗹𝗮𝗿𝗶𝗱𝗮𝗱, 𝘀𝗲𝗴𝘂𝗿𝗶𝗱𝗮𝗱, 𝗺𝗼𝘁𝗶𝘃𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝘆 𝗰𝗼𝗻𝗳𝗶𝗮𝗻𝘇𝗮 𝗿𝗲𝘀𝗽𝗲𝗰𝘁𝗼 𝗮 𝘀𝘂 𝗳𝘂𝘁𝘂𝗿𝗼.

➡️ Publicación de la «𝗚𝘂í𝗮 𝗱𝗲 𝗠𝗲𝗻𝘁𝗼𝗿𝗶𝗻𝗴 𝗩𝗼𝗰𝗮𝗰𝗶𝗼𝗻𝗮𝗹», basado en el 𝗱𝗲𝘀𝗮𝗿𝗿𝗼𝗹𝗹𝗼 de 𝟴 𝗺𝗲𝘁𝗮𝗰𝗼𝗺𝗽𝗲𝘁𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮𝘀: autoconocimiento , metas auto-concordantes , empatía contextual , creatividad , toma de decisiones, autodominio . gestión de las relaciones y práctica reflexiva, que han utilizado los mentores en las sesiones de mentoring con los jóvenes.

➡️ Creación de un 𝗺𝗼𝗱𝗲𝗹𝗼 𝗱𝗲 𝘃𝗼𝗹𝘂𝗻𝘁𝗮𝗿𝗶𝗮𝗱𝗼 corporativo 𝗲𝗱𝘂𝗰𝗮𝘁𝗶𝘃𝗼, a través del mentoring, que atiende una necesidad vital para los jóvenes, no cubierta por el sistema educativo: la orientación vocacional desde una visión práctica y pegada a la realidad, que aportan los mentores de las empresas de Fundación Princesa de Girona.

Un modelo que puede ser transferido y aplicado en otros centros educativos de toda España, creando puentes entre educación y empresa, que son necesarios para conectar dos realidades y mundos diferentes, que necesitan dialogar, escucharse, comprenderse y unir fuerzas para que los profesionales del futuro, los jóvenes alumnos del presente, puedan desarrollarse plenamente, realizar su vocación y aportar todo el valor de su talento a la sociedad.

 

«Muévete X Valencia» ha sido un proyecto apasionante para la Escuela de Mentoring, en el que hemos vivido la realización de nuestro propósito y la esencia de la filosofía de nuestra metodología Integral Generative Mentoring: Juntos hacemos crecer el talento.

Las palabras son caminos para la palabra que somos.» Pablo D’Ors.

En las conversaciones nos descubrimos, nos construimos, nos desarrollamos, nos conectamos a otros, nos expandimos con ellos y gracias a ellos. En las conversaciones revelamos la persona que estamos siendo y la que queremos ser. Es a través de la palabra, y de las conversaciones, como nos hacemos humanos. Con cada una de las palabras que pronunciamos, que escuchamos y que pensamos estamos trazando un camino, una vida.

Cada conversación es una posibilidad de encuentro con nosotros mismos, con el otro, con el mundo y con la vida. Es en ese espacio de intercambio de palabras donde se gestan las grandes cosas de la vida: la consciencia, el autoconocimiento, las nuevas ideas, las nuevas posibilidades, las oportunidades, la expansión de nuestra mente, el amor, el cuidado, la conexión, las emociones, la empatía….

Todo lo que somos, lo que podemos ser, lo que podemos hacer se construye dialogando, porque se alumbra, como diría Sócrates, en la conversación.

Las dos mayores habilidades de un mentor son la Inteligencia Relacional y la Inteligencia Conversacional, porque en una conversación inteligente aprendemos a comprendernos, a comprender a otros y a comprender el mundo que nos rodea. Cuando los mentores propician este tipo de conversaciones, sus mentees alumbran toda la verdad que llevan dentro, abren las compuertas de su mente, expanden su inteligencia y encuentran su camino para lograr lo que quieren, siendo como son, en el mundo que viven.

Proporcionar una conversación inteligente, no es cuestión de mucho conocimiento y experiencia, es más un tema de actitud, de presencia, de escucha, de empatía y de mucha inteligencia relacional y conversacional. Las conversaciones inteligentes son diálogos significativos, que marcan un antes y un después en la vida de una persona, no tanto por el resultado de la conversación, sino por el aprendizaje que generan.

Pensamos a través de palabras, esas palabras dirigen nuestras acciones, por tanto, impactan en nuestros resultados y en la calidad de la vida que tenemos. Cuantas más conversaciones inteligentes tengamos, con los demás y con nosotros mismos, mejor será la calidad de nuestra vida.

Las conversaciones inteligentes son creadoras, de ellas surgen algo nuevo, que es creado o co-creado entre quienes dialogan, que es genuino, propio y personal. Se va gestando, poco a poco, mientras se van entrelazando preguntas, palabras y escucha, como una coreografía. Pero para crear hace falta sentirse seguro e inspirado y ese es el espacio que crea un mentor en cada sesión, un espacio de seguridad psicológica y de inspiración creativa. 

Para creer en nosotros mismos necesitamos que alguien haya creído antes. Un mentor es un creyente, cree, firmemente, en el potencial creador de su mentee, en su inteligencia, en su capacidad de encontrar y producir sus propias respuestas. Por eso evita deslumbrar con su inteligencia y se centra en alumbrar la inteligencia de su mentee, estimular su creatividad, amplíar su mente, retarle.  Sabe que el talento no brota siempre por sí solo, a veces hay que despertarlo, activarlo y ofrecerle las oportunidades adecuadas para desarrollarlo.

Cuando creemos en nuestro mentee le damos la fuerza para ser lo que es, para mostrarse como es, para pensar por sí mismo, para creer en sus ideas y expresarlas, para ponerlas en práctica. La aceptación incondicional positiva y la autenticidad, como diría Carl Rogers, son las mejores aportaciones de un mentor para transmitir a su mentee que cree en él.

-Aceptación incondicional positiva: aceptar que el otro es otro, que no soy yo, que no es como yo, que no ve el mundo como yo, que no piensa como yo, que no valora las mismas cosas que yo y respetar que lo sean. Acompañarle desde su visión y lugar en el mundo, sin querer imponer la mía.

-Autenticidad: cuando el mentor se muestra como es, es genuino y auténtico está invitando a su mentee a que lo sea también, a través de su propio ejemplo. Solo una persona que se acepta a sí misma y se aprecia, puede aceptar y apreciar a otros, especialmente, cuando son diferentes a él. La relación que tenemos con los demás es proporcional a la que tenemos con nosotros mismos.

Un mentor no es un ángel salvador, es un ser humano, un igual, un hermano que ha aprendido a relacionarse y dialogar con sí mismo, y con los demás, de forma inteligente y comparte ese aprendizaje con otros para que puedan aprovecharlo y ponerlo al servicio del logro de sus aspiraciones, la realización de su potencial y la sana convivencia y el bienestar propio y colectivo.

El 23 de Mayo nuestra mentora acreditada Teresa Cuenca Jímenez estuvo en Girona, en la sede de la Fundacion Princesa de Girona, para facilitar una sesión de mentoring grupal con los jóvenes que participan en el programa GiTalent, que ha puesto en marcha la Fundación.

«GiTalent» es el nuevo programa de la Fundación Princesa de Girona dirigido a estudiantes de grados universitarios, formación profesional o recién graduados de entre 18 y 23 años que quieran mejorar su desarrollo competencial y obtener orientación profesional. Esta iniciativa ofrece un itinerario que incluye formación puntera en Inteligencia Artificial, mentoring, asistencia a foros de talento, talleres prácticos para preparar entrevistas de trabajo, networking, charlas inspiradoras y la posibilidad de asistir a actividades que organiza la Fundación en toda España.

La Escuela de Mentoring participa en este proyecto dinamizando una sesión de mentoring grupal con los jóvenes en Girona para trabajar aspectos como el autoconocimiento, la conexión vocacional, el desarrollo metacompetencial o la creatividad.

La sesión de mentoring grupal se llevará a cabo en el ecuador de los procesos individuales de mentoring que los jóvenes están teniendo con su mentor o mentora, perteneciente a una de las empresas que colaboran con la Fundación. Para los procesos de mentoring individual los mentores están siguiendo la metodología incluida en la Guía de «Mentoring Vocacional», que hemos desarrollado para la Fundación Princesa de Girona.

La sesión se ha diseñado en torno a la idea de conectar con la vocación y el propósito como un «pasaporte para el futuro» en el desarrollo personal y profesional de los jóvenes.

Durante la sesión los participantes han estado trabajando sobre un pasaporte, que hemos elaborado para este proyecto, abordando diversos aspectos y desarrollando habilidades como el autoconocimiento, la inteligencia contextual, la creatividad, la toma de decisiones, la colaboración y la proactividad. 

Hemos planteado el desarrollo vocacional como un viaje, en el que hay que cubrir diferentes etapas, que hay que elegir y planificar y los jóvenes han conectado muy bien con esta idea, perdiendo el miedo a experimentar cosas nuevas.

A través del mentoring grupal queremos seguir potenciando el desarrollo vocacional y profesional de los jóvenes, aprovechando la energía del grupo y la sabiduría colectiva que se genera cuando personas diferentes comparten experiencias, aspiraciones e ideas.

La combinación del aprendizaje individual y el grupal es una estrategia muy efectiva para impulsar el desarrollo de las personas y les transmite a los jóvenes la importancia de cultivar las redes de apoyo como parte fundamental del desarrollo de su talento, buscar que sean lo más diversas posibles y aprovechar las sinergias que se producen en los aprendizajes grupales para ampliar su inteligencia.

