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Un líder multiplicador del talento lidera a través de conversaciones. Crea espacios de diálogo que favorecen la introspección, la reflexión y el pensamiento profundo. Para ello utilizan un patrón conversacional que logra activar la energía del colaborador, conectar con sus motivaciones, identificar un tema de interés en su desarrollo, focalizarse en él, explorar vías para acometerlo, recopilar toda la información necesaria para tomar una decisión al respecto y pasar a la acción. 

Las conversaciones de desarrollo siguen este patrón conversacional que estimula y potencia la inteligencia de las personas:

1.- Crear un clima de seguridad psicológica y confianza: se siente escuchada, atendida, no juzgada y pueda volcar sus inquietudes y dudas. Cuando dejamos hablar al colaborador, no le interrumpimos, ni le cuestionamos se abre a compartir sus ideas, a indagar sobre sus recursos y capacidades, muestra todo su potencial. Desde ahí podemos guiarlo para desarrollarlo y convertirlo en talento estratégico para la organización. 

2.- Indagar apreciativamente, explorando lo que realmente le pasa y necesita el colaborador, desde un lugar donde sienta la confianza, la energía, la fuerza y el coraje para afrontarlo.

3.- Focalizar: enmarcar la conversación en un tema de desarrollo, que elige el colaborador por ser el más importante y prioritario para él. 

4.- Estimular la creatividad con preguntas  ¿que opciones se te ocurren? ¿qué podrías hacer? ¿y qué más?

5.- Ampliar el pensamiento, compartiendo ideas, experiencias, conocimientos, recursos que ayuden al colaborador a poner en práctica líneas de acción que incremente su nivel de desarrollo en el área de mejora elegida.

6.- Impulsar la acción, haciendo un resumen de todas las ideas surgidas durante la conversación e invitando al colaborador a que elija una para poner en práctica.  

Pinchando en este enlace puedes descargarte un ejemplo de una conversación de desarrollo entre un lider y un colaborador en la que se aplica el patrón conversacional descrito arriba. Descargar ejemplo conversacion de desarrollo

Las conversaciones de un líder multiplicador del talento se caracterizan por 4 aspectos clave:

-Trabaja con preguntas clave y no con instrucciones y directrices, fomentando la conversación profunda y no quedánose solo en la superficie. 

-No te dice lo que sabe o como lo haría él, sino que te ayuda a entender lo que necesitas saber y te estimula a través de preguntas que te hacen reflexionar para adquirir ese saber. 

-Enseña sin explicar: lanza una pregunta sobre el tema que le preocupa al colaborador, indaga lo que sabe, y lo que no, lo que ve y lo que no ve acerca del mismo, para luego guiarlo hasta que encuentran por sí mismo la solución.

-Ensanchan la mirada porque no se centran en abordar temas o impulsar acciones relativas a la ejecución de tareas propias del día a día del trabajo. Están pensadas para reflexionar en profundidad y plantearse cosas que habitualmente no se plantean en el día a día: capacidad de influencia, visibilidad del talento en la organización, ampliación de la red de contactos o influencia, liderazgo, negociación, gestión de personas y equipos, comunicación de mayor impacto, visión estratégica. 

-Son conversaciones para la acción, ayudan al colaborador a identificar sus necesidades de desarrollo y convertirlas en un plan de acción que le ayude a crecer profesionalmente. Un plan que sigue el modelo de aprendizaje 70-20-10, implicando acciones retadoras que se pueden desplegar en la organización o fuera de ella y que se salgan de lo que habitualmente hace el colaborador.

¿Los resultados? Un talento desarrollado y multiplicado, que se traduce en:

-Colaboradores más conscientes de sus fortalezas y debilidades

-Colaboradores con más confianza y seguridad en sí mismos

-Colaboradores que piensan más y mejor.

-Colaboradores más creativos

-Colaboradores más decididos

-Colaboradores más competentes en la toma decisiones

-Colaboradores más proactivos

-Colaboradores que aprenden de forma más ágil y efectiva porque han desarrollado su learning agility

-Colaboradores más comprometidos

Como dijo el premio nobel Avram Hershko «Nada estimula más el cerebro que una buena conversación» por eso en la Escuela de Mentoring desarrollamos la inteligencia relacional y conversacional de los líderes para que se conviertan en verdaderos activadores del talento de sus equipos. 

A los directivos se les suele olvidar que liderar es más que cumplir objetivos y hacer que otros los cumplan. Liderar también es desarrollar a las personas y construir comunidad. Pero dirigir personas, no es lo mismo que desarrollarlas y a muchos líderes les cuesta enfocarse en esta vertiente desarrolladora del liderazgo. 

Dirigir tiene que ver con establecer objetivos, asignar recursos y controlar los procesos para alcanzar resultados concretos. Requiere una mente más estratégica, analítica y procedimental. 

Desarrollar implica inspirar, alentar, generar confianza y empoderar a los miembros del equipo para que crezcan, adquieran nuevas habilidades y liberen su potencial, lo cual es un proceso más centrado en el individuo y el futuro. Requiere una inteligencia relacional y conversacional.

Aunque ambas funciones forman parte del liderazgo, a menudo se suele olvidar la segunda, no se saben diferenciar y se pretende desarrollar a las personas con las mismas competencias que se las dirige.  Por ejemplo, muchos líderes caen en el error de considerar que con la evaluación de desempeño cumplen con el desarrollo de sus colaboradores, pero evaluar el desempeño, no es lo mismo que potenciar el desarrollo. 

-Desempeño = contrastar y confirmar con el colaborador el grado de cumplimiento de los objetivos individuales o grupales previamente consensuados. Se centra en el rendimiento presente y en aspectos concretos del rol profesional de la persona.

-Desarrollo= espacio para compartir inquietudes, problemas, restos a los que se enfrenta en el día a día, expectativas, necesidades de desarrollo en el medio y largo plazo.  Involucra y afecta al profesional y la persona. Su enfoque es holístico, puesto que el crecimiento de una persona no puede generar impactos negativos en otras esferas de su vida, en el entorno profesional, organizativo o familiar. 

Pensemos en la competencia de trabajo en equipo. Evaluar su desempeño implicaría verificar que puntaje ha alcanzando esa persona en base a los niveles establecidos por la empresa, darle un reporte de en que se basa en esa puntuación, indicar que comportamientos se han observado adecuados e inadecuados en relación a la misma y cuáles no están presentes en el colaborado y, sin embargo, es necesario que los despliegue. 

Desde el punto de vista del desarrollo nos enfocaríamos en establecer una conversación con la persona acerca de como se ve en dicha competencia, que le puede aportar a sus aspiraciones futuras desarrollarla, qué aspectos le gustaría mejorar con respecto a ella, que dificultades tiene al respecto, que se le ocurren para superarlas. Que reto podría asumir en relación a ella. 

Potenciar el desarrollo requiere enfoques y habilidades muy diferentes a las que los líderes están acostumbrados a desplegar para dirigir, evaluar el desempeño, hacer que las tareas se cumplan y que los objetivos se logren. Los enfoques son tan diferentes que en una misma conversación no se deben juntar el desempeño y el desarrollo. Si los mezclamos, lo más probable es que el desempeño opaque el desarrollo.

Cuando solo nos enfocamos en el desempeño el talento y la organización sufren las consecuencias:

-frustramos el desarrollo, decae el compromiso, la gente se va u opta por la renuncia silenciosa

-desperdiciamos el “talento oculto”, ese potencial de una persona que está sin desarrollar y no se ha podido apreciar, ni desplegar por falta de oportunidades, porque no están en el puesto adecuado, porque son más tímidos y se muestran menos. 

-promocionamos o damos más responsabilidad teniendo en cuenta el desempeño presente de la persona, pero no su potencial de desarrollo y luego hay desajustes persona-puesto y problemas de resultados en la organización,  cosa que suele ocurrir en la promoción a puestos de liderazgo en departamentos muy técnicos.

Para desarrollar a otros hace falta conocer sus aspiraciones, motivaciones, necesidades, lo cual solo se logra a través de una relación cercana y una conversación reflexiva y profunda, basada en la experiencia del colaborador (en lo que hace, lo que le pasa, los resultados que obtiene, sus dificultades). 

Las 3 herramientas del líder desarrollador para multiplicar el talento de sus colaboradores son la capacidad para construir una relación de aprendizaje, a través de conversaciones de desarrollo que estimulan la inteligencia  relación, utilizando como materia prima la experiencia. 

Una relación cercana y de confianza, donde se crea un ambiente de seguridad psicológica que propicia la apertura del colaborador y su interés por explorar su potencial y las oportunidades para desarrollarlo. Una relación en la que se conversa en plano de igualdad, al margen de la jerarquía y la autoridad.  Para ello es muy importante que el líder sea humilde y capaz de compartir errores propios y aprendizajes extraídos y como han repercutido en su carrera profesional para predicar con el ejemplo. 

