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El 1 de Julio hemos comenzamos el programa de formación y supervisión de los mentores organizacionales de una de las 10 constructoras más importantes en España y México, con presencia en más de

Durante los meses de Julio a Septiembre, 13 mentores de México, España y Polonia participarán en un sistema de formación con la metodología de Aula Invertida (flipped classroom) desarrollada por la Escuela de Mentoring a través de su Curso Virtual para Mentores.

El modelo  pedagógico del Aula Invertida transfiere parte del proceso de enseñanza y aprendizaje fuera del aula con el fin de utilizar el tiempo de la formación síncrona para el desarrollo de procesos cognitivos de mayor complejidad que favorezcan el aprendizaje significativo. De esta forma los participantes acceden, previamente a las sesiones formativas síncronas con el facilitador, a los contenidos de cada módulo  del «Curso Virtual para Mentores» a través de nuestro Aula Virtual y pueden trabajar los mismos en formato microlearning: videos locutados, podcast, infografías, actividades prácticas y quiz, más lecturas de artículos y uso de herramientas. Durante las sesiones virtuales síncronas a través de nuestro Aula Virtual,  en total 5 sesiones de 3 horas cada una, el facilitador/a, mentor profesional acreditado de la Escuela de Mentoring, guía a los participantes en la  aplicación de los conceptos previamente trabajados, genera reflexión, cuestionamiento y trabaja diversas dinámicas prácticas y aplicación de herramientas, aprovechando de esta forma al máximo el tiempo de aprendizaje síncrono y grupal.

Los participantes ejercerán como mentores organizacionales a partir del 1 de Septiembre y complementarán la formación inicial con 2 sesiones de supervisión grupal a lo largo de la duración de los procesos de mentoring con sus mentees. Las sesiones de supervisión se llevarán a cabo de forma virtual síncrona, en grupos de 6 participantes.

En total cada participante habrá realizado 37 horas de formación y supervisión para desempeñar su rol de mentores organizacionales y acompañar efectivamente a los mentees del programa de mentoring implementado a nivel internacional en su compañía.

El programa formativo tiene una duración total de 37 horas a desarrollar en 5 meses, contando con diferentes actividades y contenidos desarrollados bajo la metodología Integral Generative Mentoring, propiedad de la Escuela de Mentoring :

 

Módulo1.-¿Qué es el mentoring?
Claves de la metodología Integral Generative Mentoring (IGM). Características de la relación de mentoring. Fases del proceso
de mentoring. Estructura de una sesión de mentoring. Crear relaciones con engagement

Módulo 2.- Habilidades del mentor
Las 7 dimensiones del rol de mentor: acompañante, indagador, explorador y amplificador de opciones, informador/consejero/proveedor recursos, impulsor, conector, modelo de comportamientos.
Habilidades clave: formulación de objetivos con encaje, preguntas provocadoras, escucha reflexiva y profunda,
orientar y guiar, inspirar.

Módulo3.-Comunicación afectiva y efectiva
Conversaciones Inteligentes. Pirámide Conversacional. Retroalimentación modelo triple feedback. Aconsejar y dar
ejemplo.

Módulo 4.- Catalizar el cambio
Fases del proceso de cambio y estrategias de intervención en cada fase. Trabajar la ambivalencia al cambio a través de
la motivación. Estilos motivacionales. Acompañar el cambio para ser un catalizador del desarrollo del mentee. Retar

Módulo 5.– Contextología
El contexto como aliado del aprendizaje. Como impulsar el aprendizaje inteligente del mentee.. Aprendizaje
contextualizado de roles. Inteligencia Contextual. Claves para consolidar el aprendizaje y el cambio.

 

Estamos encantados de poder acompañar a este grupo de nuevos mentores y seguir contribuyendo a la implantación del mentoring en diferentes ámbitos y organizaciones.

En Abril del 2021 lanzamos una campaña de Mentoring Pro Bono en colaboración con OMA Perú, Mujeres Líderes de las Américas y Red We-Evolution-Vital Voice Miami para llevar a cabo procesos de mentoring dirigidos a impulsar el desarrollo profesional de jóvenes licenciados/as, así como fortalecer el liderazgo de mujeres profesionales y directivas.

Hemos logrado completar más de 50 procesos con diferentes personas de España, Estados Unidos, Venezuela, Chile, Perú  y Argentina, gracias a la colaboración de nuestras alianzas en esos países.

Desde finales de Mayo de este año 50 personas están disfrutando del  acompañamiento de un mentor/a para trabajar su desarrollo profesional.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fieles a nuestro compromiso de impulsar el desarrollo profesional y el liderazgo a través del mentoring estamos muy orgullosos de este logro que beneficia a todas las partes implicadas en esta colaboración, los mentees y las organizaciones de las que proceden y los mentores que se están formando con la Escuela de Mentoring a través de la Certificación Internacional en Mentoring. 

Los mentores son personas de amplia trayectoria profesional en diferentes campos y sectores de actividad que están cursando su formación como mentores profesionales con la Escuela de Mentoring. Dentro de dicha formación para ser mentor/a profesional deben realizar sesiones prácticas de mentoring supervisadas por el equipo de la Escuela de Mentoring para obtener su titulación. Los procesos de mentoring pro bono se enmarcan dentro de este contexto de prácticas profesionales supervisadas.  Los procesos desarrollados bajo la iniciativa “mentoring pro bono” siguen el protocolo ético y de calidad de la Escuela de Mentoring, se realizan bajo el principio de confidencialidad y se ejecutan bajo el marco de un acuerdo previo entre las partes en el que consta dicha confidencialidad.

Todos los procesos de mentoring se llevan a cabo bajo la metodología Integral Generative Mentoring, que es propiedad de la Escuela de Mentoring y aplicamos en todas nuestras formaciones y proyectos.

Queremos agradecer a OMA Perú, Mujeres Líderes de las Américas y Red We-Evolution-Vital Voice Miami, la confianza, colaboración y apoyo brindado para hacer realidad esta iniciativa tan importante para todos.

El pasado 24 de Junio, nuestra Directora Ejecutiva, Mª Luisa de Miguel compartió con más de 40 personas de diversos países el encuentro organizado por EMCC Spain para la presentación de su libro  “Mentoring, un modelo de aprendizaje para la excelencia personal y organizacional .