El 23 de Mayo estaremos en Girona, en la sede de la Fundacion Princesa de Girona para facilitar una sesión de mentoring grupal con los jóvenes que participan en el programa GiTalent, que ha puesto en marcha la Fundación.

«GiTalent» es el nuevo programa de la Fundación Princesa de Girona dirigido a estudiantes de grados universitarios, formación profesional o recién graduados de entre 18 y 23 años que quieran mejorar su desarrollo competencial y obtener orientación profesional. Esta iniciativa ofrece un itinerario que incluye formación puntera en Inteligencia Artificial, mentoring, asistencia a foros de talento, talleres prácticos para preparar entrevistas de trabajo, networking, charlas inspiradoras y la posibilidad de asistir a actividades que organiza la Fundación en toda España.

La Escuela de Mentoring participa en este proyecto dinamizando una sesión de mentoring grupal con los jóvenes en Girona para trabajar aspectos como el autoconocimiento, la conexión vocacional, el desarrollo metacompetencial o la creatividad.

La sesión de mentoring grupal se llevará a cabo en el ecuador de los procesos individuales de mentoring que los jóvenes están teniendo con su mentor o mentora, perteneciente a una de las empresas que colaboran con la Fundación. Para los procesos de mentoring individual los mentores están siguiendo la metodología incluida en la Guía de «Mentoring Vocacional», que hemos desarrollado para la Fundación Princesa de Girona.

 

A través del mentoring grupal queremos seguir potenciando el desarrollo vocacional y profesional de los jóvenes, aprovechando la energía del grupo y la sabiduría colectiva que se genera cuando personas diferentes comparten experiencias, aspiraciones e ideas.

La combinación del aprendizaje individual y el grupal es una estrategia muy efectiva para impulsar el desarrollo de las personas y les transmite a los jóvenes la importancia de cultivar las redes de apoyo como parte fundamental del desarrollo de su talento, buscar que sean lo más diversas posibles y aprovechar las sinergias que se producen en los aprendizajes grupales para ampliar su inteligencia.

La diversidad por sí sola no impacta de forma positiva en una organización. Si queremos que las personas se sientan comprometidas con la organización, aporten su talento y contribuyan con él a la inteligencia colectiva es necesario propiciar  un sentimiento de pertenencia y singularidad, es decir, que sientan que son parte de la organización, que cuentan con ellas y, a la vez, son respetadas y apreciadas en su individualidad y características diferenciales y únicas.

Lograr este matching perfecto entre singularidad y pertenencia requiere desarrollar «habilidades inclusivas»: sensibilidad social, empatía, diálogo, participación, flexibilidad y pensamiento integrador. Todas ellas forman parte de nuestra metodología INTEGRAL GENERATIVE MENTORING y se ponen a prueba en la relación de mentoring, acompañando al mentee, a una persona diferente a ti. La relación de mentoring es la escuela perfecta para aprender a ser inclusivos.

 

1.- Sensibilidad social

Mirar fuera de uno, apreciar y atender adecuadamente las diferencias, preocuparse por cómo son y cómo están los demás, especialmente cuando son distintos a nosotros, para crear relaciones mutuamente beneficiosas y evitar los privilegios y la exclusión. Tener consideración por los demás, entender como se pueden sentir ante determinadas situaciones y no verlas solo desde nuestra perspectiva, especialmente, cuando es privilegiada. 

Cuando tenemos miedo a las diferencias por el temor a perder nuestra posición privilegiada, dejamos de tener consideración hacia el otro y se abre la puerta a la exclusión. 

La diferencia de edad entre mentor y mentee, sobre todo cuando alguien de más de 40 años acompaña, por ejemplo, a un adolescente, es toda una prueba de sensibilidad social. Los mentores suelen partir de la perspectiva de considerar el mentoring un regalo y un lujo para el joven, lo que muchas veces les lleva a un exceso de expectativas, hipermotivación y cierta tendencia a convencer al joven de lo maravilloso que es el mentoring. Muchos argumentan que si ellos hubieran tenido la oportunidad de contara con un mentor, cuando tenía 16-18 años, no la hubieran desaprovechado.

Se les olvida que ese argumento está elaborado desde su mente adulta, después de años de experiencia, de poder haber comprobado la diferente entre tenerlo y no tenerlo. Se les olvida, que quien tienen enfrente, no tiene esa experiencia, no es un adulto, no puede pensar ni querer como un adulto. No podemos acercarnos a un adolescente desde nuestra perspectiva de la vida, tenemos que ser sensibles a su situación: la de la edad, la de las vivencias internas y externas propias de ella, la diferencia de experiencia y, sobre todo, la diferencia de contextos de actuación y desarrollo.

2.- Empatía para captar las diferentes sensibilidades

Para ser inclusivos necesitamos salir de una escucha y mirada egocéntrica y caminar hacia una escucha y mirada empática.

La inclusión requiere pasar de trabajar, relacionarnos o conversar movidos por simpatía (identificarse con los demás porque se parecen a uno) a hacerlo por empatía (interesarse y esforzarse por comprender y relacionarnos con personas que son diferentes a nosotros. Esta diferencia es clave en el mentoring y hay que romper con la idea, bastante frecuentemente, de que para que una relación de mentoring sea buena debe existir una sintonía y conexión entre mentor y mentee, que surja de forma natural.  Sin embargo, lo que enseñamos en la Escuela de Mentoring es a ser capaz de crear esa sintonía y conexión con cualquier persona, especialmente, con las que son más diferentes a nosotros y nos cuesta más. Ahí es donde se pone a prueba la empatía de un mentor. 

El primer paso para la empatía es darnos cuenta que las personas piensan y trabajan de formas diferentes y evitar caer en clasificaciones dicotómicas mejor/peor, bien/mal. Por ejemplo “ser extrovertido es mejor que ser introvertido”, la motivación de logro es mejor que la hedonista. Lo adecuado es considerarlo como características neutrales. Para ello puede ayudar entender que toda característica es a la vez una fortaleza y una debilidad permitida, porque para que la primera exista tiene que existir la segunda. Una persona valiente, con iniciativa, arriesgada puede en ocasiones ser osada, imprudente. Lo que nos lleva a entender los comportamientos como funcionales o disfuncionales, en base al objetivo a lograr, el contexto o la situación. 

3.- Diálogo

Las sesiones de mentoring son un espacio para dialogar, para conocernos de otra forma y entender las distintas miradas que tenemos las personas. Son un aprendizaje de cómo conversar para encontrar puntos en común a pesar de las diferencias y ser capaces de integrar estas de forma creativa y obtener nuevos resultados, aunar fortalezas, esfuerzos y compensar debilidades a través de generar sinergias.  

Para ello debemos contemplar el diálogo como proceso abierto a lo que surja y no como una competición en la que hay que llegar a un resultado en el que unos ganan y otros pierden porque se imponen sus ideas, opiniones, visiones o argumentos. Cuando dialogamos como si fuera una batalla el miedo a perderla nos hace no estar abiertos a escuchar empáticamente. Sin este tipo de escucha no es posible la inclusión. Si tras un diálogo entre partes contrapuestas una se impone sobre la otra, no se crea nada nuevo, no se avanza, sino que repite algo que ya existía. Si por el contrario las partes integran sus visiones para crear una nueva que contenga ambas, se está regenerando su conocimiento, aprendiendo algo nuevo, se están desarrollando como personas.  

El diálogo tiene como objetivo dar voz a todas las sensibilidades, visiones e ideas e incorporarlas como información a la toma de decisión. Lo importante es que las personas puedan expresarse y sentirse escuchadas, porque eso es lo que le hace sentirse parte de la solución y, por tanto, comprometidas con ella. 

En una conversación de mentoring los mentores escuchan, preguntan, vuelven a escuchar. Estimulan la creatividad del mentee, se esfuerzan por comprender su mundo, por hacer aflorar sus ideas y puntos de vista, para luego complementarlos con los suyos, con su experiencia. Cuando un mentor comparte sus conocimientos, experiencia, ejemplos e ideas, no lo hace como si estas fueran la solución, la única opción o la mejor, sino como un input informativo más a disposición de su mentee, que utilizara o no, según sea adecuado para su situación, la persona que es y el objetivo que quiere lograr.

Un mentor debe estar atento al falso consenso del mentee, es decir, cuando acepta las propuestas de su mentor sin más, por quedar bien con él, porque no se atreve a cuestionarle. Son muchos los mentores que se quejan de que sus mentees no hacen lo que les dicen, como si fueran niños pequeños que tienen que hacer los «deberes del cole»; que en la sesión les dicen que si, pero luego no lo hacen. Cuando el mentee se siente excluido de la conversación, porque la monopoliza el mentor, es este el que establece el plan de acción, el que aporta las ideas, da instrucciones, lo que ocurre es que muestra su descontento por la exclusión en la inacción. Asentir, callar, no cuestionar o aceptar no es estar de acuerdo y, mucho menos, tomar decisiones que se transformen en acciones. Las personas actuamos cuando estamos motivadas y convencidas y esto requiere sentir como propia la decisión.

4.- Participación simétrica

El mentee tiene que sentirse la parte protagonista del proceso y las sesiones de mentoring. Esto implica que ocupa con su discurso la mayor parte de la misma, al menos, más del 60% ,y que ese discurso es escuchado de forma genuina, interesada, atenta, abierta y empática por el mentor.

El mentee para sentirse parte, tiene que experimentar lo que es ser escuchado y escucharse, ser comprendido y comprenderse, ser reconocido y reconocerse y esto lo propia el mentor con un diálogo abierto, con preguntas al hilo, con escucha profunda y reflexiva, estableciendo una relación adulto-adulto, estimulando la creatividad y la toma de decisiones en el mentee y no supliendo sus capacidades intelectivas y decisorias.