-Una conversación enriquecedora, porque las buenas relaciones se construyen a través de buenas conversaciones. Conversaciones en las que sentimos que podemos mostrarnos sin miedos, sin ser juzgados, que estimulan nuestra mente, aumentan nuestro capital intelectual y desarrollan nuestro potencial. 

Si preguntas a cualquier persona en una organización que piensen en un manager que haya influido positivamente en ellos, todos hablarán de personas que les ayudaron a confiar en sí mismas y para eso es necesario construir una relación basada en conversaciones cercanas, cara a cara, sin móviles, sin ordenadores, sin interrupciones, sin distracciones, con toda la atención puesta en el colaborador. 

-La experiencia como fuente de aprendizaje: el material de las conversaciones de desarrollo son las experiencias del colaborador. Un líder mentor convierte cada situación, cada experiencia, cada acierto, cada error en un momento pedagógico para su colaborador. 

Si queremos impulsar el desarrollo del talento en las organizaciones el modelo de líder que sabe, dirige y dice lo que hay que hacer tiene que dar paso al que escucha, observa, impulsa, pregunta y activa las capacidades de sus colaboradores.

Necesitamos líderes que dejen de demostrar su inteligencia a cada paso y se centren en potenciar y hacer brillar la inteligencia de los demás.

El aprendizaje se produce cuando alguien quiere aprender, no cuando alguien quiere enseñar. Winston Churchill.

Aprendemos lo que necesitamos o lo que queremos. El desarrollo del talento solo nace y se despliega desde la voluntariedad, no se puede exigir, imponer o dirigir. Ni siquiera convencer, utilizando argumentos racionales o incentivos extrínsecos. 

Lo primero que un líder debe tener en cuenta, si quiere convertirse en un multiplicador del talento, es que el aprendizaje y el desarrollo se impulsan desde lo intrínseco. Las personas se involucran en aprender algo porque les reporta un beneficio con valor intrínseco. Por tanto, es la persona quien elige qué quiere aprender, que habilidad quiere desarrollar o que reto de crecimiento personal y profesional se plantea. La función del líder es ayudarle a averiguarlo, cuando no lo tiene claro o no ha pensado en ello y luego hacerle ver su viabilidad en el entorno organizacional.  Los objetivos de desarrollo deben ser elegidos en consonancia con las necesidades, motivos, valores, propósitos y deseos del colaborador, a la vez que ser viables en el entorno organizacional.  

Por eso para desarrollar a otros hace falta conocer sus aspiraciones, motivaciones, necesidades, preocupaciones, retos…y eso solo se produce dentro de una relación cercana basada en conversaciones profundas, empáticas, reflexivas y empoderantes. Para poder mantener este tipo de conversaciones los líderes necesitan realizar algunos cambios en su forma de entender el desarrollo y en su forma de potenciarlo. 

1.- Pasar del aprendizaje intelectual al multidimensional.

No se puede desarrollar a otros transmitiendo conocimientos y técnicas. El desarrollo es multidimensional, implica lo intelectual, pero también lo emocional, motivacional y relacional.  

Cuando un colaborador tiene dificultades para priorizar y gestionar bien su tiempo, no basta con enseñarle técnicas o compartirle como lo hacemos nosotros, porque puede ser que su dificultad se deba que no sabe decir no a todo lo que le piden, se carga de trabajo y no llega a todo, pierde de vista lo relevante, los objetivos. Aprender a decir no, tampoco se va a solucionar con un curso de técnicas de asertividad, habrá que ayudar a esa persona a reflexionar qué le impide decir no, como se siente diciendo no y trabajar ciertas creencias y emociones asociadas a ello. 

Si el desarrollo de una habilidad fuera tan fácil como aplicar una técnica, no habría un solo líder en el mundo que no supiera dar feedback de forma excelente, si atendemos a los miles de libros, formaciones y técnicas que existen para dar feedback. Sin embargo, el feedback se nos resiste porque cuando lo damos tenemos enfrente una persona que no reacciona como esperamos, nos incomodamos, no sabemos que hacer y caemos en actitudes defensivas. 

2.- Pasar de pensar por el colaborador a hacerlo pensar a él.

¿Cual es la mejor herramienta para hacer pensar a una persona? La pregunta. Cada vez que un colaborador nos venga a consultar cómo hacer algo o a pedirnos nuestra opinión, devolverles la pelota ¿en qué has pensado tu? ¿qué se te ocurre que podría funcionar? 

3.- Pasar de ir siempre por delante del colaborador a ir por detrás. 

Tenemos que aprender a adaptarnos al ritmo del colaborador, a interesarnos por su visión antes de dar la nuestra, a preguntar antes de dar cosas por supuestas o emitir juicios precipitados, a tener en cuenta sus ideas antes de proponer las nuestras.

4.- Pasar de marcar al colaborador los objetivos de aprendizaje y desarrollo a que sea aquél quien los marque.

No lo digas lo que tiene que mejorar, indaga por lo que necesita o quiere mejorar. No le marques retos, incítale a que sea el quien los proponga.

5.- Pasar de hablar a escuchar. 

Tenemos que dejar de ocupar la conversación y dejar que sean nuestros colaboradores quienes más hablen. Si no así será muy difícil que las acciones para mejorar su desarrollo salgan de él, las sienta como propias y se comprometa con ellas. 

Tenemos que aprender a dejar espacio para los silencios en la conversación, saber sostenerlos y estar cómodos con ellos, porque son ventanas que abrimos al otro para pensar con calma.

Tenemos que dar más protagonismo a los colaboradores, a su experiencia, sus conocimientos, sus objetivos, sus ideas, en lugar de inundar la conversación con los nuestros. 

6.- Pasar de escuchar egocéntricamente a escuchar empáticamente

La escucha de un líder desarrollador debe ser empática, debe evitar interpretar todo a través de la propia mirada, sus propias ideas y experiencias en lugar de comprender la perspectiva del colaborador, desde dónde nos habla, cuáles son sus valores, necesidades, preocupaciones, motivaciones, cómo ve las cosas, sin juzgar, sin entrar en calificaciones de si su visión es correcta ,o no, o si es pero que la nuestra. 

Si en la conversación de desarrollo preguntamos ¿De qué te sientes más orgulloso?  y el colaborador responde de “haber sido padre”, escuchar egocéntricamente puede llevarnos a decir: «me refería a un logro relacionado con la empresa», con lo que estamos invalidando su respuesta, no dándola como buena, no aprenciándola y se va a sentir no escuchado y juzgado. Si empatizamos con su emoción de ser padre podemos preguntarle ¿qué significado para ti? ¿que te ha aportado como persona? y luego desde ahí enlazarlo con lo profesional ¿Cómo ha impactado en tu trabajo? 

7.- Pasar de dar respuestas a hacer preguntas

La gente se vuelve más inteligente con las preguntas. Nuestra mayor contribución como líderes es hacer preguntas que favorezcan un pensamiento de calidad. 

Un colaborador nos explica como va a plantear la reunión con un grupo de interés importante implicado en uno de los proyectos que tenemos en marcha y consideramos que está mal planteada y se pueden dar problemas. En lugar de decírselo directamente podemos comenzar preguntando ¿qué has tenido en cuenta para optar por esta estrategia? ¿qué otras posibles estrategias podrías usar? ¿Qué puede salir mal con lo que planteas?;

Si un colaborador ha cometido un error en un proyecto, en lugar de decirle como solucionarlo, es mejor preguntar ¿Qué podrías hacer para arreglarlo?

El poder de las preguntas se potencia con los silencios que mantenemos tras formularlas, especialmente, cuando no obtenemos respuesta. Con el silencio también preguntamos y damos espacio para pensar y para repensar.

Un líder desarrollar no busca respuestas en su colaborador, busca hacerle pensar. La conversación de desarrollo no es un examen, es un espacio para la reflexión.

8.- Pasar de dar ideas a estimular la creatividad del colaborador.

Mantén estas dos preguntas siempre en tu mente, cada vez que converses con un colaborador: ¿que ideas se te ocurren? ¿y qué más?

9.-Pasar de decidir por el colaborador a impulsar que sea el quien toma las decisiones

En lugar de decirles lo que tienen que hacer preguntarles ¿Qué vas a hacer al respecto?

10.- Pasar de supervisar y controlar a fomentar la autosupervisión 

El verdadero impacto del desarrollo del talento es lograr que los colaboradores sean quienes dirijan su propio aprendizaje, quienes se monitorean y se supervisan. Por eso el desarrollo del talento es una inversión, porque cuando se logra plantar esta semilla, el líder se ahorra mucho tiempo de supervisión, control e intervención.

11.- Pasar de dar feedback a generar procesos de autofeedback

Si un colaborador está mejorando su asertividad en las reuniones de equipo en lugar de darle nuestro feedback sobre como lo ha hecho, comenzamos preguntándole ¿cómo crees que ha sido tu nivel de asertividad en la reunión? ¿Qué destacarías al respecto? ¿En qué momentos has sido más asertivo? ¿en cuáles no? …

También podemos describirle un comportamiento y resultado que vimos en la reunión y preguntarle ¿Qué nivel de asertividad has demostrado en este punto de la reunión? ¿En qué te basas para dicha afirmación? 