Queremos aprovechar para dar las gracias a todos los asistentes y en especial a Joan Clotet Sulé, Humanismo Digital, por dinamizar la sesión con una magnifica entrevista acerca del libro, y la moderación del ameno debate con los asistentes, así como a Pablo Cardona Soriano, Presidente de #emccspain, por abrir la sesión compartiendo un magnífico resumen del libro.

También agradecer a Beatriz Valderrama, Vicepresidenta de EMCC Spain, por presentar la jornada y a Olivia Verhulst, representante de EMCC Global por toda la ayuda en la organización de este encuentor.

En este enlace puedes ver el vídeo completo de la jornada. 

 

Si quieres conocer en que consiste la labor de un mentor, que es clave para acompañar efectivamente a otros a través del mentoring, sus aportaciones y beneficios, algunas claves sobre  la metodología Integral Generative Mentoring, que describo en el libro e impulso desde la Escuela de Mentoring.no te pierdas la entrevista.

 

Aprendizaje y Mentoring

 

 El mundo líquido en el que estamos inmersos demanda nuevas formas de aprender y adaptarse a los cambios. El mentoring proporciona a personas y organizaciones una fórmula para aprender de una forma ágil, inteligente y estratégica. Este libro te proporcionará la ruta para navegar en la era del aprendizaje. En él descubrirás un modelo para construir relaciones y mantener conversaciones transformadoras. 

         Una conversación de calidad transforma nuestro cerebro, lo expande. El mentoring facilita los procesos de cambio  personales y organizacionales a través de conversaciones que se transforman en decisiones, decisiones que se convierten en acciones, y acciones que producen resultados. Gestionar personas y organizaciones a través de conversaciones tiene un efecto multiplicador del talento.

 

Puedes adquirir el libro  en los siguientes puntos de venta.

Aprovecho esta ocasión para invitaros a participar en el 1º Congreso sobre Mentoring y Coaching que organiza EMCC Spain y que se celebrará los próximos 14 y 15 de Octubre de este año bajo el título «Activando las mentes del futuro».

 

Te esperamos para seguir conversando y compartiendo sobre mentoring y coaching.

Uno de los criterios que se utilizan para determinar el tipo de trabajo de investigación que un antropólogo debe llevar a cabo es saber si lo que pretende con ello es más bien entender o explicar (distinción útil a efectos de determinar las herramientas de investigación más adecuadas). Esta distinción me parece enormemente relevante, ya que en la conversación de las sesiones de mentoring ambas cuestiones deben de estar necesariamente presentes. En este sentido, tengo claro el rol -predominante- que ha de cumplir cada parte: el mentor ha de entender el discurso del mentee para que éste, finalmente, logre explicarse hasta el punto en que lo que tenía que decir, haya sido finalmente dicho. La paradoja de esto es que el mentee al explicarse logra finalmente entender-se, lo cual cierra un proceso en el que la comunicación interpersonal alcanza los parámetros más áureos posibles.

Es ocasiones (frecuentes) entender implica indagar sobre aspectos que retrotraen al pasado del mentee. Indagar sobre los antecedentes pudiera parecer lo propio de una curiosidad malsana, en el sentido que podemos dar a la actividad de un entomólogo que se obsesiona por diseccionar las vísceras de los animales objeto de su investigación, pero cuando el mentor hace algo así, está asimilando la perspectiva desde la que el mentee habla, intentándose ponerse en el origen de la mirada, para inmediatamente después saber hacia dónde ésta es proyectada. Es una relación muy parecida a la que el antropólogo establece entre la cultura por un lado, y las creencias y actitudes por otro. Y lo hace, precisamente, aplicando esquemas propios del método experimental (ejerciendo la cultura como variable independiente y las creencias y actitudes como variable dependiente). Esa relación de causa-efecto ha de ser, por supuesto, establecida también por el mentor, pero en este caso sustituyendo la cultura por aspectos tan variopintos como las experiencias laborales anteriores o los elementos definitorios de la estructura organizativa en las que se desenvuelve y que condicionan el trabajo del mentee.

Este asunto del conocimiento de las “VI” (cuando estás actúan como claros limitadores) en el trabajo del mentor es terreno abonado para un amplísimo -y a veces parece que interminable- debate. Así es, periódicamente asisto a digresiones sobre si el mentor ha de introducirse en el terreno de la intervención psicológica. Tengo claro que no, pero sí puede y debe retar al mentee a que sea capaz de validar prejuicios y sesgos que le bloquean o directamente le impiden avanzar. Esa petición de validación tiene una capacidad de desactivación nada desdeñable, porque en abundantes ocasiones pone al mentee ante la evidencia del desajuste entre su conversación interior (por ejemplo) y lo que realmente ocurre “ahí afuera”. Y ocurre que a partir de ese análisis se hace consciente de la fuerte carga distorsionadora que pueden arrastrar sus valoraciones.

Todo esto nos lleva al rol del antropólogo como testigo objetivo de la realidad a la que aluden los entrevistados (y que también es escuchada durante el trabajo de campo). Es decir, a la confrontación entre la interpretación de la realidad que hace el mentee y los hechos objetivos con lo que es necesario confrontarla. Evidentemente, y es necesario decirlo, este tipo de tarea es posible llevarla a cabo en un programa de mentoring organizacional con mentores “de la casa”, pero es difícil de llevarla a cabo en otros procesos de mentoring en los que el profesional no comparte experiencia organizacional con el mentee. Como ya he dicho otras veces, si no se confronta las aspiraciones del mentee con las condiciones y posibilidades que el entorno ofrece, como profesionales empezamos a comportarnos como auténticos embaucadores. ¿Qué hacer entonces? Evidentemente, se ha de obtener información suficiente sobre la realidad de esa organización, si no se dispone de ella. Y así como hace el antropólogo, el mentor deberá de representar mentalmente el grado de adecuación entre las expectativas de, por ejemplo, la carrera profesional del mentee con los procesos de promoción abiertos y las vacantes futuras previstas (dentro un horizonte temporal manejable, por supuesto).