Cuando el mentor monopoliza la conversación el mentee se cierra, se desconecta, no expresa, no comparte y así es muy difícil impulsar el desarrollo y logro de metas de una persona. Cuando el uso de la palabra se reparte más o menos por igual e, incluso, con mayor peso del mentee, es más probable que haya seguridad psicológica y que la conversación fluya y con ella fluya el pensamiento y la inteligencia del mentee. 

5.- Flexibilidad mental y conductual

La flexibilidad es la capacidad de adaptar nuestra conducta y pensamiento con facilidad a conceptos y situaciones cambiantes, novedosas e inesperadas, a las diferentes personas con las que interactuamos. Lo contrario a la flexibilidad es la rigidez, que es lo que nos impide superar creencias y hábitos que nos llevan a comportarnos de manera automática pero poco eficiente. 

Ser flexible mentalmente significa cuestionar nuestras creencias, nuestras ideas, nuestras visiones y formas de ver las cosas y plantearnos que puedan haber otras opciones y perspectivas, abordarlas y utilizarlas según lo que requiera la situación. Sin ello la gestión inclusiva de la diversidad no solo es imposible sino que nos generará mucho estrés, frustración y malestar. 

Trabajar con diferentes perfiles de mentee, por edad, sexo, cultura, características de personalidad, actividad es la mejor escuela para desarrollar esta habilidad. Es un error pensar que para que un proceso de mentoring sea exitoso lo mejor es que mentor y mentee sean del mismo sector de actividad, el mismo área funcional y lo más parecidos posibles. Es en la diferencia y la diversidad donde residen los mayores aprendizajes para ambas partes.

6.- Pensamiento integrador y creatividad para unir, ser flexibles y adaptarnos

El pensamiento integrador es un paradigma emergente impulsado por Ken Wilber, que se caracteriza por una forma de pensar empática, comprensiva, inclusiva, amplia y no marginadora, que auspicia la unidad en la diversidad. Se trata de ser capaz de contemplar e integrar el mayor número de perspectivas posibles a la hora de abordar las situaciones, los problemas y las soluciones para ver y comprender más allá de nuestra perspectiva o mirada.

Ejemplo: una mujer que habla en voz baja, con la mirada más bien hacia abajo (comportamiento) puede parecernos insegura desde nuestra mirada, pero si indagamos otras perspectivas podemos preguntarnos ¿que le lleva a comportarse de esa forma? ¿Es realmente inseguridad o puede ser otra cosa? (empezamos a empatizar con su mundo interno). Para comprender aún más podemos enmarcarla dentro de su contexto (género, educación, familia, cultura) y preguntarnos cómo está acostumbrada a comportarse, cómo ha influido su educación y sus experiencias en esa forma de comportarse (condicionamientos culturales), también podemos observar cómo se comportan o nos comportamos el resto de personas que interactuamos o interactúan con ella y como puede estar influyendo en su conducta (procesos grupales de comportamiento).  

Desde estas diferentes miradas podemos alcanzar a comprender que no es insegura sino que la han educado para comportarse así, porque era indicativo de humildad y empatía, rasgos muy valorados en su entorno, que es lo que ha visto en otras mujeres y que donde está ahora es lo que se espera de ella también. 

Para desarrollar el pensamiento integrador en el mentoring cambiamos la «O» por la «Y», trabajamos con hipótesis que se validan, en lugar de con juicios y cada vez que nos asalta un juicio, prejuicio, estereotipo, sesgo o creencias limitante utilizamos la pregunta mental ¿y qué mas podría ser? para ponerlos en cuarentena. De esta forma evitamos dejarnos llevar por nuestra visión o percepción inicial y nos obligamos a buscar otras alternativas, otras formas de ver las cosas, otras opciones de mirarlas. Con todas ellas vamos uniendo las piezas hasta encontrar la forma de integrarlas. 

He acompañado a más de 8000 mentores y mentoras de diferentes edades, países y sectores de actividad en su formación y desempeño del rol y podría decir, que el 80% de todos ellos han coincidido en señalar que ser mentor les ha hecho aprender a ser más empático, conversar mejor, entender y atender mejor las diferencias, tener una mayor sensibilidad social, ser más flexibles y adaptarse mejor a diferentes personas. 

El mentoring es una inversión estratégica para cualquier organización que quiera potenciar la diversidad inclusova.

 

Autora: María Luisa de Miguel

Directora de la Escuela de Mentoring.

Durante dos semanas, del 26 de Marzo al 4 de Abril, hemos estado desarrollando 30 sesiones de mentoring grupal con 500 jóvenes de 16 a 22 años pertenecientes a 10 centros educativos de Alfafar, Paiporta Utiel Valencia Aldaia Catarroja Sedavi Algemesí y Albal,  dentro del Plan especial de intervención para apoyar a lo jóvenes valencianos afectados por la DANA  impulsado por la Fundación Princesa de Girona. 

En cada centro educativo hemos contado con 10 a 15 mentores de las 12 empresas que colaboran con la Fundación Princesa de Girona para llevar a cabo este Plan de Intervención en Valencia. BMW Group, PowerCo, Enagás BBVA Ferrovial Zurich Insurance ACCIONA ATREVIA Russula Bankinter Banco Sabadell HP.

En cada sesión nos han acompañado entre 3 y 5 mentores, en función del tamaño del grupo de jóvenes con los que hemos estado desarrollando el mentoring grupal, para llevar a cabo las dinámicas diseñadas por la Escuela de Mentoring para trabajar el capital psicológico de los jóvenes (autoeficacia, optimismo, esperanza, resiliencia, bienestar e inteligencia emocional) e impulsar en ellos una mentalidad de crecimiento mediante el estímulo de su creatividad y proactividad.

Comenzamos con la dinámica «Jóvenes que inspiran» en torno a las noticias que han protagonizado la participación de los jóvenes durante la tragedia de la Dana. Para la misma diseñamos un periódico con todas las noticias, publicadas en diferentes medios de comunicación, sobre el papel protagonizado por los jóvenes en las acciones de voluntariado para ayudar a las víctimas y contener los efectos de la tragedia.

 

 

 

 

 

 

 

 

A partir de dichas noticias, compartieron con sus mentores su opinión y visión de su papel en la #DANA, aportando sus propias historias. En base a ellas los mentores les ayudaron a identificar fortalezas, actitudes y habilidades que pueden incluir en su Curriculum Vitae y su Perfil Profesional y que son muy valoradas en sus empresas.

Como segunda dinámica, les propusimos identificar todas las «ventanas rotas» que ven a su alrededor, tanto materiales como inmateriales. Seguidamente les pedimos que eligieran en cada grupo una «ventana a reparar», retándoles a trabajar sobre la misma y proponer acciones que ellos podían realizar para contribuir a su reparación.

La metáfora de las «ventana rojas» surge a partir de un experimento realizado en 1969, en las calles de Nueva York, por el psicólogo social de la Universidad de Stanford, Philip Zimbardo,  que más tarde convirtieron en teoría James Wilson y George Kelling. El mensaje que encierra la metáfora es que «si una ventana rota no se arregla pronto, inmediatamente todas acabarán siendo destrozadas», normalizando un ambiente de deterioro y destrucción. En la Escuela de Mentoring, aplicamos esta teoría al desarrollo porque el contexto influye en el mismo. Queremos transmitirles a los jóvenes que cuidando de su entorno, cuidan de su desarrollo. 

 

Para finalizar la sesión llevamos cabo dos dinámicas adicionales:

 

-«Postal al futuro», como resumen de todo el trabajo realizado con la «ventana rota» a reparar, junto a sus mentores, en la que los jóvenes tenían que sintetizar sus motivaciones, contribuciones, visión de futuros y posibilidades de seguir creciendo en su desarrollo como personas y dirigirla a quienes pueden ayudarles a lograrlo.

Cada grupo, a través de su portavoz, presentó su postal al futuro, al resto de participantes.

 

 

 

-«Núcleo Positivo». A los mentores les pedimos que rellenaran los 5 ingredientes del núcleo positivo (Sueños, Habilidades, Fortalezas, Valores y Contribuciones) que fueron percibiendo y apreciando en los jóvenes a lo largo de todo el trabajo realizados con ellos en las diferentes dinámicas de la sesión de mentoring grupal.

Para finalizar les pedimos que lo compartieran con todos los participantes, alentando a los jóvenes a que sigan fortaleciendo ese núcleo positivo con nuevas experiencias en las que puedan poner en práctica todas las fortalezas y habilidades que les van a ayudar a lograr nuevos retos y metas en el futuro.

 

 

Tras el mentoring grupal comenzamos las acciones de mentoring individual, en las que estaremos acompañando a más de 120 mentores y 120 jóvenes, a través de formación, seguimiento y la aplicación de una metodología para impulsar el desarrollo vocacional en los jóvenes, mediante el trabajo basado en metacompetencias, que se recoge en una guía metodológica específica que aplicarán los mentores en las sesiones de mentoring que tendrán con los jóvenes.

Este es un proyecto con un gran impacto social en el que estamos felices de participar y contribuir, y muy agradecidos a la Fundación Princesa de Girona por contar de nuevo con la Escuela de Mentoring para acompañarlos.

Mi fascinación por la Alquimia viene de lejos, de la época adolescente cuando me empece a interesar por la lectura de todo lo que tuviera que ver con misterios y enigmas sin resolver.

Tengo especial predilección por todos los fenómenos que a pesar de las evidencias empíricas, tienen difícil explicación, están envueltos por un halo de misterio, mantienen una parte oculta al ojo humano, o son fenómenos que no pueden ser objeto de total medición, comprobación o demostración. Atrapa mi atención todo lo que no se deja ver al completo, que guarda una íntima esencia, que solo se desnuda ante unos pocos, esos que saben ver con el corazón, que no necesitan saber para creer, porque les vale con su sentir. Me gusta el lenguaje de los símbolos porque explican hechos que no se pueden expresar con palabras.