12.- Pasar de intervenir para solucionar a invertir para desarrollar

Somos entrenadores, no jugadores, por tanto, nuestra misión no es saltar al terreno de juego y tirar el penalti cuando creemos que nuestro jugador lo va a fallar, sino dejar que lo tire y aprovechar el resultado como momento pedagógico.  

Aunque sepas la respuesta no la des, si lo haces se pierde el momento pedagógico. 

Aunque veas que se va a equivocar, no lo evites, permite a tu colaborador experimentar las consecuencias de sus acciones para que aprenda con mayor rapidez y el aprendizaje tenga mayor impacto. 

 

Si eres líder y realmente quieres hacer crecer a tus colaboradores, la pelota está en tu tejado. Ya sabes como, ahora se trata de ponerte en acción y asumir el reto de aumentar la cantidad de momentos multiplicadores en en tus interacciones con las personas del equipo.

Durante los meses de octubre y noviembre estaremos formando a un grupo de 13 personas responsables de liderar la estrategia de Mentoría en Gestiones y Representaciones GR Chía SAS en Colombia.

GR Chía es una empresa de servicios que brinda soporte a una red de empresas dedicadas a la producción y comercialización de flores frescas cortadas, con el objetivo de maximizar su eficiencia mediante el aprovechamiento de economías de escala y el aprovechamiento de sus fortalezas como empresas independientes. Para esta red de empresas, es una decisión estratégica desarrollar acciones de formación articuladas como un factor determinante para la consecución de los objetivos y así aportar
al desarrollo del talento humano y la gestión de la productividad rentable y sostenible, para lo cual identifica en la mentoría una gran oportunidad para potenciar a los líderes que puedan fortalecer su rol, trasmitir la cultura, el conocimiento del negocio y aportar a la sostenibilidad.

Para ello, se ha encomendado a la Escuela de Mentoring el desarrollo de un proceso de formación para un equipo de 13 personas que actuarán como “Mentoring managers”, con el propósito de fortalecer la estrategia de mentoría ya establecida en la red de empresas.

La formación tendrá una duración total de 15 horas, distribuidas en cinco sesiones virtuales de tres horas cada una. Los contenidos abordarán las características del mentoring organizacional, las fases y actividades de los programas de Mentoring corporativo, así como el rol, las responsabilidades y las competencias del «mentoring manager» o coordinador
interno del programa.

Esta formación permitirá a los participantes adquirir las competencias necesarias para diseñar, implementar y coordinar programas de mentoring organizacional, así como acompañar a los mentores en el desarrollo de su rol dentro de los distintos programas.

Al finalizar, contarán con un modelo de programa de mentoring adaptado a sus necesidades y características, junto con los documentos asociados para su gestión e implementación.

Es un placer colaborar con compañías como GR Chía, que apuestan por el desarrollo del talento de sus colaboradores y lo demuestran a través del compromiso de sus equipos con formaciones especializadas en mentoring.

¿Necesitas que tus equipos de RRHH adquieran conocimientos sólidos de mentoring y desarrollen las competencias necesarias para diseñar e implementar programas de mentoring in company? ¿ Conoces el rol de «mentoring manager» in company?  ¿Quieres conocer cómo garantizar el éxito de tus programas de mentoring corporativo?

El incremento del número de programas de mentoring en la empresa ha sido una constante en los últimos 10 años en todo el mundo. Sin embargo, no todas las iniciativas logran superar el primer año porque los resultados no son satisfactorios. Las empresas caen en el error de creer que su personal especializado en gestión de personas está capacitado para diseñar, implementar, coordinar y evaluar programas de mentoring, sin haberse formado para ello. Otras se limitan a replicar lo que han hecho otras compañías, sin realizar una reflexión estratégica y una adaptación. Solo un 16% utilizan el apoyo de un mentoring manager externo y prácticamente ninguna tiene formados a sus mentoring managers internos para el desempeño de este rol.

El mentoring corporativo en la práctica. Estado del arte en España.

 

El mentoring es una de las metodologías más potentes para el desarrollo del talento, la gestión del cambio, la optimización del aprendizaje, la preparación y adaptación a nuevos roles y responsabilidades, el desarrollo de habilidades de liderazgo, soft skills, competencias y, especialmente, la learnability.

Con el Programa de Formación «Mentoring Managers» tu equipo de Recursos Humanos adquirirá los conocimientos y desarrollarán las habilidades necesarias para desempeñar de forma efectiva el rol de coordinador interno de programas de mentoring corporativo (mentoring manager), cuya función es diseñar el programa a medida de la necesidad que la empresa necesita atender, implementarlo, coordinar a toda las partes implicarlas, velar por la calidad de su desarrollo y ejecución y realizar la evaluación de resultados del mismo.  Todo ello dentro del marco de la metodología exclusiva INTEGRAL GENERATIVE MENTORING propiedad de la Escuela de Mentoring y el acompañamiento de una experta, con más de 25 años de experiencia como mentoring manager externo.

Presentamos un curso exclusivo creado por Mª Luisa de Miguel, Directora Ejecutiva de la Escuela de Mentoring y creadora del Modelo INTEGRAL GENERATIVE MENTORING, que te permitirá desempeñar tu rol de mentoring manager con efectividad.

 

Directora Ejecutiva de la Escuela de Mentoring, consultora, formadora, conferenciante y escritora experta en liderazgo, estrategia, toma de decisiones, desarrollo del talento, gestión del cambio, mentoring, diversidad e inclusión.

Escritora, autora entre otros del libro «Mentoring, un modelo de aprendizaje para la excelencia personal y organizacional» Ediciones Pirámide (Grupo Anaya) 2019.

Mentora Senior y Coach Ejecutivo certificada internacionalmente por la AICM (Asociación Internacional de Coaching y Mentoring) y Máster Practitioner por EMCC (European Mentoring & Coaching Council) Nivel Master. Miembro del Consejo Editorial de la Journal International Mentoring & Coaching Council de la EMCC. Premio Internacional en Mentoring 2015 por la EMCC. Premio Excelencia Educativa 2019. Vicepresidenta de EMCC Global en España. Premio «Juan Antonio Esteban» 2023 de Aedipe Centrho, Alsa y Escrhitores al mejor artículo inédito de RRHH, categoría profesionales de la función de RRHH por el artículo «Convertir la experiencia del empleado en un desarrollo humano óptimo».

Más de 80 programas de mentoring implementados en diferentes organizaciones a nivel internacional. Más de 8000 mentores y mentoras formados a lo largo de 25 años en todo el mundo. Más de 300 horas en procesos de mentoring individual.

El curso se desarrolla de forma virtual (puede adaptarse a la modalidad presencial o híbrida) a través de 5 sesiones formativas  síncronas de 3 horas de duración cada una de ellas (duración total del curso 15 horas), en el calendario, horarios y plataforma a convenir con la empresa. La Escuela de Mentoring dispone de una plataforma e-learning propia que pone a disposición del cliente para realizar el curso.

Los contenidos del curso que se trabajarán en las sesiones formativas son los siguientes.

Contenidos:

En paralelo a las sesiones formativas, los participantes realizarán un trabajo práctico de diseño de un programa de mentoring completo para implementar dentro de la compañía.

Esta formación brinda a tus responsables de recursos humanos las competencias necesarias para diseñar, implementar y coordinar programas de mentoring dentro de tu empresa, así como  acompañar a los mentores, que participan en dichos programas, en el desarrollo de su rol. A su finalización, contarán, además, con un modelo de programa de mentoring diseñado conforme a las necesidades y características de tu organización, junto con todos los documentos asociados a la gestión de dicho programa.

Si deseas implementar este curso en tu compañía escríbenos a info@escueladementoring.com.

El mentoring es una de las prácticas más potentes para el desarrollo del talento, el liderazgo y las habilidades que una empresa necesita para ser competitiva. Actualmente es un nuevo perfil profesional muy demandado en el área de la consultoría y también dentro de las organizaciones en el área estratégica, corporativa y de recursos humanos.

El mentoring es una de las metologías más prácticas, rápidas y efectivas para el desarrollo de habilidades directivas. Además, cada vez más la gestión de personas en las organizaciones requiere de personas formadas en un estilo de liderazgo mentor, enfocado a explorar el potencial de sus colaboradores y sacarle el máximo provecho.

La Escuela de Mentoring es pionera en España y Latam en el campo del mentoring, en el que lleva trabajando desde el año 2002 para todo tipo de organizaciones, empresas, entidades públicas y privadas. Es la primera Escuela de Mentoring certificada de España, y trabaja con una metodología propia, Integral Generative Mentoring, que ha sido validada a lo largo de los años. Lo que la diferencia es la integración del I+D+I en el Mentoring: Investigación continua para mejorar el conocimiento sobre esta práctica, aprendizaje a través de la experiencia en el Desarrollo de programas de mentoring, e Innovación surgida de la evaluación de los programas, feedback de los participantes y nuestra red internacional de mentoring.