Hay otra cuestión donde ambas disciplinas ponen su acento y es en el asunto de la tan traída y llevada empatía. En la formación de un antropólogo es un asunto que también se aborda. Al profesional de la antropología se le invita a no dejarse llevar por un falso señuelo: el de que cuanto más empatice, más logrará entender. Al contrario, el antropólogo entiende plenamente cuando, una vez que ha estado “calzando los mismos zapatos” de los sujetos, abandona de nuevo esa posición y regresa a su posición inicial, para tomar distancia y generar la correspondiente reflexión (una reflexión que habrá de volcar en el correspondientes soporte documental, no nos olvidemos). Ya sabe entonces desde qué perspectiva habla el sujeto de estudio. Por su parte, esa distancia permite al mentor como antropólogo generar el efecto de refracción necesario, es decir, ser “aquello otro” (y no aquello mismo) que el mentee necesita para ser lo más genuino posible en sus respuestas, pudiendo encontrar en el mentor alguien que le ayuda a desenroscar los nudos gordianos de su discurso pero, y este es el quid, a medida que van apareciendo como parte del curso natural de los acontecimientos. Ello busca, además, que su presencia genere la menos distorsión posible en el comportamiento del mentee. Esa es la dimensión del reto: estar plenamente pero sin generar la más mínima entropía en el ánimo del mentee.

En este sentido, un buen profesional del mentoring aprende a desentrañar una letanía implícita en el discurso del mentee, y es la que más o menos viene a decir lo siguiente: Necesito que me escuches, para que al escucharme, yo pueda explicarme enteramente (lo cual en el caso del antropólogo sería algo así como: quiero que me dejes comportarme como lo hago habitualmente, sin que tu presencia me condicione). Ese “quiero que me permitas terminar” es, quizás, una de las más compulsivas necesidades de todos los seres humanos. Necesaria cura de humildad para un mentor que ha de abrazar, incondicionalmente, esa dimensión instrumental de su trabajo. Completar y redondear un argumento -y por ende un discurso- es fundamental para el mentee porque, en caso contrario, medio decir puede ser equivalente a no decir nada.

Evidentemente esto aleja -y mucho- a la antropología -y al mentoring- del mero conductismo. El universo de significados que una persona inviste a sus actos son fundamentales para entender el conjunto de acciones que está en disposición de poder llevar a cabo en el futuro, porque esos significados se nutren de valores, por ejemplo, y los valores expresan lo deseado. Así que, gracias a su identificación, el mentee se proyecta hacia ese futuro, vinculándolo a su deseo y a las recompensas que espera encontrar en él.

Dejo para el final una cuestión que considero constitutiva y característica de todo buen mentor. Recojo para ello enfoques defendidos desde el estudio de la antropología como ciencia social por autores como BertauxHastrup y Hervik y también termino yo de explicar enteramente lo que ya avancé con anterioridad. Si el mentor -como el antropólogo- no quiere perder su identidad, su independencia y su sitio (y me gusta especialmente este último término) y, por tanto, la capacidad para analizar racionalmente el proceso, ha de poseer un potente y sólido conocimiento de sí mismo. ¿Con qué objetivo? Para saber cómo situarse ante sus interlocutores y saber apreciarlos no desde (mi) para sino a partir de (su) desde, sabiendo mantener el quizás más difícil equilibrio: aquel que reduce al mínimo la influencia de sus propios prejuicios y agenda personal y mantiene al mismo tiempo la independencia que le hace ver con nitidez lo que realmente está sucediendo.

Autor: Lucas Ricoy

Mentor Acreditado Escuela de Mentoring

 

(Foto cortesía de Jordan Madrid)

Este mes de Junio puedes disfrutar de nuevo de la oportunidad de conocer de primera mano los contenidos del  libro “Mentoring, un modelo de aprendizaje para la excelencia personal y organizacional , de nuestra Directora Ejecutiva Mª Luisa de Miguel, gracias a EMCC Spain, organización a la que pertenece desde hace años y de la cual es voluntaria activa, así como Coach y Mentora Certificada Nivel Master.

En esta ocasión la presentación será en formato virtual el próximo 24 de Junio a las 18:00 de la tarde, hora España, y está abierta a la participación de cualquier persona interesada en la práctica del mentoring.  En el acto de presentación acompañaran a nuestra Directora Ejecutiva, Pablo Cardona, Presidente de EMCC Spain y Joan Clotet Sulé, Humanismo Digital. Durante la misma conversarán sobre el propósito del libro, la esencia del mentoring, sus aportaciones, las claves de esta práctica para que sea efectiva, el papel del mentor como nuevo agente educativo.

Será un placer de nuevo para nosotros poder compartir todos los beneficios del mentoring y de la metodología Integral Generative Mentoring, que Mª Luisa de Miguel describe en el libro e impulsamos desde la Escuela de Mentoring.

Si quieres inscribirte y acudir a la  presentación  puedes hacerlo a través de EMCC Spain en el siguiente enlace: https://lnkd.in/gCDywaf

Mª Luisa de Miguel

El mundo líquido en el que estamos inmersos demanda nuevas formas de aprender y adaptarse a los cambios. El mentoring proporciona a personas y organizaciones una fórmula para aprender de una forma ágil, inteligente y estratégica. Este libro te proporcionará la ruta para navegar en la era del aprendizaje. En él descubrirás un modelo para construir relaciones y mantener conversaciones transformadoras. 

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Nos encantará contar contigo y poder conversar sobre el libro «Mentoring, un modelo de aprendizaje para la excelencia personal y organizacional», que puedes adquirir en los siguientes puntos de venta.

La Revista InfoIndustrial del Colegio de Ingenieros Industriales de la Comunidad Valenciana dedica uno de los reportajes de la edición de Junio 2021 a hablar sobre el Proyecto de Mentoring «Escuela de Mentores» desarrollado por el citado colegio y en el que he participado como directora de la Escuela de Mentoring, en el que también ha participado Ana Sanjuan, como miembro del equipo de mentores acreditados internacionalmente por la Escuela. 

Comparto algunas de las ideas que he tenido oportunidad de compartir durante la entrevista.