En el Mentoring también hay una parte que para mi es difícil de medir, de cuantificar, de demostrar. Una parte que simplemente esta ahí, que se percibe y se siente, que tiene mucho que ver con la conexión y energía que se produce entre dos personas y todo lo que se moviliza, crea y transforma con ello. Esa parte inexplicable es la que más me atrae y engancha, la que me atrapa y mantiene viva mi pasión por seguir ayudando a otras personas a lograr sus metasEsa parte mágica del Mentoring es a lo que  llamo la Alquimia de la Transformación.

Parece ser que no soy la única con esta fascinación. Carl Gustav Jung también se vio atrapado por el estudio de la Alquimia y sus símbolos. La describía como un proceso a través del cual se produce una transformación interna del individuo por medio de su integración, lo que conduce a un estado de plenitud.

Si vamos al propósito último por el que alguien acude al mentoring, más allá del objetivo concreto a lograr, nos encontraremos siempre con la necesidad de cambiar algo, de comprender algo, de vencer un bloqueo o resistencia, de reencontrarse a si mismo, de volver a ser feliz o disfrutar, de encontrar sentido, de liberarse de alguna limitación, de descubrir o recuperar todo su potencial y esencia. Aunque este propósito no se verbalice, o ni siquiera sea consciente, en algún momento del proceso emerge esta necesidad de ir más allá del objetivo concreto, porque la persona descubre aspectos de ella misma, que hasta el momento permanecían ocultos pero estaban genernado conflictos dentro de ella, que le roban energía y le impide liberar todo su potencial y hacer realidad sus aspiraciones.

En el proceso alquímico el objetivo es lograr convertirse en oro, que hoy en día sería algo así hacer brillar nuestra luz interior, resplandecer de felicidad, encontrarnos con la parte más pura de nuestro ser (la esencia), tener una existencia limpia de negatividad, o como dice Eckhart Tolle lograr una conciencia pura e iluminada. Vamos, lo que Sócrates llamaba limpiar de maleza nuestra mente, espíritu y existencia para dar a luz la verdad que llevamos dentro.

El proceso alquímico de la transformación en oro

El proceso alquímico de la transformación en oro

Para lograr la transformación en oro, la alquimia requiere un proceso de tres fases, que son bastante similares a las que  recorre cualquier persona que se acerca al mentoring, y que ya describía Jung:

1.- Fase Nigredo: Inmersión en la materia prima, indagación en el interior de la persona, en sus pensamientos, creencias, emociones, mapas del mundo, fortalezas, deseos, aspiraciones, sueños.  En esta fase la persona se enfrenta a sus miedos, a esas realidades que no quiere ver, a los aspectos sobre sí misma de los que no es consciente.

Es la fase en la que se hace la luz, en la que aflora al consciente una parte de nuestra zona oscura e inconsciente. La parte representada por todo lo que rechazamos en los demás, que es una proyección de lo que no aceptamos en nosotros, la parte de nosotros que hemos negado por haber sido rechaza por otros, nuestras potencialidades oscurecidas por el no uso.

En esta etapa uno se sumerge en sí mismo para hacerse consciente de todo lo que hay en su interior, haciéndose cargo de ello, apropiándose, responsabilizándose de lo que verdaderamente es suyo, aunque no le guste.

Es la fase más incomoda de cualquier proceso de desarrollo y transformación, pero es una fase necesaria de limpieza sin la cual es imposible completar el proceso y una de las razones por las que no logramos nuestros objetivos.

2.- Fase Albedo:  limpieza y despertar. La persona se va deshaciendo de todas las creencias limitantes que le atenazaban, las proyecciones de otros que lo limitaban, las emociones negativas que llena su vida de sombras, las presuposiciones que le impeden ver con claridad. A medida que el proceso de limpieza avanza, va despertando el verdadero ser, la verdadera persona que habita en nosotros, lo genuino, espontáneo y auténtico, como describen también Rogers y Maslow.

Con ese despertar van aflorando capacidades como la intuición, la imaginación, la creatividad y fortalezas como la confianza, la seguridad y el coraje. Así es como comienza a desarrollarse todo el potencial de la persona.

Es una fase marcada por la resistencia a dejar ir todo aquello a lo que hemos vivido tanto tiempo apegados. Por ello, es fundamental la labor de acompañamiento del mentor que unas veces retará para mantener activo el proceso y, en otras, deberá sostener para que no se queme. Es una fase de reconciliación en la que es importante que el cliente logre ver la intención positiva de todo lo que deja ir porque ya no le es útil, pero que sepa agradecer la función que hasta ahora desempeño en su vida.

3.- Fase Rubredo: es la última fase del proceso alquímico, en la que emerge lo mejor que llevamos dentro y que realmente somos. En esta fase la persona recupera su poder y sabiduría interior, tiene una consciencia más plena, se responsabiliza y actua para lograr sus metas poniendo en juego todo su potencial, fortalezas, energía, creatividad e intuición. Esta fase encarna la transformación y se materializa en un brillo especial que se escapa por los ojos, la sonrisa y todo el cuerpo, que nace de lo mas profundo del ser.

Un proceso de mentoring exitoso implica que el cliente logre su objetivo. Para ello debe aportar su total compromiso y el mentor un buen dominio de la metodología, técnicas y herramientas, así como un sólido conocimiento sobre la práctica del mentoring. Ahora bien, la Alquimia de la Transformación solo se logra cuando el mentor, además de método, pone toda su alma en el proceso, abriendo con su cliente un espacio de conexión de energías que hacen aflorar lo mejor del ser humano.

Más allá de las competencias en mentoring que exigen organismos como la ICF, EMCC, AICM o AECOP, me gusta evaluar en mis procesos de mentoring y en los de las personas que superviso en la Certificación Internacional en Mentoring, lo que llamo las Habilidades de un Mentor Alquimista:

A/ Generar un espacio de confianza

  • Logra la Resonancia Emocional con el cliente
  • Ser auténtica para impulsar la autenticidad del cliente
  • Cercanía y presencia para lograr la apertura del cliente
  • Consciencia y responsabilidad de mi rol para obtener la credibilidad del cliente

B/ Generar un espacio de inspiración

  •  Provocar los insight del cliente
  •  Elevar las metas del cliente
  • Despertar al líder interior del cliente
  • Desarrollar la creatividad del cliente
  • Retar para provocar cambios en el cliente

C/ Favorecer la creación de sentido

  • Ayudar al cliente a alinear todas sus dimensiones (intelectual, emocional, espiritual, corporal)
  • Elevara la consciencia del cliente
  • Conectar al cliente con su propósito, visión, misión, pasión y potencial
  • Fortalecer el compromiso del cliente con sus metas

D/ Favorecer una visión de futuro

  • Potenciar la sabiduría interior del cliente a través de su intuición
  • Desarrollar en el cliente la metacognición o capacidad de pensar sobre como piensa.
  • Favorecer la Atención periférica para ser capaz de estar focalizado a la vez en uno mismo, en los demás y en el entorno, y saber descubrir y aprovechar las verdaderas oportunidades
  • Impulsar el empoderamiento del cliente para que sea capaz de asumir nuevos retos en el futuro

¿Te ánimas a probar la Alquimia de la Transformación a través del mentoring?

Autora: María Luisa de Miguel

Directora Ejecutiva de la Escuela de Mentoring.

En el 2010 cayó en mis manos el libro « Sujetos Nómades » ,de Rosa Braidiotti ,donde se analiza y reflexiona sobre lo que yo llamaría una actitud ante la vida, una forma de posicionarse en el mundo, una manera de vivir: la actitud nómade, una forma de pensar la vida fuera de los convencionalismos establecidos.

Nómade es un concepto construido a partir de lo que se conoce como cultura nómada, la de aquellas comunidades que se trasladaban de un lugar a otro, en vez de establecerse permanentemente en un solo lugar. Un comportamiento, el nómade, que ha sido tradicional en muchas culturas, pero que sin embargo se ha ido reduciendo con el tiempo a raíz de la industrialización. Siempre he creído que con la industrialización se instauró una cultura del control y de la estandarización, enemiga de todo lo que es diferente y se mueve, precisamente por las dificultades de control y homogeneización que tiene los sujetos y grupos que son móviles y desafían las normas del sistema.

La persona nómade no pertenece a ningún lugar, transita por diversos territorios guiada por su intuición, no de forma errante, sino con dirección e intención, asentándose de una forma estable pero no permanente en los espacios que le ofrecen los recursos necesarios para vivir en un espacio temporal concreto de su vida. El nómade es capaz de recrear el propio hogar en cualquier parte.

Quizás ser nómade es una forma más sostenible, respetuosa y armónica de vivir, porque el nómade se mueve hacia los lugares en los que se dan las condiciones para tener una «vida buena»: relaciones, personas, oportunidades y recursos con los que nutrirse y a los que nutrir. El nómade tiene una gran capacidad de adaptación, de convivencia en armonía con lo extraño, de curiosidad y aprendizaje.

Ya existen algunos ejemplos actuales de esta nueva forma de encarar la vida. Richard Florida, nos cuenta en su libro «La clase creativa» que está emergiendo una nueva clase social formada por personas que luchan por ser ellas mismas y por tener un trabajo significativo, y por ello transitan para establecerse en comunidades donde encuentran la posibilidad de expresarse y autorrealizarse. La clase creativa se mueve, solo permanece en los lugares en los que encuentra las oportunidades y los recursos para explorar y desarrollar su talento creativo.