 

Nuestro Programa de Certificación Internacional en Mentoring, está  acreditado por la Asociación Internacional de Coaching y Mentoring (AICM) y por la Asociación Iberoamericana de Formación y Certificación.

 

En el 2019 la Escuela de Mentoring ha sido reconocida en los Premios Excelencia Educativa como la mejor Escuela de Negocios especializada en mentoring, así como por la innovación en sus programas formativos en mentoring.

 

Ahora tienes la oportunidad de certificarte como mentor o mentora profesional y aplicar la metodología INTEGRAL GENERATIVE MENTORING, propiedad de la Escuela de Mentoring, a tu trabajo en el ámbito de la consultoría, educación, orientación profesional, gestión del talento, RRHH, dirección de empresas, liderazgo de personas y equipos. El programa de Certificación en Mentoring se desarrollará de forma virtual a lo largo de 10 meses desde el 13/03/2026.

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Ser mentor o mentora será un factor de diferenciación y excelencia en un futuro que ya es presente, dentro de múltiples ámbitos: recursos humanos, liderazgo, consultoría, ámbito educativo, orientación laboral, mejora de la empleabilidad, desarrollo del talento, carrera profesional…..

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Los managers dedican al desarrollo de talento menos de un tercio de su tiempo, según un estudio realizado por McKinsey, entre más de 700 mandos intermedios de todo el mundo. La consecuencia es que los colaboradores sienten que su talento está sobreexplotado pero infrautilizado.

¿Cuáles son los costes de un talento infrautilizado?

1º.- El talento se marcha a otra parte

Según las encuestas realizadas por McKinsey para medir el grado de compromiso laboral, el 41% de las personas encuestadas señalan que la principal causa por la que cambian de trabajo es la falta de desarrollo profesional. Cuando los empleados echan en falta oportunidades de desarrollo en la empresa, las buscan fuera.

Esta necesidad de desarrollo es todavía más demandante en las nuevas generaciones. Marta Sempere, Vicepresidenta de People&Culture de Coca-Cola Europacific Partners Iberia,  ha declarado recientemente que «los jóvenes no buscan empresas donde quedarse, sino dónde poder desarrollarse».

2º.- Los que no se van optan por la «renuncia silenciosa».

Un talento que no se siente desarrollado, no está comprometido, siente un desapego emocional con el trabajo. No se marchan físicamente, no renuncian al empleo, pero están más ausentes, mental y emocionalmente, que presentes en él.  Cumplen su horario de trabajo, realizan tareas asignadas pero no se implican más allá, no aportan ideas, no colaboran. Todo ello acaban afectando al rendimiento, la productividad y el ambiente laboral.

Según datos publicados en la Revista Forbes Chile en Mayo 2024, el 83% de los empleados, encuestados por organizaciones como Betterfly o la agencia Workplace Intelligence, ha optado por la «renuncia silenciosa».

3º.-Descenso de la productividad

Un talento infrautilizado deja de aportar valor a la organización. Más allá del menor rendimiento, peor desempeño o baja productividad, supone también el desperdicio de la capacidad intelectual y creativa de las personas que trabajan en la organización. Una persona no comprometida no aporta ideas, no se esfuerza por pensar las cosas en profundidad, no busca la mejora continua.

El Informe sobre el estado del lugar de trabajo de 2024 de Gallup encontró que se pierden casi 8,9 billones de dólares (o el 9 % del PIB) en productividad debido a la falta de compromiso de los empleados

4º.-Sobrecarga laboral para los líderes

Cuando las personas no han desarrollado su potencial y no están comprometidas generan esfuerzo extra y trabajo adicional a sus  líderes: se ven obligados a intervenir constantemente para asegurar que las tareas se completen, ya que los empleados no comprometidos tienden a no cumplir sus objetivos; tienen que dedicar más tiempo a resolver los conflictos que surgen debido a la falta de colaboración y espíritu de equipo; se incrementa el tiempo dedicado a supervisar el desempeño de los colaboradores e, incluso, tienen que acabar realizando tareas que les corresponden a estos porque los plazos de cumplimiento y la calidad se pueden ver comprometidos. Por si todo esto fuera poco, también dedican más esfuerzos y tiempo en motivarlos.

 ¿Por qué los líderes, a pesar de los costes que implica, dedican tan poco tiempo al desarrollo del talento?

1º.- Falta de tiempo, es la respuesta estrella, si le preguntas a cualquier líder. Como siempre detrás de ella, hay otras muchas explicaciones.

Sin duda el liderazgo está falto de tiempo debido a los cambios continuos que tienen que gestionar, las situaciones de crisis que cada vez ocupan más espacio en el día a día organizacional, la presión por dar resultados. La burocracia tampoco se lo pone fácil, demasiados informes, reportes, introducción de información en múltiples plataformas y un sin fin de tareas burocráticas que no aportan mucho valor pero comen mucho tiempo.

Sin embargo, también hay una creencia «no verbalizada» de que desarrollar talento, escuchar a los colaboradores, implica mucho tiempo y poco resultado. Como siempre nuestro cerebro si no ve y experimenta la recompensa de forma inmediata no se mueve para actuar. Los líderes ante la tesitura de dedicar su tiempo a ejecutar tareas cuyo resultado se da en el corto plazo y pueden comprobar de forma fácil y sencilla o hacerlo a desarrollar el talento de sus colaborad0res que se materializa más a largo plazo y no es tan fácil de medir, se inclinan por lo primero.

Necesitamos ayudar a los líderes a cambiar este chip mental, hacerles ver que dedicar tiempo a desarrollar el talento es una inversión porque un talento desarrollado quita trabajo al líder, le ahorra tiempo y produce un aumento de la productividad para la empresa.

2º.-Rechazo del colaborador. En muchas de las organizaciones que he trabajado tenían implementado un sistema de conversaciones de desarrollo pero no funcionaba. Cuando me contratan para revertir esta situación suelo encontrarme con que muchas personas, a pesar de que su manager les convoca para llevar a cabo este tipo de conversaciones, dan largas, evasivas, agendan y cancelan por otras prioridades y al final no se llevan a cabo las que estaban planeadas a lo largo del año.

Indagando entre las diferentes partes implicadas suelo encontrarme con que los colaboradores no tienen claro en que consiste o para que sirven estas conversaciones, porque sus líderes no se lo han explicado bien; también que no han visto a sus líderes muy interesados o convencidos en su utilidad, por lo que ellos tampoco. Otro argumento, para los que han vivido alguna experiencia con ellas, es que no ven ninguna diferencia entre las conversaciones de desarrollo y las evaluaciones de rendimiento o desempeño.

Lo que he visto en la forma de plantear el desarrollo por parte de muchos líderes es un enfoque muy reactivo, centrado en corregir las carencias detectadas en conocimientos y competencias, muy basado en los resultados de las evaluaciones anuales, en errores o quejas. Esta forma de entender el desarrollo acaba generando un rechazo en los colaboradores, porque se siente más evaluados que potenciados.

3º.- Consideran que no tienen sentido si no hay opciones de promoción

La realidad es que las organizaciones cada vez son más planas y horizontales, lo que implica menos niveles jerárquicos y menos opciones de promoción. Sin embargo, vincular desarrollo con promoción es un error en el que caen muchos líderes, que está muy presente en su discurso y acaban también calando en el resto de la organización.

Los líderes deben saber trasladar a sus colaboradores que avanzar también es asumir más responsabilidades o nuevos retos en el puesto de trabajo, cambiar de puesto dentro del área o vincularse a un área diferente, cambiar de país, participar puntualmente en un proyecto que los saque de su zona de trabajo habitual y les permite desarrollar otras competencias, establecer otras redes de contactos, asumir nuevos retos.

Muchos colaboradores pueden no ver todas estas oportunidades, no ser conscientes de ellas, o no saber cuál es el proceso a seguir para acceder a ellas. Un líder, por su posición en la compañía, puede ayudar a ver oportunidades de desarrollo, a saber como buscarlas, además de transmitir que la promoción es una carrera de fondo, para la que hay que estar siempre preparado porque nunca se sabe cuando puede surgir una vacante y los tiene que coger preparados.

Lo que las personas necesitan para sentir que crecen, que aportan, que contribuyen es que se escuche su voz, sus ideas, que se les dé la oportunidad de ponerlas en práctica, de compartir responsabilidades con el líder, de asistir a determinadas reuniones, eventos. Por eso, otra oportunidad para compensar la ausencia de promociones y desarrollar a los colaboradores es confiar más en ellos y delegar más. Hay líderes que cargan con todo porque creen que “nadie lo hará tan bien como ellos”. Cuando un colaborador recibe el encargo de acometer una tarea, que habitualmente hace el líder, siente que confían en él, en cierta manera es como un ascenso, porque se equipara al líder, hace lo que él hace, se ve retado y crece profesionalmente.