«Para el desarrollo del proyecto de mentorización que el Colegio de Industriales ha puesto en marcha, la entidad ha preparado a los profesionales que se han ofrecido para desarrollar esta actividad y así poder ofrecer un servicio excelente. Y para ello, han elegido a un equipo de profesionales liderados por María Luisa de Miguel, directora ejecutiva de La Escuela de Mentoring, que ofrece una metodología transversal y multidisciplinar, que se vertebra a través de un proceso bien definido. Y precisamente, en un entorno de ingenieros industriales, contar con un proceso es un valor positivo.»

«La metodología que ha aplicado a los alumnos -todos ingenieros industriales y profesionales de larga trayectoria- les ha permitido adquirir los conocimientos y habilidades necesarias para acompañar de forma efectiva a los mentorizados en su camino hacia nuevos objetivos. De Miguel considera que la metodología INTEGRAL GENERATIVE MENTORING que enseñan y aplican en los procesos de mentorización permite a quienes se inician en ellos aumentar su autoconocimiento, su confianza, seguridad, ampliación perspectivas, ser más estratégicos y efectivos en su aprendizaje y desarrollo y mejorar su creatividad. Pero sobre todo ayuda a “optimizar el proceso de toma de decisiones, objetivos, cambio y aprendizaje”.

 

Jorge Aleix y Carlos Sanchis, mentor y mentorizado respectivamente, insisten en que este proceso es una “herramienta para fijar metas a alcanzar y para determinar el camino para lograrlo”. En algún caso, como el de Lamberto Tudela esta iniciativa le llegó en el momento más oportuno, justo cuando está terminando sus estudios y le están asaltando cientos de dudas. De la mano de Antonio Miranda ha conseguido despejar alguna y está en proceso de ese aprendizaje.

Para Jorge Cejudo, ya en activo, el proyecto de mentorización, junto a Rosa Porcar, le está permitiendo encontrar desde el primer momento “una ayuda para avanzar, o al menos desarrollar con mayor eficacia mi departamento, dentro de mi organización”. Un valor que destacan los protagonistas de este proyecto, como Bayron Guaman es el conocimiento que sobre si mismos les aporta esta mentorización y “qué conocimientos o formación debo tener para poder tener más probabilidad de formar parte de las empresas a las que quiero acceder”. Esas respuestas las está obteniendo de la mano de Jorge Aleix. Y aún más, estos mentorizados sienten orgullo de su elección profesional. Es el caso de José Torres que reconoce que se enorgullece y anima “a seguir adelante con la profesión que escogí, al observar que profesionales como mi mentor -Carlos Borredá- se organizan de forma que encaja con mi forma de ser y de trabajar”

 

Gracias al proceso de mentorización, los colegiados y colegiadas de Ingeniería Industrial aprenden a entender mejor las prioridades que deben establecer en su carrera para alcanzar sus objetivos. Confirman que este proceso les ayuda a conocer mejor sus puntos fuertes en diferentes ámbitos, tanto profesionales como personales, incluidas las habilidades blandas -soft skills- ahora tan valoradas en los entornos profesionales.

 

 

 

Puedes acceder al reportaje completo descargando este archivo. ARCHIVO REPORTAJE COMPLETO

El próximo 11 de Junio, nuestra Directora Ejecutiva, Mª Luisa de Miguel participará en los encuentros «Lecturas para la Dirección» que organiza APD Noroeste para compartir con un grupo de directivos y directivas de la Asociación para el Progreso de la Dirección, las aportaciones del mentoring al liderazgo, el desarrollo del talento y el aprendizaje organizacional.

Durante la jornada presentará su último libro «Mentoring, un modelo de aprendizaje para la excelencia personal y organizacional» Ediciones Pirámide 2019, donde muestra una nueva forma de entender las relaciones, las conversaciones, el aprendizaje, y el desarrollo del talento y las organizaciones. Estará acompañada en su presentación por la Ana Sánchez, Directora APD Noroeste. 

La jornada será en formato virtual de 9:30 a 10:30 y se centrará en exponer los beneficios del mentoring para las organizaciones, especialmente, en lo relativo al aprendizaje en contextos de complejidad. La presentación tiene prevista una duración de 30 minutos para luego abrir un debate de otros 30 minutos con los asistentes a la misma.

Libro Mentoring

El mundo líquido en el que estamos inmersos demanda nuevas formas de aprender y adaptarse a los cambios. El mentoring proporciona a personas y organizaciones una fórmula para aprender de una forma ágil, inteligente y estratégica. Este libro te proporcionará la ruta para navegar en la era del aprendizaje. En él descubrirás un modelo para construir relaciones y mantener conversaciones transformadoras. 

Una conversación de calidad transforma nuestro cerebro, lo expande. El mentoring facilita los procesos de cambio  personales y organizacionales a través de conversaciones que se transforman en decisiones, decisiones que se convierten en acciones, y acciones que producen resultados. Gestionar personas y organizaciones a través de conversaciones tiene un efecto multiplicador del talento.

 

Es un placer poder compartir mis experiencias en la implementación de programas de mentoring en las organizaciones como metodología para optimizar los procesos de aprendizaje, cambio y desarrollo a nivel individual y organizacional.

Emprendí con 24 años recién cumplidos y vengo de una familia de empresarios/as. Desde los 24 años me vincule al mundo asociativo empresarial porque me parecía la forma más rápida de aprender sobre como gestionar una empresa: aprendiendo de otros, conversando con otros, observando a otros que ya lo eran y tenían más experiencia que yo en ese ámbito y rol. Durante muchos años estuve muy implicada en el asociacionismo empresarial y confieso que en algunos aspectos imbuida por el ambiente y por su lenguaje, un lenguaje que tiende a llevarlo todo a términos de mercado, productividad, producto, máquinas, dinero. Nunca me presente como empresaria porque nunca me sentí como tal, para mí tener una empresa, haberla creado, ser su propietaria, dirigirla era exactamente eso «tener una empresa», no ser empresaria. Será también porque para mí tener una empresa es una forma de canalizar mis proyectos, mis propósitos, no lo que soy. No es el que, es el como o la forma de recorrer el camino.