Manifiesto de un caminante nómade

Manifiesto de un caminante nómade

Si quieres unirte a este movimiento aquí te dejo el Decálogo de la práctica de un nomadismo activo. Manifiesto del sujeto nómade: 

1.- Conciencia crítica que huye de formas de pensamiento y comportamiento estándar, habituales, mayoritarias, grupales. Practica continúa de una actitud no convencionalista.

2.- Creación de espacios propios donde poder desplegar formas alternativas de acción, evitando los espacios institucionalizados, normalizados o basados en la representación colectiva, que restan poder a la persona en favor del sistema.

3.- Desarrollo de una identidad desapegada de lo externo, hecha de sucesivas transiciones y transformaciones coordinadas, unidas por el sentido y el propósito. El nómada está en constante movilidad, lo que le hace difícilmente controlable por las fuentes de poder externo. Es un equilibrio perfecto entre coherencia y movilidad. Es flexible y cambiante dentro de la congruencia.

4.- Resistencia a la homologación y la asimilación, con una búsqueda constante, y casi beligerante, de la distinción y diferenciación, lo que le lleva a mantener una actitud trasgresora.

5.- Ruptura de los dualismos (racional/emocional, masculino/femenino, lógico/intuitivo, introvertido/extrovertido, etc.) que fomentan la jerarquización de valoraciones, la comparación, la exclusión y las relaciones de poder, adoptando formas más híbridas y holísticas en las que se entrelazan características de ambos lados del binomio. La diferencia no se ve como contradicción u oposición, sino como posibilidad de creación de algo nuevo mejor, que integre sin asimilar las diferencias. El nómade practica la conexión de las diferencias como fuente creativa.

6.- Necesidad de crear espacios dedicados a la experimentación, a la búsqueda de caminos alternativos y de nuevas rutas, al silencio y la reflexión, a la transición. Estos son los espacios en los que el sujeto nómade renace, se transforma, se renueva, crece y avanza.

7.- Rechazo del poder, como «poder sobre» destinado a imponerse sobre otros, practicando un «poder para» enfocado al logro de un propósito y al impulso del poder personal de otros para obtener dicho logro. Sin que ello signifique renunciar al «poder de», el poder de expansión y expresión de nuestro yo, o poder personal, sino buscar coordinarlo con otros «yo», en torno a propósitos comunes. Para un nómade el liderazgo no es un fin es un medio, es la forma de alcanzar metas comunes con los otros y la forma de empoderar a las personas. Por eso, una vez lograda la meta, una vez que las personas recuperan su poder personal, el liderazgo deja de tener sentido y le toca renovarse, moverse y transitar. El nómade practica un liderazgo de tránsito y contingente en función de las necesidades del contexto, las personas y la meta.

8.- Renuncia a la idea de un orden establecido, que podría resumirse en la popular frase «las cosas son así»  y/o «es que yo soy así», para practicar de forma habitual un «como si», que abre las puertas de la posibilidad, la imaginación, la innovación y el cambio. El lema del nómade sería lo que Paulo Freire resumió en la frase «las cosas no son así, están siendo así».

9.- El nómade sabe donde está situado, sabe desde donde habla y desde donde actúa, pero no se deja condicionar por los límites del sistema. No acepta las reglas pero sabe jugar con ellas, aprovechando los vacíos de poder, las lagunas, los tránsitos. Esto le permite ser un sujeto intersistemas, viajar de forma permanente de un sistema a otro, porque desafía las fronteras y las identidades, lo que le proporciona la ventaja de enriquecerse con muy distintas visiones y aportaciones.

10.- Cultiva el gusto por la diversidad, la complejidad y la movilidad. Como dice la propia Rosa Braidotti, tiene una conciencia múltiple de las diferencias. Y es precisamente esa conciencia de la diferencia, como algo positivo, la fuente de la motivación que hace del sujeto nómade un sujeto creativo, pues está en continuo proceso de creación y reinvención.

Sentirse nómade te da una gran sensación de libertad, pero también a veces ese mar de libertad se tiñe de soledad, una soledad que es más una sensación de incomprensión, que una soledad real física o emocional, pero soledad al fin y al cabo. Una soledad con la que hay que saber lidiar, y no dejar que se abandone en los brazos del miedo. Ejercer un liderazgo nómade a veces provoca un sentimiento de abandono emocional en aquellos que han compartido una parte del camino contigo. Es lo que tiene la práctica del desapego, que no es una práctica compartida y, además, es muchas veces incomprendida. Cuando un líder nómade levanta el campamento y se va, con su acto te envía un mensaje de poder: «Que gratificante dar un paso atrás y retirarse silenciosamente, para poder observar la grandeza de alguien que ha confiado en ti para recuperar sus alas.”

No somos conscientes que todos somos nómades, que somos caminantes en la vida, que estamos de paso. Si no lideras tu vida con una actitud nómade, por miedo a la soledad o al rechazo, corres el peligro de convertirte en un colaborador inconsciente de tu propia deriva, insatisfacción, pérdida de poder y de vida.

¿Te unes al activismo nómade? ¿No sabes como empezar? Escríbeme y te acompaño.

Autora: Mª Luisa de Miguel

Directora de la Escuela de Mentoring.

 ¿Somos mentores nadadores o mentores buceadores?

En una sesión de supervisión con mentores, un mentor me pidió una herramienta para ayudar a los emprendedores a delegar mejor, ya que era una dificultad que surgía con frecuencia en las sesiones con mentees, cuyas empresas habían crecido y contaban con una plantilla de más de 10 personas. 

Podría haberle explicado muchas de las técnicas que utilizo para delegar, o que usamos en las formaciones y procesos de mentoring de la Escuela y, seguramente, le hubieran resultado útiles. En lugar de eso, le pregunté ¿qué le pasa exactamente a tus mentees con la delegación? ¿qué es lo que les cuesta exactamente a la hora de delegar? ¿cómo están delegando? ¿cómo se sienten delegando? No supo responderme a la mayor parte de estas preguntas, porque no se las había hecho nunca a los mentees, había optado por explicarles como delegar, en base a su experiencia o a las técnicas que conocía.  

Esta historia muestra la diferencia que puede marcar un mentor en las sesiones de mentoring: quedarse en la superficie o profundizar, esta es la diferencia entre ser útil y ser trascendente, lo cual impacta en el tipo de aprendizaje que experimenta el mentee:

  • Un aprendizaje útil que genera satisfacción

Aportar una solución, una demostración de cómo «yo mentor» lo hago, cómo «yo mentor» delego, darle una herramienta o una de las múltiples técnicas que existen para delegar es útil y seguramente satisface la necesidad inmediata del mentee de hacer algo con lo que le pasa: dificultades para delegar. 

Pero, también, es bastante probable que no solucione esa dificultad, pues cuando el mentee ponga en práctica la técnica o herramienta para delegar con sus colaboradores comenzarán a surgir otras dificultades que están bajo la superficie: no encuentra el momento de hacerlo o lo procrastina, lo intenta pero no se siente cómodo con algunas de los pasos que se indican en la herramienta, la usa pero no funciona porque su equipo no para de preguntarle como hacer cada tarea que les delega y al final se desespera y acaba realizando las tareas que delegó.  

Sin embargo, cuando profundizas en ¿qué le pasa al mentee con lo que le pasa? ¿qué le pasa al emprendedor con la delegación de tareas? no a su equipo, no con la herramienta o técnica en sí, sino con el hecho de delegar y lo que se deriva de ello, es cuando comienzan a emerger otras dificultades más profundas: no confía en su equipo, cree que no lo van a hacer tan bien como él, no tiene paciencia para explicar las cosas y repetirlas, cuando las personas de su equipo le transmiten dificultades o quejas, se siente cuestionado y las evita asumiendo el control y realizando las tareas que delegó.  

¿Que te hace no confiar en tu equipo? Es una de esas preguntas que un mentor hace para bucear en las profundidades de las vivencias internas del emprendedor. Lo que puede aflorar a la superficie, tras esta inmersión, son cosas como no me gusta depender de nadie, me siento más seguro cuando tengo el control total de las cosas. 

Es ahí donde las dificultades para delegar (superficie) se convierten en una “necesidad de control” sin la que se siente inseguro. El solo hecho de de hacer aflorar esto ya es un aprendizaje significativo y trascendente para el emprendedor y lo será mucho más cuando trabaje sobre ello en las sesiones y lo supere, porque, probablemente, esta “necesidad de control” lleva afectándole durante toda su vida y en muchos ámbitos de la misma. Cuando se enfrente a delegar desde su «necesidad de control» y supere o aprenda a gestionar de otra forma esta necesidad toda su vida va a cambiar y también va a cambiar la persona que es: pasará de ser una persona controladora a ser una persona que confía en el talento de su equipo, que confía en las personas, que sabe apoyarse en ellas para avanzar en la vida. 

Pasar de no delegar a delegar bien es un paso importante. Pasar de ser una persona controladora a una persona que confía en el talento de los demás para lograr cosas juntos es una transformación. 

Mentoring es mucho más que transmitir conocimientos y experiencias, es desarrollar la sabiduría.

Desde antiguo la práctica del mentoring está vinculada al desarrollo de la sabiduría, que es el escalón más elevado de la escalera del aprendizaje, según Norman Longworth, uno de los mayores expertos mundiales en Lifelong Learning; el nivel más elevado de inteligencia, según Robert Sternberg, uno de los psicólogos más reputados en temas de inteligencia y que tiene un libro dedicado a la Sabiduría, y de Howard Gardner, el padre de las inteligencias múltiples.

Podríamos decir que es una inteligencia holística, en el sentido que integra diversos saberes, los propios y ajenos, el autoconocimiento, la empatía y el conocimiento contextual, lo emocional, intuitivo y racional, los efectos en el corto y el largo plazo, las diferentes dimensiones de una situación o solución. Es un saber integrador.