Un líder también puede identificar a sus posibles sucesores a largo plazo y planificar con tiempo su salida de la compañía. Puede identificar a uno o varios de sus colaboradores para para ir preparándolos poco a poco para dicha sucesión, sin generar expectativas, ni promesas, puede ser incluso de forma tácita y silenciosa. La idea es ir asignándoles tareas y funciones suyas, algunas de forma permanente y otras en sustitución, de manera simultánea, alterna o rotativa, incrementando el nivel de traspaso de tareas año a año.

Los procesos de transformación y cambio (digital, cultural..) son también una buena oportunidad para impulsar el desarrollo profesional de nuestros colaboradores. Podemos darles voz, interesarnos por su visión, trabajar con ellos de manera grupal las fuerzas impulsoras y frenadoras del cambio, identificar aliados del cambio y asignar responsabilidades en base a todo ello. Hay personas que, a lo mejor, lo que el líder ve como un problema, un obstáculo, una resistencia al cambio, lo contemplan como una oportunidad y ser más proactivos al cambio. El líder puede convertirlos en aliados del cambio, dándoles más protagonismo y responsabilidad.

El líder también debe comunicar con claridad que el desarrollo implica crecimiento personal y profesional en habilidades, ampliar el repertorio de las mismas, hacerse más competente en las existentes, aprender cosas nuevas, superar retos personales y profesionales, ser más versátil, desarrollar el potencial. El desarrollo es algo que aumenta la empleabilidad del colaborador, además de su satisfacción. Ayudan mucho a mejorar las relaciones con compañeros, a mejora el encaje en el puesto de trabajo. El desarrollo del colaborador es su inversión para estar preparado para una promoción, pero también para mejorar su empleabilidad presente y futura, tanto dentro, como fuera de la organización.

4º.-El desarrollo es solo para high potentials: tenemos que ir más allá de estas etiquetas, porque muchas veces están basadas en evaluaciones de desempeño y pueden estar tapando “talentos ocultos” o pasando por alto límites en el desarrollo profesional a largo plazo de las personas. A menudo se promociona a puestos de liderazgo a personas con un alto desempeño técnico en un puesto, que luego naufragan al tener que desplegar habilidades de negociación, influencia o visión estratégica.

Es importante dedicar tiempo a conocer a los colaboradores, en cuanto a sus motivaciones, inquietudes profesionales, preferencias, habilidades, fortalezas para saber donde pueden ponerlas en práctica y asignarlos a proyectos estratégicos e innovadores en los que puedan desarrollarlas, evitando que siempre sean las mismas personas las que participan en este tipo de proyectos, porque a lo mejor están identificadas como “high potentials” o “trabajadores estrella”

5º.-Miedo a tener que abordar temas personales, lidiar con las emociones que surgen en las conversaciones de desarrollo y perder el control de la conversación.

Ceder la palabra al colaborador, darle protagonismo, mantener una conversación abierta y flexible, invitarle a que comparta sus necesidades, inquietudes es una empresa de alto riesgo porque va a mostrar sus estados de ánimo, sus emociones, problemas, quejas, críticas a la organización, a algún compañero u otra persona, a las condiciones de trabajo, y el líder no suele saber que hacer con todo esto, suele ponerse a la defensiva, evitarlos.

Como líder debemos tener presente que desarrollar no es resolver, no es dar respuestas o proporcionar nuestra opinión. Desarrollar es escuchar y empoderar al colaborador y para ello lo mejor es invitarle a que sea él quien resuelva la situaciones que plantea. Si se queja de la mala relación que tiene con un compañero preguntarle ¿Como te gustaría que fuera esa relación? ¿Qué puedes hacer tú para cambiarlo?

En el medio de estas conversaciones en las que se habla de motivaciones, aspiraciones, de cómo nos sentimos en nuestro trabajo, surgen emociones y, aunque llevamos más de 30 años hablando de la importancia de la Inteligencia Emocional en los líderes, las  emociones siguen siendo un tabú en las organizaciones. Forman parte de esas conversaciones subterráneas de las que nadie habla, pero están ahí y generan muchos problemas, conflictos y fracasos. Liderar personal implica gestionar emociones propias, ajenas y relacionales, obviar esto amparándose en el aprendizaje de técnicas o que los temas emocionales o personales son cosa de terapia o psicológica, es como pretender jugar en un campo de fútbol con una pelota de tenis.

6º.-Miedo a generar falsas expectativas: liderar no es complacer, no es tener a todo el mundo contento, ni practicar un optimismo y positivismo a cualquier precio. Tanta happycracia está generando más mal que bien en el liderazgo. He visto a líderes con auténtico terror a formular a sus colaboradores preguntas como ¿qué esperas de tu trabajo para los próximos años? ¿dónde te gustaría estar en la organización en 5 años? ¿cuáles son tus aspiraciones futuras?

El temor no es la pregunta, sino la respuesta del colaborador. Que sus deseos, aspiraciones no puedan ser complacidas o satisfechas. Preguntar al colaborador por lo que quiere, no genera la obligación de dárselo. Se trata de abrir un diálogo franco, claro y honesto sobre lo que lo que la empresa puede dar y lo que no, lo que el líder puede dar y lo que no, lo que debe aportar el colaborador, lo que es posible y lo que no. Y cuando no es posible, ayudarle a gestionar la frustración.

El problema es que cuando no preguntamos lo que nuestros colaboradores esperan o quieren, actuamos en base a suposiciones y se generan muchos malos entendidos y muchas más insatisfacciones y frustraciones.  Cuando nos sentimos en la obligación de motivar a nuestros colaboradores o tenemos miedo a decepcionarlos es muy probable que acabemos siendo poco claros, excesivamente políticamente correctos, muy motivadores y se produzcan falsas expectativas. Es importante ser realistas, enmarcar las necesidades de desarrollo y aspiraciones del colaborador con las necesidades y oportunidades de la empresa y sus fortalezas y habilidades.

7º.- No se ven como parte del trabajo de líder

Para muchos líderes el desarrollo sigue siendo algo que les corresponde a RRHH. Muchos piensan, si bien no lo dicen de forma directa, que a un líder le pagan por dirigir, por cumplir objetivos y obtener resultados. Muchos consideran que las empresas valoran más de ellos su desempeño particular en el puesto y su contribución a los resultados, que el esfuerzo que dedican al desarrollo de sus equipos.

Probablemente los sistemas de evaluación de líderes que hay en las empresas y los recursos y formación que reciben para desplegar las habilidades de un líder desarrollador del talento no lancen el mensaje contrario. El problema es que tarde o temprano la empresa va a exigir que el líder se ponga las pilas y comiencen a ejercer como líder mentor de sus colaboradores.

Como dato ilustrativo, la mayor parte de procesos de coaching y mentoring ejecutivo que me contratan las organizaciones tiene como destinatarios a líderes que han puntuado alto en cumplimiento de objetivos, pero bajo en el desarrollo de sus colaboradores, la empatía, comunicación y relaciones con el equipo. Algo que coincide con los estudios y encuestas realizados a  nivel internacional, que señalan como la principal demanda para contratar coaching ejecutivo para líderes, la mejora de habilidades para desarrollar personas y gestionar equipos. 

Al liderazgo todavía le queda un largo camino por recorrer y aprender para convertirse en un motor de la multiplicación del talento en las organizaciones. Nuestra misión en la Escuela de Mentoring es acompañarles en ese camino.

 

Los líderes que invierten en el desarrollo del potencial de sus colaboradores se convierten en multiplicadores del #talento de la organización.

El próximo 26 de Septiembre, nuestra Directora Ejecutiva, Mª Luisa de Miguel, impartirá una Masterclass sobre “El rol del líder en el desarrollo del talento y el empoderamiento del equipo. dentro del Programa de «Masterclass y Talleres sobre Liderazgo Desarrollador» que estamos desarrollando para más de 300 líderes de diferentes países de #Latam pertenecientes a una organización dedicada a promover el desarrollo sostenible y la integración regional en América Latina y Caribe.

La Masterclass es de acceso exclusivo para los participantes en el programa y se llevará a cabo en formato virtual.

🗓️ 26 Septiembre 2025 MasterClass sobre «𝗘𝗹 𝗿𝗼𝗹 𝗱𝗲𝗹 𝗹í𝗱𝗲𝗿 𝗲𝗻 𝗲𝗹 𝗱𝗲𝘀𝗮𝗿𝗿𝗼𝗹𝗹𝗼 𝗱𝗲𝗹 𝘁𝗮𝗹𝗲𝗻𝘁𝗼 𝘆 𝗲𝗹 𝗲𝗺𝗽𝗼𝗱𝗲𝗿𝗮𝗺𝗶𝗲𝗻𝘁𝗼 𝗱𝗲𝗹 𝗲𝗾𝘂𝗶𝗽𝗼.»