Te cuento todo esto porque siempre hubo algo con lo que no acaba de encajar en el mundo de la empresa, de una forma natural me fui distanciando de los eventos de networking empresarial, de las asociaciones empresariales y con el tiempo le puse nombre a esto que no encajaba y era el lenguaje, un lenguaje que como digo me parece que nos convierte en productos, en objetos, en cosas y nos deshumaniza. «Hay que saber venderse» es una de esas frases que se repiten y que generan rechazo en muchas personas, ¿realmente las personas tienen que venderse? ¿somos mercancía? Otra cosa distinta es que una persona que quiere obtener un contraprestación dineraria por lo que hace tenga que mostrar lo que hace y atraer la atención sobre ello y poder hacer ver que aporta el valor que el otro necesita y está dispuesto a pagar por ello. Pero ¿eso es venderse? ¿es la mejor forma de expresarlo? El lenguaje no es neutral, crea realidades y la pregunta es si quiero crear una realidad en la que soy un producto/mercancía o una realidad en la que soy un ser humano que con su talento aporta un valor que otros necesitan y, por tanto, contribuye con mi valor a aportar valor. Y con valor no me estoy refiriendo a valor monetario, que se traduzca en ello es otra cosa también. A algunos les podrá parecer lo mismo, a mí no. El lenguaje no es inocente, tiene intencionalidad, la de crear una imagen del mundo, de la realidad, de las cosas y de las personas. Desde luego yo no quiero que la imagen que se cree de mi sea la de un producto y mucho menos quiero que mi valor como persona o el valor de lo que hago esté supeditado al estándar del dinero, a cuanto gano, cuánto cobro o cuánto tengo. Lo cual tampoco significa que no pretenda ganar dinero con lo que hago. Dicho todo esto, soy consciente de que en muchas ocasiones yo misma caiga en el hechizo económico y mercantilista al expresarme, procuro también ser cada vez más consciente de ello y ser guardiana de mis palabras.

Nuestro lenguaje forma nuestras vidas y hechiza nuestro pensamiento. Albert Einstein.

El lenguaje al nombrar algo, destaca ese algo, lo hace real, sale de la oscuridad a la luz y es a partir de ese momento cuando se puede intervenir sobre ello. En función de lo que se muestre, es lo que se ve y es como se trata y de todo ello derivan los resultados. Si con el lenguaje utilizado estamos mostrando la idea de que somos un producto en lugar de una persona, nos tratarán como a productos, nos acabaremos mercantilizando.

Los productos se etiquetan, se les pone un nombre y una pegatina (u otro medio de etiquetado), donde se dice cuál es su composición. Al etiquetarlos los marcamos dentro de unos límites, son eso y no son otra cosa y tampoco lo pueden ser, porque esa etiqueta crea una certeza y una garantía de que lo que pone en ella es lo que es y no otra cosa y que, por tanto, el resultado que esperamos encontrarnos y conseguir es ese y no otro.

Dice Alenxandre Jollien, en su libro «El oficio de ser hombre» que cuando la persona desaparece bajo la etiqueta que le adjudicamos la reducción de nuestra mirada se convierte en un peso muy grande que magulla la personalidad y abre secretas llagas. La etiqueta puesta parece no poder despegarse y lleva implícita no solo atributos sino también efectos. ¡ Cuántos diagnósticos tajantes encierran, reducen y condicionan toda esperanza!

Utilizo con frecuencia este vídeo sobre un experimento real con 6 fotógrafos y el efecto de las etiquetas en la mente de las personas, en su comportamiento y en los resultados. Y lo utilizo, muy especialmente, cuando trabajo con personas jóvenes que acaban de finalizar sus estudios y buscan su primera oportunidad laboral relacionada con ellos. Siempre les transmito la idea de «sois más que un título», porque un título también se acaba convirtiendo en una etiqueta que nos impide mostrar otras muchas más cosas que somos y aportamos y, por tanto, impide a los demás ver más allá del título.

 

Las etiquetas nos impiden comprender el misterio que habita en cada persona. Alexandre Jollien

No desconozco el hecho de que etiquetar, en el sentido de clasificar, es una herramienta mental que el ser humano utiliza para reducir la complejidad que supone gestionar la amplitud de la realidad, para poder abarcarla mejor y con ello manipularla mentalmente como información para dar una respuesta, pero lo que es una estrategia no puede terminar convirtiéndose en una verdad absoluta, en un sesgo, porque entonces ya no sólo no nos es útil y nos limita, sino que nos perjudica y perjudica a otros. La simplicidad que aportan las etiquetas se acaba convirtiendo en simpleza y la simpleza reduce la riqueza de la diversidad, de la variabilidad, de la posibilidad del misterio, del descubrimiento, del asombro, de la sorpresa. Con ello estamos limitando la estimulación intelectual, el reto que supone descubrir algo nuevo antes no captado y el aprendizaje que genera tener que enfrentarnos a ello. Cuando trabajamos con personas lo fácil, lo rápido y lo cómodo es etiquetar, ahora bien, no es lo que más valor aporta a ninguna de las partes, a la relación y a lo que pretendamos lograr. Porque si me quedo en lo aparente me estoy perdiendo la oportunidad de imaginar, de explorar, de descubrir lo que puede haber más allá. Me estoy perdiendo la posibilidad de engrandecer mi pensamiento y mi vida.

«Vive la vida, vívela en la calle y en el silencio de tu biblioteca. Vívela con los demás, que son las únicas pistas que tienes para conocerte»Extraído del poema  incluido en «Por fuertes y fronteras» de Luis Alberto de Cuenca.

En la metodología que promuevo para acompañar los procesos de aprendizaje, cambio y desarrollo de las personas y las organizaciones a través del mentoring, huimos de etiquetas, test y clasificaciones, lo que no significa obviar la existencia de unas tendencias en las personas que para su mejor comprensión y trabajo con ellas se ordenan en taxonomías o clasificaciones. Ahora bien, tenerlas en cuenta es usarlas como unas referencias o coordenadas que nos pueden ayudar a captar mejor y comprender a las personas para acompañarlas, pero nunca a etiquetarlas. Porque al etiquetarlas les impedimos expresarse en su totalidad y diversidad, en sus posibilidades de ser y de ofrecer otros registros, o mostrar otros prismas y destellos. Al etiquetarlas las limitamos, las encarcelamos.