Hoy en día desarrollar la sabiduría es más importante que nunca porque el funcionamiento del mundo es cada vez más complejo como consecuencia de los avances tecnológicos y científicos, la globalización, el cambio constante, la diversidad, lo cual exige más sofisticación cognitiva para gestionarlo. 

En un mundo cambiante el conocimiento se queda obsoleto y deja de servir, la sabiduría no.  Zygmunt Bauman.

El ritmo de vida que tenemos y el uso de la tecnología está mermando nuestra concentración y alterando nuestra capacidad de atención, con lo que el pensamiento es cada vez menos profundo. El psiquiatra Augusto Cury considera que el mal de este siglo es «el pensamiento acelerado», que lo padecen entre el 70% y el 80% de la población: el exceso de información, la multitarea y el estrés han vuelto ansiosa a nuestra mente, que se acelera y nos vuelve impulsivos en la toma de decisiones y en nuestros comportamientos. 

Cuando no pensamos bien tomamos decisiones aceleradas, adoptamos soluciones rápidas, que no siempre son las más efectivas y sostenibles en el tiempo. Desarrollar la sabiduría, el pensamiento pausado y profundo se vuelve vital. 

Alquimia conversacional para desarrollar la sabiduría

¿Cómo desarrollamos la sabiduría del mentee? ¿Cómo impulsamos aprendizajes significativos? A través de un patrón conversacional que el mentor debe aplicar y repetir en cada sesión de mentoring para potenciar aprendizajes significativos y transcendentes.

1.- Crear el clima emocional necesario que aporte seguridad y apertura

Utilizando preguntas abiertas y exploratorias al inicio de la sesión, como ¿qué tal estas? ¿cómo te ha ido desde la anterior sesión? ¿cómo te ha ido con …. (los compromisos de acción que surgieron en la anterior sesión)?

Incorporando los silencios para facilitar el desahogo emocional, para hacer emerger la agenda oculta del mentee, que muchas veces actúa como un diálogo paralelo que distorsiona la comunicación: sus preocupaciones, sus malestares, los problemas que ha tenido, sus inquietudes, ansias, ideas.

Escuchar, sin interrumpir, sin juzgar o cuestionar. Escuchar de forma empática y profunda teniendo en cuenta que cada mensaje que una persona nos comparte encierra 4 tipos de mensaje:

un mensaje sobre el contenido, sobre lo que se informa (datos, hechos, descripciones).

un mensaje sobre las emociones que están presentes, es decir, cómo se siente respecto a lo que nos está contando, cómo lo está viviendo internamente. 

un mensaje sobre las motivaciones, sobre lo que realmente quiere lograr el mentee, lo que de verdad le importa, valora, le mueve.

un mensaje sobre la identidad, sobre quién es esa persona, desde dónde habla, quién es, qué rasgos revela de su personalidad, cuáles son sus valores, sus creencias, la forma en que se ve a sí misma.

El desahogo de la fase inicial de la conversación de mentoring facilita al mentee el sosiego emocional sin el que es imposible tener claridad mental para pensar y crear. Al mentor le ayuda a comprender ¿qué le está pasando realmente al mentee con…? 

2.- Indagar apreciativamente

Utilizar preguntas al hilo, preguntas que enlazan con lo que acaba de responder el mentee y recogen sus sentires, sus palabras, sus motivaciones.  

Preguntas provocadoras, que le ayudan a mirar hacia otro lado, hacia un lugar en el que nunca ha mirado, porque es ahí donde están los aprendizajes. Por ejemplo ¿qué podrías dejar de hacer para delegar mejor?. Esta pregunta provoca pensar en ¿qué dejar de hacer? algo que habitualmente no nos planteamos en los procesos de aprendizaje, cambio y desarrollo, porque nos enfocamos demasiado en hacer cosas nuevas, hacer más, aprender más, aplicar una nueva técnica, en lugar de «dejar de hacer». 

Las preguntas son facilitadoras del pensamiento para transformarlo en acción. Cada pregunta provoca diferentes procesos mentales. Hay preguntas para hacer pensar, para elevar el nivel de consciencia, para reflexionar, para propiciar el autoconocimiento; preguntas para desbloquear estados emocionales o mentales, para fijar metas y objetivos, para decidir; preguntas para ampliar la visión, para generar ideas, preguntas para buscar recursos dentro o identificar oportunidades fuera. 

Para preguntar bien hay que escuchar bien.

3.- Enfocar y focalizar

La efectividad de una conversación de mentoring se logra cuando el mentee se centra en un tema a trabajar en la sesión, que está relacionado con el objetivo del proceso. Una vez se ha producido el desahogo emocional y surgen varios temas de interés en el mentee es importante plantearle ¿cuál de ellos quieres trabajar en esta sesión? y mentenerle focalizado en él. 

Adicionalmente, el mentor puede utilizar diversas estrategias, como la técnica 3R,  propuesta por Judith E. Glasser: replantea, reenfoca y reorienta, para que el mentee no se instale en la queja, la responsabilidad de los demás, lo negativo, el pasado y puedan avanzar hacia la búsqueda de soluciones.

Replantea los mensajes negativos de forma positiva: “No soy capaz de hacer entender a mi equipo lo importante que es cumplir las normas de calidad de la empresa”. ¿Qué te ayudaría a lograr que lo entendieran?

Reenfoca la conversación hacia el objetivo: ¿En qué medida esto que comentas contribuye a resolver la situación planteada? 

Reorienta hacia el futuro, la acción, la responsabilidad personal, cuando la conversación se quede bloqueada en el pasado, las emociones negativas, la queja o en los demás que no están en esa conversación: Mis clientes no valoran el servicio que les doy ¿Qué podrías hacer tu para que lo valoren? 

4.- Estimular la creatividad 

Las ideas del emprendedor que andan rondando su cabeza pero no se atreve a verbalizar, o se ha olvidado de ellas, necesitan espacio para abrirse camino. El trabajo que hace el mentor en las 3 fases anteriores facilita ese espacio que la creatividad necesita para emerger y mostrarse. En ellas el mentor actúa como Sócrates, despejando la maleza de la mente para alumbrar la verdad que cada uno lleva dentro.

La creatividad se favorece con preguntas del tipo ¿Qué podrías hacer en esta situación? ¿Cómo podrías afrontar este reto? ¿Qué otra cosa podrías hacer que no hayas probado hasta ahora? ¿Qué se te ocurre que podría funcionar?  También se pueden utilizar las hipótesis, planteando situaciones o posibilidades que el otro no ve e invitarle a analizarlas: ¿Qué pasaría si pudieras………? ¿Cómo sería si…?  

Las conversaciones tienen que ser creadoras, tienen que generar una nueva posibilidad, una nueva idea, una nueva alternativa, una nueva perspectiva. El estímulo de la creatividad es fundamental para reforzar el empowerment de las personas, cuando sienten que son autoras de sus propias soluciones logran la confianza necesaria para usarla en otras ocasiones. 

5.- Ampliar el pensamiento

Muchos mentores se impacientan con tanta pregunta, con tanta escucha, con tanto esperar a aportar su conocimiento y experiencia. Además de que la experiencia y el conocimiento no sirven solo para transmitir o instruir, sino que sirve para hacer buenas preguntas, un buen mentor se caracteriza por saber cuando aportamos su experiencia, sus ideas o su conocimiento. 

Todas ellas deben ir siempre por detrás de las del mentee, después de haber estimulado su pensamiento, de hacerle reflexionar sobre su experiencia, de generar su propio conocimiento, sus propias respuestas e ideas. Un mentor complementa o completa al mentee, no lo sustituye, por eso es importante que primero se esfuerce por conocer al mentee, por estimular al máximo todos sus recursos, que los ponga en juego, ver hasta dónde llega si le retan y dónde no llegue y sea necesario el mentor amplía y complementa. 

El mentor con sus aportaciones ampliar el pensamiento, la inteligencia y la mente del mentee, después de  haber ensanchado, previamente, esa mente, estimulando su creatividad.

En el proceso de ampliar el pensamiento podemos intervenir ayudando a concretar, pidiendo ejemplos más específicos, realizando preguntas del tipo ¿Cual sería un ejemplo de esto que te pasa o que describes? ¿Exactamente qué significa esto para ti? Ejemplo, si el mentee comparte «tengo problemas con mi equipo para que se adapten al nuevo sistema de trabajo que hemos implantado con el CRM.» El mentor puede preguntar ¿Con cuántas personas del equipo se está dando el problema? ¿Qué problema se están dando exactamente? 

En el mundo de lo abstracto, lo genérico y lo intangible no se puede pensar con claridad ni decidir con seguridad.

El mentor también puede aportar compartiendo experiencias, conocimientos, información, ejemplos, historias, puntos de vista, recursos, ideas y retroalimentación. También ayudando a ampliar la perspectiva, utilizando  ¿Y si pruebas a ….? ¿Y si pudieras hacerlo…?

Cuando ampliamos el pensamiento aportamos mayor seguridad y ecuanimidad en la toma de decisiones, lo que favorece un paso más rápido a la acción. 

Las nuevas ideas, opciones y alternativas que surgen en esta fase, las del mentee más las del mentor, deben dar paso a un proceso de reflexión y análisis sobre las mismas, sobre sus pros y contras, beneficios y pérdidas, contribución o no al logro del objetivo o viabilidad práctica, para tomar la decisión óptima. Aquí se puede utilizar otra pregunta de análisis y enfoque que suele ayudar bastante: esta idea que propones ¿cómo te acerca o te aleja de tu objetivo?

Cuando aportamos es importante hacerlo sin dirigir o imponer, invitando al mentee a cuestionarlo, a reflexionar sobre ello, a ponerlo en conexión con sus experiencias previas y con sus necesidades, a valorar su aplicación y utilidad. Por eso, tras aportar el mentor debe preguntar ¿cómo lo ves?, ¿qué te parece ?, ¿qué utilidad le ves?, ¿qué te aporta?, ¿cómo puede ayudarte?