🎯 Objetivo: 𝗖𝗼𝗻𝘃𝗲𝗿𝘁𝗶𝗿𝘀𝗲 𝗲𝗻 𝘂𝗻 𝗹í𝗱𝗲𝗿 𝗺𝗲𝗻𝘁𝗼𝗿 𝘆 𝗺𝘂𝗹𝘁𝗶𝗽𝗹𝗶𝗰𝗮𝗱𝗼𝗿 𝗱𝗲𝗹 𝘁𝗮𝗹𝗲𝗻𝘁𝗼.

Abordaremos:

➡️ La 𝗱𝗶𝗳𝗲𝗿𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮 𝗲𝗻𝘁𝗿𝗲 𝗱𝗶𝗿𝗶𝗴𝗶𝗿 𝗽𝗲𝗿𝘀𝗼𝗻𝗮𝘀 𝘆 𝗱𝗲𝘀𝗮𝗿𝗿𝗼𝗹𝗹𝗮𝗿 𝗽𝗲𝗿𝘀𝗼𝗻𝗮𝘀 y como pasar de ser un «Líder Directivo » a ser un «Líder Mentor».

➡️ La 𝗱𝗶𝗳𝗲𝗿𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮 𝗲𝗻𝘁𝗿𝗲 «𝗘𝘃𝗮𝗹𝘂𝗮𝗿 𝗥𝗲𝗻𝗱𝗶𝗺𝗶𝗲𝗻𝘁𝗼» 𝘆 «𝗣𝗼𝘁𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮𝗿 𝗲𝗹 𝗗𝗲𝘀𝗮𝗿𝗿𝗼𝗹𝗹𝗼» y los problemas, obstáculos y resistencias que encuentran los líderes para enfocarse en el desarrollo.

➡️ Las claves para emplear con éxito la 𝗺𝗲𝗷𝗼𝗿 𝗵𝗲𝗿𝗿𝗮𝗺𝗶𝗲𝗻𝘁𝗮 𝗱𝗲 𝘂𝗻 𝗟𝗶𝗱𝗲𝗿 𝗠𝗲𝗻𝘁𝗼𝗿: «𝗖𝗼𝗻𝘃𝗲𝗿𝘀𝗮𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀 𝗱𝗲 𝗗𝗲𝘀𝗮𝗿𝗿𝗼𝗹𝗹𝗼.»

Durante 1,5 horas los asistentes, guiados por María Luisa de Miguel trabajaran sobre casos prácticos reales, que se les presentan a los líderes en su día a día y cómo abordarlos desde la perspectiva de un Lider Mentor.

Tras las Masterclass, en la primera quincena de Octubre, impartiremos un taller práctico sobre «Como dar feedback para impactar en la multiplicación del talento» continuando con las actividades del programa, cuyo propósito último es acompañar a los líderes en la puesta en práctica de diferentes habilidades asociadas al desarrollo de personas.

En todas las actividades aplicaremos nuestra metodología Integral Generative Mentoring como potenciadora de la learning agility de los colaboradores.

La multiplicación del talento se ha vuelto estratégica para las organizaciones. La alta rotación, la escasez de talento, las dificultades para encontrarlo, el déficit de compromiso laboral y los cambios acelerados obligan a las empresas a aprovechar todo el potencial de sus colaboradores. La única forma de lograrlo es mejorando los procesos de aprendizaje, cambio y desarrollo de las personas. 

Una de las funciones del liderazgo es desarrollar las potencialidades de los miembros del equipo. Cuando lo hacen de forma efectiva multiplican el talento porque las personas ofrece lo mejor de su inteligencia, su creatividad, sus capacidades y recursos y esto impacta en los resultados. 

Convertirse en un «Líder multiplicador del talento» no es tarea fácil, requiere desaprender y aprender habilidades, adaptar estilos de liderazgo, conocerse y conocer a las personas con las que trabajamos. Para multiplicar el talento hace falta ser un líder desarrollador, enfocado en acompañar los procesos de aprendizaje, cambio y desarrollo de las personas, que requiere enfoques y habilidades muy diferentes a las que los líderes están acostumbrados a desplegar para dirigir a las personas, lograr los objetivos, controlar tareas, supervisar y evaluar el rendimiento.

El próximo 26 de Septiembre iniciamos un Programa de 𝗠𝗮𝘀𝘁𝗲𝗿𝗖𝗹𝗮𝘀𝘀 𝘆 𝗧𝗮𝗹𝗹𝗲𝗿𝗲𝘀 𝘀𝗼𝗯𝗿𝗲 𝗮𝘀𝗽𝗲𝗰𝘁𝗼𝘀 𝗰𝗹𝗮𝘃𝗲 𝗱𝗲𝗹 𝗹𝗶𝗱𝗲𝗿𝗮𝘇𝗴𝗼 𝗱𝗲𝘀𝗮𝗿𝗿𝗼𝗹𝗹𝗮𝗱𝗼𝗿 para más de 300 líderes de diferentes países de #Latam pertenecientes a una organización dedicada a promover el desarrollo sostenible y la integración regional en América Latina y Caribe, a la que estaremos acompañando hasta Abril del 2026.

La propuesta de trabajo gira en torno a 2 MasterClass y 2 Talleres prácticos abordando los siguientes aspectos del liderazgo:

  • Septiembre 2025: Masterclass 1.-  El rol del líder en el desarrollo del talento para promover el empoderamiento de sus colaboradores.

Objetivo: Convertirse en un líder mentor y multiplicador del talento.

  • Octubre 2025: Taller 1.-Técnicas para dar feedback que impacte en el desarrollo del talento

Objetivo: Aprender a dar feedback en diversas situaciones, con diferentes personas y distintos contenidos. 

  • Enero 2026: Masterclass 2.-  Cómo abordar una conversación difícil

Objetivo: Aprender a manejar conversaciones difíciles con diferentes tipos de personas. 

  •  Marzo 2026: Taller 2.- La gestión de expectativas en la relación líder-colaborador Objetivo: Aprender a gestionar las propias expectativas y las de los colaboradores para evitar la frustración y lograr una mayor satisfacción personal  y profesional. 

 

El programa será impartido por nuestra Directora Ejecutiva, Mª Luisa de Miguel, en base a nuestra metodología INTEGRAL GENERATIVE MENTORING que permite potenciar la learning agility de los colaboradores. 

 

 

Desde Marzo 2023 hasta Abril 2025 estuvimos acompañando a la empresa Arcos Dorados (propietaria de la franquicia maestra de la cadena de restaurantes McDonald’s en 20 países de América Latina y el Caribe) en el diseño e implantación de un modelo de  Mentoring Corporativo en sus distintas divisiones en América Latina y el Caribe.

Para ello hemos venido trabajando, durante 2 años, con 12 integrantes del equipo de People & Culture en 7 países de la compañía, en un proceso de dos fases con el objetivo de incorporar en sus diferentes divisiones distintos programas de mentoring para el desarrollo del talento y el liderazgo basados en una misma metodología, alineados con su cultura corporativa, a la vez que adaptados a las diferentes necesidades de los colaboradores que trabajan en los diferentes países en los que opera.

Contexto de intervención

En el 2023 Arcos Dorados comienza un proceso de transformación cultural buscando, entre otros objetivos, que el liderazgo pase a centrarse en el diálogo y las conversaciones como instrumento para impulsar los cambios necesarios para afrontar los diversos retos y desafíos que tiene la organización. 

Dentro de este desafío la compañía quiere potenciar una cultura de mentalidad de crecimiento entre sus colaboradores, dándoles mayor autonomía para contar en todo momento con un talento ágil, que sepa adaptarse a las circunstancias cambiantes del entorno.

El reto

Alineado con ese cambio cultural, ARCOS DORADOS deseaba definir que un modelo de mentoring corporativo a aplicar en sus diferentes divisiones geográficas y países para facilitar en los mismos la implementación de programa de mentoring corporativos, que sirvan como instrumento para acompañar los cambios a acometer y desarrollar el talento necesario para lograr ejecutarlos con éxito.

Además, deseaban incorporar el mentoring como práctica de desarrollo dentro de la compañía en los diferentes países en los que opera.

La solución.

Para ello se propuso formar a un grupo de 12 personas pertenecientes a los equipos de People & Culture de las divisiones de Brasil, NOLAD, SLAD, además del Corporativo como «Mentoring Managers» en una primera fase y como «Mentores Corporativos» en una segunda fase, a fin de que pudieran diseñar, implementar, desarrollar, coordinar y evaluar sus propios programas de mentoring, con diferentes objetivos y colectivos de mentees, así como formar y supervisar a los mentores corporativos participantes en los mismos.

La Escuela de Mentoring se encargó de definir, diseñar y ejecutar todo el proceso formativo en base a las necesidades de la organización, así como de instrumentar un programa de mentoring piloto, en el que las 12 personas del equipo de People & Culture ejercieron como mentores, realizando practicas de mentoring reales supervisadas con colaboradores de las cuatro divisiones involucradas.