 

El etiquetado deriva de una obsesión por la estandarización que es más propia de los productos fabricados en masa, todos perfectamente iguales en base al molde creado, un molde rígido inamovible, ideado y contruido por otros. Lo que no responde al estándar no es normal, no vale, se desecha. Este modelo de pensamiento acerca de lo que es normal y no es normal en base a que encaje en el molde previamente decidido como ideal, por no se sabe quien, nos reduce, nos limita, nos convierte en objetos estandarizados, elimina nuestra originalidad, nuestra autenticidad, nuestra esencialidad, nuestra libertad, sin contar sobre como influye en nuestra autoestima. Y claro está si no encajas en el estándar quedas excluido de la normalidad, estás fuera de los márgenes, acabas estando marginado, siendo excluido. Lo triste de todo esto es que, como dice Alexandre Jollien, «cada uno de nosotros somos un caso social único, un espécimen y ejemplar irrepetible, una deliciosa excepción» pero la excepcionalidad de cada ser humano, que es nuestra grandeza, acaba siendo nuestra tortura. No me extraña que el gran Ortega y Gasset dijera que «Ser un héroe consiste en ser uno mismo».

 

 

Siento que la influencia del etiquetado es tal en nuestras vida, que nos hemos convertido en yogures, ya no basta con ser yogurt, no basta con ser persona, tenemos que tener  sabores, cereales, semillas, fruta, bífidus activo, estar hechos con leche de cabra, oveja, vaca, sin lactosa, ser griegos, búlgaros, kéfir, es decir, tenemos que añadir apellidos, adjetivos, medallas, títulos…. No es que diferenciarse a nivel de lo que hacemos o podemos aportar esté mal, el problema está cuando todo eso está por encima de ser persona, de ser humano, nos hace olvidarnos de lo esencial y nos impide ver más allá de esas etiquetas. O nos impide conectar con lo que nos une y nos centramos solo en lo que nos diferencia. También nos reduce, porque si somos yogurt sin lactosa no lo somos con lactosa, y si lo somos griego no los somos búlgaro, y las personas más que ser estamos siendo, tenemos muchas posibilidades de ser. A lo que se añade que en muchos casos, al igual que ocurre con los yogures, el etiquetado que nos ponemos depende de las modas que crean otros, y de lo que otros (el mercado) dicen que tenemos que ser, lo cual nos acaba llevando a la esquizofrenia del cambio personalque suele acabar desembocando en «ya no se quien soy», «no se lo que quiero», «no se que hago aquí», «no encuentro sentido a lo que hago, a mi vida….».

Cuando organizamos nuestro mundo poniendo etiquetas a la realidad corremos el peligro de dejar de ver la realidad y solo ver las etiquetas. Y el gran peligro de las etiquetas es que cuando las ponemos o las adoptamos estamos atribuyendo a los demás y al mundo las características de nuestro mundo mental, con lo que acabamos viviendo atrapados y limitados en un mundo que no es real, sino construido por nosotros en nuestra cabeza.

Autora: Mª Luisa de Miguel

Directora Ejecutiva de la Escuela de Mentoring

Los próximos días 2, 7 y 9 de Junio nuestra Directora Ejecutiva, Mª Luisa de Miguel, estará impartiendo los talleres sobre Comunicación y Conversaciones Transformadoras dentro del Programa Skills On que ha puesto en marcha la Universidad de Deusto a través de Deusto Alumni.

El objetivo del programa es potenciar la mejora de la empleabilidad de antiguos alumnos de la Universidad de Deusto a través de la formación en habilidades transversales como la gestión emocional, toma decisiones, motivación, pensamiento visual, marca personal, resolución de conflictos, y comunicación. El programa se ha venido desarrollando desde Enero de este año con diversos talleres y ponentes, que han ido abordando las diferentes habilidades claves para el desarrollo y la mejora profesional.

Nuestra participación en el programa estará centrada en las habilidades de comunicación para mantener conversaciones inteligentes y transformadoras.  Con este objetivo acompañaremos durante 3 días a un grupo de 25 profesionales para trabajar sobre:

Sesión 1. Claves de una comunicación afectiva y efectiva

  • Pirámide Conversacional
  • Puntos Ciegos de la comunicación
  • Afectividad y efectividad en las conversaciones: Propósito, esencia y empatía comunicativa

Sesión 2. Diálogos transformadores

  • Escuchar con calidad
  • Niveles de Escucha
  • El oráculo de la escucha
  • Preguntas provocadoras y generativas

Sesión 3. Conversaciones Inteligentes

  • Niveles conversacionales
  • Técnica 3R para dirigir las conversaciones de forma inteligente
  • Recoger e integrar para crear fluidez conversacional y conectar

Libro Mentoring

Una conversación de calidad nos transforma a nosotros, nuestras relaciones y genera cambios en nuestros entornos. La comunicación es una de las herramientas más potentes para lograr nuestras metas, influir en otros, hacernos visibles, crear alianzas poderosas y en definitiva incrementar nuestro capital intelectual, emocional, social, cultural y simbólico.

De nuevo un placer colaborar con la Universidad de Deusto en uno de sus programas para antiguos alumnos, que en este caso también está abierto a otros profesionales, que no hayan cursado estudios en Deusto.

Si eres uno de los participantes, nos vemos pronto par activar tus Skills Comunicativas.

Comenzamos  una  nueva colaboración  con la Revista Capital Humano, a través del espacio cedido a EMCC SPAIN, con un artículo de nuestra Directora Ejecutiva, Mª Luisa de Miguel, bajo el título «Alquimia Conversacional: el arte de catalizar cambios ágiles, efectivos y sostenibles. 

El artículo aparece publicado en la edición de Mayo, Nº 364, Sección Crecimiento profesional y aborda la práctica conversacional como herramienta estratégica de gestión empresarial.

Las organizaciones deben promover el desarrollo de la inteligencia conversacional de sus colaboradores, porque es garantizar la calidad y actualización de su talento, mejorar la calidad del pensamiento para optimizar los procesos de toma de decisiones y el aprendizaje de la experiencia, como herramienta para elevar el nivel de desarrollo competencial.