6.-Impulsar la toma de decisiones y la acción 

Una conversación transformadora debe finalizar siempre con una llamada a la acción, pues sin acción no hay ni aprendizaje, ni cambio. Para ello, hacia el final de la sesión, conviene recapitular todas las ideas surgidas en las etapas anteriores y realizar preguntas como ¿cuál vas a poner en práctica para solucionar el problema?, ¿qué vas a hacer al respecto hasta la próxima sesión? 

 El mentoring es un ritual conversacional empoderador

La alquimia conversacional muestra una estructura de conversación que cuándo se repite sesión a sesión, crea en el mentee un patrón de pensamiento que le sirve para dirigir su comportamiento de forma efectiva. Dicho patrón contiene una estructura dramática y un acto de catarsis, al puro estilo de las tragedias griegas, que servían para producir aprendizajes significativos:

-Fase de introducción de la conversación: situación a superar por el mentee, con sus problemas y dificultades. 

-Fase de desarrollo: búsqueda y análisis de alternativas, dando un peso importante al mentee como creador de las mismas, generación de una catarsis, un antes y un después en como ve la situación el mentee o como se ve asimismo ante la misma, descubriendo nuevas posibilidades de enfrentarla y nuevas posibilidades de ser otra persona.

-Fase de cierre: al final de la sesión, cuando el mentee se da cuenta que ha sido capaz de encontrar una nueva forma de hacer y decide ponerla en práctica es cuando se siente “vencedor de sí mismo”, como diría Don Quijote: un héroe, una persona con la capacidad de superar, a través de sus propios recursos (estimulados por el mentor), su problema, su obstáculo y avanzar hacia el logro de su objetivo.

Cuando alguien pasa de verse como controlador a verse como una persona capaz de confiar en su equipo y, por tanto, comenzar a delegar mejor y, seguramente, también a vivir mejor, porque tendrá más tiempo para dedicar a cosas que  le gustan, es cuando se siente vencedor de sí mismo.

Cuando este patrón, esta estructura de conversación se repite una y otra vez, sesión a sesión, como un ritual se producen varios efectos para el mentee:

interioriza y adopta este patrón de funcionamiento, de manera de pensar para tomar decisiones sabias y transformarlas en acciones efectivas y resultados significativos. 

experimenta sesión a sesión su capacidad de ser “vencedor de sí mismo”, “héroe de sus circunstancias”, lo que aumenta la motivación, la confianza y desarrolla una mentalidad de crecimiento. 

las sesiones de mentoring se convierten en un gimnasio cerebral, como diría Santiago Ramón y Cajal, en las que se entrenan nuevas formas de pensar y hacer, que recablean nuestro cerebro y nos hacen cambiar como personas. Nos hacen crecer, avanzar y elevar nuestro nivel de desarrollo competencial.

El mentee que llega a la sesión no es el mismo que se va, sale de ella como vencedor de sí mismo, como un persona mejorada, que ha experimentado un cambio durante la sesión, que se siente y se ve de otra manera: más positivo, más seguro, más motivado, con más claridad, más conectado a lo que realmente quiere. 

Cuando logramos esto, logramos pasar de la utilidad a la trascendencia en el mentoring. Pasamos de transmitir información y experiencia útil a transformar una vida. Para ello la historia del mentor no puede opacar la historia del mentee. El protagonista, la historia más importante es la del mentee, la del emprendedor: sus sueños, sus aspiraciones, sus miedos, sus dificultades, sus errores, sus aciertos, sus ideas, sus soluciones, sus decisiones, sus experiencias. 

Además, el mentor no debe quedarse en la superficie sino sumergirse y profundizar en las vivencias del mentee para que se produzca la transformación: permitir que el mentee puedan contarse su historia de otra forma, trascender de una visión corta y limitada sobre el mismo a otra más constructiva. Esto influye en su identidad, en cómo se enfrenta al mundo, en cómo se muestra a los demás y, por tanto, en sus comportamientos y resultados. 

Autora: Mª Luisa de Miguel

Directora de la Escuela de Mentoring

 

La atención e interés de las empresas por mejorar la experiencia del empleado ha ido en aumento, en paralelo a la disminución del compromiso de los empleados, los cambios en las dinámicas de trabajo (diversidad, covid, mix generacional, teletrabajo, digitalización), la alta rotación y escasez de talento y fenómenos como la gran renuncia o la gran resignación.

Las estrategias e instrumentos para gestionarla cada vez son más diversas: design thinking, inteligencia artificial o plataformas de experiencia del empleado (EXP), sin embargo, sigue demasiado enfocada en el rendimiento y muy poco en el desarrollo, lo cual está teniendo efectos contraproducentes, porque no solo no mejora el desempeño, sino que se está generando una gran desmotivación, estrés y otros problemas, que afectan al clima organizacional y a la salud mental de los trabajadores.

De todo ello escribí, hace un año, en un artículo titulado «Convertir  la experiencia del empleado en un desarrollo humano óptimo», que fue elegido como el mejor artículo en materia de recursos humanos en la II Edición del Premio «Juan Antonio Esteban» organizado por Alsa, Aedipe Centrho y Asociación de Escritores de RRHH.

La propuesta de la Escuela de Mentoring es trabajar la experiencia del empleado a partir de potenciar las 6 dimensiones del desarrollo humano óptimo de Carol Ryff, que desde hace años forman parte de nuestra metodología Integral Generative Mentoring: propósito, autonomía, dominio del entorno, crecimiento personal, autoaceptación y relaciones positivas.

 

Dado que el aprendizaje es el gran catalizador de una óptima experiencia del empleado, según los expertos participantes en el encuentro Future of HR 2023, el mentoring, como modelo de aprendizaje para la excelencia personal y organizacional,  se revela como una práctica y metodología muy adecuada para mejorar la experiencia del empleado. El mentoring posibilita e impulsar que la persona pueda elegir qué aprender y cómo (autonomía), le permita aprender con otros (relaciones positivas), experimentar en el lugar de trabajo y reflexionar sobre ello (dominio del entorno y autoaceptación) y conectarlo a su propósito y objetivos (propósito).

 

Es frecuente encontrarse en las empresas con la figura del «buddy» como estrategia de onboarding, asignando al nuevo empleado un compañero con experiencia en la empresa para que le acoja y acompañe en su proceso de adaptación a la misma. Nosotros hemos ido más allá, transformando el modelo de experiencia del empleado desde el onboarding hasta la salida, utilizando el mentoring como metodología y convirtiendo la figura del «buddy» en el «buddy mentor», dotándolo de la capacitación y herramientas necesarias para ejercer este rol con efectividad.

Hemos diseñado un programa de experiencia del empleado a través de «buddy mentores» que son formados específicamente para ejercer ese rol, mantener conversaciones de desarrollo y acompañar al empleado en todo el viaje de su relación laboral con la empresa, sabiendo adaptarse a las diferentes situaciones que el empleado va a vivir durante ese viaje, ayudándole a enfrentarlas eficazmente, contribuyendo así a su crecimiento personal y profesional dentro de la empresa. En su formación trabajamos los siguientes contenidos:

1º.- Construir relaciones con engagement

Todo comienza con una relación, cuanto más estimulante y enriquecedora sea está, más lo será la experiencia del empleado con la empresa y su trabajo.

Las interacciones del empleado que, según el BEX22, producen más satisfacción laboral están vinculadas a las relaciones: trabajo en equipo, apoyo en situaciones difíciles, buen ambiente. Algo que corroboran otros estudios, como los de Mckinsey, que señalan que las relaciones con los compañeros de trabajo son la razón fundamental de la satisfacción en el mismo. 

Aprender a construir relaciones con engagement es el primer paso para una buena experiencia del empleado.

2º.-Autoeficacia y motivación: activar el núcleo positivo del talento

El desarrollo se potencia desde la seguridad y la confianza, dijo Maslow. Por eso en nuestra metodología Integral Generative Mentoring ayudamos a las personas a conectar con su núcleo positivo (propósito, fortalezas, valores, creencias positivas, aspiraciones, referentes…), que es la fuente de su energía, motivación, confianza, seguridad y valor. Y lo hacemos fortaleciendo las creencias de autoeficacia, generando un autoconocimiento basado en experiencias de éxito basadas para impulsar el aprendizaje, el cambio y el desarrollo desde lo positivo, lo que nos aporta valor, coraje, energía, convicción.

3.- El mapa estratégico del desarrollo del talento. Trabajo con casos reales.

Las mayores dificultades para desarrollar el potencial y convertirlo en talento, y ayudar a las personas a lograr sus objetivos, no están en la falta de capacidades técnicas, conocimientos o la necesidad de adquirir destrezas o aprender técnicas y herramientas, sino en cambios a nivel interno, que tienen que ver con nuestras creencias, emociones, valores, forma de ver el mundo. 

En todo proceso de desarrollo del talento se produce, lo que el psicólogo Robert Kegan denomino, la inmunidad al cambio.  Un fenómeno que nos paraliza, nos bloquea, nos frustra, que nos hace repetir comportamientos disfuncionales sin entender porque lo hacemos y procrastinar los funcionales. 

En la metodología INTEGRAL GENERATIVE MENTORING hemos diseñado una herramienta que ayuda a identificar esa inmunidad al cambio y vencerla. Todo ello tiene que ver más con comenzar por desaprender que por lanzarse a intentar cosas nuevas. Desaprender es un paso necesario y previo para poder aprender, cambiar e iniciar nuevos comportamientos, que suele ser desatendido en los procesos de desarrollo.  