La solución propuesta se ejecutó en varias fases, que a continuación se detallan:

Fase 1.- Diseño del modelo de mentoring corporativo:

Durante los meses de Marzo a Mayo del 2023 se llevó a cabo el diseño del modelo de mentoring corporativo para Arcos Dorados, con la definición de todas las acciones a llevar a cabo para poder ser implantado de forma efectiva en la compañía.

Fase 2.- Formación como mentoring managers y diseño de programas de mentoring corporativo

De Junio a Septiembre del 2023 hemos abordado la dimensión macro del mentoring. Para ello el equipo de People & Culture se ha formado como «Mentoring Managers»: cómo diseñar e implementar un programa de mentoring corporativo, selección y formación de mentores y mentees, realización del matching,  seguimiento y supervisión del desarrollo de los procesos, competencias y desempeño del rol de coordinadores internos del programa o mentoring manager, así como evaluación de resultados e impacto del programa de mentoring.

En paralelo a la formación los participantes han ido diseñado un programa de mentoring corporativo para cada una de sus divisiones, con un objetivo específico, indicadores de resultados, perfiles de los participantes, formas de selección y matching, cronograma, evaluación y todos los aspectos relacionados con el mismo, a fin de implantarlo en sus respectivos territorios, una vez terminado todo el proceso formativo.

Con la formación los participantes reciben el «Manual de Diseño e Implantación de Programas de Mentoring Corporativo» y todos los modelos de documentos de apoyo a un programa de mentoring corporativo elaborados bajo la metodología Integral Generative Mentoring.

Fase 3.- Lanzamiento de un programa de mentoring corporativo piloto

En los meses de Septiembre a Noviembre del 2023 se definió el programa piloto a llevar a cabo con colaboradores de la compañía, pertenecientes al área de People & Culture en diferentes países, en su condición de mentees, y los 12 directivos y directivas de People & Culture, formados como mentoring manager en la fase 2 y como mentores corporativos en la fase 4 para ejercer como tales con dichos mentees.

A lo largo de los meses de Diciembre 2023 a Marzo 2024 se llevaron a cabo las acciones relacionadas con la implantación de dicho programa (selección de los mentees y matching) para poder iniciar los procesos de mentoring en Abril 2024.

Fase 4.-Formación como mentores y supervisión de su rol dentro del programa piloto:

La formación y supervisión de los 12 mentores participantes en el programa piloto (previamente formados como mentoring manager) se llevó a cabo desde Noviembre del 2023 hasta Febrero del 2025.

La formación constó de un total de 21 horas distribuidas en un total de 7 sesiones, 6 de formación y 3 de supervisión, distribuidas a lo largo de todo el periodo en la siguiente forma:

-Formación previa al inicio de los procesos de mentoring: 18 horas, 6 sesiones de Noviembre 2023 a Febrero 2024

-Sesiones de supervisión grupal de mentores: 9 horas, 3 sesiones, en Junio y Octubre 2024 y Febrero 2025.

Desde Abril  hasta Diciembre 2024 se llevaron a cabo 12 procesos de mentoring de 7 sesiones cada uno por parte de los mentores formados y en paralelo al desarrollo de los mismos las sesiones de supervisión.

Los mentores fueron acompañados en todo momento por la Escuela de Mentoring para resolver cualquier incidencia o duda que se pueda presentar.

El objetivo de esta formación fue adquirir los conocimientos y habilidades necesarios para desempeñar el rol de “Mentor Corporativo” como paso previo necesario para ser “mentor de mentores”, que es una de las funciones de un “mentoring manager” y poder así formar, supervisar y acompañar a los mentores corporativos de los diferentes programas de mentoring implementados por Arcos Dorados en sus diferentes países. 

Fase 5.- Elaboración del informe de resultados para presentar al corporativo: tras las sesión de cierre del programa con todos los participantes en Febrero 2025, se llevó a cabo el informe de evaluación de resultados para su entrega en reunión del corporativo a nivel global.

Los resultados

Definición de un modelo de “mentoring corporativo” para A𝗿𝗰𝗼𝘀 D𝗼𝗿𝗮𝗱𝗼𝘀 𝗮𝗹𝗶𝗻𝗲𝗮𝗱𝗼 𝗰𝗼𝗻 𝘀𝘂 𝗰𝘂𝗹𝘁𝘂𝗿𝗮 𝘆 𝘀𝘂𝘀 𝗱𝗲𝘀𝗮𝗳í𝗼𝘀, que se utilizará como base para la implementación de todos los programas de mentoring corporativo a desarrollar por la compañía en sus diferentes países. 

-12 personas del equipo People & Culture formadas como Mentoring Managers

-12 personas equipo People & Culture formados como Mentores Corporativos

-4 Programas de Mentoring Corporativo diseñados con objetivos diferentes y para implementar en cada una de las 4 divisiones geográficas en las que está estructurada la compañía.

12 procesos de mentoring individual ejecutados con personal de alto potencial del área de People & Culture, para el desarrollo de su talento en 7 países diferentes

1 Programa de Mentoring Corporativo en fase de implementación en la División de Brasil con 60 parejas para el desarrollo del talento de alto potencial.

La valoración de la formación y la experiencia de los 12 participantes ha sido muy buena. A continuación recogemos algunos de los testimonios más significativos:

“Ha sido un 𝗮𝗽𝗿𝗲𝗻𝗱𝗶𝘇𝗮𝗷𝗲 𝗽𝗿𝗼𝗳𝘂𝗻𝗱𝗼, en el que me he visto retada, he disfrutado y he tenido que superar diferentes desafíos”

“𝙇𝙖 𝙨𝙖𝙩𝙞𝙨𝙛𝙖𝙘𝙘𝙞𝙤́𝙣 𝙢𝙖́𝙨 𝙜𝙧𝙖𝙣𝙙𝙚 𝙙𝙚 𝙪𝙣 𝙥𝙧𝙤𝙛𝙚𝙨𝙞𝙤𝙣𝙖𝙡 𝙙𝙚𝙡 𝙖́𝙧𝙚𝙖 𝙙𝙚 𝙩𝙖𝙡𝙚𝙣𝙩𝙤 𝙚𝙨 𝙖𝙘𝙤𝙢𝙥𝙖ñ𝙖𝙧 𝙖 𝙡𝙖𝙨 𝙥𝙚𝙧𝙨𝙤𝙣𝙖𝙨 𝙚𝙣 𝙨𝙪 𝙙𝙚𝙨𝙖𝙧𝙧𝙤𝙡𝙡𝙤 𝙮 𝙫𝙚𝙧𝙡𝙖𝙨 𝙘𝙧𝙚𝙘𝙚𝙧, el mentoring es la metodología idea para hacerlo y experimentarlo”

«Ejercer como mentor aporta un alto grado de 𝗮𝘂𝘁𝗼𝗰𝗼𝗻𝗼𝗰𝗶𝗺𝗶𝗲𝗻𝘁𝗼 que redunda en el resto de roles que ejercemos.”

“Las sesiones de supervisión grupales me han hecho ver la importancia de aprender juntos, compartiendo experiencias y reflexiones. ”

Sin duda otra experiencia enriquecedora y significativa para todos los que formamos parte del equipo de la Escuela de Mentoring, que nos ha permitido acompañar a una gran compañía en el abordaje de sus desafíos a través del mentoring.

Ha sido un placer trabajar para compañías como Arcos Dorados que apuestan por potenciar el talento de sus colaboradores y lo ejemplifican a través del compromiso de sus equipos de People & Culture, que se implican de forma activa en una formación en mentoring de dos años , no solo desde el punto de vista teórico sino también práctico, asumiendo retos y desafíos en el ejercicio de sus roles habituales.

«𝗝𝘂𝗻𝘁𝗼𝘀 𝗵𝗮𝗰𝗲𝗺𝗼𝘀 𝗰𝗿𝗲𝗰𝗲𝗿 𝗲𝗹 𝘁𝗮𝗹𝗲𝗻𝘁𝗼».

 

Autora: Maria Luisa de Miguel

Directora Ejecutiva Escuela de Mentoring

Dentro de la colaboración con la Revista Especial Directivos, a través de la Asociación Española de Ejecutiv@s y Consejer@s, de la que nuestra Directora Ejecutiva, Mª Luisa de Miguel, es socia desde hace años.  Mª Luisa de Miguel publica un artículo bajo el título «Líderes que aprenden, organizaciones que crecen», publicado en la sección de Management, Nº 1889, Junio. 2025, Aranzadi-LA LEY.

En el artículo, Mª Luisa de Miguel nos invita a reflexionar sobre como transitar desde un liderazgo natural a un liderazgo  intencional a través de un proceso de aprendizaje contextualizado y guiado por un mentor que ayude a desarrollar la meta-visión del líder, promoviendo un liderazgo profundo y efectivo que se adapta al cambiante entorno organizacional.