Para ello es necesario desarrollar las destrezas conversacionales que entrenamos en la metodología Integral Generative Mentoring y se describen en el último libro publicado por nuestra Directora Ejecutiva, «Mentoring, un modelo de aprendizaje para la excelencia personal y organizacional». Ediciones Pirámide 2019.  Así como dominar las tres dimensiones de las conversaciones transformadoras, la comunicación afectiva y efectiva y el proceso de la pirámide conversacional, todo lo cual se describe en el citado artículo.

En la alquimia conversacional se ponen en acción las famosas habilidades «Head, Heart, Hands», habilidades de pensamiento, emocionalidad y ejecución, que requiere el nuevo liderazgo, según un estudio realizado por Boston Consulting Group en el 2020 en más de 4.000 organizaciones. La alquimia conversacional es la habilidad clave para un liderazgo afectivo y efectivo.

Si quieres leer el artículo completo puedes consultar en este enlace .

Libro Mentoring

Muy agradecidos a EMCC SPAIN y la Revista Capital Humano por esta colaboración, que nos permite seguir difundiendo y compartiendo los beneficios de la inteligencia conversacional y relacional que promovemos a través de nuestra metodología Integral Generative Mentoring. Si quieres conocer más sobre ella, te invitamos a leer el libro «Mentoring, un modelo de aprendizaje para la excelencia personal y organizacional» de Mª Luisa de Miguel.

La religión ha tenido el papel de dar sentido, guía, soporte, seguridad e, incluso, esperanza e ideales nobles a la vida del ser humano. Ha tenido la misión de ser un sistema de creencias al que acudir en momentos de adversidad, sufrimiento, desestabilización y desesperanza.  Muchos han sido los autores (William James,  Freud, Jung, Gordon Allport, Erich Fromm, Viktor Frankl) que han sostenido que la religión cumple funciones fundamentales en la vida de las personas, como dar cobijo, esperanza, orientación y sentido existencial.

La palabra religión procede del latín «religare» que significar religar, es decir, volver a unir a conectar. La religión ha sido el vehículo para unir al ser humano con una divinidad, entendida esta como el símbolo de lo que trasciende al ser humano y, a la vez, forma parte de su esencia. Es una vía de conexión humana que transciende lo individual pero a la vez es universal. La necesidad de conexión, de vínculo es un instinto natural, innato. Erich Fromm nos recuerda, en «El Arte de Amar», que el ser humano tiene la necesidad de evitar el aislamiento y la soledad, la necesidad relacionarse con el mundo exterior, estar conectado con él.  Las personas tiene terror a la soledad, pero no a una soledad física, sino a una soledad existencial, es decir, a una existencia desconectada de los otros, del mundo, del significado último de la vida. Una persona puede estar sola físicamente hablando durante mucho tiempo y, sin embargo, estar conectada, vinculada con ideas, valores, principios o incluso normas o ritos sociales que le proporcionan un sentimiento de comunión y pertenencia. También puede vivir entre la multitud, rodeada constantemente de personas y, no obstante, sentirse sola, aislada, desconectada. Creo que lo que todos hemos vivido durante estos meses de cuarentena por el COVID-19 lo refleja perfectamente y explica rituales como salir a aplaudir en los balcones todos los días a las 20:00 horas.

Los efectos del aislamiento son tan devastadores, a nivel mental y emocional, que las personas huimos de la soledad. El problema es que esa huída es hacia afuera y no hacia dentro. Y cuanto más buscamos fuera compensar esa soledad (televisión, relaciones superficiales, rrss, adicción al trabajo) más nos vamos desconectando de nosotros, desligando de nosotros y más vacío y soledad sentimos. Y lo peor es que acabamos cayendo en manos de fanatismos, extremismos, populismos, radicalismos, nacionalismos porque todos ellos se basan en explotar la necesidad humana de estar conectados a algo, de ser parte de algo que nos da sentido e identidad. Necesitamos objetos de devoción porque ser devoto implica inclinarse con fuerza hacia algo, algo que nos hace sentir vivos, conectados, pertenecientes a, vinculados a. Hace no tanto la devoción se traducia en una vocación y una vocación era mucho más que realizar un trabajo era amarlo, era sentirnos unidos a él porque al hacerlo nos realizabamos, nos sentíamos parte del mundo, transcendíamos, sentíamos que estabamos dando lo que queríamos para encontrar nuestro lugar en ese mundo.

Con los años la devoción a un ideal, a una vocación, a una profesión, a unos valores se han ido transformando en la devoción al dinero, al estatus, al placer, a la imagen. Todos estos objetos de devoción son efímeros, caprichosos, cambiantes y lo que es peor cuanto más devotos somos a ellos más nos consumen y menos nos realizan. Hemos cambiado la fe por el apego, la creencia en ideales por la sumisión a las novedades o las modas. Nos hemos vuelto una sociedad descreída, sin creencias en las que confiar y sin confianza el ser humano se vuelve pasivo, dependiente, replegado en sí, se cierra y no se expande. No creemos en la religión, no creemos en la democracia, no creemos en las instituciones, no creemos en la ciencia (el recelo a las vacunas para el COVID es una muestra más de este descreimiento:la última encuesta del CIS nos cuenta que un 48,3% de los encuestados recela de la vacuna), no creemos en la sociedad civil como motor de cambio, no creemos ya en nuestros vecinos y no creemos en nosotros mismos. Pero como necesitamos creer, porque sin creencias, sin certezas el ser humano vive en la angustia, en la inseguridad pues acabamos creyendo en lo último que llega, lo que más nos impacta emocionalmente, en lo que creen los famosos influencers. El fenómeno de las fake news tiene bastante que ver con la falta de creencias sólidas, de criterios a los que agarrarnos para valorar, para decidir, para actuar. Esta falta de creencias, está pérdida de confianza en nuestros pilares tradicionales (linaje, religión, democracia , ciencia) nos ha dejado huérfanos de asideros  y la orfandad, el abandono, el desamparo se agudiza en situaciones de crisis en las que sentimos que además de la pérdida inmaterial nos enfrentamos a la pérdida material que nos ha estado sosteniendo (el puesto de trabajo, la posición social, el poder adquisitivo, la casa, el coche…) y ahora lo más importante la salud y la vida.