4.- Afrontar retos con seguridad: gestionar las fuerzas impulsoras y frenadoras del cambio

Si bien el desarrollo requiere, inicialmente, un entorno de seguridad psicológica, que aporta la relación engaged, la conexión con el núcleo positivo y la superación de la ambivalencia al cambio, también precisa de retos: experiencias y oportunidades para que las personas vayan más allá de lo que estiman que puede hacer y ser, superando su realidad actual.

Retar es una habilidad que todo «buddy mentor» debe dominar, sabiendo preparar a la persona para que tenga el nivel de preparación (capacidad+seguridad+motivación) adecuado para afrontar el desafío y también siendo creativo a la hora de sugerir retos, de ayudar al colaborador a identificar oportunidades que pueden ser retadoras. Además, será necesario trabajar el «campo de fuerzas», tanto internas como externas, como frenadoras e impulsoras, que van a influir en acometer y superar dicho reto con éxito.

5.- Feedback reflexivo y empoderante. Modelo triple feedback: consciencia, empatía y perspectiva

El feedback, que habitualmente se practica en las organizaciones, suele ser evaluativo y correctivo, se basa únicamente en la visión del manager/supervisor que lo proporciona, lo cual lastra la autonomía, adoptando una posición de “examinador”, que no genera una relación muy positiva. Está demasiado enfocado en incrementar la productividad mejorando la ejecución, en lugar de favorecer el aprendizaje y el desarrollo, así como en el pasado: en lo que ya se hizo y no funcionó. Como el pasado no se puede cambiar, este tipo de feedback acaba generando impotencia, lo que no favorece el crecimiento personal y dominio del entorno. 

En nuestra metodología propiciamos un feedback reflexivo y empoderante, que comienza siempre por generar consciencia en el propio colaborador, en la persona a la que estamos acompañando en su desarrollo, para luego invitarle a mirar más allá y evaluar el impacto de sus comportamientos en el entorno, en los otros, en la organización y en el objetivo a lograr. Todo ello se completa el feedback del «buddy mentor» para ampliar su mirada y perspectiva, superar puntos ciegos y también propiciar una  mirada al futuro, a lo que se podría hacer o mejorar, para conectar con las oportunidades de desarrollo. 

6.- Alquimia conversacional: clima seguridad psicológica, comunicación apreciativa, foco, creatividad, mente ampliada, proactividad.

El desarrollo se impulsa a través de conversaciones basadas en la reflexión sobre la experiencia práctica del día a día del colaborador cuando se enfrenta a retos, cambios y nuevas habilidades a poner en juego. Una conversación de desarrollo es un diálogo estratégico, un proceso comunicacional con un propósito específicos y unas fases que hay que saber respetar. En dicho proceso hay que combinar habilidades de comunicación afectiva y efectiva, porque las necesidades afectivas de nuestro colaborador deben ser satisfechas antes de poder entrar a trabajar sobre objetivos, acciones y resultados.

En la Escuela de Mentoring trabajamos un patrón conversacional que convierte la experiencia en aprendizaje y los aprendizajes en decisiones, acciones y resultados. Este es el modelo conversacional que enseñamos a trabajar a los «Buddy Mentors» en sus sesiones.

 

A partir de esta formación inicial, que reciben los «Buddy Mentor», la Escuela de Mentoring los acompaña durante el desempeño de su rol mediante la puesta en práctica de 2 comunidades de aprendizaje anuales, en las que comparten experiencias sobre sus procesos de acompañamiento, trabajamos con casos prácticos y aprenden juntos a mejorar su rol y potenciar mejor el desarrollo de sus colaboradores: identificación de puntos ciegos, gestión emocional de los procesos, superación de dificultades, áreas de mejora, buenas prácticas, compromisos de acción para futuras sesiones.

A partir de estas comunidades de aprendizaje se identifican nuevos contenidos formativos a trabajar con los «Buddy Mentors» en próximas anualidades, complementando su formación inicial con una formación avanzada, totalmente adaptada a sus necesidades concretas.

El próximo 1 de Octubre comenzamos a rodar este nuevo programa formativo «Buddy Ment@r» en un importante grupo empresarial en España, durante 4 días estaremos formando a más de 80 «Buddy mentors» de la compañía en Madrid y Barcelona.

Este nueva forma de aplicar el mentoring en las organizaciones es compatible y complementaria con la implantación de programas formales de mentoring para impulsar el desarrollo del talento. La clave está en saber implementar en cada organización la estrategia o estrategias combinadas que mejor respondan a sus necesidades.

Está de moda ser creativo, pero ¿cómo conseguirlo? ¿Se nace creativo o la creatividad se desarrolla? ¿Qué nos impide ser creativos? ¿Qué favorece la creatividad?

Estas preguntas han dirigido mis pasos al libro de Manuela Romo “Psicología de la Creatividad”, en el que se incluyen las tesis sobre la creatividad de Maslow, Carl Rogers y otros psicólogos humanistas. Todos ellos defienden que “ser creativo es una forma especial de estar en el mundo” que se da en las personas autorrealizadas.

Me entra el primer escalofrío, si la creatividad depende de que haya personas autorrealizadas, miro a mí alrededor y no veo a muchas. Hay ciertos atisbos de esperanza, pues últimamente aparecen por aquí y por allá alguna que otra persona que se está atreviendo a ser ella misma y desafiar los marcos formales e institucionales de pensamiento y comportamiento.

En defensa del ser humano hay que decir que no nos educan para realizar nuestras aspiraciones, ideales y propósitos en la vida, ni siquiera nos permiten contemplar que esto es una posibilidad. Nos educan para cumplir una función productiva en el mercado. Si las empresas necesitan perfiles tecnológicos nos incentiva a estudiar estas materias. Lo llaman promover vocaciones, yo más bien lo veo «dirigir destinos».

El segundo escalofrío surge cuando profundizo en lo que es una persona autorrealizada. Se trata de “una forma especial de carácter” donde se da ese difícil equilibrio entre “autoafirmación y altruismo”, “instinto y razón”, “placer y deber”. Estas características conforman una PERSONALIDAD LIBERADA, abierta a la experiencia, segura de sí misma y feliz. Supongo que personas de este tipo deben levantar ampollas y producir sudores a quienes se empeñan en homogeneizar al ser humano, en generar dependencias de todo tipo para mantenerlo controlado (marcas, moda, juego, amor, sexo, etc.) y dirigirnos al logro de eso que llaman interés general y bien común, que en muchas ocasiones menos común es cualquier otra cosa.

Sólo pensar que el mundo esté mayoritariamente conformado por personas liberadas, seguras de sí mismas y felices debe plantear serios problemas para quienes detentan el poder a través del control del miedo y las debilidades humanas. Dejarían de funcionar los discursos vacíos de contenido, los lenguajes codificados y excluyentes, la información sesgada, las teorías universales, el culto al dinero y al status y el poder, tal y como lo conocemos. El miedo es uno de los mayores enemigos de la creatividad como relata la escritora Elisabeth Gilbert en este video sobre el genio de la creatividad.

Sin todas estas ataduras las personas cuestionarían más, existiría más diversidad en todos los ámbitos (política, empresa, educación, ciencia) y sería visible, habría más conexiones entre personas totalmente diferentes y desaparecerían las clasificaciones y categorizaciones. Con personas liberadas la opinión pública sería eso, pública, de las personas y no mediática.

La creatividad sólo puede nacer de la libertad y la conexión entre ideas, saberes y experiencias diferentes. Todas ellas surgen de las personas. Si queremos cambiar el modelo productivo y económico y, basarlo en la creatividad vamos a tener que cambiar primero el modelo educativo y social. Ken Robinson nos alerta, en sus charlas TED y sus libros, del peligro de una educación que mata la creatividad.

Debemos empezar a cuestionar, “la pregunta es la más creativa de todas las conductas” (A.F. Osborn). Comenzar por preguntarnos a nosotros mismos ¿qué estamos haciendo? ¿Estamos desarrollando toda nuestra creatividad? Fomentar la curiosidad y empezar también por curiosear dentro de nosotros mismos, en un ejercicio de autodescubrimiento personal y transformación para lograr ser más creativos.
Esto requiere más reflexión y menos información, requiere espacio y tiempo para pensar. Momentos de encuentro con nosotros mismos, momentos en los que dejamos a la mente errante, para que se pierda y encuentre por el cambio esas ideas que están dispersas por distintos lugares de nuestro cerebro, esperando a ser rescatadas por alguien que vaya a su encuentro y sepa contemplarlas.

En mi experiencia como mentora me he encontrado en numerosas ocasiones con el despertar de la creatividad de muchos de mis clientes, gracias a haberles proporcionado un espacio para reflexionar, para ver las cosas de otra forma. A través de las preguntas adecuadas se despiertan en las personas capacidades dormidas y bloqueadas como la creatividad.

Despertar a la creatividad es renacer, y esto es solo el principio. El mentoring favorece las 5 actitudes necesarias para desarrollar y mantener la creatividad en nuestras vidas:

  • Fomenta el compromiso con la actividad creativa, la persistencia en el día a día del trabajo necesario para desarrollar la idea.
  • Permite descubrir el para qué estamos en este mundo, que es eso en lo que somos únicos y nos hará trascender.
  • Nos ayuda a resistir las críticas, las miradas desaprobadoras, la sensación de locura que experimentamos al crear.
  • Saca a la luz nuestra verdadera pasión, eso que nos motiva por encima de todo, que nos arrastra a actuar, a crear.
  • Alienta el deseo de experimentar, de probar, de intentar, de explorar, en definitiva de jugar creando.

Desbloquear eso que está impidiendo hacer fluir tu creatividad te permitirá iniciar un camino de transformación y realización que te llevará a hacer posible tu mundo ideal en el mundo real.

Autora: Maria Luisa de Miguel

Directora de la Escuela de Mentoring