En cada conversación el mentor crea para el líder un contexto de pensamiento que le permite mirar dónde no mira, ver dónde no ve y plantearse ideas y comportamientos que antes evitaba o desconocía. De esta forma favorece que el líder pueda abordar los retos de otra forma y que pueda funcionar óptimamente en el nuevo escenario. Un contexto de pensamiento que es, a la vez, desafiante y seguro, en el que puede ser escuchado, repensar, contrastar y practicar, convirtiéndose en un aula de aprendizaje estimulante y gratificante. El mentor es un facilitador del pensamiento, un socio pensante, que utiliza una estructura de conversación que posibilita ese puente mental que necesita el líder para afrontar con éxito las nuevas responsabilidades.

 

En el artículo se abordan tres aspectos fundamentales del desarrollo del liderazgo, que forman parte del modelo que lleva a cabo la Escuela de Mentoring :

➡️ Ayudar al líder a transitar desde el liderazgo natural al intencional

➡️ Desarrollo contextualizado del liderazgo, con especial énfasis en el trabajo de situaciones reales que afectan personal y emocionalmente al líder

➡️ Acompañamiento al líder a través de un mentor que le ayuda a desarrollar la meta-visión.

 

«Una conversación con una persona sabia es mejor que diez años de estudio».

Henry Wadsworth Longfellow.

Te invitamos a leer el artículo completo en este enlace.

La cultura contemporánea es como una escuela y el curriculum a aprender es el complejo juego de responsabilidades y expectativas que debemos atender”. Robert Kegan

Desplegar este currículum es crucial en los líderes, dada su función de movilizar las acciones de otros para lograr un objetivo común. De ahí que la formación de líderes sea una inversión estratégica para las organizaciones, porque si los líderes no evolucionan, las organizaciones tampoco: se estancan, dejan de aportar valor, se desconectan del entorno, del mercado y de sus clientes, internos y externos.

Del liderazgo natural al liderazgo intencional.

Un líder que aprende transita desde un liderazgo natural hacia un liderazgo intencional. El primero implica comportarse conforme al propio estilo, que no siempre es consciente, ni el más adecuado para sus equipos y para la organización. En el liderazgo intencional el líder conoce los diferentes modos de liderar, es consciente de cuáles son sus estilos naturales y cuáles no y qué fortalezas, debilidades, ventajas e inconvenientes tiene cada uno; se da cuenta de que estilos no aplica y por qué no lo hace; percibe y comprende cuando su estilo natural no es el más adecuado; y aprende a distinguir cuándo y con quien es más apropiado cada estilo , así como a desplegar aquellos que le son menos naturales cuando la situación o las persona lo requieren.

De esta forma amplía el repertorio de su liderazgo, nutriéndolo con diferentes formas de hacer que utiliza situacionalmente, es decir, elige de forma consciente cual es la más adecuada en cada momento y para cada persona, teniendo en cuenta el objetivo a lograr. Esta es la única manera de ejercer un liderazgo consciente, intencional y responsable. Los líderes que no se forman permanecen en la inconsciencia, la impulsividad y la irresponsabilidad.

En el camino de la naturalidad a la intencionalidad el líder debe aprender a escuchar más a sus colaboradores y ser consciente de que también necesita ser escuchado para mejorar como líder. Contar con una “oreja amiga”, externa a la organización, que le atiende y le entiende, ayuda a compensar esa sensación de soledad, que suele ir asociada a las posiciones de liderazgo, además de ampliar su visión.

Cuando un líder es escuchado a un nivel que va más allá de lo intelectual, de la operativa y gestión del día a día y se adentra en lo emocional y lo trascendente, eleva su nivel de autoconocimiento y consciencia, además de contar con una visión externa que le permite comprender mejor a otros, ampliar su perspectiva, identificar puntos ciegos, expandir sus posibilidades. Es imposible que un líder impulse un cambio si no se conoce a sí mismo y la mejor forma de hacerlo es escuchándose a través de una mirada ajena.

El liderazgo intencional requiere saber manejar la complejidad de la conciencia, como dice Kegan, integrando el pensamiento y el sentimiento, especialmente, los que se generan al interactuar con otras personas o cuando se producen cambios que chocan con sus hábitos, tendencias naturales, creencias, significados y visión sobre el mundo. Esto requiere una evolución mental para realizar con eficacia el tránsito del viejo mundo al nuevo mundo. Solo así podrá servir de puente a sus colaboradores para hacer ese mismo tránsito con seguridad psicológica y motivación.

El desarrollo del liderazgo debe ser contextual

La formación de líderes debe ser contextual, debe estar alineada con la cultura, estrategia y los objetivos de la organización. Por eso, es importante huir de las soluciones paquetizadas y estandarizadas y apostar por programas diseñados a la carta, en base a las necesidades de la organización, las características de los participantes y el objetivo a lograr con ellas.

Más que “casos de estudio”, creados en el laboratorio, es importante utilizar casos reales de la propia organización para trabajarlos en el aula a través de role-playing. También emplear el método del “caso caliente”, situaciones que se producen entre los participantes, durante la formación, y son aprovechadas como recurso pedagógico por el facilitador. Esto hace que los participantes puedan vivir una experiencia más inmersiva, más próxima a lo real, dónde formación, aprendizaje y trabajo se fusionan.

Si en un programa de desarrollo de liderazgo para un comité de dirección, cada vez que el facilitador pregunta sobre un tema para escuchar el posicionamiento de los participantes, nadie responder hasta que no lo hace el Director/a General, ahí hay un “recurso pedagógico” muy valioso para trabajar el liderazgo. El facilitador debe verlo, hacerlo emerger y usarlo como taller de prácticas.

La contexAtualidad requiere comenzar por “el estado del arte” de los participantes respecto al tema a abordar. Por ejemplo, si vamos a trabajar sobre la asertividad, comencemos por preguntar a los participantes ¿qué es para ellos la asertividad? ¿Cuál es el nivel de asertividad en la organización o en sus equipos? ¿Cuáles son sus dificultades con la asertividad? De esta forma podemos detectar “el viejo mundo” del líder, donde se encuentran las resistencias, potencialidades y motivaciones para gestionar el cambio al “nuevo mundo”: la nueva forma de comunicarse con asertividad.

El contexto cambia y el líder debe saber cambiar con él, por eso es tan importante que la práctica reflexiva forme parte de la formación de un líder, trabajando en el aula con experiencias personales concretas de cada participante para desarrollar su capacidad reflexiva, su pensamiento crítico, su consciencia, el autoconocimiento, la inteligencia cultural, la inteligencia contextual y la metacognición.

Mentoring, un contexto enriquecido de pensamiento para el desarrollo del liderazgo

Un líder, como cualquier persona, solo puede operar en el mundo que ve. Un mundo que está condicionado por sus ideas, experiencias, valores, creencias y educación. Para que pueda actuar, de forma exitosa, en un mundo que es distinto al que ve y que choca con sus certezas y creencias, porque exige cosas diferentes, hay que ayudarle a ver y comprender el nuevo mundo. Este proceso es arduo y doloroso porque abandonar el viejo mundo es, como dice Robert Kegan, abandonar “la fe de la familia” (un conjunto de lealtades primordiales y valiosas para la persona), lo cual provoca un sentimiento de traición y de pérdida de identidad.

El psicólogo estadounidense considera que para este viaje es clave contar con el acompañamiento de una persona que entienda y pueda identificarse con las vivencias del líder, porque ya ha pasado por ahí. Ese papel lo juegan los mentores, con experiencia, real y práctica, en liderazgo, que han vivido situaciones similares a las del líder que acompañan y pueden servirle de puente para transitar del viejo al nuevo mundo.

El mentor proporciona una meta-visión que ayuda al líder a observar lo que está ocurriendo (visión) en su forma de ejercer el liderazgo desde otro lugar, que no es el del día a día y el de su propia visión, sino desde una posición más allá (meta). A esa meta-visión se accede a través de las preguntas del mentor, que ayudan al líder a tomar consciencia de como se está comportando, cómo se está relacionando y qué repercusiones está teniendo todo ello sobre él, sobre sus colaboradores, en la organización, sobre su salud, en la calidad del trabajo y en su ecosistema de relaciones. También le permiten identificar puntos ciegos, servidumbres, comportamientos automatizados disfuncionales e impactos emocionales perjudiciales, así como a explorar nuevas posibilidades de acción, cuando las habituales no le están funcionando bien.

En cada conversación el mentor crea para el líder un contexto de pensamiento que le permite mirar dónde no mira, ver dónde no ve y plantearse ideas y comportamientos que antes evitaba o desconocía. De esta forma favorece que el líder pueda abordar los retos de otra forma y que pueda funcionar óptimamente en el nuevo escenario. Un contexto de pensamiento que es, a la vez, desafiante y seguro, en el que puede ser escuchado, repensar, contrastar y practicar, convirtiéndose en un aula de aprendizaje estimulante y gratificante. El mentor es un facilitador del pensamiento, un socio pensante, que utiliza una estructura de conversación que posibilita ese puente mental que necesita el líder para afrontar con éxito las nuevas responsabilidades.

Una conversación con una persona sabia es mejor que diez años de estudio.” Henry Wadsworth Longfellow.