Tantos años mirando y buscando fuera nos ha hecho olvidar que, el ser humano, como señala Viktor Frankl, tiene la capacidad de crear sus propios fundamentales, es decir, crear supuestos últimos capaces de guiar y subordinar nuestra conducta a unos valores últimos, que pueden estar vinculado o no a una religión. Así, para una persona, su fundamental puede ser la religión católica o la budista, pero para otra puede ser la familia, los hijos, el amor, la libertad, la justifica, la protección medioambiental, la ayuda a los más necesitados, etc. Esos valores fundamentales últimos responden a preferencias esenciales que nos orientan en la vida y a la necesidad universal del ser humano de tener una orientación, un fin al que dirigir su vida, que le da sentido a la misma. Ese fin se convierte en un  objeto de devoción, y lo relevante no es cual sea ese objeto o que sea uno un otro, sino si el mismo  contribuye al desarrollo del hombre, de sus potencias específicamente humanas  o si, por el contrario, las paraliza y las anula.

También Gordon Allport  decía que toda persona, esté o no religiosamente orientada, tiene sus propios supuestos últimos. Unos supuestos sin los que no puede vivir porque para él o ella son verdaderos, en el sentido de que son la verdad que quiere ver en el mundo y por eso le aportan certeza, seguridad y un sentido de conexión y de no aislamiento. A lo largo de la historia esos supuestos han sido proporcionados por el linaje (la familia, la pertenencia a un estamento social), la religión, la democracia. Esos supuestos nos aportan confianzafe, creer en algo estable y fuerte que nos ayuda a comprender el mundo, a vivir en él y nos proporciona la energía (lease motivación, voluntad) para actuar conforme a él. Esos supuestos son nuestras convicciones, que Carl Jung afirmaba necesitaba el ser humano para dar  un significado a su vida y encontrar un lugar en el universo, porque todo ello le aportan paz, tranquilidad, bienestar y felicidad a la persona.

Creer en algo nos da fuerza y nos da seguridad, si en lo que creemos nace de nuestra esencia, de nuestros valores, de nuestro yo ideal y lo concretamos en algo que es realizable en el mundo exterior y aporta a otros, esa creencia se transforma en confianza, en energía creadora que nos impulsa a mejorar, a superarnos, a retarnos, a luchar y entramos en una dinámica de realización crecimiento y bienestar. El propósito personal es nuestra religión, es la causa de nuestra fe y nuestra confianza y, como desde muy pequeña me enseñó mi madre, «la fe mueve montañas».  Arquímedes dijo «dadme un apoyo y moveré el mundo» quizás ese apoyo trasladado al mundo existencial de la persona sea el propósito, porque toda persona con un propósito claro y conectada a él es capaz de movilizar lo mejor de sí misma y de los demás para conseguirlo.

La fuerza del propósito nace de su conexión con nuestros valores fundamentales, con la creencia de que el mundo debe ser justo, libre, compasivo, generoso, creativo y la forma que encontramos de hacer realidad ese valor: enseñando, siendo padres o madres, innovando, sirviendo en el ejercito, en las misiones, comunicando, haciendo reér, bailando, investigando, diseñando edificios. Cuando lo conectamos amamos lo que hacemos y hacemos lo que amamos y eso genera un compromiso que va más allá de la motivación, el placer, la satisfacción, el reconocimiento, el dinero que ganamos, etc. Actuar de acuerdo a nuestro propósito, con devoción a nuestra vocación, nos permite sentir que estamos ligados a él en cada acto que lo revivimos. La promesa de recompensa eterna, que antaño proporcionaba la religión, se sustituye ahora por la de transcendencia y legado.

Como cuenta Viktor Frank en su libro «El hombre en busca de sentido» los que demostraron tener mayor capacidad para sobrevivir en los campos de concentración, incluso en aquellas situaciones límite, eran los que estaban orientados hacia un futuro, hacia una tarea que les esperaba, hacia un sentido que querían cumplir. Eso es el propósito, nos hace resistir, nos hace ser fuertes, comprometidos, ligados a una causa movilizadora y estimulante.

En un momento en que nos sentimos desbordados, desmoralizados, desorientados es importante recuperar conceptos como el propósito y ponerlos en el centro de nuestra recuperación, nuestro fortalecimiento, nuestro desarrollo. Por ello, está emergiendo una idea de religión personalizada, en el sentido de capaz de dar respuesta a cada persona del significado último de su vida, teniendo en cuenta sus especiales características, condiciones genéticas, contextuales y sus propias categorías fundamentales. Esa religión personalizada es el propósito que se traduce en vocación y se materializa en visiones, misiones, metas, objetivos, acciones y resultados, y que puede a su vez conectarse con otros propósitos individuales a través de diversos mecanismos de organización social: movimientos activistas, organizaciones empresariales, benéficas, el servicio público.

Esta religión personalizada lejos de acrecentar el individualismo, la separación, el enfrentamiento puede ser un lazo de unión, una especie de ligazón entre necesidades personales y sociales, un mecanismo para autorrealizarnos y contribuir al bien común a la vez. El propósito puede ser la vía hacia un humanismo social.  Estaríamos hablando de construir una sociedad basada en las diferencias personales, con diferentes propósitos y religiones personales pero a la vez conectadas por lo que nos une como humanos, el deseo de realizar un propósito que da sentido a nuestras vidas y que a la vez nos permite conectar valores y fortalezas humanas. Sería una religión fraternal porque no nace de la imposición de una institución, un comité de representantes de la divinidad, sino de la libre elección de la persona que no solo la funda sino que la conecta con otras y lo hace en base a un conocimiento de causa, es decir, en base a un conocimiento de propósitos y su capacidad de unirse para lograr algo más grande: unir propósitos para crear lazos, para construir confianza y ganar seguridad sin perder libertad. Esta nueva idea de religión, esta nueva forma de unirse y conectarse será la fuente de un funcionamiento humano óptimo, de nuestra resiliencia y una antifragilidad, a nivel individual y social.